«Si no hay nada que ocultar, por qué no investigar»

Impedir la investigación parlamentaria no hace más que aumentar la idea de que las corruptelas del emérito eran conocidas por la actual Casa Real, y dan el traste con la anunciada transparencia.

«Si no hay nada que ocultar, por qué no investigar» / Puño en alto – @puno_en:

Que el PSOE se haya aliado con la derecha y con los ultras redentores del tendido patrio no debe ser una sorpresa y tan solo significa que esa alma republicana que dice tener es tan solo una pose, un postureo. Vamos que es algo muy parecido a la chaqueta de pana con la que aparecía Felipe González tan solo en los mítines, para después veranear a bordo del buque Azor.

No es extraño que dos partidos que han estado carcomidos por corrupción sabida y por conocer no permitan que se investigase nada respecto a las presuntas andanzas corruptas y escándalos económicos del todavía rey emérito. El tercero en liza, es ese otro partido que parece aspirar a estar cuanto antes a ese mismo nivel, dada la poca catadura ética y moral de sus dirigentes.

Este hecho que algunos interpretan como un servicio patrio más a la monarquía y en concreto al actual rey, sin embargo, flaco favor le hacen ya que las verdaderas causas de esta insólita decisión están siendo objeto de toda clase de conjeturas, dimes y diretes. La más extendida es que el conocimiento de las corruptelas del emérito era conocido ampliamente por la Casa Real y que los miembros que se han beneficiado de ellas van más allá de la emérita y un par de nietos, llegando incluso presuntamente a los propios pies del actual monarca. Impedir la investigación parlamentaria no hace más que aumentar esta idea y dar el traste con la anunciada transparencia.

El error político del veto parlamentario perpetrado por PSOE, PP y Vox tiene dos derivadas que no me resisto a reseñar, aunque sea de manera somera.

Se podría pensar que los actores intelectuales del veto no confían en el resultado de la investigación parlamentaria y sopesan el desgaste que supondría para la monarquía y si confían en el resultado de un supuesto proceso judicial en el Tribunal Supremo de llegarse a abrir un proceso al emérito. Nada extraño conociendo la composición y quienes han puesto a esos miembros en dicho tribunal. Una de las razones dadas para el veto es que el asunto está judicializado, cayendo en una fragante contradicción e incoherencia, porque a la vez se jactan de decir que en nuestro país todavía no hay ninguna causa abierta contra el rey huido, al que le atribuyen el principio de la presunción de inocencia. Principio, que el actual monarca no tuvo en cuenta con su padre cuando le retiró la asignación económica y al renunciar de forma simbólica a su herencia, hecho que no han hecho ni harán sus hermanas, las infantas Elena y Cristina.

Por otra parte, este veto deja en aguas de borrajas lo dicho por Felipe VI en el discurso de Navidad. Ya saben aquellos de que los principios éticos y morales que los ciudadanos reclaman obligan a todos sin excepciones y que están por encima de cualquier consideración, de la naturaleza que sea, incluso de las personales o familiares, en una supuesta referencia muy velada y timorata a las corruptelas de su padre. Deja igualmente en papel mojado esa transparencia, porque podría muy bien haberse dirigido a los partidos componentes de la Mesa del Congreso pidiendo o exigiendo que en aras de esa transparencia faciliten la comisión parlamentaria de investigación sobre el uso de las tarjetas black y cuantas sean necesarias sobre el rey emérito y al parecer no ha sido así. Por lo que tampoco ha de extrañar que haya quien lo pueda interpretar como que algo hay que no quiere que se sepa o algo hay que es mejor ocultar.

Por tanto, con el veto a la investigación parlamentaria, a la que los letrados de la cámara baja dieron su beneplácito legal, se ha frustrado una oportunidad para recuperar algo de la legitimidad perdida por méritos propios por la monarquía, pero cabe pensar que el riesgo sobre lo que se podría conocer compensa esa pérdida de legitimidad.

Cada día que pasa y cada hecho que se va conociendo va en descrédito de esta monarquía, como que el gasto del servicio de cámara que atiende al rey huidizo en los Emiratos Árabes corren a cargo de Patrimonio, por lo que seguimos pagando todos los españoles, sean monárquicos o no. Por lo que un cambio de forma de Estado a una República se hace cada vez más necesaria, aunque sea por una mera cuestión de higiene.


Fuente → la-politica.com

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