Spanienkämpfer: Brigadistas alemanes contra el fascismo en la guerra civil

Spanienkämpfer: Brigadistas alemanes contra el fascismo en la guerra civil / Daniel

Muchas veces los pueblos son distintos a sus gobernantes y sobrepasan con creces sus ideales y solidaridad desbordando las fronteras. Empatía, solidaridad, internacionalismo, resistencia... son muchas las palabras que definen el papel de las brigadas Internacionales que vinieron a combatir el fascismo en España frente al silencio cómplice de la comunidad internacional. No solo de potencias democráticas como Estados Unidos, Francia o Reino Unido; si no también de regiones que en ese momento sufrían en sus carnes la bota del fascismo, como Italia o Alemania.

El triunfo del Frente Popular en febrero de 1936 asustó a la Alemania de Hitler y a los grandes financieros que ya desde comienzos del siglo XX, poseían en España parte considerable de la extracción de cinc, cobre, plata y mercurio e intentaban cercar Francia y poner en peligro las vías marítimas de los británicos. pero, sobre todo, temían el crecimiento de las fuerzas antifascistas en otros países europeos y su propio territorio.

Franco escribió el 23 de julio de 1936 al canciller alemán Adolf Hitler. Así, menos de una semana después del sublevamiento militar contra el gobierno de la República, Franco, estacionado y bloqueado con sus tropas en el Marruecos español , se dirigió directamente al canciller nazi para pedirle una ayuda logística y militar. Hitler recibió la carta por mediación de un hombre de negocios adicto al régimen nazi, Johannes Bernhardt, que trabajaba en el Marruecos español. Bernhardt se la entregó en manos propias durante la noche del 25 al 26 de julio del 36, en Bayreuth, donde Hitler acababa de asistir a una representación de la ópera wagneriana, Siegfried. El Führer decidió conceder a Franco una ayuda decisiva de 20 aviones de transporte Junkers-52 y de 6 aviones de combate Heinkel-51, además de varios suministros militares ; ayuda que representaba casi el doble de lo que había pedido Franco en su carta.

Sin embargo, como reza el primer párrafo, la Alemania popular estuvo al lado de la España republicana desde los primeros días de la sublevación. Bajo la dirección del DKP (Partido Comunista Alemán), pese a estar perseguido y en la clandestinidad, se mostraba su apoyo a la cusa republicana "Expresamos nuestra admiración por la valentía de los luchadores por una España libre y feliz, contra la barbarie fascista" Telegrama del CC del DKP al gobierno español.

Hubo 2800 personas alemanas que lucharon con las Brigadas Internacionales. Este fue el número más grande de voluntarios internacionales en la Guerra Civil española (McLellan 287). Muchos de ellos fueron exiliados de Alemania nazi con un número significativo de judíos. Por esta razón, casi todos los soldados no estaban organizándose para luchar por su propio país - Alemania (McLellan 288).

Estos voluntarios tenían el problema de una barrera lingüística y por eso, el entendimiento de la política republicana era limitado. Mejor dicho, muchos de los soldados fueron motivados por la situación en Alemania más que la de España (McLellan 289). Ellos habían sentido la pérdida de poder en Alemania y ahora tenían la oportunidad de luchar este enemigo cara a cara (McLellan 292). La motivación más grande para su participación fue la derrota del fascismo como una ideología mundial. Creían que la caída de Madrid significaría la de Berlín (McLellan 291).

También, 70 por ciento de los brigadistas alemanes eran comunistas o simpáticos al partido (McLellan 292). Las Brigadas Internacionales les ofrecieron el reforzamiento de su ideología política (McLellan 293). Aparte de reforzar este aspecto de esta identidad, por lo general, recordaron las primeras semanas de guerra como una experiencia positiva más bien que un choque (McLellan 294). Desafortunadamente, este grupo de las Brigadas Internacionales sufrió un gran número de muertes (McLellan 299).

El Batallón Thälmann

El 7 de agosto de 1936 por iniciativa del KPD y el PSUC se inició en Barcelona la formación de la Centuria Thälmann. El Batallón Thälmann fue un batallón de las Brigadas Internacionales en la Guerra Civil Española. Aproximadamente 1.500 personas, principalmente alemanes, austriacos, suizos y escandinavos. El Batallón Thälmann fue un batallón de las Brigadas Internacionales en la Guerra Civil Española. Lleva el nombre del líder comunista alemán encarcelado Ernst Thälmann, que fue ejecutado el 18 de agosto de 1944 e incluía aproximadamente a 1500 personas, principalmente alemanes, austriacos, suizos y escandinavos. El batallón luchó en la defensa de Madrid. Entre los comandantes del batallón se encontraban el escritor, historiador y oficial alemán de la Primera Guerra Mundial Ludwig Renn y el oficial prusiano de la Primera Guerra Mundial Hans Kahle, más tarde ascendido para dirigir la 45.ª división republicana durante un tiempo.

Además de militantes comunistas y gente sin partido, había también un pequeño grupo de socialdemócratas que se incorporaron sin vacilar a la lucha en defensa de la República Española. los voluntarios pertenecían a todos los sectores de la población, desde obreros hasta intelectuales.

Ernest Hemingway, el escritor estadounidense, los describió de la siguiente manera:

"Casi todos habían recibido entrenamiento militar o habían luchado en la guerra. Todos eran antinazis. La mayoría eran comunistas y marcharon como la Reichswehr. También cantaron canciones que te romperían el corazón y el último de ellos murió en la Muela de Teruel, que era puesto que vendían tan caro como se vendía cualquier puesto en cualquier guerra".

Hasta diciembre de 1936, el batallón contó con un importante contingente británico, incluido el sobrino de Winston Churchill, Esmond Romilly, sin embargo, muchos de ellos murieron luchando para defender Madrid en los primeros meses de la guerra.

Ernest Hemingway fue más allá en su admiración, llamándolos representantes de la "verdadera Alemania" y comparándolos desfavorablemente con los alemanes que luchaban al otro lado en la Legión Cóndor. El respeto con el que se concedió a los alemanes, por parte de los demás en las Brigadas Internacionales, así como por parte de la población republicana, también les levantó el ánimo. Muchos de ellos habían sido despojados de su nacionalidad por los nazis y habían pasado años en la clandestinidad o en el exilio, y la guerra les dio la oportunidad de recuperar una identidad antifascista, su visión de una Alemania mejor. Para muchos también fue una época de reafirmación comunista o de iluminación política.

Sin embargo, los voluntarios alemanes no estaban por encima de las fallas humanas y la desesperación, especialmente a medida que la guerra se prolongaba y se volvía cada vez más difícil para el lado republicano, que carecía de los abundantes suministros y la organización superior de sus oponentes nacionalistas. Los registros muestran que alrededor de una décima parte de los voluntarios finalmente terminaron encarcelados al menos durante un cierto tiempo por delitos como deserción, falta de disciplina o por razones políticas. Luchas internas entre anarquistas y comunistas, que eventualmente resultaron en batallas abiertas con varios cientos de muertos.

Participó en las batallas más importantes de la guerra, teniendo sus intervenciones más famosas en la Ciudad Universitaria de Madrid y en Guadalajara (1937). El 22 de septiembre de 1938, tras la retirada oficial de los internacionales por orden del presidente del gobierno republicano Juan Negrín, la brigada fue reorganizada completamente como una Brigada Mixta española, aunque todavía mantuvo un significativo número de brigadistas entre sus filas hasta el final de la guerra.

 
Hans Beimler
 
Nacido en Munich, sirvió en la marina durante la Primera Guerra Mundial. Elegido diputado de Reichstag por el Partido Comunista en julio de 1932 fue arrestado por el nuevo gobierno nazi el 11 de abril de 1933 y trasladado al campo de concentración de Dachau, en las afueras de Munich, instalación que se acababa de abrir. El 9 de mayo de ese mismo año, un día antes de su ejecución, logró escapar tras estrangular un guardia de las SA y ponerse su uniforme. Beimler huyó a la Unión Soviética a través de Checoslovaquia. Allí escribió un informe sobre sus experiencias en el campo nazi, con el nombre In Mörderlager Dachau (En el campo de la muerte de Dachau). Fue uno de los primeros informes sobre la vida en un campo de concentración nazi, razón por la cual fue traducido a varias lenguas, entre ellas el inglés, el español y el francés.
 
Entre la mitad de 1935 y 1936 residió en Suiza y se involucrado en una organización comunista de resistencia en el sur de Alemania. Con el estallido de la Guerra Civil Española, formó parte del primer contingente de las Brigadas Internacionales. El 23 de julio de 1936 fundó en Barcelona la centuria 'Thaelmann', la mayoría de los miembros eran comunistas alemanes. La centuria se convirtió en batallón en noviembre y se incorporó a la XII Brigada Internacional junto a los batallones 'Garibaldi' y 'Andre Marty'. La brigada fue enviada a defender el frente de Madrid asediada por los franquistas el 7 de noviembre, bajo el mando del general Lukacz. Beimler era el comisario político del batallón 'Thaelmann'.
 
El 1 de diciembre murió durante la batalla. Su multitudinario entierro el 6 de diciembre en Barcelona, ​​en el que participaron el cónsul general de la URSS y varios consejeros de la Generalidad de Cataluña, inspiró un poema a Rafael Alberti. El batallón alemán, que fue transferido a la mítica XI Brigada Internacional, se denominó también con el nombre de 'Hans Beimler' a partir de julio de 1937. Beimler está enterrado en el cementerio de la Pedrera del cementerio de Montjuïc de Barcelona.
 
 
Spanienkämpfer: BRIGADISTAS ALEMANES CONTRA EL FASCISMO
 
Tras la victoria de Franco, que se logró con ayuda exterior, muchos de ellos fueron a Francia, donde fueron internados en condiciones infrahumanas. Aquellos que pudieron regresar a sus países de origen a veces experimentaron persecución legal, discriminación y acoso.
 
De los 5000 antifascistas alemanes que llegaron a España, 3000 no volvieron. Algunos consiguieron escaparse de los campos de concentración donde fueron recluidos tras cruzar los Pirineos y, tras la invasión de Francia se sumaron a la Resistencia francesa. las autoridades francesas enviaron a una parte de ellos al Norte de África donde acabaron en campos de concentración, entregados a los nazis posteriormente con el beneplácito del gobierno de Petain. Algunos llegaron a la Unión Soviética y acabaron con los partisanos incorporándose en las guerrillas de Yugoslavia, Grecia y otros países ocupados por los nazis. En las zonas ocupadas por los nazis, muchos acabaron en campos de concentración o fueron asesinados por la Gestapo. Sin embargo, estos combatientes pueden enorgullecerse de haber hecho su aportación a la historia, siendo recordados dejando su importa en sus páginas luchando pro nobles objetivos de la humanidad: la paz, el socialismo, la democracia y el progreso.
 
En Berlín, los visitantes pueden encontrar el "Monumento a los Combatientes Españoles" en Friedenstrasse en memoria de la Guerra Civil Española 1936-39" en el Volkspark Friedrichshain, el parque más antiguo de Berlín y un popular oasis verde en la ciudad. La obra es de Fritz Cremer y Siegfried Krepp (1968). 
 
El lado derecho de la plaza del monumento está presidido por una figura de bronce, obra del escultor Fritz Cremer. Se representa a un luchador con un abrigo de soldado y una boina. Está en el salto (¿fuera de las trincheras?), o se lanza hacia delante. Su cuerpo, la pierna derecha y el brazo derecho apuntando en diagonal hacia arriba están estirados. Lleva una espada en la mano derecha, el brazo izquierdo está doblado y el puño cerrado. Está apoyado sobre la rodilla de su pierna izquierda doblada, que -como única superficie de apoyo de la figura- está montada sobre un pilar cuadrado hecho de sillares de piedra arenisca. La pierna derecha está colgando en el aire. La superficie del salto está indicada por la superficie inclinada de otra base de ladrillo. La figura con el conjunto de pedestal está compuesta como una diagonal en el espacio, la espada del luchador forma un ángulo recto con ella. La expresión facial del luchador se caracteriza por la dureza y la determinación, en general, la figura de Cremers puede verse como un representante de los luchadores de la resistencia, como una expresión de "fuerza revolucionaria dirigida". Hoy hay una placa de bronce (Susanne Kähler) en los escalones frente a la figura de la luchadora de España.
 
¡Oh Alemania, pálida madre! Entre los pueblos te sientas cubierta de lodo.
enarbolando la bandera de la infamia, el fascismo y la guerra
ahogado el pueblo trabajador en sangre bajo la bota del Bastardo
cabalgas junto a los cuatro jinetes destruyendo todo a tu paso

Y, sin embargo, tus hijos rebeldes frenan tus aspiraciones 
luchando por aquello que con tanta saña destruiste en tierras lejanas
Nacidos en una patria lejana, no llevaban, Alemania, patria germana
consigo más que odio contra ti en sus corazones

A España vinieron y combatieron frente a la diversidad, a pesar de todo
Traspasando fronteras e idiomas, algunos de lejanas tierras
vinimos de todas partes del mundo a combatir a vuestro lado
enarbolando la roja bandera de la solidaridad hasta el ocaso

A pesar de saborear el amargor de la derrota
A pesar de tantos que cayeron en el frente en las tierras de España
A pesar del futuro incierto que les deparaba al volver
Brigada Internacional siempre sigue siendo un nombre de honor

La lucha que se abandona es la única perdida ¡Recordad! ¡Tomad nota! 
Páginas escritas en la historia contemporánea recordando vuestra hazaña
Resistencia frente al enemigo fascista hasta hacerlo caer
vengando a tantos que cayeron en España luchando contra el horror




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