Ramón Vila “Caraquemada”, el último maquis

Ramón Vila “Caraquemada”, el último maquis

El 7 de agosto de 1963, fallecía en Castellnou de Bages, Ramón Vila Capdevila, conocido como Caracremada, Passos llargs o Capitán Raymond.

Militante de la CNT y el último de los maquis anarquista catalán, que participó en la proclamación del comunismo libertario (1932), la guerra civil (1936-39), y la Resistencia francesa (1939-45) y, durante otros 18 años, la lucha contra el franquismo.

En memoria de él y de todos los que dieron su vida por la libertad y el ideal anarquista.


Cayó abatido en una emboscada de la Guardia Civil y fue enterrado en Castellnou de Bagues. Se celebró una jornada de homenaje a su lucha y su figura. El Sábado, Agosto 7, 2021 – 17:00 CGT Sallent

Ramón Vila Capdevila fue asesinado por la Guardia Civil en una emboscada Rajadell, cerca del Castillo en Balsareny, el 7 de agosto de 1963.

Fue enterrado en Castellnou de Bagues. Conocido como Caraquemada, fue un maquis antifranquista.

En el Museo del Maquis se recoge su historia:

En el cementerio de San Andrés de Castellnou fue enterrado Ramon Vila Capdevila, maquis conocido como “Pasos Largos”, “Caracremada” y por “Capitán Raymond” a la resistencia francesa, uno de los más destacados guerrilleros del maquis catalán. Tal y como se describe en www.sindominio.net, nació en el pueblo de Peguera, en el Berguedà. A los 12 años cuando estaba con la Dolores Capdevila, su madre, recogiendo legumbres, les cayó un rayo que mató a la Dolores y el Ramón le quedó la cara quemada; de ahí su apodo. Comenzó a trabajar en el textil en la Pobla de Lillet donde cometió su primer sabotaje que le provocó también la primera entrada en prisión. Más tarde trabajó en las minas de Fígols y participó desde muy joven en las luchas obreras de la Cuenca minera del Berguedà. Después participó en el levantamiento del Alt Llobregat de 1932 y lo encarcelaron durante seis meses. El mismo año intervino de forma activa en la huelga de los tranvías en Barcelona y el trono a encarcelar, siendo liberado por los trabajadores el 19 de julio de 1936, apenas iniciarse la guerra civil.
 

Participó en la guerra alistándose en la Columna de Hierro de Valencia. Luchó al terrible frente de Teruel para pasar después a formar parte de la Brigada Columna Tierra y Libertad. En 1939 se exilió en Francia, donde fue internado primero en el campo de concentración de Saint Cyprien y después al campo de Argelés, de donde huyó.

Fue detenido en 1943, los alemanes, en Perpiñán. En 1944 se escapó y se incorporó a la resistencia francesa de Lemoges y al maquis de Rochechouart, al Haute Vienne, donde se le conoció por el “Capitán Raymond”. Su especialidad eran los sabotajes. Las autoridades francesas como reconocimiento a su lucha le concedieron el máximo galardón, el de la legión de Honor que rechazó.

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Volver a Cataluña, para continuar su lucha contra el franquismo. Hacía de guía de la CNT, con el nombre de Ramón Llaugí, atravesando en múltiples ocasiones el Pirineo, tanto para transportar cargamentos de armas para los grupos de acción, como para trasladar activistas al otro lado del Pirineo.

Ramón Vila creía que el sabotaje contra las torres de alta tensión e instalaciones de suministro eléctrico, era la única manera de acabar con el régimen franquista.

En mayo de 1947, a raíz de una visita de Franco a las minas de Sallent dirigió un grupo de 50 guerrilleros, que habían de atentar contra el Dictador, pero debido a un accidente tuvieron que dar marcha atrás.

La última acción de Ramón Vila “Caracremada” fue a finales de julio de 1963. Su objetivo eran las torres de conducción de líneas de alta tensión que suministraban energía eléctrica en Barcelona. El 2 de agosto hacia las once de la noche colocó las cargas a las torretas. El día 7 de agosto a las 12’30 noche en un enfrentamiento con la guardia civil en el que no tuvo ni tiempo de disparar, caía mortalmente herido. El último guerrillero catalán fue asesinado en el paisaje de la Cruz del Palmar, situado entre los términos municipales de Castellnou del Bages y Balsareny. Fue enterrado, al otro lado del muro del cementerio de Castellnou de Bages, sin cruz ni referencia, olvidado entre el follaje.

Con la muerte de Ramón Vila Capdevila, llegó el final 


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