Madrid, libertad o monarquia


Madrid, libertad o monarquia
Lluís Simon 

La capital española está de moda. Dicen que es la ciudad más cosmopolita de esta galaxia y de más allá. El fervor popular hacia la virreina Díaz Ayuso es incomparable, y los monarcas, que lo miran desde La Zarzuela, respiran aliviados, lo que tiene su mérito. La represión de los Borbones en la capital española contra los disidentes ha sido siempre en el ADN de la familia, y en la Guerra Civil, los republicanos fueron masacrados, primero en la corta y luego a la larga.

También es cierto que los mismos madrileños viven engañados por cierta historia oficial respecto a su fiesta nacional , que recuerda los hechos del 2 de mayo de 1808. Dicen los catalanes, pero aquello también fue una derrota épica y un baño de sangre sin precedentes en que a menudo se acusa al general Murat, hombre de confianza de Napoleón, y se esquiva la participación activa de toda la troupe de la realeza de la época, empezando por Carlos IV y Fernando VII, que abdicaron como unos cobardes en Bayona, y terminando por los hijos del primero, María Luisa de Borbón y Francisco de Paula de Borbón, personajes que vivieron una larga vida a diferencia de muchos madrileños. Muchos de ellos creyeron que los Borbones estaban presos cuando en realidad la junta de gobierno que ordenó la represión y los fusilamientos mandaba en la ciudad en representación de Fernando VII.

La violencia estalló precisamente porque los Borbones se empeñaron que los hijos de Carlos debían viajar a Bayona, lejos de la chusma y fuera de todo peligro, pobrecitos. Durante la represión del mismo 2 de mayo y el día siguiente, los franceses no actuaron solos. Colaboraron militares españoles y las clases altas de Madrid, que celebraban la actuación contundente de Murat contra los revolucionarios. José Bonaparte, hermano del emperador, ya era la principal autoridad antes del regreso de Fernando VII, autor intelectual y más reconocido de la gran masacre.

'Los fusilamientos del tres de mayo', el conocido cuadro de Goya 

La reina de Etruria

Protagonista del 2 de mayo, María Luisa de Borbón, hermana de Fernando VII, y que se convirtió en reina en Etruria, fue otro de los inventos de Napoleón para controlar Europa. Situado en Italia, en la actual Toscana, el reinado sólo existió políticamente durante siete años (1801-1807) y tomó el nombre en homenaje al antiguo país de los etruscos.

La comunidad de los grandes palacios

Si por una razón u otra la familia real española no pudiera salir de Madrid ni de su comunidad, no tendría problemas de vivienda. En La Zarzuela, residencia habitual de los reyes, se puede añadir el Palacio Real, levantado por el amigo Felipe V, donde se celebró la boda y la proclamación de Felipe VI. Es el palacio real más grande de Europa. También tenemos el palacio de Aranjuez, construido por Felipe II, con unos jardines que no te los acabas. Si el rey se aburre puede dirigirse al palacio real del Pardo, que es escenario puntualmente de celebraciones familiares de los Borbones, como su compromiso matrimonial o la cena del día antes de la boda. Todo muy medieval.

Felipe V, rey por aclamación en la capital

A diferencia de Barcelona, ​​las sucesivas entradas de Felipe V en Madrid durante la guerra de Sucesión fueron celebradas por la multitud como la llegada del nuevo salvador de la monarquía y, de paso, de la patria. Felipe V entró en Madrid primero en 1701, luego en 1706 y finalmente en 1710 para preparar ya el embate final al resto del territorio contra los seguidores de Carlos de Habsburgo, que nunca contó con la popularidad en la capital española del su rival por el trono en aquellos años.


Fuente → lrp.cat

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