Españoles desaparecidos durante la dictadura cívico-militar en Argentina
La gran mayoría de los desaparecidos españoles eran mujeres y hombres con edades comprendidas entre 19 y 34 años

Españoles desaparecidos durante la dictadura cívico-militar en Argentina / Walter C. Medina

Cuando el Juez español Baltazar Garzón comparó los métodos utilizados por la última Dictadura Cívico-Militar Argentina con los implementados por la Alemania nazi contra los judíos, los medios de comunicación del poder real no demoraron en atacarlo, demostrando al mismo tiempo la irrefutable complicidad, especialmente del Grupo Clarín y La Nación, con el accionar de los genocidas que interrumpieron el proceso democrático entre 1976 y 1983. “La última dictadura militar en la Argentina se basó "en las doctrinas más puramente hitlerianas. Se aplicó el método del decreto de Hitler de 1941, Noche y Niebla; es decir, se trataba de que la familia y el pueblo en general desconocieran el paradero de las personas secuestradas y eliminadas”, sostuvo Garzón cuando defendía su competencia para investigar los crímenes de lesa humanidad cometidos por la Junta Militar durante aquel período.

En aquella primera instancia de la investigación que iniciaba el juez español, la comparación del régimen de Jorge Rafael Videla con el nazismo fue el argumento en el que se sustentó su participación en el juzgamiento de los secuestros, los crímenes, las torturas y las desapariciones de lo que se conoció como Proceso de Reorganización Nacional. Según Garzón, el caso argentino quedaba claramente encuadrado como Genocidio, tipificación que habilitaba la jurisdicción de la Justicia Española.

Si bien Argentina ha sentado precedente en América Latina con el Juicio a las Juntas que derivó en los encarcelamientos de los principales responsables de estos delitos imprescriptibles, el tema de los desaparecidos ha mantenido vigencia a lo largo de los años gracias al trabajo de diversas entidades de Derechos Humanos y, en especial, a la labor de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo que no cesaron en la búsqueda de verdad y justicia.

La participación de Baltazar Garzón le daba entonces a la investigación un refuerzo necesario para allanar el camino que pudiera esclarecer las desapariciones no sólo de ciudadanos argentinos, sino también la de españoles.

Ya en 1982 existía un listado de ochenta y dos españoles desaparecidos que el entonces embajador de España en Argentina, Manuel Alabart Miranda, había presentado en la cancillería argentina para solicitar información. Poco tiempo después de haberse recuperado la democracia, las denuncias registradas respecto a ciudadanos españoles desaparecidos ascendían a 164.

La Embajada española efectuó por entonces un gran número de gestiones que consistieron en la presentación de notas y documentos entregados a la cancillería argentina. Sin embargo la respuesta que obtuvo fue inconducente para la investigación.

En el año 1983, el Senado creó una Comisión Especial de investigación sobre la Desaparición de Súbditos Españoles en Países de América. El análisis respecto al proceso que asoló a la Argentina arrojó como resultado que la gran mayoría de los desaparecidos españoles eran hombres y mujeres con edades comprendidas entre 19 y 34 años, aunque también personas que superan esta edad y otras más jóvenes.

La investigación sobre los desaparecidos españoles en la última Dictadura Cívico-Militar Argentina ha vuelto a cobrar relevancia esta semana luego de que la agrupación progresista Podemos Exterior exigiera, mediante un comunicado de prensa, “recabar información pertinente a las autoridades argentinas y españolas -y en especial a los organismos de Derechos Humanos- sobre los/as más de 700 españolas/es desaparecidos/as durante la última dictadura militar”.


Fuente → nuevatribuna.es

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