«España, reino de Borbones, donde la inviolabilidad lleva a la impunidad»
 


«España, reino de Borbones, donde la inviolabilidad lleva a la impunidad» Viñeta de Macías y Monsalvett Artículo de Simone Renn:

La monarquía “hermana” de dictaduras fundamentalistas ha convertido nuestro país en un mercado de esclavas sexuales y en un arsenal de petromonarquías.

La inviolabilidad que goza la monarquía acaba generando impunidad y depravación, que se convierten en modelo aceptado, practicado y defendido por los poderes económicos y ocultado por la prensa cortesana, imprimiendo la corrupción como fórmula de Estado.

Los Borbones se han caracterizado por su conservadurismo, su cultura de cuartel y su adicción al sexo. Ninguno ha destacado por su intelectualidad.

La monarquía es una institución que ejerce la explotación infantil, imprime la infelicidad en las niñas y niños herederos y sus traumas, convertidos en excesos de uno u otro tipo, los pagamos la ciudadanía que la alimenta. Una sinrazón que debe parar ya.

En España nunca ha habido un referéndum para decidir si queríamos que nuestra forma de gobierno fuera República o Monarquía Parlamentaria.

Juan Carlos I juró lealtad a los Principios del Movimiento de Franco, pero nunca a la Constitución Española.

A la corte del rey Juan Carlos se sumaron empresarios que también hicieron grandes fortunas en la época del pelotazo y acabaron imputados o en la cárcel como los Albertos o Javier de la Rosa.

Ni Juan Carlos ni Felipe han condenado nunca el franquismo y son amigos de monarquías fundamentalistas que infringen de manera habitual los Derechos Humanos.

El emérito inició su Jefatura de Estado ignorando las resoluciones de la ONU y traicionando al pueblo del Sahara Occidental para salvaguardar su coronación, favoreciendo los deseos de Marruecos, EEUU y Arabia Saudí.

Juan Carlos fue amigo del mayor traficante de armas conocido nunca, el saudí Adnan Khashoggi.

El país elegido por nuestro emérito utiliza el método de castigo con latigazos para numerosos delitos; los disidentes son perseguidos y encarcelados; las mujeres son reprimidas, ser homosexual se considera un delito y la población es vigilada mediante aplicaciones móviles. Todo un paraíso para el retiro de un monarca demócrata. ¿Demócrata?
Traiciones, comisiones ilegales millonarias, propiedades ocultas en el extranjero, amnistía fiscal, cacerías de elefantes, amistades con monarquías que no respetan los Derechos Humanos, adicción al sexo, ventas de armas, caso Nóos… Son solo algunas de las noticias que han rodeado a la monarquía española y que repasamos en este artículo, cuyo objetivo es demostrar que el problema no es la “presunta” corrupción ejercida por Juan Carlos I, sino que el problema intrínseco lo posee de forma endémica la “institución de la monarquía”.

Prepárate para sumergirte en la monarquía española, más concrétamente en la Casa de los Borbones. Estás a punto de leer el artículo más largo de todo el blog. Un artículo para leer “en veces”

Si entramos en la Web de la Casa Real y revisamos la información sobre Juan Carlos Alfonso Víctor María de Borbón y Borbón podemos leer: “Su Majestad el Rey Don Juan Carlos” y  la verdad es que yo a este hombre no lo veo “majestuoso” pues eso significaría que es capaz de infundir admiración y respeto por su solemnidad, elegancia o grandeza.

Su Majestad el Rey don Juan Carlos I nació el 5 de enero de 1938 en Roma, donde residía la Familia Real, que había tenido que abandonar España al proclamarse la República en 1931. Fueron sus padres Don Juan de Borbón y Battenberg, Conde de Barcelona y Jefe de la Casa Real española desde la renuncia de su padre el Rey Don Alfonso XIII, y Doña María de las Mercedes de Borbón y Orleans.
Por expreso deseo de su padre, su formación fundamental se desarrolló en España, a la que llegó por primera vez a los diez años, procedente de Portugal, donde residían los Condes de Barcelona desde 1946, en la villa atlántica de Estoril, y tras su etapa como alumno interno en el colegio de los Marianistas de la ciudad suiza de Friburgo

Es decir, que a un pequeño de 10 años sus padres lo envían a vivir bajo la tutela de un fascista genocida como Francisco Franco, con la promesa de que a su muerte el principito heredaría la Jefatura del Estado del país al que Franco arrebató la libertad y la democracia tras someterlo a tres años de guerra y cuarenta años de cruel dictadura. El niño es entregado al dictador para ser educado bajo los principios del Movimiento.

¡Qué crueldad! Al hijo del monarca Alfonso XIII, Juan de Borbón y Battenberg, poco le importó su hijo. El egoísmo de la corte por sobrevivir como seres “privilegiados” les lleva a “vender” a sus propios hijos. Algunos dirán “que lo hizo por España”, hipócrita argumentación que esgrimen los que quieren ocultar sus egoístas intereses. Si no eres capaz de amar  y proteger a tu hijo, cómo vas a ser capaz de amar a tus compatriotas.




Como explica Alejandro Torrús en su obra “Historia golfa de las monarquías hispánicas”, la familia de los borbones desde luego no se caracteriza por ser intelectuales, son “cuartelarios”. Ninguno ha sido aficionado a la cultura ni a la lectura. Tienen cultura de cuartel, así Juan Carlos, lejos de su familia, no estudió ninguna carrera universitaria. Recibió formación militar y bebió de los principios del Movimiento.

Quien fue capaz de entregar su hijo al genocida dictador, era afín a la ideología de Francisco Franco, a la que llegó a denominar “Gran Cruzada Nacional”, de hecho cuando se inició el golpe de estado atravesó la frontera desde su exilio para unirse al ejército rebelde, pero Franco le dijo que se volviera por donde había venido.

Cabe recordar que el padre de Juan de Borbón, Alfonso XIII, tras abandonar España sin renunciar a la Corona en 1931 tras las elecciones que llevarían a la II República, donó un millón de pesetas de aquella época, a la causa franquista, a lo que hay que sumar el trabajo de los diputados monárquicos para conseguir aviones de guerra para los rebledes, que documentó el historiador Ángel Viñas.

Pues bien, el que se autoproclamaría “Caudillo” no quería competencia y Juan de Borbón suponía un peligro para el objetivo de Franco, que no era otro que hacerse con el poder y perpetuarse en él. De hecho los militares monárquicos que se sublevaron contra la República fueron alejados del poder cuando terminó la guerra, porque Franco quería ser el único Jefe de Estado. Pero Juan de Borbón ansiaba convertirse en rey y para ello no dudó en 1941 en buscar el apoyo de la Alemania nazi para la restauración de la monarquía, aunque esta le contestó que no estaba interesada en esa empresa.

El padre de Juan Carlos tras el final de la II Guerra Mundial, 1945, con el triunfo de los aliados y la caída del fascismo en Europa, cambia de tornas para conseguir su objetivo y busca aliados para desbancar a Franco y proclamarse rey de España. Así el 19 de marzo de 1945 con el Manifiesto de Lausana rompe con el franquismo. En él manifiesta que el régimen franquista “es fundamentalmente incompatible con las circunstancias presentes que está creando en el mundo”, es decir, con la victoria aliada, por lo que pedía a Franco que dejara paso a la “Monarquía tradicional” pues solo ella “puede ser instrumento de paz y de concordia para reconciliar a los españoles”.

Ya vemos, que los principios éticos de Juan de Borbón variaban con el viento que más favorable le fuera con el objetivo de recuperar el trono para su familia. Eso era lo único que le importaba y no el bienestar del pueblo español.

Franco reacciona a los movimientos del que pretende “destronarle” y en 1947 promulga la Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado (quinta “ley fundamental”), en la que se otorga de modo vitalicio la “Jefatura del Estado” al “Caudillo de España y de la Cruzada, Generalísimo de los Ejércitos”, y cuyo artículo 6° confiere a Franco el derecho a designar sucesor ” a título de Rey o de Regente” “en cualquier momento” y con plena capacidad de revocación de su decisión.​ Así pues, la Monarquía no sería restaurada sino instaurada en las persona de la realeza que el general Franco decidiera, convirtiendo de esta manera a su sucesor “en un títere del dictador y de sus herederos políticos”.

La rehabilitación internacional del régimen franquista y la aprobación en referéndum de la Ley de Sucesión en julio de 1947 debilita hasta tal punto a la opción monárquica, que don Juan de Borbón opta por cambiar de nuevo de estrategia respecto a Franco, y el 25 de agosto de 1948 decide entrevistarse con el Generalísimo en su yate Azor anclado en el golfo de Vizcaya. Como resultado de la entrevista se acuerda que el hijo de don Juan, Juan Carlos de Borbón, se educaría en España bajo la tutela del general Franco. El 7 de noviembre el príncipe, de 10 años de edad, llega a España.

Esto nos lleva a reflexionar sobre la “explotación infantil” ejercida por parte de la monarquía que sigue practicando hoy en día, pues ya me explicarán qué sentido tiene que una niña de doce años, como la princesa Leonor, lea su primer discurso ante un auditorio, discurso que claramente no ha dispuesto ella, y sin embargo con él se le asocie. Pasean a las menores como quien muestra un trofeo ante las multitudes, y es que claramente son sus “triunfos” pues en eso se basa la monarquía en tener hijos para nutrir al resto de la corte.

Recientemente hemos presenciado otra triste escena en la que Leonor fue protagonista, aunque ni tan siquiera le dejaron hablar. En su estancia en Mallorca durante este verano la familia real al completo realizó una visita al proyecto socio educativo Naüm, donde hubo una niña que sintió curiosidad por saber a qué querría dedicarse la princesa Leonor cuando fuese mayor. “¿Qué quieres ser de mayor”?, le dijo la niña. Una pregunta a la que Leonor no pudo contestar porque su madre se adelantó: “Lo que quiere no, lo que tiene que ser”, dijo la monarca dejando claro que la obligación de la princesa es continuar con el legado de su padre. ¡Qué tristeza! ¡Qué tiranía!

Volviendo a la entrada de la web de la Casa Real con la que comenzamos, podemos leer también:

Tras la muerte del anterior Jefe del Estado, Francisco Franco, Don Juan Carlos fue proclamado Rey el 22 de noviembre de 1975, y pronunció en las Cortes su primer mensaje a la nación, en el que expresó las ideas básicas de su reinado: restablecer la democracia y ser el Rey de todos los españoles, sin excepción. 

¡GRAN MENTIRA! En ningún momento de su coronación Juan Carlos hace mención a la “democracia”, muy distinto, jura lealtad a los “principios del Movimiento Nacional”. El hoy emérito nunca juró lealtad a la Constitución Española aprobada en 1978, lo cual hubiera sido una muestra de respeto a los españoles.

Conminamos a la Casa Real a rectificar este párrafo y eliminar, al menos: “restablecer la democracia”.




Así España en 1975 estrena de nuevo rey, un rey Borbón.

Un poco de historia sobre España y  La Casa de Borbón

La llegada de los Borbones a España está rodeada de una cruenta Guerra de Sucesión que lleva al territorio hispánico a una batalla entre las principales potencias europeas.

Carlos II de España (1665-1700), último representante de la Casa de Austria, nombre con el que se conoce en España a la dinastía Habsburgo, muere sin descendencia y nombra como sucesor a Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia.

Esta decisión genera una fuerte controversia entre las grandes potencias occidentales. Con la aparición de la Gran Alianza de La Haya, el imperio austriaco, Inglaterra, Holanda, algunos estados alemanes, Portugal y Saboya concretan un bloque antiborbónico que pretende imponer a un candidato alternativo: el archiduque Carlos de Austria. Comienza así en 1702 un conflicto bélico internacional en torno a la sucesión de la monarquía hispánica.

En 1705, representantes de la oposición firman con las autoridades inglesas el pacto de Génova, que garantiza que Catalunya mantendría su sistema de gobierno independientemente del resultado de la guerra en la que estaba a punto de participar. Ese mismo año, el archiduque fue proclamado monarca por los catalanes.

En 1713 finalmente las potencias aliadas firman el tratado de Utrecht con Felipe V, con lo que se consolida como rey de España a cambio de una serie de concesiones territoriales, entre los cuales se encuentra el tan traído y llevado “Peñón de Gibraltar”. Catalunya se queda sola.

Barcelona y Cardona son las únicas plazas capaces de resistir la contundente ofensiva borbónica. Bajo las órdenes del Consell de Cent, la milicia urbana organiza la resistencia de la capital catalana, que soporta el asedio con estoicismo durante más de 13 meses. 

El 11 de septiembre de 1714, más de 20.000 soldados inician el asalto definitivo de Barcelona. La resistencia del pueblo catalán obliga al Ejército borbónico a utilizar incluso las tropas de reserva, que tienen que luchar calle por calle para someter a la ciudad. Finalmente, después de más de 4.000 víctimas, la capital catalana se rinde a las tropas invasoras. Este es el origen de la celebración del “Día de la Diada” en Catalunya.

Felipe de Anjou, reinó durante 45 años con el nombre de Felipe V.

Es en este periodo donde se reemplaza el original francés Bourbon por su castellanización, Borbón.

Felipe V y sus hijos Luis I, Fernando VI y Carlos III (1700 – 1788)

Hacemos un rápido repaso por sus reinados.

Felipe V abdica en su hijo Luis I cuando tan solo tiene 17 años, habiéndole casado con tan solo 15 años con la princesa francesa Luisa Isabel de Orleáns, hija de Felipe II de Orleáns con 12 años de edad. Su reinado, colmado de fiestas, tan solo dura 229 días al morir el rey de viruela. A su muerte vuelve a reinar su padre.

Fernando VI, hijo de Felipe V y hermano de Luis I, heredaría el trono a la muerte de su padre. La infancia de Fernando VI estuvo marcada por el hecho de que su madre, la reina María Luisa Gabriela de Saboya, falleció a los cinco meses de su nacimiento, y de que su padre contrajo nuevas nupcias siete meses después de haber enviudado con la princesa del ducado de Parma, Isabel de Farnesio, que le dio seis hijos que prosperaron y no se ocupó de los primeros hijos del rey, ni de Fernando ni de Luis.

El rígido protocolo de la corte impedía el contacto directo de los príncipes con los reyes, ni comían juntos, ni asistían a actos oficiales con sus padres, así que Luis y Fernando se comunicaban con su padre, y con su madrastra, a través de cartas escritas en francés, que era la lengua que utilizaba la familia.

Una vez fallecido su hermano Luis I y habiendo abdicado su padre Felipe V, lo normal es que Fernando hubiese accedido al trono, sin embargo una maniobra de Isabel de Farnesio consigue que Felipe V acceda de nuevo al trono.

Fernando es alejado de la corte al ser percibido como un peligro para el reinado de su padre. Durante la mayor parte de los veintidós años en que Fernando es Príncipe de Asturias, él y su esposa, la princesa portuguesa Bárbara de Braganza, viven aislados de la corte y con las visitas restringidas en una especie de “arresto domiciliario”. Finalmente accede al trono tras la muerte de su padre, que tuvo durante sus últimos años de reinado una enfermedad mental y deterioro físico muy acentuado.

Cuando llega al trono, España se encuentra inmersa en la guerra de sucesión austriaca, que termina al poco tiempo (Paz de Aquisgrán, 1748) sin ningún beneficio para España.

Durante su reinado podemos destacar que hubo un cierto florecimiento cultural, un nuevo modelo de hacienda basado en el catastro y se impulsó el comercio americano que pretendió acabar con el monopolio de las Indias y eliminar las injusticias del comercio colonial.

Su punto más negro fue la Prisión general de gitanos, un intento de exterminar a los gitanos mediante su arresto y posterior separación de los hombres y de las mujeres, obligándolos a trabajar a ellos en astilleros y minas y a las mujeres en fábricas. Los menores de catorce años fueron internados en instituciones religiosas.

Tras la muerte de su esposa Fernando sugre graves trastornos mostrándose muy agresivo y actuando de forma anormal. No se sabe si debido a un trastorno mental arrastrado grave o a un trastorno neurológico.

Carlos III de España, medio hermano de Fernando VI e hijo de la segunda esposa de Felipe V, Isabel de Farnesio, hereda el trono al morir Fernando VI sin descendientes. Conocido como “el Político”​ o “el Mejor Alcalde de Madrid” (Madrid, 20 de enero de 1716-ibídem, 14 de diciembre de 1788), fue duque de Parma y Plasencia —como Carlos I— entre 1731 y 1735, rey de Nápoles —como Carlos VII— y rey de Sicilia —como Carlos V— de 1734 a 1759 y de España desde 1759 hasta su muerte en 1788.

Carlos III intentó llevar a cabo una reforma serena. Algunos de los hechos más destacados son:
  • La expulsión de los jesuitas de España en 1767 bajo la acusación de haber sido los instigadores de los motines populares del año anterior, conocidos con el nombre de Motín de Esquilache. Seis años después el monarca español conseguiría que el papa Clemente XIV suprimiera la orden de los jesuitas. Fue restablecida en 1814, pero los jesuitas serían expulsados de España dos veces más, en 1835, durante la Regencia de María Cristina de Borbón, y en 1932, bajo la Segunda República Española.
  • La suavización del tratamiento a los gitanos, aunque todavía con restricciones. Se prohíbe el uso de las denominaciones gitano o castellano nuevo (tenidas por injuriosas); se concede libertad de residencia (excepto en la Corte y Reales Sitios por ahora) y se permiten nuevos modos para ganarse la vida.
  • Hay que destacar el avance hacia la configuración de España como nación, a la que dotó de algunos símbolos de identidad (como los que en el futuro se convertirían en su himno y su bandera nacionales) e incluso de una capital digna de tal nombre, pues se esforzó por modernizar Madrid (con la construcción de paseos y trabajos de saneamiento e iluminación pública) y engrandecerla con monumentos, lo que le hizo ganarse el sobrenombre de “Mejor alcalde de Madrid”.
  • Un dato poco conocido es que al concluir la Guerra de los Siete Años en 1763 decide impulsar el desarrollo de la esclavitud dentro del Imperio español. Para tal fin, nada mejor que fomentar en el Caribe plantaciones azucareras similares a las que ya habían creado los franceses y británicos. El soberano se convierte en el mayor propietario de mano de obra cautiva de la monarquía hispánica con más de 20.000 esclavos, trabajando la mitad de ellos en Cuba. Otros se utilizan en Colombia, Perú, Ecuador y Chile. Unos 1.500 son alojados en la Península ibérica, en los arsenales de la Armada, especialmente en Cartagena, o realizando obras públicas en las inmediaciones de la corte, como los 300 esclavos argelinos que desmontaron la subida al Alto del León en el puerto de Guadarrama. Madrid se convierte en una ciudad multiétnica al contar con más de 6.000 esclavos que forman parte del servicio doméstico de los complejos palaciegos de la realeza y de las residencias pertenecientes a la aristocracia, el clero y otras fracciones de la clase dominante, dueñas por excelencia de estas valiosas mercancías, cuyo disfrute también les confería reconocimiento social.

Los reyes que vendieron España a Napoleón: Carlos IV y Fernando VII (1748 – 1833)

Carlos IV hereda el trono de su padre Carlos III pues el primogénito varón, Felipe Antonio, infante de España y duque de Calabria es excluido de la sucesión al trono de España y del de Nápoles debido a su condición de deficiente mental. Carlos IV aborrece la política y junto a su hijo Fernando VII venderán España a Napoleón Bonaparte por tierras y suculentas pensiones. Durante toda la Guerra de la Independencia llevada a cabo por el pueblo español Fernando reside en el Castillo de Valençay (Francia), donde llegaría a solicitar a Napoleón Bonaparte ser hijo adoptivo suyo, mediante la siguiente carta:

Mi mayor deseo es ser hijo adoptivo de S. M. el emperador nuestro soberano. Yo me creo merecedor de esta adopción que verdaderamente haría la felicidad de mi vida, tanto por mi amor y afecto a la sagrada persona de S. M., como por mi sumisión y entera obediencia a sus intenciones y deseos.

Tras la derrota de los franceses por el pueblo español regresa Fernano VII y promulga un decreto con el que restablece la monarquía absoluta mediante un golpe de estado, y declara nula y sin efecto toda la obra de las Cortes de Cádiz y deroga la conocida como Constitución de la Pepa (19 de marzo de 1812), que se convirtió en la primera constitución española, y fue una de las más progresistas de su época en Europa. Tras un primer sexenio desastroso los liberales le acaban obligando a jurar la Constitución al rey. Durante el Trienio, se proponen medidas en contra del absolutismo y se suprimen la Inquisición y los señoríos. Sin embargo, aunque el rey aparenta acatar el régimen constitucional, conspira secretamente para restablecer el absolutismo.

El monarca pide a las potencias europeas, principalmente a Francia y a Rusia que intervengan en España contra los liberales.​ Tras el Congreso de Verona, las potencias en efecto solicitan al Gobierno español que renuncien a la Constitución, petición que es tajantemente rechazada. Este rechazo hace finalmente que Francia invada España entregando el mando al duque de Angulema, sobrino del soberano francés.​ Finalmente, la intervención del ejército francés de los Cien Mil Hijos de San Luis —inferior en número pero mejor organizado que el español—, bajo los auspicios de la Santa Alianza, restablece la monarquía absoluta en España. Así se produce una durísima represión de los elementos liberales, acompañada del cierre de periódicos y universidades.


Es decir, que Fernando VII, no dudó en utilizar un ejército extranjero para imponer su monarquía absolutista al pueblo español.

La reina que asciende al trono con 3 años, con 14 ocupa la Jefatura del Estado y acaba exiliándose por corrupción: Isabel II (1833 – 1868)

Fernando VII muere sin hijos varones y promulga una ley que hace que su hija pueda acceder al trono, algo que no convence a los valedores del infante Carlos, hermano del rey, quien intenta acceder al trono apoyado por grupos absolutistas. Así comienzan las conocidas como Guerras Carlistas.


Recordemos que los “Requetés” fue una organización paramilitar carlista de gran importancia en la Guerra Civil Española, que se posicionó al lado de los militares fascistas rebeldes, para devolver a España de nuevo al oscurantismo. El Requeté tenía como objetivo defender la religión católica y oponerse al marxismo.


Isabel II asciende al trono de España el 29 de septiembre de 1833 tras la muerte de su padre, sin haber cumplido todavía los tres años de edad. Inaudito.

Durante los primeros años de su reinado, mientras Isabel es una niña, la regencia es asumida por su madre. La regencia de María Cristina estuvo marcada por la guerra carlista que la obligó a buscar el apoyo de los liberales moderados frente al pretendiente Carlos.

En el contexto de la guerra civil, el triunfo del liberalismo se produjo en 1836 tras el golpe de Estado de los sargentos de La Granja y la llegada al poder de Mendizábal con la desamortización de 1836 y la promulgación de la Constitución de 1837, de carácter progresista.

El proceso desamortizador comportó la supresión de órdenes religiosas, la nacionalización de sus bienes y su venta en pública subasta.

La Constitución afirmaba el principio de soberanía nacional y la práctica parlamentaria basada en el sufragio censitario y un sistema bicameral: Congreso de los Diputados y Senado. Con ambas reformas, se dio un decisivo impulso hacia el desarrollo capitalista y el liberalismo político, ampliándose la base burguesa del régimen.

Dada sus desavenencias con el ala más progresista del liberalismo finalmente María Cristina se vio forzada a renunciar a la regencia y se exilió en Francia, dejando abandonadas a sus hijas bajo la tutela de Argüelles y de la condesa de Espoz y Mina. Espartero, héroe de la guerra carlista y jefe del Partido Progresista, asumió entonces la regencia.

María Cristina de Borbón-Dos Sicilias que apenas se había ocupado de su hija, disfrutando de una vida que se desarrollaba de fiesta en fiesta, finalmente las abandona. No hay palabras…

Todo esto supone que la niña Isabel II carezca de un ambiente familiar y de la afectividad de su madre, a todo ello hay que unirle la ausencia de una educación adecuada y de una preparación política para una persona destinada a ser reina de España.

Todos los interesados partían del principio básico, de que cuanto más ignorante permaneciera la reina, mejor resultaría servirse de ella y de su cargo.

Es decir, que nos encontramos de nuevo ante un claro caso de explotación infantil por parte de la corte y acólitos que se aprovechan de una niña para beneficiarse.


El 8 de noviembre de 1843, con 14 años, Isabel II es declarada mayor de edad y dos días después jura la Constitución en sesión solemne ante las Cortes.

Por intereses políticos, cuando Isabel II cuenta con 16 años, el Gobierno arregla un matrimonio con su primo, el infante Francisco de Asís de Borbón, reconocido homosexual, con el que nunca fue feliz y que recibía un millón de reales por hacer la presentación de cada uno de los 12 hijos que Isabel tenía con sus múltiples amantes.

Según autores como Jesús Cruz, el reinado de Isabel II se podría catalogar como uno de los más corruptos en la historia de España, en el que familiares y acólitos hacían sus negocios a costa del erario público, como es el caso del sangrante negocio que supuso el establecimiento de las primeras líneas de ferrocarril en el país.

Isabel II fue más liberal que su antecesor, reabrió por ejemplo las universidades cerradas por su padre, pero el panorama educativo de su reinado continuo siendo desolador: en 1855 había en España 6000 pueblos sin escuela, en 1858 existían solo 53 institutos de secundaria.

Isabel tuvo que hacer frente a la Revolución de 1868 (conocida como La Gloriosa),​ que la obligó a abandonar España y exiliarse en Francia, donde recibió el amparo de Napoleón III y Eugenia de Montijo, y estableció su residencia en el parisino Palacio de Castilla hasta su muerte. El 25 de junio de 1870 abdicaría en París en favor de su hijo Alfonso XII.

El reinado de Isabel II es sustituido por el Sexenio Democrático, incluyendo el reinado de Amadeo I de la casa de Saboya.

Amadeo, hijo del rey de Italia, procedente de una antigua dinastía (vinculada con la española), progresista y bautizado católico, se convierte en el primer rey de España elegido por votación en un Parlamento, lo que para los monárquicos de siempre suponía una grave afrenta. Contó con el sistemático rechazo de carlistas y republicanos, cada uno por razones inherentes a sus intereses; y también de la aristocracia borbónica, que lo veía como un extranjero advenedizo, y además de la Iglesia, por apoyar las desamortizaciones y por ser el hijo del monarca que había clausurado los Estados Pontificios.

Amadeo I acaba renunciando al trono en 1873 y el 11 de febrero se proclama la I República que duraría hasta el 29 de diciembre de 1874, cuando el golpe de estado del general Martínez Campos da lugar a la restauración de la monarquía borbónica en la figura de Alfonso XII, hijo de Isabel II.

Llega Alfonso XII a España tras un Golpe de Estado y su hijo Alfonso XIII se exiliará tras la proclamación de la II República (1874-1931)

Un golpe de estado trae a España a Alfonso XII, que a diferencia de sus antecesores es más culto y se interesa más por el pueblo. Durante su reinado finaliza la guerra carlista. Se casa por amor con su prima María de las Mercedes que moriría de tifus. Se casó en segundas nupcias con María Cristina de Habsburgo-Lorena también conocida como María Cristina de Austria. El destino quiere que Alfonso fallezca muy joven de tuberculosis, con tan solo 27 años (1885), después de contagiarse al ir a visitar a enfermos a un hospital.

Cuando el 17 de mayo de 1886 la reina regente da a luz a un varón, tras la muerte de su esposo, Alfonso XIII, este es reconocido de inmediato como rey, siendo un caso único en la Historia. Hasta su mayoría de su madre ejerce la regencia.


En 1898 se firma la Paz de París mediante la cual España reconoce la independencia de Cuba (aunque a pesar de esto queda bajo la fuerte influencia estadounidense) y cede las otras dos colonias, Filipinas y Puerto Rico, a Estados Unidos.

En 1902, al cumplir los dieciséis años, Alfonso XIII es declarado mayor de edad y asume las funciones constitucionales de Jefe de Estado.

Se casa con la princesa británica Victoria Eugenia de Battenberg, este hecho y el ser hijo de María Cristina de Austria le da una perspectiva de los dos bandos que se enfrentan en la I Guerra Mundial en la que España permanece neutral.

Alfonso crea la Oficina Pro Cautivos, posiblemente la primera acción humanitaria gubernamental registrada en la historia, con el fin de intentar conseguir respuestas a los familiares que no sabían nada de sus parientes militares o civiles en zona de guerra.

Entre mayo y julio de 1918, Alfonso XIII enferma de un brote de gripe que acabó siendo la mayor pandemia del siglo XX. Debido a la neutralidad de España en la guerra, la prensa española no estuvo sujeta a la censura como la prensa de los países beligerantes e informó con mayor libertad sobre la enfermedad. Ello dio lugar a la impresión de que la gripe afectaba más a España que a otros países y a que la pandemia fuese conocida como la «gripe española».

España conoce numerosas revueltas sociales en sus principales ciudades durante las dos primeras décadas del siglo XX. Una de las más destacadas tuvo lugar en 1909 en Barcelona, conocida como la Semana Trágica. Uno de los factores que la desencadenan es el descontento de la población con la guerra de Marruecos: en ese año se había recrudecido el conflicto marroquí, convirtiéndose en uno de los principales problemas nacionales.

En 1921, a raíz de unas operaciones bélicas tácticamente desastrosas, se produce el hundimiento de la comandancia militar de Melilla (el desastre de Annual). El impacto que tiene sobre la opinión pública genera un sentimiento muy crítico con la política mantenida hasta ese momento en Marruecos, y en general con todo el sistema político de la Restauración, ya tambaleante desde la huelga general de 1917.

Se inicia una investigación de lo sucedido, con el expediente Picasso, en el que, al parecer, quedaban involucrados en graves responsabilidades cargos elevados de la administración, pero dicho informe nunca vio la luz.

Así se refirió por ejemplo Batet sobre Franco en el informe Picasso:

El comandante Franco del Tercio, tan traído y llevado por su valor, no siente satisfacción de estar con sus soldados, pues se pasó cuatro meses en la plaza (es decir, en la ciudad) para curarse de una enfermedad, lo que muy bien pudiera haber hecho en el campo, explotando así vergonzosa y descaradamente algo que no le impedía estar todo el día en bares y círculos. Oficial como este, que pide la laureada y no se le concede, donde con tanta facilidad se ha dado, ya está militarmente calificado.

Según algunos historiadores, precisamente para que los resultados del informe Picasso no salgan a la luz, en los que también podría estar involucrado incluso el rey, se impone mediante un golpe de Estado apoyado por Alfonso XIII la dictadura de Miguel Primo de Rivera.

Como consecuencia de sus éxitos en Marruecos Alfonso XIII conoce a Franco, quien poco a poco se convierte en favorito real. En enero de 1923 el rey le concede la medalla militar, así como el cargo honorífico de gentilhombre de cámara, llegando incluso a convertirse en el padrino de su boda, que fue representado por el gobernador civil de Oviedo, el general Losada.

La dictadura de Primo de Rivera dura hasta 1929, cuando Alfonso XIII finalmente ante la oposición creciente que genera el dictador, especialmente extendida entre estudiantes, intelectuales y el cuerpo de Artillería (se oponía a la reforma que pretendía el dictador de su sistema de ascensos), hacen que aparte a  Primo de Rivera del gobierno el 29 de enero de 1930.

Tras la caída del dictador —que fallece semanas después—, aumentan las manifestaciones antimonárquicas.

En febrero de 1931 el almirante Juan Bautista Aznar es designado presidente del consejo por Alfonso XIII. Su gobierno convoca elecciones municipales el 12 de abril de 1931. Al conocerse en los comicios la victoria en las ciudades de las candidaturas republicanas, el 14 de abril se proclama la Segunda República y el rey abandona el país ese mismo día.

Regresamos a la monarquía con Juan Carlos I “El comisionista” (1975-2014)

Juan Carlos, nieto de Alfonso XIII, nace en 1938 en Roma, ciudad donde vivían sus padres durante el exilio de la Familia Real tras la proclamación de la II República en España. Sería elegido por el dictador Francisco Franco para ser su heredero y dejar las “cosas atadas y bien atadas”.

Juanito, como lo llaman sus más cercanos para diferenciarlo de su padre, Juan de Borbón, en el 41 se traslada con su familia de Italia a Suiza.

El rey Alfonso XIII promueve la renuncia a los derechos sucesorios a la Corona de sus dos hijos varones don Alfonso y don Jaime, afectados por hemofilia, enfermedad que portó su esposa Victoria Eugenia nieta de la reina Victoria I, en su tercer hijo Juan de Borbón que se convierte en jefe de la Casa Real española y asume el título de conde de Barcelona.

Durante la estancia de la familia real en Lausana, la vida del infante Juan Carlos transcurre sin novedad y es enviado por algún tiempo a realizar los estudios propios de la enseñanza primaria al colegio de los padres marianistas de Friburgo, bajo la supervisión de Eduardo Vegas Latapié.

Cuando termina la II Guerra Mundial el conde de Barcelona traslada la residencia a Estoril (Portugal), donde se instala en Villa Giralda para estar más próximo a España y seguir los acontecimientos europeos con relación a España.

Juan de Borbón llega finalmente a un acuerdo con Franco y el 8 de noviembre de 1948, a los diez años de edad, Juan Carlos pisa por primera vez suelo español. Allí estudia durante ese año académico. Tras el verano de 1949, sin embargo, el deterioro de las relaciones entre Franco y don Juan llevan a este último a decidir que su hijo no volviera por el momento a España. Decide llevarse al niño de vuelta a Portugal como si de una pieza de mercancía se tratase.

Tras un año en Estoril Juan de Borbón “accede” a que Juan Carlos regrese a España en el otoño de 1950 para continuar sus estudios, en esta ocasión es acompañado de su hermano Alfonso, tres años menor que Juan Carlos. Para el verano de 1954 Juan Carlos termina el bachillerato.

El pequeño Juanito es instalado provisionalmente en la finca Las Jarillas, propiedad de Alfonso de Urquijo y Landecho, próxima a Tres Cantos, en las cercanías de Madrid. La residencia definitiva para seguir los estudios, en régimen de internado, se fijó en el palacio de Miramar, en San Sebastián, que era propiedad de la familia real.

No se sabe cómo transcurrieron los días del pequeño heredero en España, si tuvo que soportar desdenes de sus compañeros en un ambiente poco propicio a la corona en aquellos momentos. Lo que sí parece es que estaba rodeado de hijos de “ricos” algo que él no era. En una ocasión tuvieron que hacer una recolecta entre varios compañeros para regalarle un caballo porque él no tenía. Con los años parece que decidió que el dinero no sería nunca más un problema para él.

Según explican su hermano Alfonso era más alegre que Juan Carlos, si bien pudiera ser porque no tenía que soportar la presión que tenía el futuro monarca.

Juanito crece y para él se prepara una instrucción en la que tiene que realizar los estudios propios de la carrera militar, por lo que en octubre de 1954 ingresa en la Academia General de Zaragoza y sucesivamente estudia en la Escuela Naval de Marín y en la Academia de San Javier. Fueron casi cinco años de estudios militares.

Como colofón a los estudios de la Escuela Naval, realiza el viaje alrededor del mundo en el navío-escuela Juan Sebastián Elcano. De acuerdo, de nuevo, el conde de Barcelona y el generalísimo Franco deciden que el príncipe de Asturias debería completar su formación cursando algunos estudios civiles de Historia, Literatura, Derecho y Economía en las respectivas facultades de la Universidad de Madrid.

Hay un triste hecho en la vida de Juan Carlos, que nadie, salvo él, sabrá hasta que punto le marcó. Cuando él tenía ya 18 años en unas vacaciones en Estoril, según cuenta la versión oficial, tuvo lugar un desafortunado accidente en el que Juan Carlos mata a su hermano menor Alfonso de un disparo con una pistola. Lo cierto es que no se abrió investigación alguna sobre el hecho y que en España nada se dijo en aquel momento sobre lo sucedido.

Lo que llama la atención desde luego es que a pesar del accidente, Juan Carlos siempre ha sido amigo de las armas y enamorado de las cacerías. Algo que desde luego resulta extraño.

En abril de 1969 las Cortes Españolas de Franco proponen al príncipe don Juan Carlos como sucesor a título de Rey cuando se cumplieran las previsiones sucesorias, recibiendo desde entonces el título de Príncipe de España.



Juan Carlos alcanza la corona tras ignorar las resoluciones de la ONU en 1975, vende al pueblo saharaui para conseguir el apoyo de EEUU

La CIA destapó el papel que jugó Juan Carlos de Borbón en un hecho contrario al derecho internacional al iniciar su Jefatura de Estado ignorando las resoluciones de la ONU, y traicionando al pueblo del Sahara Occidental para conseguir el apoyo de Estados Unidos a su coronación como rey de España.


Según El Confidencial Saharaui, como resultado de los documentos desclasificados por la CIA en 2017, cuando Franco estaba ya muy enfermo, el Departamento de Estado de Estados Unidos aprobó un proyecto secreto de la CIA, financiado por Arabia Saudí para arrebatar el Sáhara Occidental a España.

En 1970, la Organización de las Naciones Unidas había aprobado la Resolución 2711, que aprueba a su vez la celebración en el Sáhara español de un referéndum de autodeterminación. Tras negarse en un principio a celebrarlo, España accede en 1974 a la celebración, movida por la presión en el territorio —en 1973 se había fundado el Frente Polisario, que luchaba por la independencia de la colonia— y la animadversión internacional. El Gobierno español anuncia entonces que el referéndum tendría lugar en 1975.

El rey de Marruecos, Hassan II, sufre entre tanto dos intentos de Golpe de Estado, por lo que le interesa desviar la atención hacia un enemigo extranjero.

En medio de la Guerra Fría entre Estados Unidos y la URSS, el territorio del Sahara Occidental era vital desde un punto de vista geoestratégico y, sobre todo, por los recursos naturales de los que dispone. En octubre del mismo año, la inteligencia militar española informa a Franco del plan de los Estados Unidos.

En este contexto, Hasán II insta al pueblo marroquí a realizar una marcha “pacífica”, conocida como “la marcha verde” tras rechazar la resolución del Tribunal de Justicia de la ONU y planea ocupar los territorios del Sahara español y forzar al Gobierno español a que reitre sus tropas de la región.​ A las columnas de civiles que marchan hacia el sur vía Tarfaya se unen también 25 000 soldados de las Fuerzas Armadas Reales.

Juan Carlos de Borbón durante la enfermedad de Franco se hace cargo de la Jefatura del Estado, momento en el que también acababa de tener lugar la “Revolución de los claveles” que devolvió la democracia a Portugal (1974), y no quería que algo parecido sucediera tras la muerte de Franco.

En su primer Consejo de Ministros, Juan Carlos de Borbón manifiesta su intención de ponerse al frente de la situación del Sáhara. Decide no informar al Gobierno de Arias Navarro de que había enviado a Washington a Manual Prado y Colón de Carvajal para hablar con Henry Kissinger e intentar evitar una guerra colonial que podría traducirse en una revolución por la que perdiera su corona.

Según El Confidencial Saharaui, Juan carlos aceptó mediar con Hassan II y se firmó un pacto secreto por el que Juan Carlos de Borbón entregaría el Sáhara a Marruecos a cambio del total apoyo político de los Estados Unidos a su Jefatura de Estado.

Tras la Marcha Verde, el 12 de noviembre de 1975 se produce la Declaración de Madrid por la que se entrega el Sáhara a Marruecos y Mauritania.

Desde el año 1979 Marruecos ocupa y administra el territorio del Sahara Occidental a pesar de no figurar como potencia administradora en la lista de la ONU, ya que Naciones Unidas jamás lo ha considerado como tal.
 
La ONU declaró nulos los Acuerdos de Madrid de 1975 firmados por Juan Carlos de Borbón por los que se cedía la administración del Sáhara a Marruecos y Mauritania.


Juan Carlos consigue ser coronado a los dos días de la muerte del dictador.

La Transición

Una vez coronado Juan Carlos se apresura a conceder a la mujer de Franco y a su hija títulos nobiliarios, y no era para menos, pues Franco le dejó en herencia todo un Reino, el Reino de España para él solito. La viuda de Franco fue “honrada” con el título de “Señorío de Meirás con Grandeza de España“ en noviembre de 1975 y de duquesa de Franco, a su hija María del Carmen Martínez-Bordiú:

Queriendo dar una muestra de mi Real aprecio y testimoniar los sentimientos de afecto y admiración a la egregia figura de doña Carmen Polo de Franco, de singular relieve en una gloriosa etapa histórica de nuestra Patria.


Juan Carlos I como rey “facilita” en su momento la denominada “Transición” hacia la “democracia”, si bien no se somete a ella, como hiciera en su momento Amadeo I de Saboya.

El ya rey elige para Presidente del Gobierno a Adolfo Suárez, quien confesaría en 1995 a la periodista Victoria Prego que:

La monarquía no se sometió a plebiscito porque las encuestas que manejaban daban como resultado que el pueblo optaría por una República. Así, que para evitar el rechazo de la monarquía, lo que se hizo fue redactar la “Ley para la Reforma Política” que sirvió de instrumento jurídico para permitir en el contexto de la Transición española la eliminación de estructuras de la dictadura franquista desde un punto de vista jurídico y en cuyo texto se incluyó al rey, de manera que si se aprobaba la ley se aprobaba la monarquía.

De esta manera el 18 de noviembre de 1976 se aprueba por las Cortes la octava y última “Ley Fundamental” del franquismo, la “Ley para la Reforma Política” en la que el ya rey aparece en la misma como sancionador de las nuevas leyes. Es decir, que “fue una imposición”.

La Ley para la Reforma Política es sometida a referéndum el 15 de diciembre posterior, con una participación del 77 % del censo y un 94,17 % de votos a favor.

Esta ley contiene la derogación tácita del sistema político franquista en solo cinco artículos y una convocatoria de elecciones democráticas. 

Hay quienes dicen que esta ley fue el “suicidio del franquismo” otros creemos que fue la “actualización y salvación del franquismo” en una época en la que su arcaico funcionamiento ya no tenía encaje. Ningún franquista sufrió castigo alguno, ni tan siquiera los torturadores, y sin embargo los demócratas republicanos no fueron recompensados.

Esa nueva “democracia” dejó que los más de 100.000 cadáveres republicanos continuasen en las cunetas sin que ningún rey, Juan Carlos o su hijo Felipe hayan mostrado en ningún momento interés por ellos. ¿Los reyes de todas y todos? ¡NO!

Los franquistas de la noche a la mañana se convierten en “demócratas” o eso es lo que les interesa decir para integrarse en una economía del siglo XX en la que las dictaduras no estaban bien vistas en el panorama internacional. Desde luego ninguna de las empresas del IBEX35 herederas del franquismo devolvió nada de lo robado y ahí continúan.

¡¡Así , nos colaron la monarquía!!





A continuación en España se celebran las elecciones el día 15 de junio de 1977.​ Las primeras desde la Guerra de España.

La coalición Unión de Centro Democrático (UCD), liderada por Adolfo Suárez, resulta la candidatura más votada aunque no alcanza la mayoría absoluta y es la encargada de formar gobierno. A partir de ese momento comienza el proceso de construcción de la democracia en España y de la redacción de una nueva constitución.

El 6 de diciembre de 1978 se ratifica en referéndum la Constitución Española.


Hay dos hechos que llaman poderosamente la atención sobre nuestro país. Uno es que somos uno de los cuatro países del mundo que tenemos un himno sin letra y su música es la que se utilizaba en el himno del franquismo.

La transición no fue capaz de consensuar un himno y los más de cuarenta años de “democracia” tampoco lo ha conseguido. Somos un país sin voz que baila a ritmo de la música de la dictadura. Hasta la canción que muchas veces se utiliza como himno alternativo de “Viva España”, que tanto gustaba a Franco, no es más que una versión de una canción de los fascistas españoles italianos que vinieron a ayudar a Franco a ganar la Guerra.



El otro hecho es que la bandera actual de nuestro país, es igual que la que utilizó Franco, sustituyendo la bandera de la República (roja, amarilla ý morada). La única diferencia de la actual y la franquista es que se cambió el águila -como algunos le llaman el pollo- por un escudo, pero es a todas luces una versión “blanqueada” de la que se utilizó durante la dictadura. Este es el motivo por el que muchas españolas y españoles no se identifican con la bandera española, mientras que la derecha y extrema derecha del país la lucen con desatino.

El intento de Golpe de Estado del 23F

Así llegamos al famoso intento de Golpe de Estado del 23F de 1981, si bien ya habían tenido lugar otros intentos anteriormente, que no llegaron a fraguar y que la ciudadanía no llegó a conocer. Uno de ellos fue la operación Galaxia, en la que también intervino Tejero, protagonista del famoso 23F.

Se ha hablado mucho de la intervención del rey Juan Carlos para frenar el Golpe de Estado, sin embargo también hay quien afirma que el rey jugó una doble baza, de manera que salía beneficiado tanto si el golpe triunfaba, como si fallaba en cuyo caso aparecería como salvador y por tanto reforzaría su imagen ante la ciudadanía. Es decir, jugó a caballo ganador en cualquier circunstancia. Si fue así, desde luego le salió a las mil maravillas.

Según fuentes consultadas por diario16.com el rey traicionó a los personajes que fueron públicamente líderes del intento de Golpe y, aún así, no acusaron al monarca en sus juicios.

En este sentido son muy llamativas las palabras de la que más tarde se convertiría en una de las amantes de Juan Carlos I, Corinna Larsen definiendo al rey emérito: tiene la enfermedad de la deslealtad. Solo es leal a sí mismo.


Según esas fuente el rey tiene múltiples reuniones con los protagonistas del intento de Golpe de Estado antes de que tenga lugar. Una de esas reuniones está protegida por el máximo de los secretos: la celebrada el día 13 de febrero de 1981, un encuentro que tuvo que ser muy importante porque el propio General Armada solicitó por carta a Casa Real autorización para usar, durante el juicio, en su defensa el contenido de la reunión. Juan Carlos I se lo denegó y Armada fue condenado a 30 años de prisión sin que mencionara en ningún momento lo que ocurrió aquel día.

En el blog del hoy senador y entonces diputado Iñaki Anasagati, autor de libros sobre Juan Carlos, podemos leer los acontecimientos que tuvieron lugar durante el 23F, según lo que le contó el que entonces era Secretario General de la Casa Real, Sabino Fernández Campo, quien relata como el rey celebró brindando con champán el asalto al Congreso de los Diputados por parte de la Guardia Civil liderado por el teniente Tejero, quien dijo tomar el Congreso “en nombre del rey” .

…Me dirigí de nuevo al despacho de Su Majestad y cuando entré me llevé la sorpresa de la noche, qué digo, la sorpresa de mi vida. Porque allí se estaba brindando. Y eso me nubló la mente y me enfureció. Así que, y ya sin protocolos, me dirigí a Su Majestad y sin pensarlo le dije mirándole de frente:

– ¡Señor!… ¿Está usted loco? Estamos al borde del precipicio y usted brindando con champán –y casi grité- ¡Señor!, ¿no se da cuenta de que la Monarquía está en peligro? ¿No se da cuenta que puede ser el final de su Reinado? ¡¡¡Recuerde lo que le pasó a su abuelo!!!

Entonces la cara del Rey cambió de color y vi como sus manos le empezaron a temblar y en voz casi inaudible mandó salir a los allí presentes, que de inmediato abandonaron el despacho. Todos, menos la Reina, que tenía cara de póquer.

Una vez solos Su Majestad se vino hacia mí, y tembloroso y casi llorando, me tomó de las manos y en tono suplicante me dijo:

– ¡Sabino, por favor sálvame! ¡Sálvame, salva a la Monarquía, ahora mismo no sé lo que hago ni qué decir!…

La publicación digital El Correo de Madrid publicó la semana del 23-F en 2019, una nota manuscrita del golpista Antonio Tejero en que confiesa bien claro, de su puño y letra, en una nota en papel con su membrete:

Tomamos el Congreso a las órdenes del Rey.


El texto lo enviaba el exteniente coronel de la Guardia Civil a un conferenciante que tenía que hablar en un auditorio de Cartagena sobre el Golpe de Estado. Tejero le escribe en un papel con una bandera española y un “viva España” entre exclamaciones:

En esta conferencia que vas a dar quiero que pongas de relieve que tomamos el Congreso, los Guardias Civiles a las órdenes del Rey, para que se pusiera un gobierno militar, pero que al ver que se convertía la cosa en una traicionesca borbonada para meter a marxistas en un Gobierno del que no se me dijo nada, no lo aceptamos.Por eso lo nuestro fue un contragolpe del que se benefició Leopoldo Calvo Sotelo que nunca nos dio las gracias.

Desde luego lo que parece es que Juan Carlos, por diferentes intereses de los distintos personajes de la sociedad española consiguió la complicidad y silencio no solo de su corte más cercana, sino algo todavía más importante, el silencio de los medios de comunicación sobre su responsabilidad en el 23F, sus “oscuros negocios” y la vida que llevaba con “sus múltiples amantes”.

Mientras todo esto sucede “el campechano” cada Navidad nos soltaba su “patriarcal y moral” discursito.

Según indican muchos personajes de la época, el hoy emérito con la maniobra del 23F “digna de Maquiavelo” conseguiría que en España se dijera aquello de: “No soy monárquico, pero sí juancarlista” al considerarle erróneamente salvador de la democracia.

Es relevante señalar que Juan Carlos I además de no jurar la Constitución de 1978 ni someterse a un referéndum en democracia para que el pueblo le reconociera como rey soberano, nunca condenó el franquismo. Como señala el hispanista Ian Gibson:

Es lamentable que Juan Carlos nunca, nunca, condenara el régimen franquista ni aludiera a sus miles de víctimas.

No es de extrañar que nunca condenase el franquismo, pues podemos escucharle a continuación en una entrevista de la televisión suiza en 1970, como sentía auténtica admiración por el dictador:



Y en la Transición, tras el intento de Golpe de Estado ¿Qué ocurría en las Fuerzas Armadas y de Seguridad del Estado?

Es habitual escuchar como la ciudadanía identifica al Ejército, Guardia Civil y Fuerzas de Seguridad con agentes defensores del franquismo, y cierto es que los mandos han sido franquistas, y muchos lo siguen siendo, por mucho que lo quieran negar los diferentes ministros y ministras de defensa de nuestro país.

Prueba evidente del franquismo en las FFSS es el manifiesto que en 2018, acabaron firmando cerca de 1.000 miembros de las Fuerzas Armadas en favor del “soldado Francisco Franco” ante las amenazas de sacar a Francisco Franco del Escorial, pero cierto es también que encontramos auténticos defensores de la democracia entre los miembros de las Fuerzas Armadas y de Seguridad del Estado como los valientes militares y guardias civiles que firmaron el “Manifiesto, respuesta colectiva y personal, en contra del franquismo en las Fuerzas Armadas.”

Es preciso poner en valor la actuación de estos valientes antifranquistas, al igual que es importante recordar a los militares que defendieron la República, pues tan solo uno de los ocho capitanes generales del Ejército de la República se unió a los militares rebeldes fascistas en el intento de golpe de Estado del 36, algo que de forma interesada nos han querido ocultar.

La fortuna del emérito

La democracia ha dedicado y dedica unos generosos presupuestos a la monarquía española, casi ocho millones de euros al año, sin embargo parece que a Juan Carlos I no le parecían suficientes y los indicios apuntan a que los complementaba con ingresos opacos que no declaraba a Hacienda.

Si bien los presidentes del Gobierno, los ministros y los diputados en España deben hacer una declaración de bienes cuando acceden al cargo en un acto de transparencia, la monarquía en España no está obligada a informar de sus bienes, lo que parece ha permitido incrementar el patrimonio aprovechándose de su privilegiado cargo y además no tributar por él.

En junio del 2019 el periodista Jaime Peñafiel, conocido por informar sobre la familia real española, hace unas declaraciones en las que:


Atribuye el capital de Juan Carlos a “una comisión por cada barril de petróleo que le permitió cobrar el dictador, una comisión que perduró hasta tiempos de Aznar.”


Franco durante la la crisis del petróleo de 1973 le pidió al entonces Príncipe de Asturias que intermediase con sus amistades del Golfo Pérsico para que a España no le faltase y el dictador le concedió la gracia de la comisión.

En el artículo “La incalculable fortuna de Juan Carlos, rey: de la cuenta ‘Soleado’ a los negocios con Corinna” de publico.es podemos leer como el economista neoliberal Roberto Centeno, exconsejero delegado de Campsa, asegura que, una vez asentada la democracia, las comisiones especiales ingresadas por la compra de cada barril de petróleo que adquiría España iba destinada a llenar las arcas personales del monarca Juan Carlos I, que en pocos años entró en las listas de potentados de la revista Forbes.

Parece que la comisión habría sido de entre uno y dos dólares por barril. Si hacemos cuentas, un petrolero de 200.000 toneladas lleva entre 1.400.000 y 1.600.000 barriles, lo que supondría que estamos hablando de que un petrolero le podía producir en aquel momento un beneficio de 2 millones de dólares del año 1979 al entonces príncipe y luego rey de España.

Durante los primeros años de la monarquía parlamentaria a la corte del rey se suman empresarios que también hacen grandes fortunas en la época del pelotazo, como los Albertos o Javier de la Rosa. Y todos, incluido los Pujol o dirigentes del Partido Popular, acaban poniendo su dinero en la misma saca, la del suizo Arturo Fasana, también conocida como la cuenta Soleado, que se encuentra en la banca de Suiza. Todos ellos han sido investigados por la justicia e incluso algunos han llegado a estar en prisión.

El juez tomó declaración a Fasana y le puso en libertad con cargos. Pero casi una década después la información relacionada con la cuenta que gestiona sigue bajo secreto de sumario, al igual que los supuestos ahorros del rey emérito que allí se atesoran. ¿Curioso verdad?

Arturo Fasana empezó a ser conocido cuando en el 2009 fue detenido en el caso Gürtel. Fasana utilizaba al rey emérito como garantía para sus cliente para blindarlos de posibles investigaciones. Según confesó Francisco Correa, líder de la trama Gürtel, Blanco Balín, también implicado en la trama, le dijo:

La importancia de los clientes de Fasana y de uno en concreto hacía imposible cualquier problema judicial, me dijo que me quedara muy tranquilo.

Supuestamente, el emérito también hace inversiones inmobiliarias en República Dominicana con empresarios relacionados con Juan Antonio Roca. Concretamente, se señalaba una promoción de superlujo que  llevaba por nombre Urbanización Rey Juan Carlos I.

Por otro lado se estima que la fortuna conseguida durante los años de romance de la empresaria Corinna Larsen y Juan Carlos, gracias a los negocios, entre otros, con la petrolera Lukoil podrían alcanzar los 30 millones de euros en efectivo.

Los negocios internacionales del rey Juan Carlos I le han permitido acumular una gran fortuna desde sus primeros pasos como príncipe, sin embargo, este patrimonio no se refleja en ninguna de las cuentas oficiales del Estado y es prácticamente imposible conocer, a ciencia cierta, cuánto dinero acumulan los Borbones y, en concreto, el rey emérito.

El periódico estadounidense The New York Times calcula en 2012 que la fortuna del antiguo rey se elevaría a 2.300 millones de dólares, una cantidad equivalente a unos 1.800 millones de euros entonces y a casi 2.000 millones de euros actualmente. En el artículo además se señalaba que, a diferencia de otras Monarquías europeas, los bienes de Juan Carlos cuando accedió al trono tras la muerte del dictador Francisco Franco equivalían a “prácticamente nada”.

La revista Forbes también estimó que Juan Carlos habría acumulado una fortuna de 2.000 millones de dólares.

El patrimonio de los miembros de la Casa Real no se refleja en ninguna de las cuentas oficiales del Estado y es prácticamente imposible conocer, a ciencia cierta, cuánto dinero acumulan los Borbones y, en concreto, el rey emérito.

Pero ¿de dónde provenían los ingresos de Juan Carlos? Además de las comisiones por los barriles de petróleo que llegaban a España, de lo que no cabe duda es que empresas del IBEX35, muchas de ellas herederas y beneficiadas por el franquismo, desembarcaron en el Golfo Pérsico de la mano de Juan Carlos y parece que no fue gratis.

Las empresas españolas están haciendo negocios con las dictaduras funadamentalistas del petróleo, algunas de ellas incluso están convirtiéndose en parte de ellas, como sucede con El Corte Inglés, pues el segundo inversor del segundo mayor distribuidor de España hoy en día está en manos de Hamad Bin Jassim (HBJ) Bin Jaber Al Thani, ex primer ministro de Catar y uno de los pesos pesados del régimen petrolero del Golfo Pérsico.

Cabe preguntarse ante tantos movimientos con las petromonarquías: ¿Esta “hermandad” de Juan Carlos no estará suponiendo una venta de nuestro país a las dictaduras fundamentalistas? Juan Carlos ya traicionó sin ningún rubor al pueblo del Sahara Occidental y se lo entregó a Marruecos. Podría decir aquello de: “No es nada personal, son negocios”.

En 1991 en una entrevista a “el campechano”, pues así fue apodado por su carácter bromista, apuntaba ya su falta de intención sobre el pago de impuestos:




El problema de la fortuna de Juan Carlos, además de poder provenir de negocios poco lícitos, es que no ha tributado en España como lo hace cualquier ciudadana y ciudadano español, y esto lo hacía mientras predicaba “que la Justicia era igual para todos”. ¡Otra de las bromas de Juan Carlos!



Juan Carlos y su estrecha relación con el mayor traficante de armas Khashoggi y con las dictaduras de Arabia Saudí o Marruecos

Los contactos de Juan Carlos I con las élites de los negocios de Arabia Saudí se remontan a los años 70 en los que Adnan Khashoggi, que se hizo billonario como mediador en las ventas de armas entre Occidente y Oriente Medio, fue gran amigo de Juan Carlos en la época más depravada de Marbella.

Adnan nace en La Mecca y comienza a desarrollar sus negocios ayudado por los contactos de su padre, quién era el doctor de la corte del rey Ibn Saud de Arabia Saudita.

Adnan Khashoggi llega a vender una cantidad suficiente de armas como para convertirse en uno de los hombres más ricos del mundo en esa época: poseía una fortuna estimada en más de 40.000 millones de dólares y además tenía una colección de 11 “esposas del placer” para él y sus “amigos”.

Uno de sus yates el famoso Nabila que atraca en Porto Banús es considerado uno de los barcos más bellos del Mediterráneo, barco que luego pasaría a pertenecer al actual presidente de Estados Unidos., Donald Trump. Sin comentarios…

En su residencia en Marbella llamada “La Baraka” y en el Nabila se celebran fiestas con derroches de lujo y servicios de las prostitutas de clase alta; y esta es precisamente una de las razones por las cuales este multimillonario saudí se convierte en todo un personaje envuelto en controversias y escándalos sexuales. Con este despliegue de medios consigue impresionar a sus clientes y conseguir suculentos y sangrientos contratos.

No es de extrañar que el Borbón, entonces Príncipe de España, con su gusto por el dinero y el sexo se hiciera gran amigo de Khashoggi.

En el año 1986, “el rey de Marbella”, que así era considerado, es encarcelado en Estados Unidos por ayudar a su amigo, el ex dictador filipino Ferdinand Marcos, a esconder más de $100 millones (87 millones de euros) que habían sido robados de las arcas públicas de su país cuando se exilió con su esposa en Hawai.

Juan Carlos durante los años 70 mantiene relaciones muy cordiales, incluso de amistad, con todos los monarcas reales del Golfo Pérsico, muchos de ellos asiduos visitantes de Marbella en aquella época. Entre ellos mantenía amistad con Mohamed Reza Pahlaví, el sha de Irán (1919-1980), a quien fue al primero al que el rey de España pediría dinero por carta en 1977, 10 millones de dólares, para “el fortalecimiento de la monarquía española. Bueno, eso es lo que dijo…

El príncipe heredero saudí Fahd bin Abdulaziz (1921-2005) además de contestar afirmativamente a la petición de Juan Carlos para que en la crisis del petróleo (1973), este no faltara en España:

Decid a mi hermano el príncipe don Juan Carlos que le enviaremos todo el petróleo que España necesite.
según relata la periodista Rebeca Quintans en su libro “Juan Carlos I: la biografía sin silencios”, también le hizo en 1977 un préstamo de 100 millones de dólares a tipo de interés cero. Dos años después le regaló el yate Fortuna, el cuarto bautizado con ese nombre, con el que la familia real española navegaría por el Mediterráneo hasta 1999.

Ya vimos la afición de Juan Carlos a otorgar títulos nobiliarios a quien menos se lo merece, como el que concedió a la esposa de Franco y a su hija, ducado de Franco, que para humillación y vergüenza de la democracia española heredó el año pasado su nieta Carmen Martínez-Bordiú, pues bien, una de las “mayores bromas” del emérito, la llevó a cabo cuando decide conceder en 2007 el Toisón de Oro al monarca saudí Abdulá bin Abdulaziz Al Saud, ya que precisamente el toisón de oro fue un galardón creado por el duque de Borgoña para premiar a los benefactores y protectores del cristianismo, y Juan Carlos se lo concedió a un fundamentalista del Islam. Sin comentarios…

Otra de las actuaciones inmorales de Juan Carlos tuvo lugar cuando en las fechas en las que la monarquía saudí, ya señalada por la violación de los Derechos Humanos en múltiples ocasiones, es acusada en 2018 de asesinar al periodista saudí Jamal Khashoggi en la embajada saudí de Estambul, ya que estaba a punto de revelar detalles sobre el uso de armas químicas por parte de Arabia Saudí en Yemen.

En esas fechas el rey emérito, Juan Carlos I, no tuvo el más mínimo problema de fotografiarse con el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed Bin Salmán, en el gran premio de Fórmula 1 de Abu Dhabi, señalado como el responsable de ordenar el asesinato del periodista Jamal Khashoggi en la embajada saudí de Estambul.

La ética no parece una asignatura que hiciera mella en Juan Carlos, y siguiendo con esta práctica, se ha encargado de promover la venta de armamento. En las últimas décadas de nuestra historia, las empresas armamentísticas de España se han beneficiado económicamente del negocio de las armas con Arabia Saudí, a costa de los crímenes cometidos sobre la población civil.

En 2013 ya diversas ONG de defensa del pueblo saharaui denunciaron en un acto público ante el Ministerio de Economía en Madrid, al Gobierno español por la venta de armamento a Marruecos, una circunstancia que infringe la legislación internacional que regula la exportación de armas a países en conflicto. Documentos, entre ellos fotografías y vídeos, que demuestran que el material comprado a España ha sido utilizado por las Fuerzas de Seguridad marroquíes en la represión del pueblo saharaui.

Las ONG han denunciado que  “con las visitas a Marruecos de Juan Carlos I no solo se pretende mejorar las relaciones internacionales, sino que trabaja como intermediario en la venta de armas”. Las denuncias anteriores han sido desestimadas por los tribunales, que han alegado que toda información “acerca de la exportación de armas es secreto de Estado”.

La inviolabilidad del rey y el conferir de secreto de Estado la exportación de armas supone un caldo de cultivo para la impunidad a pesar de las leyes internacionales, pero Juan Carlos ya tiene mucha experiencia en saltarse las leyes internacionales, pues inició su reinado desoyendo a la ONU en la cuestión del Sahara, traicionando a los que entonces eran españoles en esa colonia.

Armas y esclavas sexuales en el Reino de España

Que el sexo placentero es bueno para la salud física y mental es bien sabido y recomendado, lo que no es bueno son los excesos sexuales que convierten a víctimas en esclavas sexuales y eso es lo que ocurre en España, destino mundial marcado para turismo sexual que le ha convertido en el país con más esclavas sexuales de toda Europa. España en un país en el que algunos medios de comunicación tratan a los proxenetas como “empresarios”.

Ya se sabe que armas y sexo van unidos y más en un país en el que su Jefe de Estado debería haber sido ejemplo de comportamiento, y sin embargo celebraba fiestas con un traficante de armas acusado también de delitos sexuales, y se considera “hermano” de monarcas de dictaduras fundamentalistas con los que comparte afinidad política y filosófica, en los que mujer es maltratada y vista como un mero “objeto sexual”.

Esto no nos debería sorprender pues como apunta el escritor Diego Medrano los Borbones tienen muy marcada su adicción al sexo:

La personalidad de la dinastía borbónica, se ejemplifica en los reyes Alfonso XII y Alfonso XIII, bisabuelo y abuelo de Juan Carlos I. “Los ‘alfonsos’ son adictos al sexo y a los bajos placeres. Ese es el canon de los borbones. Alfonso XII llegó a grabar una película porno y la afición de Alfonso XIII por las putas es muy conocida. En el Palacio Real había una sala solo para la exhibición de películas porno”.

Alfonso XIII se convirtió en el primer gran promotor del cine porno en España. Entre mediados de la segunda y tercera década del siglo XX los hermanos Baños se dedicaron a plasmar en cintas las fantasías más íntimas del monarca Borbón con su productora “Royal films”, un nombre muy apropiado.

Pues bien, la adicción al sexo de los Borbones trajo a la corte de Juan Carlos I muchas amantes, algunos dicen que cientos, otros se atreven a decir que hasta miles, como es el caso del coronel retirado Amadeo Martínez Inglés en su libro “El rey de las cinco mil amantes”. Amantes cuyo silencio parece que ha tenido que silenciar el Estado en más de una ocasión utilizando diferentes recursos públicos y al CNNI como brazo ejecutor, como parecen demostrar los casos de Corinna Larsen o los de otra de sus amantes, en este caso española, la actriz Barbara Rey. Gastos que no estaban incluidos en los presupuestos del Estado ¿O quizá sí?

Parece que son muchas las mujeres que han quedado en el olvido y se llevarán a la tumba su relación con Juan Carlos I y las intrigas palaciegas que vivieron.

Según se cuenta alguna de estas amantes llegaron a residir en las estancias de palacio, cual harén.

Especial mención merece la joven Sandra Mozarowsky, una joven actriz que triunfó en el cine del destape. La joven se quedó embaraza y poco tiempo después murió. Unos dicen que fue suicidio, otros que no. Más tarde, se descubrió que tenía una sospechosa relación con Juan Carlos I.

Cacerías y la “Fiesta de los toros” son otras de las grandes aficiones del emérito. Fórmulas sangrientas de aquellas personas que no respetan la vida de los otros.
No es de extrañar que España se haya convertido en una potencia mundial en producción de armas con más de 600 empresas registradas en el sector, y en punto neurálgico de turismo sexual, abandonando el apoyo a tantas y tantas buenas empresarias y empresarios que luchan por poner en el mercado multitud de buenas ideas que produce nuestro país. Pero ya se sabe, el ejemplo es lo que cuenta, y en España nuestro “modélico” Jefe de Estado ha estado interesado en promover el tipo de empresas que están acorde con su filosofía de vida.

Los fabricantes españoles de buques, aviones y explosivos no solo vadearon los rigores de la crisis internacionalizando sus mercados, mientras las empresas de otros sectores se hundían sin misericordia, sino que han ido batiendo su propio récord de exportación de armas año tras año, vendiendo material a países que no respetan los Derechos Humanos a pesar de las insistentes denuncias de organizaciones internacionales.

Una de las múltiples campañas llevada a cabo por ONG, como la de “Armas bajo control”, que llevó a cabo Amnistía Internacional, Oxfam Intermón, Greenpeace y Fudipau, denunciaba que no existe verificación de su uso y que en ocasiones el armamento español acaba en la alianza de los países del Golfo e Irak, con el consiguiente riesgo de que contribuya a perpetrar violaciones del derecho internacional o que incluso acaben en manos del Estado Islámico. Pero PP, PSOE y Ciudadanos, que son los mismos que han defendido y defienden a capa y espada la monarquía, se han encargado una y otra vez de desestimar todas las preguntas que han echo otros grupos parlamentarios sobre la industria de las armas en España.

Las petromonarquías se cuelan en los deportes y en el empresariado español

Es sabido que la fuente más importante de financiación del Estado Islámico provenía de los países del Golfo Pérsico, sobre todo de Arabia Saudita, pero también de Qatar, Kuwait y los Emiratos Árabes Unidos, aunque se ocupaban de que no resultara “oficial”. Estos son los “hermanos” de la monarquía española.

Un informe secreto del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), servicio secreto español, de mayo de 2011, hacia saltar todas las alarmas, seis países musulmanes estaban patrocinando el Islam en España, entre ellos nos encontramos con los grandes financiadores del fútbol español Qatar (presente en la camiseta del Fútbol Club Barcelona) y los Emiratos Árabes (presente en la camiseta del Real Madrid).

Según informaba el diario El País en agosto de 2011 el informe enviado por el director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), a los ministros de Asuntos Exteriores, Interior y Defensa analizaba con alarma la financiación y las ayudas que proporcionan Arabia Saudí, Kuwait, Qatar, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Libia y, sobre todo, Marruecos a los musulmanes en España:

Las consecuencias de la financiación derivan en actitudes negativas para la convivencia, tales como la aparición de guetos y sociedades paralelas, tribunales y policías islámicas al margen de la legalidad vigente, desescolarización de niñas, matrimonios forzados, etcétera.

Altos funcionarios del entonces gobierno socialista se desplazan a estos países mostrando el malestar del Ejecutivo de Zapatero, que estaba empeñado en acabar cuanto antes con la injerencia de estos países, según un informe de 2009 de los ministerios de Justicia e Interior:

El derecho y la gestión de la libertad religiosa de los españoles, sea cual fuera su creencia, no puede estar supeditada a ningún país extranjero”. “(…) La vida cotidiana de las comunidades y su financiación deben de tener una política propia española y no permitir injerencias, aunque se podría producir un espacio de tránsito.

Las petromonarquías fundamentalistas quieren entrar en España y saben que el deporte es un buen camino.

La presencia de las petromonarquías fundamentalistas en los deportes no es fortuita, al contrario está muy estudiada, pues así consiguen una apariencia más “amable” sin necesidad de tener que rebajar las violaciones de los Derechos Humanos en sus dictaduras, al conseguir que la ciudadanía española y europea las asocie a “diversión” y no a muerte, crueldad y humillación, que es lo que ejercen.

Cabe preguntarse si era y es moral lucir en camisetas deportivas propaganda de compañías oficiales de estados señalados por apoyar el terrorismo y que violan los Derechos Humanos continuamente, como han hecho el Real Madrid y el Fútbol Club Barcelona. Pero claro, eran “hermanos” de nuestro rey. ¿Quién podría decir nada?

Las petromonarquías han llegado incluso a adquirir equipos de fútbol como Abdullah Bin Nasser Al-Thani, miembro presidente del Málaga CF, o el magnate de Arabia Saudí, Turki Al-Sheikh, que se ha convirtió en el nuevo propietario de la UD Almería tras hacerse con el 96% del accionariado por 20 millones de euros.

Si bien eran habituales las visitas del emérito a los países del Golfo Pérsico (Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Omán, Bahrein, Arabia Saudí o Qatar) con su corte de directivos de empresas como es el caso de las constructoras ACS, Ferrovial, San José, FCC, OHL, Isolux; de compañías de ingeniería como Abengoa, Ineco, Sener, Técnicas Reunidas; o tecnológicas como Indra, la naval Navantia o el fabricante de aviones Airbus, entre otros, también estos países han ido desembarcando en las empresas españolas, lo que puede suponer sin lugar a dudas un cambio cultural y empresarial en nuestro país.

En 2015 un muiltimillonario de Qatar cercano al emir de Qatar, Ghanim Alhodaifi Al Kuwari se hace con el 10% de Prisa, el mayor grupo de medios de contenido informativo y educativo de España e Hispanoamérica, si bien con las posteriores ampliaciones hoy en día ese porcentaje se ha reducido. La entrada de este catarí en el accionariado de Prisa podría estar vinculada al deseo de Qatar de tener una mayor presencia ante la Unesco (La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura). El diario Qatarinfos.net ligaba ambas posibilidades recientemente al subrayar que Juan Luis Cebrián, entonces presidente de PRISA, había firmado en aquel momento un acuerdo marco con la Unesco para promover valores como la libertad de expresión, la libertad de prensa, la seguridad de los periodistas y la educación. La presencia de Qatar en la Unesco, incluyendo la participación de la madre del emir, Scheikha Moza, en temas de educación es cada vez más visible.

Qatar es uno de los países del Golfo que más rápido se ha movido en negocios a nivel internacional. Las inversiones del emirato catarí en España superan los 10.000 millones de euros desde el año 2011. Tiene presencia en grandes empresas como Iberdrola, Colonial, El Corte Inglés, Prisa y Bein (Mediapro), filial deportiva del grupo Al Jazeera, la primera televisión mundial en habla árabe y uno de los motivos por los que estalló el conflicto. También tiene presencia en Cataluña. Posee inversiones en el sector hotelero, como el hotel Reinaissance y el W de Barcelona y en el Puerto deportivo de Tarragona

Algo que también llama la atención es que hoy en día tanto Emiratos como Kuwait son tenedores de deuda española además de ser inversores en nuestro país

El emérito ha hecho todo lo indecible por meternos a las dictaduras del Golfo Pérsico en nuestras vidas.

Corinna Larsen destapa los trapos sucios de la Corona

Nos encontramos en 2012, en plena crisis económica, con una España en el que el número de parados supera los 5 millones de personas, donde los desahucios están a la orden del día y la corrupción política se extiende a casi todos los rincones del país, y es entonces cuando los medios de comunicación informan de que el rey tras sufrir un accidente en Botsuana, se ha roto una cadera en una cacería de elefantes en la que participaba junto a su amante y compañera de negocios, Corinna Larsen, mientras las españolas y españoles estaban sufriendo las consecuencias de la terrible crisis que se iniciara en el 2009.

El viaje para matar elefantes, con un coste de más de 40.000 euros, lo había pagado Mohamed Eyad Kayali, asesor de la familia real saudí que en 2016 aparecería en los Papeles de Panamá como apoderado en 15 sociedades offshore.

Disfrutar matando a un ser tan bello como un elefante. ¿Esto no dice ya mucho de una persona?

El semanario británico The Economist en su artículo “Una corona deslucida” considera que este punto de inflexión supone la caída en desgracia del entonces rey de España, de hecho en el barómetro del CIS de abril de 2013, los españoles califican su confianza en la institución con un 3,68 sobre 10,​ en contraste con el 7,48 que se había registrado en noviembre de 1995.

Aquí es cuando tenemos escuchar unas palabras de un adulto que sonaban a la disculpa de un niño caprichoso:

“Lo siento mucho. Me he equivocado y no volverá a ocurrir.”

MENTIRA. Volvería a ocurrir. Continuo con su vida de lujo desmedido y “trapicheo real”.




Y es que la institución de la monarquía convierte a sus protagonistas en eternos niños que juegan con todo a su capricho: dinero a espuertas, inviolabilidad y adulación. ¿Qué otra cosa se podría esperar?

Ya lo explicó en su momento la bisabuela de Juan Carlos, Isabel II, reinado considerado como de los más corruptos, en su entrevista con Benito Pérez Galdós al final de su vida:

“¿Qué había de hacer yo, jovencilla, reina a los catorce años, sin ningún freno a mi voluntad, con todo el dinero a mano para mis antojos y para darme el gusto de favorecer a los necesitados, no viendo al lado mío más que personas que se doblaban como cañas, ni oyendo más voces de adulación que me aturdían ¿Qué había de hacer yo? Póngase en mi caso…”

Aun la prensa cortesana española no desvela los oscuros negocios y la vida de lujuria de Juan Carlos. Tendría que ser la prensa extranjera la que se encargase de esta tarea.

El 2018 resulta ser el año de “las cintas de Corinna Larsen“, la que pasó a ser la ex amante de Juan Carlos, cintas en las que salen a la luz conversaciones con el excomisario Villarejo, hoy en prisión provisional por diferentes delitos, en las que la princesa alemana afirma entre otras cosas que:
  • Juan Carlos I cobró por mediar en la adjudicación a empresas españolas de la construcción del AVE a La Meca, una obra de más de 7.000 millones de euros ejecutada por un consorcio español de 12 firmas, entre las que figuran OHL, Adif o Renfe. Otra de las intermediarias fue Shahpari Zanganeh, la viuda del traficante de armas Khashoggi, el amigo de correrías de Juan Carlos I, que también se llevó una buena comisión, aunque ella lo niega todo. En fin.
  • El entonces rey utilizó a Corinna Larsen como testaferro para ocultar patrimonio y propiedades en el extranjero. Corinna también explica  que el rey contaba con cuentas en Suiza a nombre de su primo Álvaro de Orleans.
  • Juan Carlos habría recurrido a la amnistía fiscal aprobada por el gobierno de Rajoy en el 2012, que permitía repatriar fondos opacos con un coste tributario mínimo. Muchos apuntan que este es uno de los motivos por los que el Gobierno no han hecho público nunca los nombres de esa famosa lista de amnistiados que el Tribunal Constitucional acabó fallando en 2017 que se había vulnerado parte del Título I de la Constitución que defiende el deber de todos “de contribuir al sostenimiento de los gastos públicos”. Aun así, “curiosamente” la decisión no tuvo efecto sobre los expedientes de aquellos contribuyentes que se acogieron a la medida extraordinaria que impulsó Montoro. Sin comentarios.
  • Afirma que el director del CNI, Sanz Roldan, fue en persona donde residía Corinna para amenazarla a ella, su vida y la de sus hijos. El CNI habría llevado a cabo dos operaciones en Londres y en Mónaco para sustraer documentación a la princesa Corinna.
  • Explica como el rey quiso implicarla en el caso Nóos, para salvaguardar a su hija Cristina, pero gracias a la habilidad de Corinna, Juan Carlos no lo consiguió.
  • Cuenta  como un banco suizo le llegó a decir al rey que si no cerraba la cuenta le iban a denunciar a las autoridades españolas.
  • Llega a reconocer que el rey le dijo que se casaría con ella, pero explicaba que al rey realmente le interesaba la relación con ella porque residía en Mónaco, donde no se reclama una declaración pública sobre el patrimonio.
  • Según Corinna le llegó a advertir a Juan Carlos que ciertas actuaciones podían considerarse ilegales. Corinna llego a expresar que el rey no tenía noción de lo que era legal y lo que era ilegal.
  • Cuenta como en ocasiones recibía dinero en metálico y lo utilizaba para pagar todo tipo de gastos de la familia y lo traía en maletas a través del aeropuerto.



La operación habría comenzado en 2008, cuando Juan Carlos encargó a Fasana y al abogado suizo Dante Canónica la creación en Suiza de una “estructura secreta” destinada a ingresar una “donación” de 100 millones de dólares del rey de Arabia Saudí, Abdalá bin Abdulaziz al Saud. Para ocultarlos esos gestores de fortunas habrían creado la Fundación Lucum en Panamá, con cuenta suiza en el banco Mirabaud, en la que dos años después Fasana ingresaría otros 1,9 millones de dólares que el rey emérito le llevó en efectivo, dentro de una maleta, explicando que era un regalo del sultán de Bahrein, Hamad bin Isa al Jalifa.

La Audiencia Nacional abrió una pieza llamada Carol para investigarlo pero, mes y medio después, en septiembre de 2018, archivó la misma: no daba verosimilitud a las afirmaciones de Larsen porque en el momento en que se grabaron las cintas su relación con el emérito se había roto y, por tanto, consideraba que podía haber lanzado estas acusaciones por despecho. ¿De verdad así se investiga?

La Fiscalía Anticorrupción sin embargo mantuvo abiertas unas diligencias por un posible delito de cohecho internacional en la construcción del AVE a la Meca.


“Juan Carlos I escondía 100 millones en Ginebra”. Con este contundente titular abre sus páginas el periódico suizo Tribune de Genève en su edición impresa en marzo de 2020.
El fiscal Yves Bertossa de Suiza que cuenta con todo un historial de detenciones y condenas de personajes poderosos, investiga por “blanqueo agravado” a dos presuntos testaferros del Emérito, Arturo Fasana y Dante Canónica, y a la propia Larsen, para lo que pone el foco en la supuesta estructura financiera que pusieron en marcha en el país helvético para lavar dinero de la corrupción y, al mismo tiempo, ocultar el patrimonio oculto del monarca.




A todo esto hay que añadir que en 2018 un sector de la Policía había relacionado al rey Juan Carlos con el caso Pujol. Según El Mundo, lo ha hecho a través de unos informes que el juez De la Mata incluyó en el sumario. En ellos se habla de:

Una negociación entre el CNI y Jordi Pujol. A cambio de un trato judicial favorable, el expresident se comprometería a no contar lo que sabe sobre el rey emérito y el dinero que, supuestamente, tiene en una cuenta en Suiza.


El campechano autoritario. Sofía, la reina maltratada

El “campechano” resulta que tiene malas pulgas, lo que le gusta es bromear cuando a él le viene bien, pero lo de contradecirle parece que no lo lleva bien.

La prensa cortesana se encargó de tildar su espontaneidad como de “monarca campechano” presentando a la ciudadanía un impostado carácter personal cercano a la simpatía, a la sencillez, pero este no parece ser el auténtico carácter que muestra a los que conviven o trabajan para él.

Lo de mandar callar a la gente parece una constante del emérito.


En la XVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado de 2017, ocurrida en Santiago de Chile, el rey con su “¿Por qué no te callas?” a Hugo Chávez, estuvo a punto de crear una conflicto entre los dos países. Su intervención era innecesaria e inoportuna, pues el entonces presidente Zapatero ya estaba dando una correcta y contundente respuesta a los comentarios del entonces presidente de Venezuela.

En su momento parte de la ciudadanía española rió “la gracieta” del campechano, creándose incluso elementos de merchandising con la frasecita. Pero lo que no sabían los españoles es que ese comportamiento era algo habitual en el entonces rey.

El periodista Jaime Peñafiel fue uno de los que recibió otro de esos tajantes e imperativos comentarios. En un viaje de los reyes a Inglaterra, explica Peñafiel que la española fue la única monarquía que no fue recibida por la reina Isabel. Una reina que dijo que fueran hacia Windsor, cuando Juan Carlos lo que quería era subir encima de una carroza y ser recibido por los príncipes de Gales en Buckhingham, cosa que no pasó, “y yo lo critiqué porque no era un protocolo adecuado para la familia real española“, reconoce el periodista. Estas palabras sulfuraron al rey emérito, “se molestó mucho“. Tanto, que incluso, en una recepción pasó un hecho sorprendente, sobre todo, por el tono:

Me dijo que no tenia ni puta idea de lo que escribo y yo le expliqué que no me gustó ese protocolo. Y me mandó callar.



Las malas maneras del Jefe de Estado también las ha ejercido como mando supremo de las Fuerzas Armadas.

Algunos de los momentos que han trascendido, a pesar de la servidumbre de la prensa, es cuando en una visita a la ciudad de Alcalá de Henares para la entrega del Premio Cervantes, recrimina a gritos, delante de todo el mundo, al jefe de la unidad militar formada ante el recinto de la Universidad porque no había dado entrada al himno nacional en el justo momento que entró en el lugar.

Otro de los momentos “¿Por qué no te callas?” tiene lugar en una visita oficial a una pequeña guarnición del archipiélago canario, cuando ante la insistencia del corneta de guardia del acuartelamiento en interpretar una y otra vez, y en solitario, el himno nacional, no duda en volverse con cara de muy pocos amigos al ayudante militar que estaba firmes detrás de él, en el podio de honores, y con un vozarrón fuerte y cortante le ordena: —“¡Que se calle de una vez!”.

También trascendió el manotazo que dio a su chófer cuando el monarca, que iba sentado en el asiento del copiloto, se giro hacia su chófer y empezó a abroncarlo con gritos y gestos, incluido un manotazo, que fueron captados por las cámaras. Esto ocurría en 2012 mientras un grupo de funcionarios increpaban a las autoridades por los recortes a la llegada del entonces rey. En cuanto salió del coche lució esa sonrisa que imprime, como si de un golpe de Photoshop se tratase siempre que se encuentra de cara al público.



El rey vuelve a hacer alarde de su genio cuando en una audiencia en la Casa Real acusó a los periodistas de querer ponerle “un pino en la tripa”.

Otra de las “perlas” de Juan Carlos es la que dirige a su esposa Sofía en la embajada de Yakarta cuando tras hacer un un comentario iracundo a los periodistas allí presentes por algo que no le gusta y decide abandonar la estancia, entonces la reina le suplica “¡Juanito! ¡Juanito!”. “¡Ni Juanito ni hostias!”,  fue su respuesta antes de dar con la puerta en las narices a Doña Sofía y subir al coche para regresar a su residencia oficial en Yakarta”. Y eso que era el día del cumpleaños de la reina.

El periodista y presentador de radio y televisión Xavier Sardà en su artículo “Carta a los reyes” hacía un ingenioso juego con la incorrecta expresión del rey:

Juan Carlos, nadie puede tenerte en mejor consideración que tu hijo, que te ha retirado la asignación y no quiere la herencia que le puedas dejar. Ni presunto ni hostias. Tu hijo te ha delatado, emérito. Si tu hijo lo ve así, imagínate cómo lo ve el común de los mortales. 

Este rey caprichoso e indómito no se ha limitado a ser infiel a su esposa una, y otra, y otra, y otra vez, es que además parece que no la trataba demasiado bien.

Según explica el periodista Jaime Peñafiel en su libro “Los 80 años de Sofía” a los dos meses de convertirse en reina, en febrero de 1976, fue cuando la reina vio una infidelidad con sus propios ojos:

El rey participa de una cacería, la reina decide ir a darle una sorpresa visitando s su marido y la sorpresa se la llevó ella.

Sofía se marchó a Madrás, a ver a su madre. “La reina le dijo: ‘¡No me voy a prestar a esa farsa!’, pero lo hizo, y perdió la batalla“.

Un momento de inhumanidad, sin poder darle otro calificativo, lo protagoniza el rey cuando muere la madre de Sofía, la que fuera reina Federica de Grecia, en una clínica madrileña después de una operación de estética.

Sofía y Juan Carlos estaban en Baqueira, y después de que le comunicaran al rey la noticia, él se lo ocultó. Solo le dijo que la madre había tenido un pequeño susto y no fue con ella a Madrid. Ya en el aeropuerto una persona se le acerca a la reina para darle el pésame… Durante el vuelo, además de llorar, no paró de gritar, y cuando estuvo con el cadáver de la madre, “estuvo una hora hablando con la difunta“. Su marido no apareció hasta el día siguiente para hacer el paripé.

Los reyes eméritos llevan haciendo vida privada separada más de treinta años apareciendo juntos en los actos oficiales.

Según El Español en los años 90 se llegó a redactar un documento recomendado por un mediador matrimonial que constaba de normas de protocolo que señalaban los actos a los que de manera estricta tenían que acudir los dos aunque ya no tuvieran relación alguna.


Era una familia desestructurada que aparecía idílica frente a las cámaras. Pura hipocresía.


En 1992, año de los Juegos Olímpicos de Barcelona parece que Juan Carlos le preguntó al entonces jefe de la Casa del Rey, Sabino Fernández Campos ¿Es que no puedo divorciarme como lo hacen miles de españoles?”. Parece que entonces veía posible su divorcio con la Reina Sofía para poderse casar con la mallorquina Marta Gayá.

Lo cierto es que “la institución de la monarquía” lo impidió de nuevo. Primero fue Sofía quien quiso divorciarse, luego Juan Carlos, pero la monarquía ese monstruo que todo lo quiere no liberó a sus rehenes.

Y ya se sabe que una pareja que se lleva mal, por muchos protocolos que se escriban, si se ven obligados a convivir se acaban odiando, y en este caso quien parece que más tenía que perder era la reina Sofía. Aunque quizá el tiempo nos descubra nuevos secretos. ¿Quién sabe?

Juan Carlos, católico que tuvo su propio confesor, el fallecido fraile dominico Bartolomé Vicens Fiol, escenificó dos momentos poco afortunados con la reina Sofía durante la visita del Papa Benedicto XVI en 2011 y en la celebración de Santiago en el 2010, época en que vivía su “era” con su amante y compañera de negocios Corinna Larsen, era en la que “no soportaba” a Sofía.

El 25 de julio de ese año los todavía reyes en ejercicio presiden la ofrenda al Apóstol en la catedral de Santiago y en un momento dado el Rey parece perder el equilibrio durante un instante y la Reina se apresura a sujetarle. Este hecho parece no gustar demasiado al jefe del Estado, que no para hasta conseguir zafarse del brazo de su mujer con aspavientos y reproches.

Más llamativo es el “muletazo” de Juan Carlos a Sofía el 18 de agosto de 2011, cuando los monarcas acuden a recibir al Papa Bendicto XVI al aeropuerto de Barajas con motivo de la XXVI Jornada Mundial de la Juventud. El rey Juan Carlos no quería a la reina Sofía a su lado ni en la primera línea de fotos y el gesto humillante hacia la todavía Reina en activo es en ese momento más que notorio.



Los múltiples desprecios llevados a cabo por Juan Carlos a la reina Sofía son un terrible ejemplo para la ciudadanía, pues como Jefe del Estado de por vida representa un icono, impregnando a nuestro país de un machismo patriarcal.

El que fuera jefe de la Casa del Resy, Sabino Fernández Campos, militar español, conde de Latores, secretario general de la Casa de Su Majestad el Rey de España desde el 22 de enero de 1990 hasta el 8 de enero de 1993, parece que fue el paño de lágrimas de la reina Sofía hasta que en 1992 Juan Carlos le anunció, no de muy buenas maneras, que tendría que dejar su cargo.

El despido se produjo en un período caracterizado por la economía del “pelotazo” en el que el capitalismo de entonces se llegó a definir como “de casino” y “sin escrúpulos”.

Los motivos reales de este despido nunca los sabremos, pero parece que Sabino ejercía de “Pepito Grillo” de Juan Carlos, avisándole de las amistades poco recomendables que el rey frecuentaba: Javier de la Rosa, Mario Conde, Los Albertos… Y desde luego, si fue por ese motivo el tiempo le dio la razón.

Los otros “presuntos” hijos del rey Juan Carlos I

Juan Carlos, que sepamos, ha sido denunciado por dos ciudadanos europeos que aseguran ser sus hijos, y piden una prueba de paternidad, algo que la ley española impide practicar al monarca.

El rey “inviolable” parece que según una “justicia cortesana” es inimputable por cualquier delito, tanto penal como civil. Es una interpretación muy restrictiva de su inmunidad que hace el Consejo General del Poder Judicial,

Los dos supuestos hijos sí que se han hecho la prueba y aún viviendo uno en Barcelona (Albert Solá) y otra en Bélgica (Ingrid Sartiau), sin conocerse previamente, han dado positivo: son hermanos.

Las dos pruebas de paternidad fueron desestimadas por la justicia española. Esto es el siglo XXI en España. El rey parece que tiene derecho de pernada. Bueno derecho de pernada, y de lo que haga falta.

Aquí de momento saca ventaja a su abuelo Alfonso XIII que tuvo cinco hijos extramatrimoniales, pero la justicia en 2003 si que permitió a Leandro Alfonso Ruiz Moragas (1929-2016), hijo de la actriz Carmen Ruiz Moragas, usar el apellido Borbón como “Leandro Alfonso de Borbón Ruiz“.


La reina Sofía inexplicablemente, a pesar de las múltiples amantes del rey y de la humillación que eso le ha supuesto ha continuado ocupando el papel oficial de esposa del rey.

Habría que preguntar a su hijo Felipe qué opina de toda esta hipocresía y si tiene curiosidad por conocer a sus “supuestos” hermanos.

También cabe preguntarse cómo ha influido en el carácter de Felipe VI el ver cómo su madre era humillada una y otra vez por su padre, mientras todos sonreían hipócritamente luego a cámara como si nada sucediese en la Casa Real.

2014. Llega Felipe VI, conocido como “el preparado”, a bordo del Rolls-Royce del dictador Francisco Franco. Marcando estilo

El 30 de enero de 1968 nace un niño al que imponen un nombre poco afortunado para coronar en España: Felipe.

¿Por qué Felipe no era un nombre adecuado? Pues bien, en una de las visitas de Juan Carlos a Catalunya preguntó qué podría hacer para acercarse a Catalunya, le aconsejaron que nunca, nunca pusiera el nombre de Felipe a su hijo por los malos recuerdos que traería al pueblo catalán la Guerra de Sucesión con la entrada de Felipe V y lo que supuso para Catalunya.

Parece que los reyes dudaban entre Fernando y Felipe y fue el propio Franco quien, ante la duda, le espetó al rey:

¡Fernando no! Queda todavía demasiado cerca Fernando VII. Me gusta más Felipe.

¡Gran error!

Franco, Felipe VI y Juan Carlos I
Franco, Felipe VI y Juan Carlos I
Tras el escándalo de 2012 por lo que representaba la cacería en Bostuana Juan Carlos opta por la abdicación en su hijo Felipe VI en 2014, también conocido como “El preparado”, pues ciertamente dentro de su familia es el que tiene mayor formación.

Juan Carlos, hasta entonces “inviolable” por la Constitución Española no abdica de cualquier manera, se asegura mediante un decreto-ley del Gobierno de Rajoy el cargo de “rey emérito”, un cuantioso sueldo y el aforamiento para que solamente pueda ser juzgado, si la ocasión lo precisara, por el Tribunal Supremo, y por hechos ocurridos a partir del 2014, algo que no ocurre en otras monarquías europeas en las que las reinas y reyes cuando abdican pasan a ser ciudadanos con iguales derechos y deberes que el resto de la ciudadanía.

El entonces rey, “funcionario público español”, no quiere pasar a ser “el ciudadano” Juan Carlos, quiere seguir gozando de los privilegios de la monarquía y Rajoy se lo consiente.

Felipe se convierte en rey el 19 de junio de 2014, después de hacerse efectiva la abdicación de su predecesor y tras jurar la constitución, marcando el estilo de su monarquía.

Decide desfilar por las calles de Madrid en un Rolls Royce Phantom IV, que fue encargado por el dictador Franco, algo que desde luego desacredita su discurso de “monarquía renovada”.

Como vemos el dictador sí que ha influido en la vida del rey.

Felipe el día de su coronación pasea en un Roll-Royce del dictador Francisco Franco.
El día de la coronación la policía vulnerando el derecho de expresión retira las banderas republicanas con las que muchos manifestantes muestran su deseo de cambiar la Monarquía Parlamentaria por una República, en la que la ciudadanía pueda elegir a su Jefe de Estado de forma democrática. Tres ciudadanos son arrestados en nombre de la monarquía.



El hijo más pequeño de Juan Carlos es educado desde su nacimiento para reinar pues la Constitución Española vulnera los principios de de igualdad en favor de los varones a la hora de reinar, algo por lo que la ONU ha llamado la atención a España para que sea corregido en varias ocasiones, ya que viola los Derechos Humanos. Es decir:

España lleva desde 1978 años incumpliendo el mayor tratado de igualdad de la ONU por favorecer al varón en la sucesión a la Corona.

El hoy rey, conocido como “el preparado“, obtiene la Licenciatura en Derecho en la Universidad Autónoma de Madrid en 1993 y lleva a cabo un máster de dos años. Recibe su instrucción militar sucesivamente en la Academia General Militar de Zaragoza, la Escuela Naval Militar de Marín y la Academia General del Aire de San Javier. A todo esto hay que añadir que es políglota, pues habla español, inglés, francés y catalán. En definitiva, parece que no tendría mayor problema para conseguir un puesto de trabajo, iniciar un proyecto empresarial dentro de la sociedad española, o incluso formar parte de un partido político, fuera de la institución de la monarquía.

Felipe como la mayoría de sus antecesores tuvo que “sacrificar” su amor, no porque le impusieran una esposa, sino por “no dejarle casar con quien quiso”, que sepamos al menos con Isabel Sartorius. Parece que el motivo por el que los monarcas rechazaron a la candidata fue que sus padres estaban divorciados, lo que según los entonces reyes no daba “buena imagen” a la Casa Real. ¡Qué hipocresía!

Con el tiempo Felipe tiene distintas parejas hasta encontrar a su actual esposa Letizia. En esta ocasión un Felipe más maduro y decidido consigue imponer sus deseos. Se acaba casando con una periodista, divorciada, con padres divorciados y familiares públicamente republicanos, como su tía Henar Ortíz que apoya abiertamente un referéndum sobre el modelo de Jefatura del Estado.

La pareja tiene dos hijas, Leonor y Sofía. Si hubieran tenido más hijos y hubieran sido varones esto hubiera supuesto un problema, pues como hemos visto según la Constitución Española reinaría el hijo. En fin.

Felipe durante estos seis años de reinado no ha llevado a cabo intervenciones significativas, salvo la que muchos calificamos como poco afortunada y nada conciliadora, después de celebrarse el controvertido referéndum unilateral de Catalunya en el 2017, en el que no mostró sensibilidad alguna por aquella ciudadanía que había recibido golpes y atropellos innecesarios por parte de las Fuerzas de Seguridad desplegadas para frenar el referéndum, algo que no consiguieron. Muchos recordarían los atropellos de su antecesor en Catalunya, Felipe V.



Hay tres actuaciones que muestran que Felipe ha intentado salvaguardar a la “Institución” , siendo dos de ellos discutibles legalmente:
  • Retirar en el 2015 a su hermana, la infanta Cristina, el título de “duquesa de Palma” concedido por su padre en 1997. Algo que jurídicamente es más que discutible porque según el Real Decreto 1368/1987 el título tiene carácter “graciable, personal y vitalicio”. La retirada del título fue consecuencia de la imputación de Cristina de Borbón en el caso Nóos dirigido por el juez José Castro en abril de 2013 por cooperación en dos delitos fiscales cometidos por su marido.  Los cargos por los que fueron imputados por la Fiscalía Anticorrupción fueron malversación, fraude, prevaricación, falsedad y blanqueo de capitales. Las actividades delictivas habrían sido realizadas a partir de la fundación sin ánimo de lucro que dirigían, Nóos, así como de una red societaria de empresas asociadas a Nóos. En 2017 se publicó la sentencia: Iñaki Urdangarin fue condenado a 6 años y 3 meses de cárcel, 7 años y un mes de inhabilitación especial y a abonar una multa de € 513.553,68 y la infanta Cristina, que durante todo el juicio afirmó que se limitaba a firmar los papeles que el marido le presentaba sin mirarlos, fue sentenciada a abonar una multa de € 265.088,42.
  • El Daily Telegraph, periódico británico fundado en 1855, considerado el diario conservador de referencia del Reino Unido, en febrero de 2020 desvela documentos que cuestionan la legalidad de la fortuna del rey Juan Carlos y señalan a Felipe como segundo beneficiario de la opaca fundación Lucum.
Es entonces marzo de 2020 cuando Felipe, ante las investigaciones abiertas por la fiscalía de Suiza dadas a conocer por el medio británico sobre la “donación” de 100 millones de dólares que Juan Carlos recibió en 2008 de Arabia Saudí y las informaciones acerca de la participación del Rey Juan Carlos en fundaciones que se nutrían de fondos opacos, cuando el actual rey decide “quitar la paga a su padre” de manera que retira “oficialmente” la asignación de los presupuestos de la Casa Real a Juan Carlos, 194.232 euros anuales, algo que desde luego no deja en buen lugar la “presunción de inocencia” del emérito cuando el propio hijo toma esa decisión inédita.

Felipe VI también hace público un comunicado en el que dice renunciar a la herencia de su padre, algo que legalmente no puede hacer hasta que este fallezca. Parece más un “golpe de efecto” para intentar engañar de nuevo al pueblo al que deben considerar ignorante.

Los españoles también nos enteramos de que:
  • Felipe VI era conocedor de las actuaciones de su padre un año antes de publicar “su renuncia de la herencia de su padre y de retirarle la asignación”, ya que Corinna Larsen se lo había comunicado un año antes vía carta.
  • Que nuestro actual rey aparecía como el segundo beneficiario de la fundación que recibió los 100 millones de Arabia Saudí, según The Telegraph.
La supuesta donación millonaria realizada por el rey de Arabia Saudí, Abdullah bin Adbul Aziz Al Saud, se habría depositado en una cuenta abierta en el banco privado Mirabaud a nombre de la Fundación Lucum.

Según The Telegraph en los estatutos de Lucum aparece Felipe VI como segundo beneficiario y como el encargado de velar por el resto de la familia en el caso de heredar la fundación.

En el documento de los estatutos figura que “el segundo beneficiario debe mantener durante su vida al resto de la Familia Real” y “satisfacer” cualquier “petición razonable” que pudieran hacerle su madre, hermanas e hijos. La Casa Real ha rechazado responder a las preguntas de The Telegraph.

Desde luego llama poderosamente la atención que Felipe VI, recordemos que es licenciado en derecho, lleve a cabo acciones contra su familia antes de que estos sean acusados formalmente por la justicia, además de llevar a cabo actuaciones, que sabe que no son más que mascaradas, como el hecho de renunciar a la herencia de su padre, cuando legalmente es imposible renunciar a una herencia antes del fallecimiento del progenitor.

La ideología de Felipe VI

Un desgraciado y llamativo hecho de la monarquía de Felipe VI, según el Diario Público, es su apoyo al rey de Arabia Saudí, Salman bin Abddulaziz, para intervenir con armas y ocupar militarmente Yemen en el año 2015.

En una llamada telefónica registrada el 28 de marzo de 2015, el monarca español trasladó al jefe del régimen saudí su respaldo a la operación ‘Tormenta Decisiva’, que había comenzado unos días antes. Tanto el Gobierno de Rajoy como la UE evitaban entonces cualquier muestra de apoyo oficial a la ofensiva militar de Arabia Saudí. La Zarzuela señala que se trató de una “conversación privada”.

La guerra de Yemen deja cada 10 minutos un niño muerto por ataques saudíes, hambre y enfermedades. Esa es la guerra que apoyó nuestro rey Felipe VI, además de permitir la venta de armamento de España a Arabia Saudí, cuando la ley en España prohíbe autorizar la exportación de material a lugares donde pueda ser utilizado para la “represión interna” o la “violación de Derechos Humanos”, algo denunciado por informes de diferentes organizaciones sobre Arabia Saudí, como Amnistía Internacional.

La venta de armas se incrementa durante el reinado de Felipe VI. La fabricación en España de misiles inteligentes y otras herramientas para la guerra se dispara especialmente en 2015, cuando estalla la guerra de Yemen, una circunstancia que despertó las protestas de muchas organizaciones no gubernamentales y dañó gravemente la imagen exterior de España.

Hay algo que desde luego llama también poderosamente la atención sobre Felipe VI, como bien indica el hispanista Ian Gibson:


Felipe, al igual que su padre, nunca ha condenado el régimen franquista, ni mostrado públicamente interés por los represaliados del franquismo o por las miles víctimas que siguen en las cunetas. Está claro que NO es el rey de toda la ciudadanía española.

Felipe VI además de tener buenas relaciones con las petromonarquías fundamentalistas también goza de buenas relaciones con el actual Gobierno corrupto de Israel, con su Primer Ministro Benjamín Netanyahu a la cabeza. En la cena de bienvenida al mayor evento diplomático en la historia de Israel con motivo del Quinto Foro Internacional del Holocausto, 75 aniversario de la liberación de Auschwitz-Birkenauen, en enero de este año, Felipe VI fue el único mandatario extranjero en tomar la palabra, como “el salvaguarda de la lucha antifascista en el planeta.” ¡Qué ironía!

Desde luego llama poderosamente la atención que tuviese palabras de condena para el fascismo de Hitler y nunca se le haya escuchado decir una sola palabra de condena al franquismo o reconocimiento de los republicanos que murieron en defensa de la democracia en España, o para los españoles republicanos que fueron enviados a los campos de concentración de Hitler por orden de Franco, en donde murieron cerca de 10.000 compatriotas.

En estas cuestiones absurdas de las monarquías, cabe recordar que el rey de España es “rey de Jerusalén” según la Constitución española y ocho siglos de historia en ese sentido. El Reino de Jerusalén se fundó en la primera cruzada (1095-1099). Tras pasar por diferentes reyes, el título fue adquirido por Nápoles cuando Carlos de Anjou compró el título honorífico a María de Antioquía en 1277, posteriormente Fernando el Católico llegó a ser rey de Nápoles y desde entonces este título permanece en la corona española.

Sabiendo las amistades de Felipe VI con las dictaduras del Golfo Pérsico y con el actual Gobierno de Israel, la pregunta sobre la orientación política del rey parece que tiene respuesta, pero también podemos escucharla de la periodista y escritora Pilar Eyre, autora de varios libros sobre la familia real española:

“El rey Felipe es de derechas. El hijo es más de derechas que el padre.”


Por otro lado en 2017 la televisión vasca EITB lleva a cabo una encuesta sobre la percepción de la ciudadanía acerca de la ideología de Felipe VI y el 70% lo percibe como un hombre de derechas o extrema derecha.

La fortuna de Felipe VI y la reina Letizia

El medio británico Express le atribuye a Felipe VI en 2017 una fortuna cercana a los 17 millones de euros, una cantidad que desde luego llama la atención si tenemos en cuenta que la asignación del monarca es de unos doscientos cuarenta mil euros.

Por otro lado la fortuna de la reina Letizia se ha estimado en unos ocho millones de euros, cifra que también levanta sospechas, ya que sepamos no desarrolla oficialmente ninguna actividad profesional que le pueda reportar beneficios y desde luego esa cifra no la ha podido alcanzar con la asignación presupuestaria que tiene de la Casa Real de unos ocho millones de euros, de los cuales:

El sueldo de Felipe VI en 2019 fue de 248.562,36 euros. La asignación de la reina Letizia fue de 136.701,36 euros y la de doña Sofía, de 111.854,88 euros.

Además del presupuesto asignado, ministerios como el de Asuntos Exteriores o el de Defensa pagan una serie de gastos y cuestiones que no se incluyen en el presupuesto de Casa Real.

Si bien es verdad que a partir de la llegada de Felipe VI ha habido más transparencia, dándose a conocer los presupuestos que reciben del Estado, nada se sabe oficialmente de su patrimonio personal, algo que como ya hemos comentado sí están obligados a comunicar los cargos políticos en nuestro país cuando acceden a su puesto.

La actual ley de transparencia de la Casa Real no es suficiente.


Conclusiones sobre la monarquía y los Borbones

Hemos visto como la monarquía se caracteriza por la explotación infantil de sus herederos y por la supervivencia de la corte en cada momento, cueste lo que cueste, a base de deslealtades a padres, hermanos, cortesanos y como no a la ciudadanía.

Los monarcas viven para y por la institución, no para el pueblo que les sustenta.

Se podría decir que la institución tiene vida propia, vive y se perpetúa a través de los monarcas sin importarle las guerras, muertes y daño que pueda causar.

La monarquía es utilizada por los poderes fácticos de cada momento según sus intereses y viceversa, creando un negro túnel que siempre lleva a la corrupción.

Sacrifican a sus hijos, dándoles una vida de infelicidad que posteriormente rellenan con excesos.

¿Qué se puede esperar de alguien que no recibe el amor necesario en su niñez, se ve obligado a sonreír, vive la hipocresía en su hogar, se siente desde su infancia vigilado, no puede ejercer profesionalmente aquello que desea, se tiene que casar con alguien de conveniencia y por último no puede divorciarse si lo desea por el “bien de la institución”  gozando por contrapartida de lujos y excesos y goza de inviolabilidad?

¿Que podría salir mal?

Como se suele decir “está cantado”, el sujeto se resarcirá con creces de todas las restricciones que ha pasado, pues un niño o un adolescente necesita libertad para desarrollarse y los protocolos de la monarquía le privan de ella y no será capaz de ver los privilegios de los que ha gozado frente a otros jóvenes de su edad, porque a esa edad lo que se valora es la libertad.

La institución de la monarquía es especialista en crear seres infelices, insatisfechos, insensibles y corruptos que lo más probable es que hagan sufrir a todo aquel que puedan para satisfacer a un ego insaciable.

La monarquía supone un mal endémico para cualquier sociedad.

Esto no quiere decir que la República sea perfecta, pero al menos se sustenta en valores de los que desde luego la monarquía carece y en la decisión del pueblo soberano.

Puede parecer raro, pero creo por otro lado que alguien debería “pedir perdón” a Juan Carlos, a ese Juanito de 10 años que alejaron de su familia. También a ese Felipe que no le dejaron casarse con quien quiso y que tuvo que sufrir viviendo en una familia desestructurada respirando hipocresía, y a esa Leonor que no puede decidir ¿qué será de mayor?

La sociedad les debe pedir perdón porque no fueron capaces de protegerles, al tiempo que debe ahora exigirles como ciudadanos que cumplan con sus deberes y debe pedirles que den paso a la República, una forma de Gobierno democrática que no está basada en la “selección sanguínea”.

En la actualidad cuando unos padres no cumplen con sus deberes la sociedad les retira la custodia a sus progenitores, y está claro que los reyes no saben cuidar a sus descendientes.
Si Felipe quiere seguir en política puede elegir o fundar un partido y que así defienda los intereses del pueblo español de una forma realmente democrática, y si no quiere trabajar en política puede poner en valor toda la formación que tiene y que ha hecho de él un ciudadano muy preparado.

Estoy segura que Felipe VI y sus hijas serán más felices formando parte de la ciudadanía española, que sustentando una institución anacrónica y antinatural que vive de la infelicidad de sus protagonistas, de la corrupción, muertes y traiciones.

Es preciso que la sociedad traiga de vuelta la República a España.

El modus operandi de la Casa Real: Juan Carlos abandona España

Si en mayo de 2019 el emérito anunciaba su retirada de la vida pública mediante una carta a su hijo, el 3 de agosto también le hace llegar una carta informándole que abandona el país tras los últimos acontecimientos acaecidos.

La ciudadanía española nos enteramos de la marcha cuando el emérito ya esta fuera del país.



S.M. el Rey
COMUNICADO DE LA CASA DE S.M. EL REY

Palacio de La Zarzuela, 03.08.2020
​COMUNICADO DE LA CASA DE S.M. EL REY

1. Su Majestad el Rey Don Juan Carlos ha dirigido a Su Majestad el Rey la siguiente carta:

“Majestad, querido Felipe:

Con el mismo afán de servicio a España que inspiró mi reinado y ante la repercusión pública que están generando ciertos acontecimientos pasados de mi vida privada, deseo manifestarte mi más absoluta disponibilidad para contribuir a facilitar el ejercicio de tus funciones, desde la tranquilidad y el sosiego que requiere tu alta responsabilidad. Mi legado, y mi propia dignidad como persona, así me lo exigen.

Hace un año te expresé mi voluntad y deseo de dejar de desarrollar actividades institucionales. Ahora, guiado por el convencimiento de prestar el mejor servicio a los españoles, a sus instituciones y a ti como Rey, te comunico mi meditada decisión de trasladarme, en estos momentos, fuera de España.

Una decisión que tomo con profundo sentimiento, pero con gran serenidad. He sido Rey de España durante casi cuarenta años y, durante todos ellos, siempre he querido lo mejor para España y para la Corona.

Con mi lealtad de siempre.

Con el cariño y afecto de siempre, tu padre.”

2. Su Majestad el Rey le ha transmitido a S.M. el Rey Don Juan Carlos su sentido respeto y agradecimiento ante su decisión.

El Rey desea remarcar la importancia histórica que representa el reinado de su padre, como legado y obra política e institucional de servicio a España y a la democracia; y al mismo tiempo quiere reafirmar los principios y valores sobre los que ésta se asienta, en el marco de nuestra Constitución y del resto del ordenamiento jurídico.

Palacio de La Zarzuela, 3 de agosto de 2020

Repasando el comunicado de Juan Carlos podemos observar dos cosas:
  • En ningún momento Juan Carlos dice que se exilia, sino que “en estos momentos” decide trasladarse fuera de España.
Esto quiere decir que en cualquier momento podría regresar, quizá pasada la tormenta, pues ahora mismo se está esperando la decisión de la fiscalía suiza y  de la fiscalía del Tribunal Supremo sobre las investigaciones abiertas acerca de su supuesta fortuna en paraísos fiscales, cuyas conclusiones le podrían resultar favorable lo que le permitiría “pasar página” y borrón y cuenta nueva. Algo que también le favorece es el actual momento excepcional que estamos viviendo con la crisis de coronavirus que impide las manifestaciones que hubieran tenido lugar de no estar confinados.
  • En el comunicado no se manifiesta arrepentimiento alguno sobre sus actuaciones.
Si bien el abogado del rey emérito ha comunicado que está “a disposición del Ministerio Fiscal” pese a su marcha del país, no deja de sorprender su actitud, pues no parece que sea la de un ciudadano que mientras es investigado debe permanecer en el país.

La marcha del emérito en principio no debería afectar a la investigación de la Fiscalía siempre que no rechace rendir cuentas desde un país sin extradición…

Llama poderosamente la atención la elección de fechas para los comunicados relevantes de la Casa Real en lo que respecta al emérito. La decisión adoptada por el padre del actual Jefe del Estado de abandonar España se hace pública un 3 de agosto, la abdicación tras el escándalo de Bostuana se hizo en pleno verano del 2014, y “el comunicado de repudio” de Felipe VI a Juan Carlos de Borbón retirándole la asignación y “renunciando a la herencia” se llevó a cabo el día después de la declaración del estado de alarma por la pandemia del coronavirus, el 15 de marzo pasado. Momentos muy propicios para que parte de la ciudadanía “no se entere” y la que se entera “no pueda responder” a las actuaciones de la Casa Real Española.

Tras darse a conocer el comunicado de la huida de Juan Carlos I la formación de Unidas Podemos ha manifestado su temor de que huya para dificultar la investigación contra él, y sugiere que no se le deje salir de país, pero parece que el comunicado de la Casa Real se ha hecho oficial cuando el emérito ya estaba fuera de España.

Han pasado días y días sin que Felipe VI ni el Gobierno informen sobre el paradero del “rey emérito”, que recordemos sigue siendo capitán general de las Fuerzas Armadas, si bien desde su abdicación se encuentra en la situación de reserva.

Por fin dos semanas después del comunicado de la huida, el 17 de agosto, la Casa Real informa oficialmente que Juan Carlos I se encuentra en los Emiratos Árabes, concrétamente en AbuDabi.

Es llamativo que el convenio de extradición firmado entre España y Emiratos Árabes permitiría al país que acoge hoy al emérito denegar la extradición de Juan Carlos I por “su edad o estado de salud”. ¡Curioso, verdad!

Según fuentes del diario ABC y niusdiario.es el emérito voló en un avión privado desde Vigo hasta la capital de los Emiratos Árabes, Abu Dabi, acompañado por cuatro escoltas, mientras la Casa Real hacía pública la carta que Juan Carlos le había dirigido a su hijo Felipe VI. Es decir, que ya estaba fuera del país cuando nos enteramos de su marcha.

Sus hermanos de las monarquías fundamentalistas árabes le han acogido. El máximo gobernante de los Emiratos Árabes es el príncipe Mohamed bin Zayed, mentor político de Bin Salmán, el príncipe heredero de Arabia Sudí acusado de mandar descuartizar al periodista Khashoggi, porque iba a revelar que Arabia Saudí había utilizado armas químicas en su guerra de Yemen.

Bin Zayed por su influencia en el príncipe saudí, consiguió que los regímenes conservadores del Golfo Pérsico aliados de EEUU se unieran contra los Hermanos Musulmanes en toda la región, lo que fue decisivo en el apoyo al golpe de Estado que acabó con el Gobierno islamista en Egipto y se lanzaran contra Yemen.

Emiratos junto a Arabia Saudí han destruido Yemen asesinando y enviando a su pueblo a la más absoluta de las miserias y España tiene su cuota de culpa en este desastre humanitario, pues como han señalado diferentes ONG las armas que ha vendido nuestro país han servido para acribillarlos.

Cabe destacar que los Emiratos no se quedan atrás en tecnología, sobre todo si es para someter y vigilar a la población. Según apunta eldiario.es, en 2019 millones de personas en todo el mundo, se descargaron una aplicación de mensajería llamada ToTok. Meses después se supo que la compañía que la lanzó al mercado formaba parte de una empresa de ciberinteligencia de Abú Dabi llamada DarkMatter, en la que trabajan agentes de la inteligencia emiratí y antiguos miembros de la NSA y de los servicios secretos israelíes. ToTok es en realidad una herramienta de vigilancia masiva que permite rastrear mensajes, geolocalizaciones e imágenes de sus usuarios.

El país elegido por nuestro emérito utiliza el método de castigo con latigazos para numerosos delitos; los disidentes son perseguidos y encarcelados; las mujeres son reprimidas, ser homosexual se considera un delito y la población es vigilada mediante aplicaciones móviles. Todo un paraíso para el retiro de un monarca demócrata. ¿Demócrata?

En septiembre está previsto que declare ante la Audiencia Nacional Corinna Larsen en la “pieza Carol” del “caso Villarejo” y parece que lo hará por videoconferencia, aunque la decisión del magistrado no es definitiva, y habrá que esperar a concretar el formato de esta declaración con las autoridades del Reino Unido. También están llamados a declarar en septiembre como imputados al excomisario Villarejo, a su socio Rafael Redondo y al expresidente de Telefónica Juan Villalonga. Recordemos que en los audios Larsen atribuía al monarca el cobro de comisiones y el uso de testaferros para ocultar una supuesta fortuna en Suiza y un terreno en Marrakech.

Cabe destacar que Juan Carlos es el único monarca europeo investigado por corrupción. La prensa extranjera ha hecho hincapié estos días en su pérdida de credibilidad entre los ciudadanos, su fortuna secreta, sus excesos con el sexo y su labor de mediador ante reyes y empresarios extranjeros a lo que hay que añadir su falta de escrúpulos, al igual que su hijo, a la hora de tener amistades con monarquías que desprecian los Derechos Humanos.

Desde luego la imagen de nuestro país se ha visto seriamente dañada al proyectarse la imagen de una “monarquía bananera”.

La monarquía y los partidos políticos. El PSOE retiró el republicanismo de su ideario en 2013

Es sabido que el Partido Popular de orígenes franquistas hoy en día defiende la monarquía. También es más que conocido que Vox hace lo mismo, si cabe con mayor desfachatez, y Ciudadanos, supuestamente siendo un partido liberal, también defiende esta monarquía.

Unidas Podemos ante la huida del emérito reclamó el mismo 3 de agosto abrir el debate sobre el modelo de Estado, con “una república solidaria y plurinacional” porque, a su juicio, “no existe motivo alguno para continuar cargando con una monarquía carente de los mínimos valores éticos”.

Partidos como Esquerra Republicana o Izquierda Unida llevan reclamando la revisión del modelo del Estado hace décadas.

Muchas y muchos somos de la opinión que por el bien de España y de su familia lo mejor que puede hacer el actual rey Felipe VI es renunciar y dar paso a la República o como mínimo promover un referéndum.

Si el rey no es consciente de esta necesidad el actual Gobierno debería hacérselo ver, pero ¡oh sorpresa! resulta que la parte que corresponde del Gobierno al PSOE,  hace tiempo que renunció del republicanismo.


En 2013 el PSOE retiró el republicanismo de su ideario en el plenario de la Conferencia Política en el que se incluyó un apartado en el que el partido afirma, pese a su tradición republicana, su apoyo a la institución monárquica. Bien es cierto que no se aprobó por unanimidad.

En 2014, la diputada y hoy presidenta del Congreso, Meritxell Batet, expresó el apoyo de los socialistas a la monarquía parlamentaria porque así se pactó entre todas las fuerzas políticas en 1978. Fue “un buen pacto para este pueblo”, dijo tras señalar que la monarquía parlamentaria es “más democrática” que muchas repúblicas y “mucho más republicana” que muchas repúblicas.

Desde luego el PSOE siempre se ha negado a cualquier tipo de investigación promovida por diferentes partidos en el Congreso sobre los movimientos del rey emérito y para mostrar su apoyo a la monarquía durante la estancia de este verano de Felipe VI en Mallorca, siempre le vemos acompañado de algún miembro socialista del Gobierno.

Sin embargo las Juventudes Socialistas estos días han recordado que:

“Son una organización estatutariamente republicana que ha venido defendiendo el modelo de república desde hace décadas.”

https://twitter.com/JSE_ORG/status/1290984693052121089

La corriente interna del PSOE, Izquierda Socialista, también ha querido “manifestar y reafirmar su firme posicionamiento a favor del republicanismo cívico.
https://twitter.com/ispsoe/status/1291665053205303299?ref_src=twsrc%5Etfw%7Ctwcamp%5Etweetembed%7Ctwterm%5E1291665053205303299%7Ctwgr%5E&ref_url=https%3A%2F%2Fwww.la-politica.com%2Fespana-reino-de-borbones-donde-la-inviolabilidad-lleva-a-la-impunidad%2F
El PSOE se encuentra ahora mismo en una encruzijada, cuando su socio de Gobierno de Unidas Podemos junto a los partidos que le apoyaron en su moción de censura están moviendo su argumentario hacia la necesidad de una España Republicana.

De momento Pedro Sánchez defiende la legitimidad de la corona en la persona de Felipe VI, pero en política las cosas pueden cambiar según transcurren los acontecimientos, y lo que está sucediendo en nuestro país claramente indica el camino a seguir.

Desde luego lo que sí está claro es que después de que incluso el hijo Felipe VI haya eliminado cualquier presunción de inocencia a Juan Carlos al retirarle la asignación a su padre y renegar de su herencia, el Gobierno que tiene potestad para ello, debe retirarle el trato de “rey emérito” mediante un decreto-ley similar al que Rajoy utilizó para concedérselo y el aforamiento que lo acompañó, con lo que al menos podría ser juzgado por los hechos llevados a cabo a partir de 2014 como un ciudadano más.

Conclusión

La inviolabilidad que goza la monarquía de forma natural acaba generando impunidad y depravación, que se convierten en modelo aceptado, practicado y defendido por los poderes económicos y ocultado por la prensa cortesana, imprimiendo la corrupción como fórmula de Estado.

Recordemos las palabras de Isabel II, un reinado marcado por la gran corrupción, que en su entrevista con Benito Pérez Galdós al final de su vida decía:

¿Qué había de hacer yo, jovencilla, reina a los catorce años, sin ningún freno a mi voluntad, con todo el dinero a mano para mis antojos y para darme el gusto de favorecer a los necesitados, no viendo al lado mío más que personas que se doblaban como cañas, ni oyendo más voces de adulación que me aturdían ¿Qué había de hacer yo? Póngase en mi caso.

En la monarquía el sexo es “cosa de estado” pues de él depende quien gobierne un país. Vivimos en un país machista y con mandato sanguíneo. Hoy en día “deberíamos”, tener por reina a la infanta Elena, hija primogénita de Juan Carlos, y como futuro heredero al trono a su hijo Froilán, según ha recriminado en varias ocasiones la ONU a España por vulnerar los principios de de igualdad en favor de los varones a la hora de reinar.

Es preciso huir de todo aquello que necesita de protocolo y banderas para tapar la hipocresía con la que vestir los actos que no nacen de la democracia, como es la monarquía.

No vale con tener un “preparado” por Jefe de Estado, pues no sabemos como piensa ese “preparado” y según las encuestas, hoy es un hombre conservador, muy de derechas, que jamás ha condenado el franquismo.


Mantener la monarquía de Felipe VI implicaría que España durante su reinado estaría impregnada de ese conservadurismo que el dictador Franco “dejó atado y bien atado”.


Muchas y muchos llevamos años reclamando la vuelta de la República que fue arrebatada al pueblo con un golpe de estado infame, tres años de sangrienta guerra, cuarenta años de dictadura y más de cuarenta años de monarquía parlamentaria, pero realmente la monarquía ahora está en peligro por los actos del rey y porque claramente se ha puesto de manifiesto que la monarquía no tiene sentido como forma de Jefatura de Estado, ya que es anacrónica y endémicamente corrupta.

La ciudadanía española no podemos vivir las actuaciones de la Casa Real como si de una serie de Juego de Tronos se tratara, en donde la mentira, la traición, las leyes, como la Ley Mordaza, o el uso en determinados momentos de la fuerza de forma poco democrática, se utilizan para tener el control y gobernar España.

En esta “Serie de los Borbones” sí podemos participar, es más estamos obligados por nuestro bien y el de nuestras hijas e hijos a tomar partido y hacer todo lo legalmente posible para transformar nuestro país en una República.

La ciudadanía está despertando y también las mujeres y hombres militares, guardias civiles y policías antifranquistas y republicanos del siglo XXI, porque sí, existen, algo que han intentado ocultarnos y con lo que han jugado para tratar de imprimir el miedo al cambio hacia la República.

Las españolas y los españoles tenemos la suficiente madurez como para decidir quién queremos que sea nuestro Jefe de Estado.

Es preciso ya convocar un referéndum: Monarquía o República.

Es necesario que España tenga por fin una bandera limpia de dictadura y un himno democrático con una música propia, no heredada del franquismo, con letra que ponga en valor lo que de verdad nos une, que es mucho.

¡¡Es hora de República!!


Fuente → la-politica.com

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