La historia de un albañil que fue tiroteado por la policía en una protesta a plena luz del día.
La transición no fue tan modélica, ni tan pacífica como nos cuentan.

4 de enero de 1978, Francisco Rodríguez Ledesma. La historia de un albañil que fue tiroteado por la policía en una protesta a plena luz del día. / María Serrano

Albañil de 54 años del barrio obrero del Cerro del Águila (Sevilla). Fue asesinado en una manifestación por un agente de paisano de la Brigada Político y Social.

Eran las cinco de la tarde de aquel 9 de julio de 1977. Francisco Rodríguez Ledesma. Albañil. Currante y vecino en paro del barrio obrero del Cerro del Águila se encontraba en una de las asambleas celebradas ante el expediente de crisis que amenazaba los dos mil puestos de trabajo de la fábrica textil de Hytasa (Sevilla). La instalación había sido inaugurada cuarenta años antes por el general Gonzalo Queipo de Llano.

Aquella tarde unas cien personas al grito de ‘No al cierre de la textil‘ alterarían, tras meses de protesta, al Seat 1500 color crema que llegaba a cada concentración con tres agentes de la Brigada Político Social. La nota del Gobernador Civil relata al día siguiente de aquella revuelta como “supuestamente lanzaron piedras al vehículo los manifestantes” de Hytasa. Más tarde, cayeron disparos. Gritos. Y un solo herido que termina muerto. A Ledesma, de 54 años de edad, le estalló el bazo y tuvo perforación de colon a causa del disparo de uno de los agentes de la BPS a menos de veinte metros de distancia.

Murió el 4 de enero de 1978. Hoy se cumplen cuarenta años 

Seis meses de lenta agonía y seis operaciones más no le salvaron de “sufrir un agravamiento considerable, con infección abdominal y una afección renal aguda”. Murió el 4 de enero de 1978. Hoy se cumplen cuarenta y cuatro años de su asesinato. Casos como el del albañil Francisco Rodríguez Ledesma confirman como a las puertas de la Transición, y con el dictador muerto hacía dos años, el terror no había pasado. Una de sus modalidades eran los tiros al aire en medio de manifestaciones que costaron la vida a trabajadores a plena luz del día.

El escritor Juan José Téllez relata sobre el caso de este albañil del Cerro del Águila la impunidad que nunca ha salido a la luz. El agente “era un tipo con gafas que bajó de un coche policial. Así describieron a su asesino. Nunca identificado, jamás condenado”.

La explicación oficial llegaría días más tarde en uno de los comunicados lanzado por el entonces gobernador civil José Ruiz de Gordoa.: “Dispersada la concentración, un grupo de unas 100 personas, identificó un coche policial dirigiéndose contra el mismo y arrojándole piedras con propósitos claramente agresivos, viéndose obligados los ocupantes a salir del coche y efectuar disparos al aire. Posteriormente se tuvo conocimiento de que en la Casa de Socorro de Nervión había ingresado un hombre herido de bala y que resultó ser Francisco Rodríguez Ledesma…”.“Se habían buscado la vida en este barrio obrero y en aquella etapa buscaba por las tardes chapuzas que le salieran en la casa de algún vecino», dice un antiguo vecino

La prensa de la época se hizo también eco de los terribles sucesos. “Las cargas de la Policía Armada sembraron el desconcierto entre los miles de manifestantes. Entre el tumulto, cinco disparos de bala salieron de la pistola de un policía de paisano hiriendo de muerte a Ledesma”.

Los obreros de la textil de Hytasa, una de las fábricas más grandes del sector, llevaban varias semanas de concentraciones. En sus puertas se reunían miles de vecinos de todos los barrios obreros, los Pajaritos, La Candelaria, Polígono Sur, Su Eminencia, Rochelambert y el Cerro.

Cinco disparos al aire

Aquella tarde del 9 de julio, Ledesma llegó a la concentración como un trabajador afiliado a Comisiones Obreras, aunque se encontraba en paro y nunca había sido de la plantilla de la textil. Esa tarde había pasado por la bodeguita donde hablaba con otros albañiles de posibles chapuzas que podían salir en el barrio.Su hermana aún guarda en el cajón de su habitación el carné de afiliado a CCOO, las gafas y las 50 pesetas que llevaba encima 

Sin dar apenas tiempo a los convocados, comenzaron las carreras, las cargas, el humo, todo por unos gritos que alteraron a aquella Policía Armada. Nadie olvida que los agentes de la BPS estaban a tan solo a veinte metros de distancia de los trabajadores de la textil. “De la calle Héroes de Toledo surgió un Seat 1500 color crema. De él se bajó un hombre que rondaba la cincuentena. Parece que algunas de las personas recriminaban a la Policía su enérgica, incontrolada e inconsecuente represión”, aclaraban los periódicos.

El recuerdo de los vecinos

“Nadie olvida aquella tarde. Fue para todos un día muy traumático. La muerte de un compañero que, sin ser trabajador, fue aquella tarde a ayudar a sus vecinos que se veían amenazados a irse a cola del paro” relata a Público Pepe Verdón, vecino del barrio en aquella época. Ledesma había llegado al barrio junto a sus siete hermanos desde Morón de la Frontera. “Se habían buscado la vida en este barrio obrero y en aquella etapa buscaba por las tardes chapuzas que le salieran en la casa de algún vecino. Sin familia y sin trabajo, este albañil intentaba salir adelante como todos”.“No tenía viuda ni hijos pero la familia que tenía sufrimos mucho, sobre todo mi madre, que nunca dejó de recordarlo”, recuerda su hermano

Miguel Rodríguez Ledesma, hermano de Francisco, recuerda como en aquella etapa su hermano mayor tuvo la peor suerte del mundo. “En aquella época vivía con mi madre. Después de tantos meses en el hospital solo queríamos descansar de un episodio tan difícil”, relata. El mayor de los Ledesma pertenecía como trabajador de la construcción al sindicato de CCOO. Su hermana Rosario aún guarda en el cajón de su habitación el carné de afiliado, las gafas y las 50 pesetas que llevaba encima en el momento que se cometió el asesinato.

“No tenía viuda ni hijos pero la familia que tenía sufrimos mucho, sobre todo mi madre, que nunca dejó de recordarlo”, destaca Miguel. Encarna, su mujer, afirma en conversación telefónica, cómo su suegra luchó largos años en un pleito con el policía que disparó a su hijo, “ganando cinco millones de las antiguas pesetas” como compensación por parte del gobierno ya en democracia.

Mil personas acompañaron al cuerpo de Ledesma

Verdón habla del dolor de una familia que no vio a los culpables sentarse en el banquillo hasta casi tres años después de su muerte. “El día del juicio estaban sentados en el banquillo el jefe de la BPS en Sevilla que aún está vivo y un agente de Cádiz de la Brigada que recalcó que aquel disparo a 15 metros de la espalda de Ledesma se hizo para salvaguardar su seguridad”. Los responsables no cumplieron condena, quedando otro asesinato de la Transición impune.Ledesma murió en el Hospital Virgen del Roció donde ingresó la misma tarde del 9 de julio

Ledesma murió en el Hospital Virgen del Roció donde ingresó la misma tarde del 9 de julio. Seis meses después con el pulmón infectado, el riñón y los intestinos no se pudo hacer nada por él. Hoy su hermana Rosario ha sido la única que ha mantenido su legado y reivindica la lucha de su familia por conseguir una respuesta a pesar del paso de los años. “El sindicato de Comisiones ayudó a la familia con una ayuda que hacían los trabajadores para la familia de Ledesma, esperando una lenta recuperación que nunca llegaría y que no le permitió a este albañil salir con vida”, afirma Verdón a Público.

Rosario Rodríguez Ledesma no olvida el día de la muerte de su hermano, cuarenta años después. “Cientos de personas quisieron acompañar a la familia desde el hospital al cementerio en una especie de cortejo que no fue finalmente permitido”. Cientos de personas fueron de todas formas y vociferaron delante de la policía pidiendo responsabilidad a “aquellos fascistas en una larga caminata hasta el camposanto”.

Víctima de la Transición. Víctima del franquismo

El colectivo Aire Libre, presidido por Verdón, junto al grupo de trabajo Recuperando la Memoria de la Historia Social de Andalucía de CGT (RMHSA) han exigido a la Junta que esta ‘víctima colateral’ del régimen tenga su Lugar de la Memoria, concretamente en la esquina donde fue alcanzado, la de la avenida de Hytasa con Diamantino García. Hoy lugar de entrada de un centro de educación primaria.El colectivo Aire libre repone cada mes una placa improvisada que recuerda a los vecinos del barrio la esquina de su asesinato.

La solicitud trasladada a la Dirección General de la Memoria Democrática, para su inscripción en el Catálogo de Lugares de la Memoria Histórica de Andalucía fue aprobada el pasado mes de julio, aunque Verdón recuerda que “se encuentran a la espera de que se coloque la placa oficial”. La nueva ley de Memoria ha aceptado como víctima de la dictadura a este albañil al haber sido asesinado antes de 1982, tal y como marca la nueva ley de Memoria Democrática andaluza.

Desde 2015, el colectivo Aire libre repone cada mes una placa improvisada que recuerda a los vecinos del barrio la esquina de su asesinato. “Nos la tiran, se cae, se moja con la lluvia pero una vez más la volvemos a poner hasta que llegue la definitiva”.

Cecilio Gordillo, coordinador de la RMHSA, añade a Público la importancia de este caso y de su recuerdo en esta etapa tan oscura. “La necesidad de que las víctimas de la Transición sean víctimas de la represión del régimen, aunque sí podríamos decir que el golpe tiene una fecha concreta, 18 de julio del 36 no así el nacimiento del modelo creado (franquismo) y mucho menos su muerte y represión”.

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