«España, una democracia». Eso dicen desde el poder

«España, una democracia». Eso dicen desde el poder

Uno de los axiomas más rentables que transmitió el aparato publicitario del Régimen del 78, es que tras la muerte de Franco, España es una democracia. Y lo hizo creando una realidad virtual, una distopía que sirve para esconder que una sociedad dividida en clases niega en su fundamento y esencia la democracia. Pero hay más, el Jefe de Estado (nada más y nada menos) no puede ser elegido por votos, tal y como ordena la Constitución se es por el resultado de la conjunción de espermatozoide y óvulo (si se pertenece a la familia Borbón). Desde los dueños de la «democracia» transmiten la idea de que eligiendo gobiernos es suficiente, y de paso esto sirve para no cuestionar (eso es intocable) el poder. La democracia patria es un espacio sin participación política donde la abstención crece al punto de considerar «normal» que casi la mitad del electorado no participe en citas electorales, no pertenezca a partidos ni sindicatos, pero sí que tenga vida activa la «ley mordaza», y la represión viva un momento álgido. Presos, exiliados políticos, colas del hambre, desahucios, emigración de decenas de miles de jóvenes, pero beneficios empresariales del Ibex de organizaciones económicas nacidas en el franquismo y engordadas en el actual post-franquismo… no son problemas propios de la democracia sino realidades propias de un sistema no democrático. Las calles gritaron no hace mucho «lo llaman democracia y no lo es», y eso -obviamente- sigue siendo válido. En la batalla ideológica-propagandística la clase dominante ha hecho creer que democracia y capitalismo son sinónimos y es exactamente lo contrario. En el panorama audiovisual hay un ejemplo latente que ejemplifica la calidad de la «democracia» nacional: Antena 3 es conservadora y La Sexta es progre, pero ambas son del mismo dueño.


Fuente → insurgente.org

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