Los huesos de la dignidad

Los huesos de la dignidad
Juan Antonio Cortés Avellano
 
Imágenes como la de arriba son muy comunes verlas por toda la geografía española dede hace más de 20 años, y desde que Emilio Silva buscase los restos de su abuelo en Priaranza del Bierzo. El movimiento memorialístico, igual que muchos movimientos como el feminismo o el ecologismo, nacen directamente de la sociedad civil. El problema viene cuando se legisla sobre estos movimientos, que al provenir de la izquierda, crea enfrentamiento entre la oposición derechista. No es ningún secreto que a la derecha no le gusta el feminismo, la ecología y mucho menos la memoria histórica.

La 52/2007 (Ley de la Memoria Histórica) nace en la segunda legislatura de Zapatero, siete años después de haberse configurado la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) y sus filiales, y por lo tanto, siete años después de que, con mucho esfuerzo y tesón, el movimiento memorialista rescatase de su indigno olvido los restos de las fosas del franquismo. Realmente a quien le correspondía buscar los huesos de las víctimas del genocidio franquista, era y es al Estado español, por eso, y tal vez por la mala conciencia, a José Luis Rodríguez Zapatero se le ocurrió crear la Ley 52/2007, Ley que dejaba en manos de las víctimas tal tarea. El Estado proveía de los fondos muy ajustados y las victimas con ayuda de las asociaciones se ponían manos a la obra.

Es cierto que quien primero tuvo que haber abierto las fosas del franquismo fue Felipe González con sus aplastantes mayorías absolutísimas, pero el Sr. González prefirió mirar para otro lado. De Aznar tampoco se podía esperar nada. Como ya ha pasado mucho tiempo de los gobiernos de González y mucho más desde la transición, existen personas que nos quieren convencer de que ya es demasiado tarde y que por lo tanto tenemos que dejar los huesos donde los dejaron sus asesinos.

Fijémosnos de nuevo en la fotografía de arriba. Aunque parezca, no se trata de la exhumación de una fosa del franquismo. el protagonista de la imagen es un amigo mío (excelente baterista emeritense), que se dedica a la arqueología, y los restos son de la época Árabe andalusí. Ah, caramba, entonces la imagen ya no nos ofende tanto. No pasa nada pues: podemos seguir buscando y remover los huesos que hagan falta.

Es incomprensible que todavía haya gente que se moleste porque se exhumen restos de republicanos asesinados por los golpistas de la Guerra Civil, y que se diga que ya no es tiempo, o que eso vuelve a enfrentarnos y a dividirnos: como si los españoles siempre hubiésemos estados perfectamente unidos alguna vez. Donde no existe posibilidad de disidencia y parece que está toda la sociedad unida es en las dictaduras, pero tan solo en apariencia (siempre existirá una mayoría silenciosa en oposición a la dictadura). En las democracias existen disparidad de opiniones y la ciudadanía no es uniforme. En España recientemente tenemos disputas por la reforma laboral, por la subida del SMI, y desde que apareció Vox con el feminismo y con la inmigración, y por tantas cosas más que es sumamente ridículo decir que la Guerra Civil de los años 30 divide a los españoles, pues claro que nos divide, y nos divide porque todavía existe mucho franquismo sociológico y excesiva equidistancia del "todos fueron iguales".

También nos divide el R. Madrid y el Barça, he visto grandes broncas entre aficionados y nadie pide eliminar los partidos de fútbol (que tanto dinero mueve), porque divide a los españoles. Lo primero que habría que eliminar, para no estar divididos, son los sistemas democráticos. Los EE. UU. son un país sumamente polarizado (dividido) con la llegada del populismo de Trump, Estado Unidos es una democracia muy añeja, pero también sufrió una guerra civil. Resumiendo, no creo yo que la solución sea eliminar la urnas, La Guerra Civil española no nos divide más que cualquier otro asunto de caracter social o político. Y no olvidemos nunca que mientras sigan existiendo las fosas del franquismo, jamás será demasiado tarde para exhumar sus restos. ¿No estamos desenterrando los huesos de la sima de Atapuerca? Es cierto que esto es obra de la investigación antropológica, pero también es cierto, que las fosas del franquismo también entran dentro de la antropología y hasta de la investigación criminal, por no hablar del derecho a la justicia y reparación.


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