Monarquía, paraiso fiscal y submarino

 

Monarquía, paraiso fiscal y submarino
Puño en Alto

En medio de un escándalo sin parangón de presuntos delitos económicos financieros que involucran al padre, tíos, hermanas, sobrinos, primos y con un cuñado cumpliendo condena por graves delitos económicos, tarjetas black, cuentas en paraísos fiscales, fundaciones con grandes depósitos sin declarar, comisiones ilegales multimillonarias, etc., el rey se prestó muy displicente a una visita oficial a Andorra. Oh, casualidad que este pequeño país fuera y aún es un cuasi paraíso fiscal, donde han encontrado refugio legal todos aquellos que quieren eludir impuestos gracias a su baja fiscalidad. La visita no pudo ser más inoportuna y levantó no pocos rumores al respecto, a pesar del mensaje que se pretendió enviar a la ciudadanía sobre la implicación de monarquía en la lucha contra la elusión fiscal y de tender la mano hacia la armonización fiscal con esos países que aún en la práctica son paraísos fiscales y refugio de defraudadores y corruptos dilapidadores de fondos públicos. Oh, casualidad.

Ahora, en el afán de llenar la agenda institucional propia a la princesa de Asturias y sucesora del trono de una monarquía que hace aguas por los cuatro costados, hundida en los índices de popularidad y aceptación, han decidido que fuera madrina de la botadura de un submarino. Se trata del primer submarino diseñado íntegramente y construido en España de 80,8 m de eslora, diámetro de 7,3 m y un desplazamiento en inmersión de alrededor de 3.000 toneladas. Tras las pertinentes pruebas de navegación y de inmersión, el buque se entregará a la Armada española. La construcción del buque-submarino supone un hito tecnológico de la industria naval española, ya que consta de las más actuales y moderna tecnología en la materia.

Con esta iniciativa, la monarquía se ha pretendido relacionar con modernidad y actualidad. Del mismo modo, hay quien quiere ver un mensaje inequívoco de la Casa Real. “Tranquilos, esta monarquía es como este submarino construido con el esfuerzo conjunto de todos, navegará en superficie y se sumergirá a bastante profundidad en aguas tumultuosas y llenas de peligros y ataques, pero cuando crean que ya no va a poder a salir a flote, de repente emerge como un ave fénix en todo su esplendor y poderío para seguir navegando para, tras cumplir con su misión, llevar a su tripulación hacia un puerto seguro”.

La ironía es patente. El conjunto de los ciudadanos, la única modernidad que quieren en esta caduca, arcaica y poco democrática forma de estado, por muy parlamentaria que sea, es la que tenga que ver con la transparencia y ejemplaridad en el sentido más amplio de los términos. Una monarquía impuesta por un dictador, y jalonada de no pocos escandalosos y presuntos delitos no puede ni debe ser la máxima representación del país por muy actualizada en la modernidad tecnológica que se pretenda demostrar. Esos miembros de la familia real que gracias a la cuna se le ha regalado una vida fácil, acomodada como a ningún otro español y que a cambio ofrecen nada de ejemplaridad, deben ser despreciados democráticamente y de ahí la necesidad de una consulta-referéndum vinculante de Monarquía o República. Todo lo demás, son postureos y engaña bobos de quienes tienen un miedo feroz a perder sus privilegios obtenidos por el dudoso honor y mérito de haber nacido en el seno de una determinada familia y el temor de los que, gracias a la relación con miembros de la Corona, obtienen crédito social y pingües beneficios crematísticos.


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