Que devuelvan el dinero
Entra dentro del protocolo bélico que en casi todos los combates se
produzcan momentos de tregua. Sea para retirar a los heridos del campo
de batalla, sea para apartar a la población civil de la línea de fuego,
sea para enterrar con dignidad a las bajas del conflicto. Pero en la
peculiar guerra de saqueo y estafa que lleva librando, desde que tengo
memoria, el capital contra los trabajadores, y la monarquía contra sus
obligados súbditos, ni se respetan las treguas ni se hacen prisioneros.
Es un asalto despiadado a los bolsillos de la ciudadanía, que no respeta
crisis, ni hecatombes, ni pandemias. Es un atraco continuo, ejecutado
con alevosía y sin necesidad de nocturnidad, un perenne latrocinio que
no duda en arrojar a la miseria a millones de personas si con ello
consiguen perpetuar sus juergas y mantener rebosantes sus bolsillos.
Pronto hará 5 meses que este país convive con centenares de miles de
trabajadores en ERTE, millones de familias apuradas por las deudas,
miles y miles de negocios arruinados y la total dependencia de mucha
gente hacia las ayudas públicas para no acabar muriéndose de hambre en
cualquier esquina. Sin embargo, ni tan siquiera en medio de esta
acuciante situación, plagada de cadáveres de ancianos olvidados en
siniestras residencias, de precarios “currelas” jugándose la vida cada
día por un salario de mierda y de vergonzantes colas de personas en la
puerta de cualquier asociación de barrio a la espera de una bolsa de
comida, ni tan siquiera, repito, en estos aciagos tiempos de miedo y
contagio los delincuentes de cuello blanco y corbata de seda han dado
cuartelillo a su expolio.
No ha respetado la tregua la banca, que ha considerado una agresión
imperdonable la prohibición de repartir dividendos mientras durase el
Estado de Alarma y que ha remoloneado descaradamente a la hora de
conceder préstamos o moratorias a los damnificados. Tampoco la patronal,
que en ningún momento ha dejado de mostrar su beligerancia contra
cualquier medida gubernamental que pudiese suponer un apoyo a los
trabajadores a costa de menores beneficios empresariales, y a la que, en
las negociaciones, desde el principio le han faltado ruedas para tanto
palo. Por no hablar de la Iglesia que, una vez más, también ha preferido
volverse de espaldas y hacer misas antes que dignarse, aunque solo
fuese por una vez, a pagar el IBI de sus innumerables inmuebles para
paliar así un poco el día a día de los que nada tienen; de su “rebaño”.
Y, ya puestos, parece que tampoco la Corona se ha dignado a acompañar
de forma fehaciente al pueblo en su duelo ni a renunciar a ninguno de
sus desmesurados privilegios para así aportar, al menos, un granito de
arena con el que ayudar a sobrellevar mejor la extrema situación que
viven muchos de sus “estimados súbditos”. A pesar de que, si no recuerdo
mal, en 2019 La Casa Real disfrutó de la mayor subida de presupuesto de
los últimos años.
Por el contrario, coincidiendo con el final del Estado de Alarma se
han ido conociendo sucesivamente toda una serie de desmanes, presentes o
pasados, que han puesto aún más de manifiesto el soberbio desapego que
la derecha, la ultraderecha, la iglesia, la banca, la patronal y la
Corona sienten por los ciudadanos de a pie. Se ha sabido que mientras
desde alguna institución autonómica se jaleaba el aplauso para el
personal sanitario, al mismo tiempo se finiquitaban en secreto cientos
de precarios contratos de esos mismos trabajadores y se concertaban
acuerdos para redoblar las privatizaciones de hospitales e
infraestructuras de salud en general. Por no hablar de los pingües
beneficios que esa misma institución autonómica estaba obteniendo con el
lavado de las sábanas del hospital de campaña montado en una zona
ferial, que en un visto y no visto pasó a costar 111€. por cama y día,
mientras que en otros hospitales de la región ese mismo servicio costaba
3,30€.
Pero el expolio no ha sido solo patrimonio institucional, algunos
empresarios también se han subido al carro del dinero fácil en tiempo de
crisis. Y así, mientras CEOE, CEPIME, ATA, etc., exigían miles de
millones de euros del ICO para ayudas a empresarios, autónomos y
emprendedores varios (por cierto, ninguna para los trabajadores de
“tajo”), numerosas empresas defraudaban al Estado con falsos ERTE (sobre
unos 20.000 ha detectado el ministerio) o amenazaban con retirarse de
la mesa negociadora porque, por ejemplo, las condiciones para regular el
teletrabajo no eran del agrado de los amos.
Para no ser menos, la Corona también se ha “significado” lo suyo y, a
mediados de este junio, al tiempo que el ciudadano Borbón y su esposa
comenzaban una “gira promocional” por el país, nos enterábamos de que el
año en que se casaron, 2004, en el que los medios de comunicación no se
cansaron de subrayar que no habría “despedida de solteros” de los
futuros cónyuges debido a la situación de duelo creada por el 11M y que,
por el mismo motivo, la luna de miel se limitaría a unas cortas
escapadas por España para visitar Covadonga y otros “santuarios” de la
hispanidad, a la postre, tal y como hemos conocido recientemente, si que
hubo viaje por el extranjero, y además a lo grande. Un super viaje que
para más escarnio pagó presuntamente el Emérito, vía testaferro, y que
costó la friolera de medio millón de euros. Algo de lo que los españoles
nos hemos enterado, como de otras tantas cosas, con 16 años de retraso.
Para lo qué si han sido muy generosos, tanto la Corona como la
patronal, la banca, la iglesia, o cierta clase política de tinte
reaccionario ha sido para el postureo: Saludarse con el codo, aparecer
siempre con mascarilla -con banderita incluida-, exagerar la distancia
social y tantos otros signos externos que pretendían ser
ejemplarizantes, aunque el verdadero ejemplo que la ciudadanía esperaba
de ellos brillase por su ausencia. Algo que, desgraciadamente, tiene
mucha más importancia de la que parece, ya que no es de recibo pedir al
pueblo llano que se comporte de forma ejemplar cuando aquellos que
teóricamente son sus representantes, aquellos que le representan y en
quienes debería verse reflejado son incapaces de hacerlo.
Aún recuerdo -incluso tengo alguna foto que hice en esas fechas en la
Puerta del Sol de Madrid- aquella oportuna pancarta improvisada al
calor del 15M, que decía: “No hay pan pa’ tanto chorizo”.
Parece que en 9 años poco ha cambiado. Los chorizos de entonces, no solo
siguen gozando de buena salud -Zaplana, el presunto enfermo terminal,
es un buen ejemplo de ello-, sino que además parece que no han perdido
el tiempo y siguen trapicheando a dos manos. Pero todo tiene un límite, y
quizás las últimas noticias que estos días abren los informativos
hablando del Emérito, su amante, sus compinches y sus generosos amigos,
en las que se desvelan cuentas corrientes con exorbitantes cifras
millonarias debidas a comisiones, blanqueos o regalos, da igual, no han
hecho más que acrecentar desmesuradamente el descrédito absoluto que
persigue como un borrón indeleble a la monarquía española.
Nuestro refranero dice que, “no hay dos sin tres”: primero
fue Isabel 2ª, después Alfonso XIII, y… ¿Quién puede asegurar que esta
pelotilla de estiércol que a modo de una insignia de la “Orden de la
legión de deshonor” ensucia hoy el ojal de la solapa de ciertos notables
no crezca y crezca y crezca hasta convertirse en una gigantesca bola
que acabe sentando a algunos en el banquillo para responder de sus
delitos y sus traiciones, o que obligue a otros a devolver lo robado, a
renunciar a sus anacrónicas prerrogativas y, como ya pasó hace casi 90
años, a acomodar su exilio en otras latitudes?
QUE DEVUELVAN EL DINERO
…Pero ha “perdío” el olfato
Veo que el pueblo tiene sed
Pero ha “perdío” el olfato
Y no le importa beber
Del agua de cualquier charco
Por “contaminao” que esté
…Basta con pocas palabras
Para contar lo que veo
Basta con pocas palabras
Un atajo de rateros
Poniendo rica a la banca
Y hundiendo en el hambre al pueblo.
…Que se llevó el capital
Que devuelvan el dinero
Que se llevó el capital
Que están ricos los banqueros
Y también la patronal
Esa que explota al obrero.
Letra y música: José Domínguez Muñoz, “El Cabrero”. 2018
Fuente → errepublikaplaza.wordpress.com
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