Felpudo VI

Asombra sobremanera que aquellos que tanto elogiaban la figura del todavía Jefe de Estado como garante constitucional de nuestro estado de derecho y de la unidad indivisible de la patria, ahora se atrevan ridiculizarlo haciendo chanza con su nombre y de su consorte.

La demostración reverencial de respeto que hacían con el acrónimo VERDE (Viva El Rey De España) que utilizaban contra quienes osaban criticar la figura real se ha tornado de la noche a la mañana en rechazo llamando al monarca con el mote Felpudo VI y a su consorte Fictizia. Hay que reconocer que han tenido ingenio y aunque VERDE encontró el rápido antídoto en MENA (Monarca Español No Acompañado), en esta ocasión, los motes de Felpudo y Fictizia difícilmente tendrán antídotos por razones obvias.

¿Qué ha obrado el milagro para tan radical cambio de actitud?

Lo ocurrido se puede resumir en que si haces lo que quiero y conviene a mis intereses eres bueno, magnífico y me representa, pero si haces lo que no quiero o no me conviene, eres malo, traidor y no me representa.

El monarca ha caído en desgracia para la extrema derecha y para esa no menos extrema revestida de con la impostura de la centralidad. La mecha la prendió Isabel Díaz Ayuso con sus declaraciones en Colón acusando a Pedro Sánchez de hacer "cómplice" de los indultos al monarca: "¿Qué va a hacer el rey de España a partir de ahora? ¿Va a firmar esos indultos? ¿Le van a hacer cómplice de eso?".

Ahora bien, ¿cuándo fue más felpudo el que ahora llaman despectivamente así? ¿Cuándo fue obligado por el gobierno del PP a condenar la interrupta y efímera proclamación de independencia de Catalunya sin condenar, a su vez, la desproporcionada intervención policial contra los que querían votar en el referéndum del 1 de octubre o ahora cuándo por mandato constitucional firma los indultos concedidos a aquellos condenados por el Procés?

Esta es la cuestión a la que no se atreverán resolver ni a contestar y encierra verdaderamente la esencia de la derecha política de este país. Una asilvestrada y montaraz que arrastra a esa otra acomplejada que no encuentra su sitio y que en su seno aún tiene muchos elementos igualmente asilvestrados y montaraces deseando competir con los primeros no en la racionalidad, sino desde la más absoluta de la inconsciencia.

Hay muchas razones por las que se puede cuestionar al rey como Jefe de Estado más allá de los escándalos y comportamientos poco edificantes de muchos miembros de la familia real. La primera de ellas y fundamental es haber recibido por herencia dicha jefatura de quien la recibió, a su vez, por el capricho de un dictador del que ni uno ni otro han renegado en ningún momento. La segunda, que no se haya atrevido a someter a referéndum la monarquía. Pero en modo alguno, puede ser criticado por haber cumplido un precepto constitucional.

La extrema derecha y derecha extrema defensores acérrimos de la Constitución, al parecer quieren un cumplimiento de la misma a la carta. La carta que ellos establezcan, lógicamente y, de ahí, que ahora se atrevan a cuestionar y ridiculizar a quien tanto defendían como símbolo del Estado y de un país que solo existe en su muy interesada imaginación.

Felpudo VI y Fictizia dos ingeniosos motes despectivos que a muchos republicanos causa estupor, así como, regocijo.