La construcción de la memoria y nuestra identidad es un relato conjunto


Las autoras, documentalistas especializadas en los derechos humanos, defienden la necesidad de recuperar la memoria histórica española, a través de políticas concretas, como la creación de un museo de los horrores, la retirada de símbolos franquistas, la señalización de los espacios que sirvieron a la represión franquista o la construcción de un relato colectivo, con los objetivos de "hacer justicia", "buscar dignidad" y "defender los derechos humanos"

La construcción de la memoria y nuestra identidad es un relato conjunto / Carlos Conga:

En España tenemos una derecha que se considera heredera de la dictadura franquista. La derecha española quiere ser censora de lo que sucedió. Por eso, vimos cómo arrancaron las placas dedicadas a los represaliados del cementerio de la Almudena, censuraron los versos de Miguel Hernández, manchar la memoria de las Trece Rosas, llaman "busca huesos" a los familiares de represaliados y otorgan nulo presupuesto a la recuperación de la memoria y la reparación. 

La extrema derecha española pretende censurar lo que pasó, para que sus gobernantes son defensores de uno de los grandes genocidios de la historia. Defienden y se consideran sus herederos. Vemos como realizan homenajes, como celebran misas en su honor en el Valle de los Caídos o como llevan, orgullosos, símbolos franquistas.  

Cuando la derecha debe hablar en contra de la izquierda utiliza recursos como Venezuela, los "tipos", que los inmigrantes roban el trabajo, niega la violencia contra la mujer ... Esto ocurre porque es una derecha irracional, que se encuentra cómoda censurando el pasado y construyendo el relato que a ella le interesa, buscando así uno o varios culpables para afianzar su discurso entre una población que está cada vez más descontenta, ya que ha visto las diversas pifias que han ocurrido, tanto por parte del PSOE como por parte del PP, y sus correspondientes incongruencias.

"En España hubo un pacto de silencio en el 77. Lo único que consigue hacer un pacto de silencio como éste, con el que se intentó conseguir la supuesta transición democrática, es que se apoye a los vencedores y se olvidan las víctimas " 

Debemos tener en cuenta que, en España, la derecha es la gran opositora de la memoria histórica; como también debemos tener claro que la memoria histórica es necesaria. No se ha de llevar a cabo una política de olvido. En España hubo un pacto de silencio en el 77. Lo único que consigue hacer un pacto de silencio como éste, con el que se intentó conseguir la supuesta transición democrática, es que se apoye a los vencedores y se olvidan las víctimas. Este pacto únicamente consigue que a las víctimas no se les reconozca sus derechos como víctimas. 

Para conocer la historia son muy importantes la colocación de placas de la memoria, la señalización de los emplazamientos que fueron utilizados como campos de concentración o cárceles franquistas, donde se torturó a miles de personas; y que se retiran las placas y símbolos franquistas para que haya una política de reconciliación. No son aceptables la impunidad ni el olvido del pasado. Debe haber una política de reconciliación: debemos reconciliarnos con nuestro pasado, entenderlo y construir un relato conjunto.
 
La memoria histórica no es, como se dice mucho, "revancha" ni es "nostalgia". Es nuestra identidad, nuestro relato. Desde aproximadamente el año 2000, los hijos y las hijas de represaliados, y los hijos y las hijas que quedan con vida, empezaron a contar el relato de lo que pasó, de cómo asesinaron a sus familiares, de cómo sus propias madres o hermanas fueron violadas o fueron torturadas, de cómo les dieron a ingerir aceite de ricino y se pasea por las calles. Fueron construyendo un relato silenciado durante mucho tiempo, rompieron con este pacto de silencio, porque ya era hora que a quienes se les consideraba vencidos contaron su parte de la historia.  

 "La memoria histórica es buscar justicia, buscar dignidad, defender los derechos humanos, buscar la reparación y pretender que la democracia se afiance, no sólo en España, sino en cualquier lugar del mundo"

 No es posible olvidar el relato de lo que pasó. Empezaron a contarnos su vida, a contarnos la vida de su familiar fusilado o de su familiar fusilada, la de sus familiares represaliados, la miseria que pasaron, como los señalaban socialmente, el miedo a las cárceles, las torturas ... Empezaron a construir un relato sobre lo que sucedió en aquella España que se intentó callar; aquella parte de España que intentó ocultarse. Durante muchos años, se ha procurado que estas personas no hablaran, que se avergüenza de lo que pasó y, sobre todo, que tuvieran miedo.

 Se rompió la barrera del pacto del silencio y empezaron a contar un relato necesario para conocer los horrores del franquismo, la crueldad de la dictadura y todas las vejaciones que sufrieron. Esto dio lugar a un relato muy esclarecedor sobre nuestro pasado, sobre lo que se convirtió para sus familias y sobre lo que ocurrió en nuestra sociedad.  

En España no tenemos un museo del franquismo, donde se exponen las barbaridades y atrocidades que se hicieron; un museo del horror como hay en otros países, como Alemania y Estados Unidos. Existen muchos museos donde se explican los horrores sucedidos para que una sociedad debe conocer qué le ocurrió en el pasado porque no le vuelva a suceder en un futuro. Es esencial saber qué pasó, cómo se sufrió, y estudiarlo para que nuestro futuro sea mejor.

"No corresponde con la justicia que Billy el Niño, después de la cantidad de torturas o asesinatos que ordenó, viva en libertad ni que muriera con todas sus medallas y sin ser juzgado"  

La memoria es necesaria. La memoria histórica es buscar justicia, buscar dignidad, defender los derechos humanos, buscar la reparación y pretender que la democracia se afiance, no sólo en España, sino en cualquier lugar del mundo. No puede existir una democracia en que se justifique una dictadura, en que se defienda una dictadura o se intente olvidar lo que pasó en una dictadura.

La población española al completo ha de conocer los lugares que fueron cárceles o campos de concentración. Hay que saber qué ocurrió con los bebés y niños robados. Hay que saber qué pasó en cada lugar por donde pasaron presos del franquismo, como el campo de concentración de Albatera, en la provincia de Alicante; el monasterio San Miguel de los Reyes, en Valencia; o el paradero de San Marcos, en Toledo. Hay que juzgar a los que fueron culpables de atentar contra los derechos humanos. No corresponde con la justicia que Billy el Niño, después de la cantidad de torturas o asesinatos que ordenó, viva en libertad ni que muriera con todas sus medallas y sin ser juzgado. Y como él, está Benjamín Solsona y muchos, muchos más que murieron tranquilos a sus hogares a pesar de todo lo que hicieron.

Hay que juzgar a los culpables. Debemos conocer qué ocurrió en cada lugar. Se debe conocer la historia, las dos partes, porque se ha de construir un relato colectivo. Es nuestra responsabilidad hacer que se sepa del sufrimiento de tantas personas, que se conozca su relato para construir una memoria colectiva que nos ayude a mejorar el futuro y procurar que esto no vuelva a pasar. El revanchismo que muchos proclaman al respecto no existe. No se busca revancha. Se busca que se pueda contar el relato de ambas partes de la historia para que queden claros todos los hechos que tuvieron lugar en el pasado, para que se conozcan todas las atrocidades, para evitar como sociedad que se repiten, y porque se conozca nuestra historia completa. 

Nunca debemos olvidar que la memoria histórica no es revanchismo. La memoria histórica es justicia.     


Fuente → directa.cat

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