Entierro familiar para Daría González Pelayo, arrojada al mar en 1938 por un grupo de falangistas
  Conocida como una de "Les Candases", fue asesinada junto a otras seis mujeres y cinco hombres en los acantilados del Cabu Peñes.
 
Entierro familiar para Daría González Pelayo, arrojada al mar en 1938 por un grupo de falangistas / Diego Díaz Alonso 
 
Los restos de Daría González Pelayo, exhumados de una fosa común en Bañugues, fueron entregados este sábado a sus familiares en un acto en Candás (Carreño) y posteriormente recibieron sepultura en el cementerios parroquial.

Daría fue asesinada el 2 de junio de 1938 junto a otras seis mujeres y cinco hombres por el bando franquista durante la Guerra Civil española. Fue una de las llamadas Candases, asesinadas por un grupo de falangistas que arrojó sus cuerpos en los acantilados del Cabu Peñes.

Nacida en noviembre de 1875, se dedicaba al trabajo del hogar y sus dos hijos varones eran destacados líderes del Partido Comunista. Tras la caída del frente asturiano sus hijos María y Rufino lograron escapar, pero el tercero, Félix, no pudo huir a tiempo y tuvo que esconderse.

Cabu Peñes. Foto: Explora Tu Ruta.
 

Para que se entregase, detuvieron a Daría y amenazaron con matarla si no se presentaba. Al presentarse para intentar salvarla, madre e hijo fueron conducidos hacia el Cabu Peñes el 2 de junio de 1938 junto a otros hombres y mujeres desde el centro de interrogatorio situado en Casa Genarín. Desde los acantilados del Cabu fueron arrojados a la mar por un grupo de falangistas.

Candás, a principios del siglo XX.
 

A los días del crimen sus cadáveres comenzaron a llegar a las playas colindantes. El de Rosaura, una de las víctimas, fue reconocido por el número de su bata de trabajadora en la fábrica de conservas Albo. Candás se había convertido en los 30 en una importante villa conservera que daba empleo a cientos de mujeres. Muchas de ellas se habían afiliado a los sindicatos y participaban de la vida social y política del momento.

Trabajadoras y trabajadores de “Conservas Herrero”, Candás, 1930.
 

“Los asesinos y torturadores de Les Candases se pasearon tranquilamente por las calles de la villa hasta el fin de sus días. Todos menos uno, al que según varias versiones, algunas de las mujeres agarraron antes de ser empujadas al vacío y acabó cayéndose con ellas” señala el periodista y escritor David Artime, natural de Candás, y descendiente de una de aquellas mujeres, Áurea Artime.

Los cuerpos de las víctimas fueron enterrados en fosas comunes según fueron aparenciendo en la comarca, a medida que la mar expulsaba los cadáveres hacia las playas. La mayoría de elos acabaron en un enterramiento colectivo en Bañugues. En 2017, el forense Francisco Etxeberria, junto con voluntarios de la Asociación Para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) exhumó la fosa logrando identificar a través del ADN los restos de Daría González. Fue el único caso.

Entierro de Daría. Foto: Eloy Alonso/EFE
 

Este sábado los nietos de Daría pudieron enterrar ya a su abuela con todos los honores en el cementerio de Candás, con su féretro cubierto con una bandera asturiana y otra tricolor de la República española.

La villa marinera, gobernada por las izquierdas desde la recuperación de la democracia, no ha olvidado a Les Candases, que cuentan con una plaza, un documental y un recital poético anual. Como explica Artime, “paradojas de la vida, ochenta años después, el edificio de la Casa Genarín, el centro de detención en el que torturaron a Les Candases, es hoy la sede del Ayuntamiento de Carreño, y de sus 17 concejales, siete son del PSOE, cinco de Izquierda Unida, dos de Podemos y tres del PP. Elección tras elección la izquierda arrasa en el municipio. Parece que los rojos ya se han tomado su revancha. Y de sobra”


Fuente → nortes.me

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