Tenía 18 años cuando un policía franquista le mató de un balazo en una manifestación antifascista

Iñaki Kijera Zelarain, tenía 18 años cuando un policía franquista le mató de un balazo en una manifestación antifascista, en San Sebastián, en 1979

Iñaki Kijera Zelaraín nació en San Sebastián (Gipuzkoa) en 1961. Durante 1979, los ataques a los refugiados políticos vascos por la policía franquista provocaron una amplia respuesta en el País Vasco para reclamar el Estatuto de Refugiado. En septiembre de 1979 Refugiados Vascos estaban en huelga de hambre en varias localidades del País Vasco Norte, bajo el lema Queremos vivir en Euskadi. En el País Vasco Sur hubo manifestaciones de solidaridad: cierre de cargos electos, huelgas de hambre… y manifestaciones sangrientas.

El viernes 31 de agosto de 1979 fueron elegidos más de 40 miembros de HB, EE, LKI, PTE y EMK-OIC para la Diputación Foral de Gipuzkoa en defensa del derecho a la protección de los refugiados en el Norte. Al día siguiente, la Comisión de Amnistía convocó manifestaciones en las 4 capitales del sur. El gobernador civil de Gipuzkoa prohibió la protesta en San Sebastián. El 1 de septiembre de 1979 la policía franquista, los “grises”, tomaron por completo San Sebastián. La manifestación se puso en marcha, una columna de unas 2.000 personas, encabezada por concejales de ayuntamientos guipuzcoanos.

La policía atacó violentamente, reprimiendo con enorme dureza, los participantes se dispersaron por las calles cercanas. Iñaki Kijera participaba en la manifestación con sus amigos; cuando intentaba llegar a los jardines de Alderdi Eder, fue asesinado a tiros por la policía fascista. Un policía nazional con uniforme gris y gorra de plato, parapetado tras un coche, disparó por la espalda contra Iñaki desde una distancia de unos 10 metros. Algunos testigos afirman que el policía hizo el disparo con pistola sosteniendo la pistola con ambas manos, en posición de “tirar al blanco”.

La bala alcanzó a Iñaki en el costado derecho perforándole el pulmón, fracturándole las costillas y atravesándole de parte a parte. Cayó al suelo sangrando abundantemente por el pecho en la acera de la parte trasera del ayuntamiento. Los policías impidieron, con golpes y pelotas de goma, acercarse a las personas que trataban de auxiliar a Iñaki. Un alférez de la Cruz Roja, que había visto caer al suelo al herido se acercó junto con un médico y 2 socorristas de la misma institución para tratar de auxiliarle. La policía se lo impidió, siendo golpeados incluso después de haberse identificado.

Tras un forcejeo, y mientras otros jóvenes trataban de arrastrar sin éxito el cuerpo de Ignacio Quijera hacia la plaza de Lasala, los miembros de la Cruz Roja pudieron por fin atender al joven, que agonizaba. Finalmente, sus amigos consiguieron subir a Iñaki a un coche particular y llevarlo a una ambulancia. Murió después de llegar al hospital.

Varias personas resultaron gravemente heridas ese día, Jon Artola López, Javier Atorrasagasti y 2 concejales de Oiartzun, así como otras 4 personas hospitalizadas. Al día siguiente, día de regata en San Sebastián, todos los actos fueron cancelados, el alcalde José María Alkain (PNV) declaró día de luto oficial. El lunes hubo una huelga general en el País Vasco Sur. Las gasolineras también fueron cerradas, no había autobuses ni taxis en las calles. La radio transmitió música clásica durante todo el día. Los policías franquistas se movían de un lado a otro. El centro de la ciudad y el acceso a los barrios fueron bloqueados.

El día 2, tras los funerales por Iñaki, una manifestación de 20.000 personas marchó hacia el centro de la ciudad de San Sebastián cantando el Eusko Gudariak. La policía atacó con gran violencia utilizando medios antidisturbios, hubo muchos arrestos. En el barrio de Herrera de San Sebastián, a las 21.30 horas, unos guardias civiles balearon en el vientre al joven Lisardo Cano Calvo de 16 años.

Aunque la acusación particular solicitó una pena de prisión de 20 años, un juzgado de San Sebastián condenó al policía Salvador Méndez Villatoro a un año de prisión por matar imprudentemente a Iñaki Kijera. Su versión fue que ignoraba que hubiera un proyectil de fuego real entre los cartuchos con los que él mismo había cargado el arma.



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