Los Mutilados e Inválidos de la Guerra de España en el exilio contra la discriminación (1971)

En un artículo anterior estudiamos cómo la Liga de los Mutilados e Inválidos de la Guerra de España protestó en 1965 por la decisión del parlamento alemán de indemnizar a los combatientes de la División Azul. En este nuevo trabajo planteamos la protesta de la Liga sobre la situación de los mutilados de guerra del bando que perdió la guerra, residentes en España, en relación con los que habían vencido, en noviembre de 1971.

Los Mutilados e Inválidos de la Guerra de España en el exilio contra la discriminación (1971) / Eduardo Montagut

En otra ocasión también hemos tratado cómo era la situación de los mutilados de guerra en el franquismo y cómo se despreció institucionalmente a los que habían perdido.

Como decíamos, en noviembre de 1971, la Liga publicó una nota desde Burdeos, que recogió Le Socialiste en diciembre, donde se hacia una denuncia de lo que seguía pasando en esta cuestión en 1971, treinta y dos años después de haber terminado la guerra, como se recordaba en el texto publicado, aunque también se realizaba un llamamiento.

La Liga consideraba que a los mutilados e inválidos que combatieron por la República se les seguía considerando “enemigos de la patria”, y por lo tanto, que no merecían respeto ni ayuda alguna.

Desde el año 1939 eran verdaderos “parias”, en un régimen que se caracterizaba por la injusticia, dejando en el abandono a millares de heridos de guerra que habían combatido en las filas de los “vencidos”. El escrito consideraba que España era una excepción en esta cuestión.

La Liga hacía un llamamiento a todas las organizaciones nacionales e internacionales, personalidades y hombres de buena voluntad con el fin de que protestasen ante las autoridades españolas, reclamando para los mutilados e inválidos de guerra republicanos residentes en España los mismos derechos que se concedían a los mutilados e inválidos de guerra que combatieron en el bando considerado “nacionalista”. Se reclamaba que fueran realmente ciudadanos para todos los aspectos (pensiones, prótesis, empleos, etc.), con derecho a gozar todos los beneficios que concedía la ley.

La Liga quería dejar claro que no reclamaba nada al régimen franquista, aspecto importante a destacar, ya que, en calidad de una organización de exiliados no le reconocía autoridad alguna porque habría usurpado la soberanía nacional, instaurando un sistema de gobierno no sancionado por la voluntad popular. Pero no podía olvidar a los mutilados e inválidos republicanos residentes en España, que padecían tanta ignominia.

Hemos trabajado con el número 505 de Le Socialiste, de 2 de diciembre de 1971.


Fuente → elobrero.es

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