Recetando dos memorias antifascistas imprescindibles al señor Almeida

Recetando dos memorias antifascistas imprescindibles al señor Almeida / Rocío González Naranjo

¿Quiénes son los guardianes de la historia? Los historiadores, naturalmente. Las clases educadas, en general. Parte de su trabajo es la de conformar nuestra visión del pasado de manera que sostenga los intereses del poder presente. Si no lo hacen así, serán probablemente marginados de una manera o de otra. (Noam Chomsky)

Las últimas declaraciones del alcalde de Madrid, el señor Almeida, me han dejado conmocionada. Según este individuo, Almudena Grandes «no merece ser Hija Predilecta de Madrid». Desde su punto de vista es lógico que piense de este modo, ya que Almudena se dedicó con brío a rescatar las vidas de las y los represaliados por el franquismo y no olvidemos que el partido al que pertenece este señor nació gracias al que fuera ministro de Franco, Manuel Fraga Iribarne, como Alianza Popular.

No estoy con esto diciendo que en dicho partido piensen todos como el alcalde de Madrid o que sea antidemócrata, pero estas declaraciones confirman el nivel intelectual y humano de los elegidos democráticamente por el pueblo. Según el artículo 4 del Reglamento para la Concesión de Distinciones Honoríficas del Ayuntamiento de Madrid, el titulo de Hijo Predilecto se destina a

(…) quienes hayan nacido en la Villa, y que, por sus destacadas cualidades personales o méritos señalados, y singularmente por sus servicios de beneficio, mejora el honor de Madrid, hayan alcanzado tan alto prestigio y consideración general tan indiscutible en el concepto público, que la concesión de aquel título deba estimarse por el Ayuntamiento como el más adecuado y merecido reconocimiento de esos méritos y cualidades, y como preciado honor, aún más que para quien la recibe, para la propia Corporación que la otorga y para el pueblo madrileño por ella representado.

Si no fueran tan graves las declaraciones del regidor, serían incluso risibles, porque según el anterior artículo, Almudena Grandes sí es merecedora de este título y además dignificaría al consistorio. O a lo mejor es que no me he enterado yo bien de lo que es un Hijo Predilecto para la actual corporación, porque no sé yo qué han hecho otros hijos predilectos de Madrid que sí han «merecido» serlo, como por ejemplo el «gran» Perico Chicote – ¿no era un barman de interés cultural? -, Julio Iglesias – que adora Madrid y por eso vive en Miami -, Plácido Domingo – ¿no eran 29 las mujeres que le acusaron de abuso sexual? – y otros HijOs predilectos, pues esa es otra: la ausencia de mujeres.

Como vemos que al señor Almeida le vendría bien dejar de leer a Pío Moa o a César Vidal, le vamos a recetar dos lecturas históricas de primera mano, es decir, dos memorias en las que no hay interpretaciones «casadistas» sino un trabajo sobre el propio recuerdo. Señor Almeida, son lecturas esenciales para conocer a la autora o al autor, su contexto histórico y sus vicisitudes, sin «ruido», sin interferencias de ningún tipo. Desde luego, tenga cuidado también, pues las memorias tienen un peligro, y es que la persona que la escribe selecciona lo que quiere transmitir, pero para eso estamos las investigadoras – no se asuste si utilizo el plural femenino – para contrastar la información.

El «síndrome de la impostora»: las memorias femeninas

Las memorias que considero más fieles a la realidad son las escritas por mujeres, pues hay un sentimiento que se repite sistemáticamente: las mujeres somos las que más sufrimos el llamado «síndrome de la impostora», y por ello no encontraremos en ellas ese sentimiento de ser indispensables a su época, todo lo contrario. Mujeres que reivindican su importancia pero que, al mismo tiempo, no quieren demostrar ser las protagonistas de sus propias historias. Un pudor que puede explicar, en parte, que hoy no estén consideradas por la historia androcéntrica, ya que pocas de ellas se atrevieron a reclamar el lugar que les correspondía.

María Teresa León: lectura indispensable

Si quiere conocer el ambiente cultural y militante anterior y durante la Guerra de España, la primera obra que debe leer es Memoria de la Melancolía (Buenos Aires, 1977) de la gran María Teresa León, y reeditada por Renacimiento en una segunda edición muy cuidada y ampliada.

Varias son las razones por las que debe leer esta obra. En primer lugar, es una joya histórica, ya que no solo se concentra en la vida de la autora, sino también en los acontecimientos más importantes que ocurrieron durante el siglo XX: la dictadura de Primo de Rivera, los años maravillosos de la Edad de Plata, la proclamación de la República y todo lo que vino con ella –avances para las mujeres, libertades inesperadas–, pero también la horrible guerra, el exilio de tantísimos españoles, la llamada “drôle de guerre” en Francia…

María Teresa aporta datos importantes en la construcción de cada periodo, y aunque se trate de su entorno más próximo, no deja de ser una joya histórica. De este modo, podemos ver cómo se despidieron de las Brigadas Internacionales, que fueron obligadas por los gobiernos democráticos a abandonar España.

Rosario del Olmo, María Teresa León y Amparo González Timón en el II Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura. uno de los recuerdos que relata la escritora activista en sus memorias. Fuente: Ahora, 11-07-1937, Foto Luis Vidal.

La muerte de Federico García Lorca, la vida en la Alianza de Intelectuales Antifascistas – de la que ella era secretaria – con las idas y venidas de grandes personajes de la época: Pablo Neruda, Elsa Triolet y Louis Aragon, André Malraux; la construcción de las Guerrillas del Teatro, el fallecimiento de Máximo Gorki, la defensa del Cuartel de la Montaña, los viajes realizados a Rusia, la creación del Lyceum Club Femenino, la proclamación de la Segunda República, las Misiones Pedagógicas, la muerte de Gerda Taro, el refugio en Francia por Nancy Cunard, el trabajo realizado en Radio París, los campos mal llamados «de refugiados» en Francia…

Incluso podemos decir que María Teresa fue una visionaria en lo que a historiografía se refiere. Ella, que tanto habla de SU historia en este hermoso libro, demuestra que es también la de millones de españoles que sufrieron el exilio y el olvido. Por ello, la autora sufre y sabe que las generaciones futuras seguirán sufriendo:

¡Gente de España! Guerra de España que aún se cuenta o se canta o se discute. ¿Por qué esa persistencia en la memoria de los hombres? Han pasado años y años y, sin embargo, como el problema del pueblo español no ha sido resuelto, ahí está en pie. Los hijos no nos han dicho aún: Dejadnos de vuestras historias viejas. No, buscan hundir su mano en ellas, en esa sangre derramada para encontrarse por qué los han extraviado, los han dejado sin historia, tutelados por ideas derrotadas, sin voto y sin voz.

La Gran Capitana: La Guerra vista por Mika

Mi guerra de España es también una buena receta para curarse de la ignorancia. Normalmente debería recetarse su lectura cada año para todas aquellas personas que siguen equiparando a ambos bandos o que piensan como el señor Almeida, que seguimos sin ser dignos.

Dos argentinos antifascistas decidieron dejar la tranquilidad de La Pampa para luchar por la libertad. Ése fue el caso de Hipólito Etchebéhère y Mika Feldman, y el de muchos extranjeros indignados por el «pacto de no intervención» de los países llamados «democráticos».

Ambos se encontraron en Madrid el 18 de julio para defender la República, en busca de armas. Primero fueron a la frecuentada Puerta del Sol, donde se situaba el Ministerio del Interior. Pero en vano: el gobierno decía tener la situación controlada mientras se producía el asalto al cuartel de la Montaña. La pareja entonces vagó por las calles de Madrid buscando armas que repartían los sindicatos y los partidos. Así comenzó la revolución que después se convirtió en una guerra. Fue el POUM, el grupo más cercano a las ideas del matrimonio quien los acogió y les dio las armas correspondientes para defenderse.

Hipólito se encontró al mando de una columna del POUM. En la Alcarria, queriendo llegar a Atienza, Hipólito murió en combate. A partir de entonces, Mika se convirtió, sin quererlo, en la referente de aquella columna. Mientras permanecían encerrados en la catedral de Sigüenza para que no fuera tomada por los franquistas, las conversaciones giraban en torno a ella. Aquellos españoles no comprendían qué pintaba una argentina en aquella guerra. Ella respondía con serenidad:

Mika Feldman, posiblemente en 1937

Pertenezco a esta guerra y no puedo servirla más que aquí; porque es pura solamente aquí, lejos de la no intervención y de todas las cocinas políticas.

Tuvo que abandonar la catedral, muy a su pesar, ya que la pequeña columna se encontraba acorralada y sin ayuda de Madrid. Estas historias que cuenta Mika desde la madurez, no solo conmueven sino que son Historia y, sin embargo, Ella no se encuentra dentro. Mika fue víctima de las purgas estalinistas. Fue detenida y enviada a una checa, considerándosele enemiga de la República por su condición de trotskista. Pero Cipriano Mera, anarquista comandante de la 14 división y amigo de Mika, la salvó. Sin embargo ya no pudo volver al frente.

Cada 8 horas

Querido señor Almeida, estos son dos de los múltiples ejemplos de las lecturas de primera mano que puede realizar para enriquecerse, no solo intelectual sino humanamente. Evidentemente, las obras de Almudena Grandes, aunque noveladas, cuentan una terrible realidad que usted quiere seguir ignorando.

Para nosotras, Almudena no necesita ninguna distinción del Ayuntamiento: se comprobó en su entierro, ya que ustedes no asistieron. Ella pertenece al pueblo ahora, y ha dejado huella en la Literatura. Por eso ella permanecerá inmortal y usted pasará sin pena ni gloria.


Fuente → elcomun.es

banner distribuidora