XIV Marcha memorial Batalla del Jarama

XIV Marcha memorial Batalla del Jarama 

Tras la obligada parada de 2021 en nuestras actividades habituales, regresamos en este 2022 con fuerzas renovadas y con más ganas que nunca en nuestra intención de mantener el recuerdo y el homenaje a los miles de antifascistas de todo el mundo que vinieron a España de defender a la II República Española junto a los demócratas y a los trabajadores de nuestro país.

El día 19 de febrero haremos un recorrido por zonas de combate del pueblo de Ciempozuelos, al sur de Madrid. Dentro de la Batalla del Jarama, esta población fue la primera en ser asaltada y conquistada por las tropas moras y de la legión del ejército de Franco. 

Después de varios días de retraso por un temporal que se había desencadenado en la zona, las tropas fascistas comenzaron su avance sobre un terreno todavía embarrado. La 18ª Brigada Mixta, formada por soldados voluntarios y carabineros y dirigida por el teniente coronel Gerardo Sánchez-Monge, estaba a cargo de la defensa del pueblo. Era una brigada escasa de personal y de armamento y munición, sin contar con medios pesados para una defensa contundente. El primer día de avance, la V Brigada del ejército sublevado apoyada por tanques Panzer alemanes y mandada por García Escámez, ataca Ciempozuelos desde Valdemoro, con una enorme superioridad en hombres y material, realizando una operación de tenaza por el norte y el sur. La defensa se había estructurado en tres líneas, y se ofreció una dura resistencia al enemigo, combatiendo entre la población y el Jarama hasta el día 8 de febrero. A pesar de no disponer de ametralladoras ni armas anticarro, la resistencia fue valiente hasta la casi desaparición por completo de la unidad. Gran parte de los soldados republicanos cayeron en las mismas trincheras, siendo enterrados en ellas por los golpistas después de los combates, y permaneciendo en ellas en muchos casos hasta la actualidad, como se ha podido comprobar en diferentes excavaciones, donde han aparecido restos de estos combatientes.

Algunos grupos intentaron replegarse hacía San Martín de la Vega, pero la retirada fue copada por la presencia de carros blindados enemigos, provenientes del norte, de la IV Brigada franquista del coronel Asensio. Parte de la 23ª Brigada Mixta, que había acudido en apoyo desde San Martín de la Vega, fue también casi totalmente aniquilada. El coronel Gerardo Sánchez-Monge había dejado la unidad para acercarse a Titulcia a solicitar apoyo artillero, y fue detenido y procesado, mientras los restos de la 18ª Brigada Mixta que habían podido retirarse al puente de Titulcia, fueron trasladados a Aranjuez para su reconstrucción.

Además de la toma del pueblo, los sublevados capturaron en la estación de Ciempozuelos un tren procedente de Alicante, que transportaba ganado, víveres y municiones, y 300 mapas de la provincia de Madrid escala 1:50.000, del Instituto Geográfico y Estadístico, que pronto sirvieron para sustituir los mapas de carreteras de Michelín, de los que disponía hasta ese momento el Ejército de Franco.

El desastre irlandés en Ciempozuelos

No combatieron en Ciempozuelos unidades de las Brigadas Internacionales, como hemos visto. Por el contrario, sí que tomaron parte en combates en la zona los fascistas irlandeses que habían venido a apoyar a Franco. En diciembre de 1936, unos 700 católicos miembros del movimiento fascista irlandés “los camisas azules”, capitaneados por Eoin O´Duffy, llegaron a España y fueron integrados en la legión extranjera. Tras una preparación en Cáceres, donde se ganaron fama de bebedores y camorristas, en la segunda semana de febrero fueron trasladados al frente del Jarama. El día 16 estaban en Valdemoro y se les envió a Ciempozuelos. En el traslado a pie se encontraron con una columna que venía en dirección contraria, enfrentándose a ella. Durante más de 60 minutos los alrededores de Ciempozuelos volvieron a sentir el fragor de un combate, hasta que se aclaró que la unidad contra la que estaban luchando era una bandera de falangistas canarios. En el enfrentamiento murieron 4 irlandeses y 9 falangistas, a los que el ataque cogió por sorpresa. Tras el desastre, no se les volvió a asignar ninguna misión hasta el 13 de marzo de 1937, en que realizaron un ataque de distracción en Titulcia, apoyando a una brigada mecanizada nazi del coronel Von Thomas, que fue rechazada, sufriendo los irlandeses 21 bajas. Al día siguiente se negaron a continuar el ataque. Yagüe calificó la unidad como de una eficacia absolutamente nula.

En abril de 1937, el ayudante de O’Duffy, el capitán Gunning, desertó llevándose los salarios de la tropa y varios pasaportes, lo que terminó de hundir la moral de la unidad, y la confianza de los sublevados. Unos días después fueron retirados del frente y repatriados a su país, donde se les recibió friamente.


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