
Dirigida por Alfonso Domingo, la cinta recupera aquellas tonadas que sonaron en plena contienda. La obra, que se emitirá en La 2 de Televisión Española este miércoles, se sumerge en el poder redentor de un cancionero que aún reverbera.
'Cantata de la Guerra Civil': el documental que rescata las canciones de nuestras trincheras /
Se cantaba en las trincheras. La música hizo soportable lo insoportable. El horror de la guerra,
con sus interminables esperas y esa funesta sensación de inminencia,
con su olor a pólvora y su zumbido metálico, encontró en las canciones y
en su poder evocador una suerte de antídoto. Melodías con las que soñar
tiempos más plácidos, tiempos en los que también se cantaba pero sin el
peor de los presagios.
El documental Cantata de la Guerra Civil
recupera aquellas tonadas que sonaron junto a ese runrún hecho de
morteros y metralla. Canciones que se cantaron en retaguardia y a pie de
trinchera, con las que sus intérpretes invocaron, quizá por última vez,
una vida que estaba en disputa. "Eran canciones que servían de argamasa
para poder sobrevivir, les permitían descargar las tensiones de la guerra", recuerda a Público Alfonso Domingo, director del documental.
Canciones como El día que nací yo, Mi jaca, Ay Carmela, Young men from Alcalá, La canción de Bourg Madame (versionada para la ocasión por Cuco y Luisa Pérez) fueron el refugio que muchos ansiaban. Un refugio que apenas duraba unos minutos y que enseguida se deshacía, hasta que el sonido de las sirenas irrumpía o la aviación amenazaba en la lontananza. Canciones que han perdurado décadas y que resuenan en la memoria colectiva de una mayoría de españoles en la actualidad.
"Nos faltaba algo así, Basilio Martín Patino realizó en el 1977 su Canciones para después de una guerra, que es una maravilla de película pero en la que quedó fuera el período de la guerra", recuerda Domingo. En Cantata se recupera la banda sonora que acompañó a los combatientes, pero también la que se pudo escuchar en la retaguardia; coplas, tonadas antiguas e incluso éxitos de la gran pantalla versionados libremente.
El largometraje incluye también material fílmico inédito no proyectado hasta el momento o apenas difundido. Entre otros, se pueden ver retazos de Nuestro culpable, una película producida por la CNT que es una comedia musical en clave de jazz con los primeros flash mob de la historia. Sí, han leído bien, flash mob en el Madrid de 1938. Por no hablar de esa joya sonora recuperada que es Leones rojos, himno de la selección nacional de fútbol de 1935.
Por Cantata desfilan voces que marcaron época como la de Imperio Argentina, Angelillo, Estrellita Castro, La Niña de los Peines, Conchita Piquer, Fred Astaire o Paul Robeson. También montajes atrevidos como el de Ojos verdes, con el que se rinde tributo a la mujer, vital en ambas retaguardias, pero sobre todo en la republicana, donde tuvo una presencia mayor ocupando puestos en la industria de guerra o en la cadena alimenticia.
Para reforzar el hilo narrativo creado a través de la música y las
imágenes de archivo, el documental cuenta con la voz del actor Javier Gutiérrez en la locución, que da paso a los distintos hechos y acontecimientos hilvanados a través del guión de Miguel López.
Periodistas y críticos como José Ramón Pardo, Fidel Moreno o José Antonio Martín Otín, y músicos como Luis Pastor o Pedro Guerra intervienen en la cinta para reflexionar sobre la importancia y repercusión que tuvieron aquellos himnos y coplas a la hora de afrontar el día a día de la contienda, también para enmarcar e interpretar unas canciones que son hijas de su tiempo y cuyos ecos, más de ochenta años después, todavía reverberan.
Se cantaba en las trincheras. La música hizo soportable lo insoportable. El horror de la guerra,
con sus interminables esperas y esa funesta sensación de inminencia,
con su olor a pólvora y su zumbido metálico, encontró en las canciones y
en su poder evocador una suerte de antídoto. Melodías con las que soñar
tiempos más plácidos, tiempos en los que también se cantaba pero sin el
peor de los presagios.
El documental Cantata de la Guerra Civil
recupera aquellas tonadas que sonaron junto a ese runrún hecho de
morteros y metralla. Canciones que se cantaron en retaguardia y a pie de
trinchera, con las que sus intérpretes invocaron, quizá por última vez,
una vida que estaba en disputa. "Eran canciones que servían de argamasa
para poder sobrevivir, les permitían descargar las tensiones de la guerra", recuerda a Público Alfonso Domingo, director del documental.
Canciones como El día que nací yo, Mi jaca, Ay Carmela, Young men from Alcalá, La canción de Bourg Madame (versionada para la ocasión por Cuco y Luisa Pérez) fueron el refugio que muchos ansiaban. Un refugio que apenas duraba unos minutos y que enseguida se deshacía, hasta que el sonido de las sirenas irrumpía o la aviación amenazaba en la lontananza. Canciones que han perdurado décadas y que resuenan en la memoria colectiva de una mayoría de españoles en la actualidad.
"Nos faltaba algo así, Basilio Martín Patino realizó en el 1977 su Canciones para después de una guerra, que es una maravilla de película pero en la que quedó fuera el período de la guerra", recuerda Domingo. En Cantata se recupera la banda sonora que acompañó a los combatientes, pero también la que se pudo escuchar en la retaguardia; coplas, tonadas antiguas e incluso éxitos de la gran pantalla versionados libremente.
El largometraje incluye también material fílmico inédito no proyectado hasta el momento o apenas difundido. Entre otros, se pueden ver retazos de Nuestro culpable, una película producida por la CNT que es una comedia musical en clave de jazz con los primeros flash mob de la historia. Sí, han leído bien, flash mob en el Madrid de 1938. Por no hablar de esa joya sonora recuperada que es Leones rojos, himno de la selección nacional de fútbol de 1935.
Por Cantata desfilan voces que marcaron época como la de Imperio Argentina, Angelillo, Estrellita Castro, La Niña de los Peines, Conchita Piquer, Fred Astaire o Paul Robeson. También montajes atrevidos como el de Ojos verdes, con el que se rinde tributo a la mujer, vital en ambas retaguardias, pero sobre todo en la republicana, donde tuvo una presencia mayor ocupando puestos en la industria de guerra o en la cadena alimenticia.
Para reforzar el hilo narrativo creado a través de la música y las
imágenes de archivo, el documental cuenta con la voz del actor Javier Gutiérrez en la locución, que da paso a los distintos hechos y acontecimientos hilvanados a través del guión de Miguel López.
Periodistas y críticos como José Ramón Pardo, Fidel Moreno o José Antonio Martín Otín, y músicos como Luis Pastor o Pedro Guerra intervienen en la cinta para reflexionar sobre la importancia y repercusión que tuvieron aquellos himnos y coplas a la hora de afrontar el día a día de la contienda, también para enmarcar e interpretar unas canciones que son hijas de su tiempo y cuyos ecos, más de ochenta años después, todavía reverberan.
Fuente → publico.es
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