

Ejemplos que certifican esta afirmación existen por doquier en
el Reino de España. Para no extendernos demasiado, aquí expondremos
únicamente un par de ellos.
Si, aunque sea de manera pacífica, enarbolas la legítima bandera republicana lo más probable es que te traten de esta manera:

Por el contrario, si te envuelves en la enseña franquista, fruto del
derrocamiento del legítimo Gobierno Republicano mediante un golpe de
Estado, las fuerzas de seguridad tendrán para contigo suma atención y
delicadeza:

Y todo esto sucede aún siendo gobernados por el Ejecutivo más «progresista» desde los lejanos tiempos de Atapuerca.
Fuente → insurgente.org
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