¿Qué aguanta la Monarquía y qué la puede hacer caer?

Todos los republicanismos del Estado español deberían verse como aliados, aunque esto signifique invertir el orden estratégico en el que se ha movido la izquierda española. No se trata de luchar por la República y que así queden reconocidas las naciones. Se trata de ayudar a la autodeterminación y la independencia de estas naciones, y ésta será la pieza que hará caer el resto, también la Monarquía

¿Qué aguanta la Monarquía y qué la puede hacer caer? / Albert Botran Pahissa:

La encuesta que publica la Plataforma de Medios Independientes vuelve a demostrar que la popularidad de la Monarquía borbónica española va bajando. Pagan los escándalos de los últimos años: las corruptelas y lujos de una Familia Real destapados precisamente en el momento que los Gobiernos español y catalán comenzaban los recortes sociales de la anterior crisis. La abdicación de Juan Carlos en 2014 fue una válvula de escape pero la Monarquía no se ha repuesto de aquella crisis, y la muestra es que el CIS dejó de preguntar por la valoración de esta institución aquel 2015 y, a pesar del compromiso del PSOE de recuperarlo, aún se mantiene esta cortina protectora de la demoscopia.

Pero en España estas mayorías sociales no se corresponden con mayorías políticas para que el PSOE sigue siendo absolutamente fiel a la Monarquía. No protege siquiera a Felipe VI sino también el Rey abdicado. Podrían utilizar el Emérito como chivo expiatorio pero sería una maniobra arriesgada porque sus actuaciones no eran individuales sino conocidas por toda la estructura de la Casa Real, incluido el que ahora lleva la corona. Por eso cualquier iniciativa que se presente en el Congreso para investigar la Monarquía cuenta con la oposición inamovible del PSOE.

La Monarquía es una institución que aguanta muchos equilibrios del Régimen del 78 y a la vez es sostenida por otros actores de este Régimen interesados ​​en que no cambien mucho las cosas. La España monárquica del 78 es una construcción de la que, si sacas una pieza, arrastrará a otras. La negación de la memoria histórica republicana y antifascista, el poder de clase del IBEX-35, la hegemonía conservadora (incluso reaccionaria) dentro del poder judicial o la impunidad policial, elementos todos ellos de la más estricta actualidad política, son manifestaciones de esta construcción levantada con la Transición.

Allí donde el mito de la Transición presentó más fisuras, porque había un antifranquismo de masas que no se quiso tragar todas las continuidades con el franquismo, es donde hoy la Monarquía saca los peores resultados. Particularmente en algunos territorios de las llamadas naciones históricas. Esto se vería más claro si la encuesta volviera a incorporar la visión territorializada de los resultados, como el año pasado, cuando recogió que el republicanismo en Catalunya representa un 66,5% de la sociedad.

Es en Catalunya donde claramente coinciden las mayorías sociales con las políticas. El independentismo, mayoritario en el Parlament y los Ajuntaments, es nuestro republicanismo. El libro Carta a un republicano español, de Jordi Serrano, explica a través de la propia experiencia y bagaje del autor cómo se produce esta confluencia en lo que él llama independentistas accidentales.

La unidad de España es otra de las piezas que sostiene el orden actual. Y por eso la lucha abierta por la autodeterminación del pueblo catalán es una crisis de Régimen. Todos los republicanismos del Estado español deberían verse como aliados, aunque esto signifique invertir el orden estratégico en el que se ha movido la izquierda española. No se trata de luchar por la República y que así queden reconocidas las naciones. Se trata de ayudar a la autodeterminación y la independencia de estas naciones, y ésta será la pieza que hará caer el resto, también la Monarquía. Se trata de convertirse en aliados en la consecución de Repúblicas.


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