
- La última cantidad atribuida al monarca se eleva a casi 2.000 millones de euros según una estimación realizada en 2012 por The New York Times
- — El Gobierno se niega a dar detalles de la salida de España de Juan Carlos de Borbón
La fortuna personal de Juan Carlos I: un patrimonio opaco y de origen incierto en el centro de la polémica / Elena Herrera:
La Casa Real anunció este lunes que quien fuera jefe del Estado
durante casi cuatro décadas se marchaba del país "ante la repercusión
pública que están generando ciertos acontecimientos pasados" de su "vida
privada". Lo que la Zarzuela intenta hacer pasar por una cuestión de
carácter personal es en realidad una polémica de altura sobre el origen
de parte de su fortuna, incluidas las sospechas de que deriva de negocios irregulares y de que utilizó testaferros para esconderla en el extranjero.
Sin embargo, a cuánto asciende la fortuna personal del rey
emérito es un misterio. Desde su llegada al trono y hasta el pasado
marzo, cuando su hijo le retiró la asignación en medio de la polémica
por sus oscuros negocios, ha venido recibiendo un sueldo con cargo a los
Presupuestos Generales del Estado. En 2018 ese montante fue de 194.232 euros. Sólo desde 2015, tras el estallido del 'caso Urdangarin, la Zarzuela ofrece con restricciones información sobre los regalos institucionales
—no los personales— que reciben los miembros de la familia real. Pero
el patrimonio del actual rey y de su predecesor sigue siendo secreto.
La última cantidad atribuida a Juan Carlos I se eleva a 2.300
millones de millones de dólares —casi 2.000 millones de euros— según una
estimación realizada en 2012 por The New York Times. El diario llegó a
esa cantidad tras hacer "un promedio de cifras ya publicadas", según
contó El Confidencial.
En ese artículo, el diario estadounidense subraya que "sigue siendo un
secreto" cómo Juan Carlos de Borbón "ha amasado su considerable riqueza
personal".
En 2002, la ya desaparecida revista Eurobusiness había estimado
el patrimonio del emérito en casi 1.700 millones de euros: 545 de
fortuna personal y 1.136 de bienes familiares. Según contó El Mundo,
el entonces embajador de España en Londres, Santiago de Mora-Figueroa,
envió una carta al director de la publicación calificando la cifra de
"disparatada". "[La cifra] solo se puede explicar por haber entendido
ustedes, erróneamente, que los bienes públicos propiedad del Patrimonio
Nacional, del Estado español, son propiedad privada de Su Majestad el
Rey, lo cual es evidentemente inexacto", escribió el diplomático.
The New York Times asegura en la citada información de 2012 que
los bienes del ahora emérito cuando accedió al trono en 1975 eran
"prácticamente" inexistentes. En 2013 trascendió la existencia de una
cuenta en Suiza vinculada a la herencia de su padre, que falleció en
1993. Juan de Borbón dejó a sus hijos bienes y fondos por un valor de
6,6 millones de euros, de los que 2,2 habrían correspondido a Juan
Carlos I, según publicó en aquel momento El Mundo.
Entonces, la Zarzuela aseguró que esa cuenta abierta en el país
helvético, territorio considerado refugio de evasores fiscales, se había
cancelado en 1995 y que el dinero se había destinado a pagar deudas. La
difusión de la existencia de esa cuenta y el patrimonio del padre del
emérito destruyó el mito de la pobreza de los Borbones por el exilio de
Alfonso XIII, su abuelo, durante la Segunda República.
Las pesquisas en Suiza
Precisamente una investigación abierta en Suiza sobre el origen
de parte de su fortuna es lo que ha acabado poniendo a Juan Carlos I
contra las cuerdas. El fiscal Yves Bertossa indaga si los 65 millones
que el monarca donó en 2012 a la empresaria Corinna Larsen, con quien
mantuvo una relación extramatrimonial, proceden de una comisión ilegal
de 100 millones de dólares pagada por el Gobierno de Arabia Saudí en
agosto de 2008 por supuestas gestiones para que empresas españolas
hicieran las obras del AVE a la Meca.
El origen de esa investigación está en las grabaciones que en
julio de 2018 publicaron OkDiario y El Español y en las que Larsen
atribuye al monarca el cobro de comisiones y el uso de testaferros. La
conversación había tenido lugar en Londres en 2015 con el comisario
jubilado José Villarejo, actualmente en prisión provisional por
múltiples delitos, y el expresidente de Teléfonica Juan Villalonga.
Tras la publicación de estos audios hace dos veranos, el fiscal
Bertossa inició una investigación y detectó el rastro de la supuesta
donación a la empresaria tras unas pesquisas en los despachos de Arturo Fasana,
gestor de fondos radicado en Ginebra, y el abogado Dante Canonica. Juan
Carlos I había depositado previamente ese dinero en un banco a nombre
de una fundación radicada en Panamá y administrada por Fasana y
Canonica. Estos dos últimos y Larsen están siendo investigados por
"blanqueo agravado" en ese país. Lo que trata de desentrañar Bertossa es
la supuesta estructura que presuntamente pusieron en marcha para
blanquear dinero de origen ilícito y esconder parte del patrimonio de
Juan Carlos I.
Los testimonios incluidos en la investigación suiza publicados
por varios medios de comunicación hablan de un monarca retirando
cantidades exorbitantes de dinero periódicamente, de su abogado
introduciendo maletines por el aeropuerto militar de Torrejón y de
Larsen asegurando que el emérito disponía de una máquina de contar el
dinero en Zarzuela.
Se desconoce por el momento si este es el único patrimonio que
el padre del actual jefe del Estado guarda en el extranjero. No
obstante, el Consejo Federal suizo rechazó la semana pasada bloquear cautelarmente sus fondos mientras se le investiga. El Ejecutivo suizo denegó la petición de Òmnium Cultural, que había reclamado la congelación de los activos.
Hechos tras su abdicación
La inviolabilidad que la Constitución consagra para los jefes
del Estado hace que sea imposible perseguir penalmente a Juan Carlos I
por los hechos anteriores a su abdicación en 2014. Es decir, en España
no se puede investigar si el origen de su fortuna está en negocios
irregulares. Pero el monarca sí debe responder por los hechos ocurridos
tras su salida del trono aunque solo ante el Supremo, tribunal ante el
que está aforado.
En esa etapa en la que se centra la Fiscalía del Alto Tribunal,
que estudia desde el pasado junio si existen indicios suficientes para
abrir una causa contra él tras la investigación que se empezó en Suiza.
Lo que un grupo de fiscales especializados dirigidos por Juan Ignacio Campos trata de "delimitar o descartar" es si cometió blanqueo de capitales en los movimientos de dinero o delito fiscal al no informar a Hacienda de sus rentas en el extranjero.
De ahí la relevancia del documento que la Agencia Tributaria
remitió en septiembre de 2018 a la Audiencia Nacional y en el que
informaba de que Juan Carlos I nunca había declarado tener cuentas
bancarias en el extranjero. El entonces juez del caso Villarejo, Diego
García Egea, solicitó a la Agencia Tributaria esa información en el
marco de la pieza 5 de la causa, la que investiga unas grabaciones entre
el policía encarcelado y Larsen en las que esta atribuye distintos
hechos delictivos al rey emérito, entre ellos fraude fiscal. Cuando
recibió la contestación, el juez archivó esa pieza por lo que el informe
no trascendió.
La existencia de ese documento quedó revelada en el auto del
actual juez del caso Villarejo, Manuel García Castellón, por el que
pasado 27 de julio ordenó la reapertura de esa pieza separada, archivada entonces por ausencia de indicios sólidos
y porque otros que constaban contra el emérito quedaban sepultados por
la inviolabilidad que protege a Juan Carlos I en todo lo anterior a su
abdicación en 2014.
Fuente → eldiario.es
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