Jóvenes, monarquía y república. Nos toca.

  • "Tenemos que elegir entre la representación del pueblo en torno a un rey, o la presentación del pueblo en torno a una república"
  • "Mi organización, a disposición del impulso de un nuevo movimiento republicano amplio y ambicioso liderado por la gente joven"

Jóvenes, monarquía y república. Nos toca.
Adán Callejo, portavoz de Rebeldía


El otro día me contaba una buena amiga que Juan Carlos I dijo algo así como: “Para los jóvenes españoles no soy el rey que trajo la democracia, sino el rey de Corinna, el elefante y los maletines…”. Y, efectivamente, así es. Aunque son muchas las personas que han explicado muy bien el papel real de Juan Carlos en el franquismo y la Transición, la relación entre la Casa Real y el Ibex 35, y el papel que ha jugado la monarquía históricamente en nuestro país, mi generación ya “nació” teniendo claro que la monarquía no (nos) sirve para absolutamente nada: no solo porque los Borbones son manifiestamente mediocres y presuntamente corruptos, sino porque son jefes de una institución que nosotros estudiábamos en clase cuando tocaba la Edad Media.

No hace falta convencernos de lo que ha robado el rey y lo absurda que es la monarquía en el siglo XXI. Como las corruptelas en torno a la Casa Real ya son muchos quienes las están denunciando, aprovecharé este espacio que me han prestado para reflexionar sobre lo que más nos interesa a los jóvenes: el día de mañana.

Yo soy de esa generación que se educó en el paradigma de la crisis de 2008, y entonces aprendimos muchas cosas. Aprendimos cómo se jugaba bien al fútbol con la selección ganándolo todo, pero también que encontrar trabajo indefinido era imposible; cobrar 1.000 euros, un privilegio; los grandes partidos, unos corruptos; independizarse de papá y mamá, ciencia ficción. Aprendimos lo que son los desahucios diarios, que los guiris son nuestro pan, los banqueros, muy poderosos, las listas de espera interminables, las clases del instituto abarrotadas y el rey, un meme andante.

Esa es mi generación, la pionera en “vivir peor que sus progenitores”, y la que aunque no tenga patria (porque las élites se la robaron), ha tenido en los últimos años un papel protagonista en dos de las luchas más transformadoras que recuerdan las calles de nuestro país: el feminismo y el ecologismo. Dos luchas que marcan un antes y después profundamente revolucionario en la medida que reconfiguran por completo la forma de organizarnos y leernos como individuos en una sociedad interdependiente. ¿O es qué acaso no hemos logrado que se cuestione el más antiguo de los órdenes de dominación social (dentro y fuera de la familia)? ¿O es qué acaso no se está cuestionando el sistema económico neoliberal por su incompatibilidad con el planeta? Pues sí, también mi generación es esa, apátrida pero comprometida con su pueblo y su hogar.

Síntomas de todo lo expuesto son las consecuencias socioeconómicas de la covid-19 en nuestro país y la respuesta política. ¿Cuál es la generación que más empleos ha perdido durante el estado de alarma? ¿Cuál es la generación que más dificultades ha tenido para pagar el alquiler? ¿Cuál es la generación que ha tenido menos ayudas sociales a las que acogerse? Sobra contestar. Las consecuencias socioeconómicas de la covid 19, es decir, las consecuencias socioeconómicas del sistema con el que nacimos tienen un nombre: “Precariedad”. Sin embargo, ¿cuál es la generación que más pecho puso para ponerse al servicio de sus barrios, pueblos y ciudades? Quizás aquí la respuesta sorprenda más que anteriormente (porque entre otras cosas, los medios de comunicación no lo han contado mucho), pero detrás de las redes de apoyo mutuo y los bancos de alimentos, imprescindibles para llegar allí donde las instituciones no llegaban, había gente joven.

La frase de “solo el pueblo salva al pueblo” cobró un sentido práctico. A la par que los cayetanos, los reaccionarios y la corte del Ibex 35 suplicaban al rey que actuase en pro de salvaguardar sus intereses, nosotras como pueblo (sin hacer mucho ruido) salimos en masa a cuidarnos y protegernos. Dime quién te defiende y te diré quien eres.

Algunos me llamarán loco, pero veo claros elementos que posibilitan que mi generación recupere una patria verdaderamente acorde a sí. Porque si algo ha quedado claro es que la solidaridad, la igualdad de género, la defensa del planeta, la libertad sexual y la diversidad cultural son un paraguas bajo el que hay mucha más gente que bajo el de la monarquía y el darwinismo social (a lo mejor tiene que ver con que el primero lo construye el pueblo desde abajo, y el segundo viene impuesto desde arriba). Este paraguas en el que la mayoría nos agrupamos tiene que definirse en una propuesta de país, que en mí humilde opinión, pasa por la construcción de una III República solidaria y plurinacional, que aprenda del pasado, pero para construir el futuro.

Esto hay que entenderlo como una necesidad histórica, no como una táctica electoral o una pugna de partidos, porque como decía un señor italiano: “El viejo mundo muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en lo claroscuros aparecen los monstruos”. La partida es simple, la monarquía y lo que representa se está desangrando. O construimos una república profundamente democrática que garantice la dignidad, la igualdad y la soberanía, o las élites se reinventarán y nos volverán a imponer un sistema en el que no cabemos. Dicho de otra manera: tenemos que elegir entre la representación del pueblo en torno a un rey, o la presentación del pueblo en torno a una república.

Quiero finalizar esta reflexión con un llamado a los jóvenes y a las organizaciones juveniles republicanas. Compañeras y compañeros, mi organización está a disposición del movimiento popular para que empecemos a currar desde la franqueza, la unidad, la valentía y el trabajo de base, en el impulso de un nuevo movimiento republicano amplio y ambicioso liderado por la gente joven que traiga a este país tan diverso y solidario la patria que se merece. Peleemos por el derecho a la fraternidad como principio vector de la construcción constitucional del futuro. Ahora más que nunca.

Los Borbones a las elecciones, la juventud a por la República.


Fuente → cuartopoder.es

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