Desde hace semanas y coincidiendo con las celebraciones del Orgullo, en
España siguen saliendo a la luz varios casos de agresiones homófobas que
evidencian la violencia a la que sigue sometido el colectivo LGTBI.
Las continuas agresiones homófobas en España, una rémora cultural sin erradicar / Ricardo Rubio:
El 3 de julio fue una jornada particularmente negra con la paliza de un grupo de jóvenes que provocó la muerte de un chico de 24 años, Samuel Luiz, en la localidad norteña de A Coruña (Galicia).
"O
paras de grabar o te mato, maricón". Así comenzó la agresión mortal
iniciada por un hombre a la que se sumaron poco después hasta una docena
de personas, hechos que provocaron una ola de indignación social en el
país.
El
asesinato de Samuel se sumó a una larga serie de ataques contra
personas del colectivo sucedidos recientemente en toda España, muchas
denunciadas a través de las redes sociales.
El último informe de Evolución de los delitos de odio en España
difundido por el Ministerio del Interior revela que en 2019 este tipo
de agresiones aumentó un 8,6% respecto al año anterior, pasando a 278 de
las 256 reportadas en 2018.
Otro estudio, del Observatorio de las Discriminaciones de Barcelona,
certificó que la LGTBI-fobia fue el primer motivo de vulneración de la
integridad física por discriminación durante 2020, con 27 casos
reportados en la ciudad.
"En España tenemos una situación de infradenuncia en la que solo
denuncia una de cada diez personas que sufren una agresión. Con el
crimen de Samuel, lo que ha pasado es que ha salido a la luz lo que
mucha gente no había contado, sobre todo cuando hablamos de delitos
leves porque casos más graves al final salen a la luz cuando interviene
la Policía", cuenta a Sputnik Arantxa Miranda, vocal de delitos de odio
de la Federación Estatal LGTB (FELGTB) que agrupa a 50 entidades en
España.
Según
Miranda, lo que parece una oleada de casos de agresiones homófobas es
tan solo "la punta del iceberg", ya que todavía están quedando muchos
casos sepultados.
A
principios de junio en Galicia, un menor de 15 años denunció ante la
Policía Nacional una supuesta agresión homófoba por haberse declarado
gay ante otros jóvenes.
Días
antes, dos parejas de chicos fueron agredidas en una playa de Barcelona
y uno tuvo que ser ingresado e intervenido quirúrgicamente, según
informó el Observatorio contra la Homofobia de la ciudad.
En
Basauri (País Vasco), el 6 de junio un joven fue trasladado al hospital
tras ser objeto de una agresión en grupo que llevó a las autoridades
policiales a identificar a cerca de una decena de presuntos implicados.
Ekain
Perrino, de 23 años, declaró en la televisión vasca que los agresores
comenzaron a insultarle diciendo "que daba asco, que era un maricón de
mierda" y después le agredieron cuando se negó a marcharse.
Estos
son solo algunos de los casos más recientes, que se supieron gracias a
la difusión por parte de afectados, familiares o amigos; pero la
realidad es que la mayoría no llega a conocerse o identificarse como delito de odio.
De
hecho, en el año 2020, el Observatorio Vasco LGTBI+ denunció 50 delitos
relacionados con la orientación e identidad sexual, una cifra sin
precedentes, desde que vienen recopilando este tipo de agresiones.
Este
tipo de delitos suponen un agravante de la condena sobre otro ya
cometido pero, según Miranda, "muchas veces por desconocimiento tanto a
nivel jurista, como profesional o incluso de las víctimas, no se llegan a
detectar cómo odio".
"Aunque es verdad que la juventud utiliza muchísimo las redes sociales
creyendo que de esta forma están denunciando, tenemos que hacer ver que
deberían ir a denunciar para que se visibilicen", añade esta portavoz.
Los
datos del Ministerio del Interior reflejan que los agresores homófobos
son principalmente hombres (el 83%) relativamente jóvenes, de entre 18 y
40 años.
Por el crimen contra Samuel permanecen detenidos cuatro adultos (tres hombres y una mujer) de entre 20 y 25 años y dos menores de edad.
Miranda
explica que los autores de este tipo de crímenes habitualmente alegan
que no conocían a la víctima y, por lo tanto, tampoco su homosexualidad.
"Cuando
los agresores alegan que no conocían de nada a Samuel y no sabían que
era homosexual, esto solo demuestra la gratuidad de estos delitos en que
se ataca con una gran brutalidad e incluso llegan a matar", dice esta
portavoz.
A su parecer, "esto nos dice que lo mataron no porque sea Samuel, sino porque representa a un chico homosexual".
Estos sucesos contribuyen a extender el miedo y ansiedad entre los homosexuales,
que lo reciben como un mensaje de "vamos a por ti", y contribuyen a
tapar al colectivo porque familiares y amigos les piden "que tengan
cuidado" y "no visibilicen" su sexualidad.
Desde entidades como FELGTB también advierten sobre la normalización de determinados discursos desde las instituciones españolas de la mano de la extrema derecha.
"Que haya un grupo político que ponga como grupos diana a determinados colectivos, lo que hace es normalizar un discurso que si no se bloquea o sanciona acaba convirtiendo estos prejuicios en agresiones o incluso asesinatos", dice Miranda, que considera que "tiene que haber un antes y un después de esto".
Unos datos y una realidad preocupantes en España donde, si bien las autoridades hacen esfuerzos por impulsar una de las legislaciones más vanguardistas del mundo en cuanto a reconocimiento de los derechos para el colectivo LGTBI, aún permanecen actitudes que muestran que queda trabajo por hacer en cuanto a la educación y valores.
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