Barcelona: 134 concentración Verdad, Justicia y Reparación

Crimen tras crimen las víctimas nos llaman a desterrar los argumentos manipuladores del estado. Tenemos que hacerlo con la fuerza de los oprimidos que históricamente se han rebelado contra las mentiras de las oligarquías

Barcelona: 134 concentración Verdad, Justicia y Reparación / Traducido por Leticia Palacios

Veritat, Justicia, Reparació: 

Dissabte 29 de gener, 12 hores, 

Plaça de Sant Jaume, Barcelona

El derecho a saber la verdad

Este mes asistimos a un nuevo aniversario de la entrada de las tropas golpistas en Barcelona, aniversario de la represión asesina que se extendió como una insaciable mancha de muerte, que ya había asolado Lleida y Tarragona, y que estaba a pocos días de engullir Girona. La sucia bota fascista acabaría pisoteando toda Catalunya.

La derrota republicana fue devastadora y una multitud de personas, que llevaba en sus maletas, hechos trizas, todos sus sueños de justicia social, de educación y progreso, de laicidad y democracia y también de revoluciones en rojo y negro, echaron a andar con un terrible peso invisible en sus corazones. Camino del exilio dejaban media vida en su tierra, como escribió el poeta, hacia la incerteza de destinos impuestos. Otros dejaron literalmente toda su vida aquí, en un hogar que ya no reconocían como suyo, paisajes de prisiones, de juzgados llenos de injusticia, de pelotones franquistas disparando a antifascistas, dianas de su odio.

Se instauraba el juego macabro de la dictadura, que ya se había iniciado en 1936 en otros territorios, y lo hacía a golpe de brutal represión en una Catalunya donde todos los caminos estaban cerrados a la libertad. El casino del nacionalcatolicismo, donde siempre nos toca perder, arraigó con tanta solidez que aún juega con nosotros. Un negocio sucio, corrupto, oscuro y maloliente, que continúa destrozando vidas. En sus ruletas la mentira siempre gana y la verdad pierde. Nadie cierra sus puertas ni hace una auditoría pública con luz y taquígrafos porque los gobiernos son los crupieres a sueldo de las cloacas del estado. Por eso no sabemos más de lo que flota en la superficie de su mar de mierda, nos niegan el derecho a saber la verdad porque esta es la enemiga de nuestros enemigos, y por tanto, nuestra gran aliada para ganar la partida. Con la verdad no se juega.

Y aquí estamos, un año más, sin saber el nombre de todos los victimarios, sin un censo de víctimas completo y consultable, sin un acceso totalmente libre y efectivo a los archivos, sin la obligación ineludible de preservar, organizar y digitalizar toda la documentación relacionada con la represión. El acceso a la verdad es una carrera de obstáculos que mantiene en pie al Régimen del dictador reinventado en Régimen del 78 con Corona del Movimiento, que vive de los réditos de la mentira. El Reino de España nos obliga a mantener a un rey hijo de emérito corrupto, tan ladrón que incluso le robó la corona a su padre, bisnieto de lujurioso fascista y descendiente de un linaje parásito.

El estado nos trata como a menores de edad, incapaces de digerir la verdad, cuando nos dice que lo mejor para todos es pasar página y mirar hacia adelante…

Para descubrir parte de la verdad nos remiten a los libros de historia, a peregrinar por los archivos, a mendigar a la puerta de las administraciones, que muchas veces piden información a víctimas y familiares de víctimas para después esconderla bajo el comodín de la protección de datos. La única protección que debería contar es la que se le debe a las víctimas de crímenes de lesa humanidad. Los estados verdaderamente democráticos, en los que los preceptos de verdad, justicia y reparación forman parte de sus pilares, tienen que velar por las víctimas de sus crímenes y los de sus protegidos. Crímenes sin fecha de caducidad, que es justo lo que el Estado español nos niega.

Es imperdonable que la verdad sea vejada, violada y asesinada cada día en el Reino de España. Las verdades más pequeñas, las verdades bien escondidas, las verdades trascendentales, las verdades sabidas pero negadas. Esta dinámica perversa se impone en un estado que ha hecho de la mentira un arte siniestro y repugnante con la complicidad de una prensa vendida y servil, altavoz del engaño. Recibimos su contaminación diaria para hacernos dar vueltas por su laberinto de tergiversaciones y falsedades. Y mientras damos vueltas y más vueltas, observados por el capitalismo Mengele, las verdades se pudren en las cloacas del estado, algunas ya tan deterioradas que quizá no las podremos recuperar jamás.

Crimen tras crimen las víctimas nos llaman a desterrar los argumentos manipuladores del estado. Tenemos que hacerlo con la fuerza de los oprimidos que históricamente se han rebelado contra las mentiras de las oligarquías. Tenemos que quitarle la venda de los ojos a las personas que creen superado el franquismo y que banalizan el fascismo.

El derecho a saber todo lo que les pasó a quienes nos precedieron en la vida y en la lucha, a saber lo que nos está pasando, debería ser un derecho inalienable. El derecho a la verdad tendría que ser un deber intrínseco a la propia existencia de los estados, porque sin conocimiento no podemos ser libres. No podemos arrastrar por más tiempo el lastre de los secretos oficiales y oficiosos protegidos por la fuerza. Se tiene que desclasificar todo, poder tener acceso a los archivos policiales, judiciales y de todas las instancias opacas que protegen al franquismo y los franquistas, de ayer y de hoy.

Sabemos que las verdades pueden ser a veces terribles y no necesitamos que tutelen nuestra ignorancia forzosa. Nosotros no tenemos miedo a saber, pero el estado sí tiene miedo a que lleguemos a la verdad. Luchar contra la ocultación de la verdad y contra la mentira negacionista es agotador, pero a pesar de todo, no podemos renunciar a ganar esta batalla. Sobre la mentira repta el fascismo y crece el capitalismo más salvaje, que nos explota y aliena, sobre la verdad, aunque agriete nuestras realidades, se puede construir un futuro de esperanza.

El estado nos trata como a menores de edad, incapaces de digerir la verdad, cuando nos dice que lo mejor para todos es pasar página y mirar hacia adelante. Este argumento paternalista, falso y cínico, les reafirma en su derecho a mentir y negar la verdad y los hace dueños de la llave del candado que perpetúa su Régimen de impunidad.

Veritat, Justicia, Reparació: Dissabte 29 de gener, 12 hores, Plaça de Sant Jaume, Barcelona


Fuente → loquesomos.org

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