
Rebeca Quintáns es autora de ‘Un rey golpe a golpe. Biografía no
autorizada de Juan Carlos de Borbón’ (Ardi Beltza, 2000), el primer
libro abiertamente crítico con la figura del rey Juan Carlos I, jefe del
Estado español, por designación del general Franco, desde 1975 hasta su
abdicación en 2014. Publicado en pleno auge del régimen del 78, ‘Un rey
golpe a golpe’ pudo ver la luz gracias a la editorial que dirigía Pepe
Rei –“el mejor jefe que he tenido en mi vida”, destaca Quintáns en esta
entrevista–, cerrada poco después por orden del juez Garzón. Quintáns
también es autora de ‘Juan Carlos I. La biografía sin silencios’ (Akal,
2016).
Te doctoraste en Periodismo con una tesis sobre los discursos de Juan Carlos I…
Sí, ahí empezó mi ‘afición’ por Juan Carlos I, analizando sus
discursos, el contexto en el que eran pronunciados y cómo los
interpretaba la prensa.
Sé que no es fácil, pero ¿podrías resumir esa tesis?
Yo veía que toda la prensa los analizaba e interpretaba igual, a
pesar de que prácticamente no decía nada, sólo palabras huecas que cada
uno podía interpretar a su manera. Hablaba de “los problemas que nos
afectan a todos” y cosas así, y yo los analizaba en relación con el
contexto histórico, con lo que estaba pasando en aquel momento –en el
que igual había un problema de corrupción o el GAL…–, a ver si tenía
algo que ver con aquello. Fue cuando empecé a meterme a fondo en la
figura de Juan Carlos I y empecé a ver que la prensa lo analizaba todo
de una manera unánime y que además no se correspondía mucho con la
realidad de lo que había detrás de Juan Carlos I. Eso fue lo primero que
me llamó la atención: que la prensa tenía una versión unánime de Juan
Carlos I, dijera lo que dijera, que no se correspondía con la realidad, y
en realidad no le importaba mucho lo que dijera en los discursos,
siempre interpretaba que había estado muy bien, que había dicho lo que
todo el mundo quería oír… Y ahí empecé a rascar un poco, a buscar otras
fuentes de información, porque la prensa española de la época no me
servía de mucho; empecé a ver prensa extranjera y otra bibliografía y
empecé a darme cuenta de que había una discrepancia entre lo que pasaba
en realidad, y la realidad de la figura de Juan Carlos I, y lo que la
prensa española publicaba. Más o menos por ahí empezó la cosa…
“Ese pacto existía y me temo que sigue existiendo para la
gran prensa: ‘El País’, ‘El Mundo’, ‘ABC’, las grandes cadenas de
televisión…”
¿Esa discrepancia entre lo que pasaba en realidad y lo que se
publicaba obedecía a un pacto entre determinados poderes y los
principales medios de comunicación?
Sí, claro. Ese pacto no está escrito, no está firmado, y es de los
jefes de los grandes periódicos –no de los periodistas que están
currándose las noticias y las piezas informativas–, pero ese pacto
existía y me temo que sigue existiendo para la gran prensa: ‘El País’,
‘El Mundo’, ‘ABC’, las grandes cadenas de televisión… Luego hay otros
periódicos, como LA ÚLTIMA HORA y muchos nuevos, que ya no tienen ese
pacto de silencio, que sacan algunas cosas… Pero los grandes medios sí
están en ese pacto y como mucho lo que hacen es reproducir lo que se
puede publicar en el extranjero y poquito, poquito, poquito más.
En 2000, hace nada menos que 20 años, publicaste con la
editorial Ardi Beltza ‘Un rey golpe a golpe. Biografía no autorizada de
Juan Carlos de Borbón’ y tuviste que hacerlo bajo el seudónimo ‘Patricia
Sverlo’…
Tuve que escribirlo con seudónimo porque era la primera vez que se
iba a publicar en España algo crítico con el rey, y sí, fue con Ardi
Beltza, la editorial de Pepe Rei, que se atrevía a eso, pero teníamos
miedo a las consecuencias y fue una manera de protegerme. Pepe me
ofreció hacerlo con seudónimo para más seguridad y así lo hicimos, para
protegerme no judicialmente –porque ahí podían saber perfectamente quién
lo había escrito–, pero sí para protegerme un poco laboralmente, porque
yo trabajaba como ‘freelance’ y que te pusieran en una lista negra
significaba que en las revistas en las que yo trabajaba no iba a poder
seguir trabajando. Judicialmente funcionó muy poco, porque, al poco de
salir el libro, el juez Garzón cerró la editorial. Después se volvió a
abrir con otro nombre, Kale Gorria –hubo que domiciliarla en Francia,
porque en España ya la había cerrado Garzón–, y el libro continuó
distribuyéndose. El sentido del seudónimo era ese. Lo de salir del
armario, por decirlo de alguna manera, y decir que el libro lo había
escrito yo fue en 2014 porque me llegaron informaciones de que había
alguna editorial que quería robar el libro –sacarlo por su cuenta, sin
mi permiso y sin tener los derechos de autor– y comercializarlo por su
cuenta, aprovechando que el libro estaba firmado con seudónimo y la
situación actual de Pepe Rei, que tuvo un accidente de coche, quedó con
una lesión cerebral y tampoco iba a poder defender los derechos de autor
del libro. Entonces me llegó esa información y por eso decidí decir que
el libro era mío y registrarlo, y en 2016 ya saqué el otro con la
editorial Akal ya con mi nombre.
Sí, ‘Juan Carlos I. La biografía sin silencios’. Después
hablaremos de él, pero antes hablemos de Pepe Rei, con quien colaboraste
primero en la revista ‘Ardi Beltza’ y después en la revista ‘Kale
Gorria’. ¿Cuáles son tus recuerdos de Pepe Rei y de tu trabajo junto a
él?
Para mí es el mejor jefe que he tenido en mi vida. Yo no estaba en la
Redacción, colaboraba con la revista desde Madrid, pero había una
comunicación constante, una comunicación telefónica permanente, y además
nos veíamos aquí en Madrid o en Euskadi o a medio camino. Para mí era
un periodista excelente y un jefe maravilloso, en el sentido de que
sabía dirigir tu trabajo para que dieras lo mejor de ti, con el apoyo
máximo que puede darte el director de una publicación, todo el apoyo. De
hecho, fíjate: con lo de mi libro, cerraron la editorial y lo metieron a
él en la cárcel, no a mí. Lo metieron a él. Asumía él personalmente
todos los riesgos que se corrían y apoyaba al cien por cien el trabajo
de sus periodistas, lo facilitaba todo lo que podía, y me facilitó por
supuesto muchísimos contactos y fuentes de información y no sólo para el
libro del rey, porque estuve colaborando todo el tiempo que duraron
‘Ardi Beltza’ y ‘Kale Gorria’ y siempre fue un director, un jefe, de los
que te ayudan y sacan lo mejor de ti en tu trabajo y con el que aprendí
muchísimo. Su accidente, que lo dejó incapacitado, supuso para mí una
pérdida enorme en lo personal y para el mundo del periodismo una pérdida
inmensa. Se le echa de menos muchísimo porque era un periodista
valiente y riguroso que conseguía informaciones que no conseguía nadie
más, se atrevía a sacarlas, las defendía y las ponía en unas
publicaciones hechas con una calidad exquisita hasta en el diseño
gráfico. Se le echa de menos muchísimo en el mundo del periodismo
español, muchísimo. Para mí esta situación de incapacidad en la que está
es una lástima, supone una pérdida inmensa e irreparable.
“En el caso de Corinna, esos sesenta y tantos millones de
euros, aunque hayan salido de una cuenta de Arabia Saudí, en realidad
salen de nuestros bolsillos”
‘Un rey golpe a golpe’ está dedicado “a todos los
antifascistas que dieron su vida defendiendo la República y el poder
surgido de las urnas en 1936, frente a los golpistas de Franco, que, con
los años, nombraron como sucesor suyo a Juan Carlos I, actual rey de
España”. Todo un resumen de la historia reciente…
Sí. Es un libro ‘objetivo’ y riguroso, pero sí tiene ese enfoque
político, no es un libro neutral. El libro tiene un planteamiento
inicial republicano y llega a una conclusión absolutamente republicana.
Tiene ese enfoque ideológico. Por ejemplo, ahora sí hay algunos libros y
artículos de prensa críticos sobre Juan Carlos I, pero no tienen un
enfoque ideológico, político, de mucho recorrido, pues se centran en el
escándalo, en las amantes de Juan Carlos I… Yo no quise hacer cotilleo
sobre Juan Carlos I, sino un análisis histórico y político de lo que
significó su figura –ahora ya podemos hablar casi en pasado de él,
aunque estemos a la espera de consecuencias judiciales en el
extranjero–, un análisis político de su papel histórico, no un mero
cotilleo y centrado en cosas escandalosas. Por ejemplo, el tema de las
amantes y de los hijos ilegítimos que tiene a mí sólo me parece
interesante en el sentido de que nos aporte algo a lo que es nuestra
vida colectiva como ciudadanos del Estado español. No me importa nada su
vida sexual y si tuvo 5.000 amantes o 50.000, a mí eso me parece nada
interesante, pero sí me parece importante si tiró a una amante desde una
borda o si pagó con fondos reservados, que procedían del dinero de
todos los españoles, chantajes a Bárbara Rey de más de cuatro millones
de euros. En el caso de Corinna, esos sesenta y tantos millones de
euros, aunque hayan salido de una cuenta de Arabia Saudí, en realidad
salen de nuestros bolsillos, porque corresponden a que se le hizo una
rebaja muy importante a Arabia Saudí en la construcción del AVE de La
Meca, y esa rebaja importante vamos a pagarla con recargo todos ahora a
través de Renfe-Adif. Todo sale de nuestros bolsillos y eso es lo que a
mí me parece interesante de las amantes de Juan Carlos I, y no si era o
no era un pichabrava, eso me parece secundario y se lo dejo a Telecinco.
En el libro abordabas ya, hace 20 años, la muerte de su
hermano Alfonso en Estoril, su relación con el 23-F o con los GAL, el
oscuro origen de su fortuna personal…
El libro era bastante exhaustivo en el año 2000, lo que pasa es que
luego ha habido muchas más cosas porque Juan Carlos I ha sido infinito y
no para. Por ejemplo, aquel año todavía no había aparecido Corinna,
pero de lo que teníamos hasta 2000 era muy exhaustivo. Por ejemplo, lo
de la muerte de su hermano era muy poco conocido, y en lo poquito que
había publicado en España siempre se decía que había sido un accidente
cuando eran niños, pero resulta que no eran niños, que Juan Carlos
estaba ya en la Academia Militar de Zaragoza, ya llevaba un año en la
Academia Militar de Zaragoza. Adulto, mayor de edad, con formación
militar y en manejo de armas… La lectura de ese episodio cambia mucho
conociendo esos pormenores.
Te preguntaba también sobre su relación con el 23-F o con los GAL.
Del tema de los GAL en el segundo libro hay más información. Es una
información de difícil acceso y reconozco que mi trabajo es mucho de
documentación, de leer y recopilar todo lo que se va publicando y va
saliendo. Por ejemplo, Amadeo Martínez Inglés, coronel del Ejército,
tiene unas fuentes de información del mundo militar mucho mejores que
las mías y sacó cosas muy interesantes del grado de información y de
involucración que tuvo Juan Carlos I en todo el proceso de creación de
los GAL, de funcionamiento de los GAL y de negociación del punto final
de los GAL, cuando las denuncias entraron en la prensa, se buscaba al
señor X y un par de ministros acabaron en la cárcel brevemente. A poner
el cerrojazo ahí ayudó mucho Juan Carlos I, pero es que además hay
papeles, que hoy son secretos de Estado, de reuniones de la Junta
Superior del Ejército en las que se habló de la fundación de los GAL y
en las que o estaba Juan Carlos I o le llegó el acta, porque en esa
época le llegaban las actas siempre por principio; no sabemos si hoy
también a Felipe VI le llegan esas cosas, pero a Juan Carlos I claro que
le llegaban, porque además eran unas juntas técnicamente presididas por
él. Entonces se puede reconstruir un poco el papel que tuvo en ese
tema… Y del tema del 23-F hay muchísimo publicado de autores que sacaron
cosas muy definitivas, autores nada sospechosos de republicanos como
por ejemplo Pilar Urbano, que sacó cosas muy contundentes sobre el papel
de Juan Carlos I en el 23-F, que no fue marginal: fue el artífice del
golpe de Estado y eso dijeron y declararon para empezar todos los
involucrados y todos los condenados, que tuvieron unas condenas bastante
ridículas. Lo que pasa es que ahí también sigue habiendo mucho de
secreto de Estado, no podemos tener acceso ni al sumario ni a los
registros del juicio oral del 23-F porque siguen siendo secreto de
Estado. Es alucinante, pero sigue siendo secreto de Estado.
“Con el PSOE además había complicidad, negocios conjuntos y
probablemente en ocasiones compartían, como con Jordi Pujol,
administradores financieros en Suiza”
En el libro también destacabas que su relación con el PSOE fue mejor incluso que su relación con el PP. ¿Por qué?
Sobre todo por quién era y qué representó Felipe González. No es que
se llevara bien con el PSOE porque fuera un poco ‘socialista’ sino
porque el PSOE estaba liderado por Felipe González y –bueno, ahora ya no
es que lo diga yo, es que ya lo dice la CIA en los documentos que va
desclasificando– González era una persona de confianza de la CIA y de lo
que hoy llamamos el régimen del 78 de la Transición. Era el que estaba
elegido por los que diseñaron la Transición, y ahí la CIA tuvo mucho que
ver, para liderar ese proceso –y Juan Carlos I estaba en ese plan– y
era el que tenía que llegar hasta presidente de una manera inmediata en
el año 80, 81, por eso se hizo también en parte el golpe del 23-F, para
librarse de Adolfo Suárez, que había ya cumplido su papel y ahora tocaba
que siguiese liderando, según el plan previsto, Felipe González, y para
eso ya estaba todo pactado con Juan Carlos I. Y, aparte, Felipe
González es una persona muy habilidosa y muy campechana y además
consiguió llevarse muy bien en lo personal con Juan Carlos I, dejándole
hacer lo que le diera la gana: “Usted no se preocupe de nada, majestad, y
diviértase”. Y Felipe González lo llevó muy bien, toreó muy bien con
Juan Carlos I y se llevaron muy bien, y luego con Aznar ya no se llevó
tan bien porque no es que hubiera problemas políticos ni mucho menos –ni
mucho menos hubo ninguna discrepancia en las líneas a seguir con Aznar
ni Aznar fue en absoluto crítico con nada que hiciera la casa Real ni
Juan Carlos I en concreto–, pero sí que había menos ‘feeling’ personal y
menos complicidad, porque con el PSOE además había complicidad,
negocios conjuntos y probablemente en ocasiones compartían, como con
Jordi Pujol, administradores financieros en Suiza. Entonces hubo no sólo
un buen rollito personal y una sintonía ideológica perfecta en el plan a
seguir en la Transición española, sino que fueron cómplices de muchas
corruptelas importantes en las que estuvo involucrado Juan Carlos I en
los años ochenta, como el caso KIO; en el caso KIO ponía el cazo Juan
Carlos I pero el PSOE también se llevaba su parte. Entonces había muy
buena sintonía y mucha complicidad no metafórica, complicidad en delitos
penales, y eso es un problema que está arrastrando ahora mismo el PSOE,
que ya no es el de Felipe González, que es el de Pedro Sánchez pero que
tiene esa deuda de atrás, entonces cuando abra esa caja de Pandora de
empezar a investigar en el Parlamento o donde sea las actividades de
Juan Carlos I, el PSOE sabe que va a salpicar y por eso no quiere dejar
que se investigue, porque claro que les va a salpicar, por supuesto que
les va a salpicar, porque en esos negocios estuvieron todos metidos, por
supuesto que sí. Hubo una buena sintonía y una complicidad absoluta en
los negocios y en lo que no fueron negocios, en lo que fue el 23-F o los
GAL. En eso estaban juntos totalmente.
Los casos judiciales que acechan a Juan Carlos I no son poca
cosa y cada día se está sabiendo más. ¿Crees que su hijo, Felipe VI,
acabará dejándolo caer, también judicialmente, para intentar salvarse él
y para intentar salvar a la Corona, como pasó en cierto modo con Iñaki
Urdangarin?
Sin duda, sin duda, sin duda lo dejará caer para intentar salvarse
él, lo que sí dudo es que con eso vaya a conseguir salvarse él. No sólo
porque el escándalo arrastre a toda la Casa Real, sino porque las
implicaciones judiciales pueden arrastrar perfectamente a Felipe VI,
porque cuanto más vaya saliendo, más trabajo le va a costar demostrar
que él no sabía nada y que no tenía nada que ver. Le va a costar mucho
trabajo con el tiempo justificar eso. Aquí en España no –porque aquí los
jueces pasan de todo y la Fiscalía del Supremo pasa de todo–, pero en
Suiza, como se pongan un poco exquisitos, lo lógico sería que lo
llamaran a declarar también a él para ver si él sabía algo de esas
cuentas en las que figura como segundo beneficiario. Lo lógico sería
eso, que se le llamara a declarar y que justificara cómo es que no sabía
nada. Y eso que está saliendo ahora en Suiza es de una cuenta, que
desde luego hay más cuentas: la fortuna de Juan Carlos I se calcula en
1.800 millones de euros y no en 68 millones, que además se los pasó a
Corinna y que son una menudencia al lado de lo que tiene en total. Claro
que hay otras cuentas, hay otras fundaciones, hay otros testaferros,
hay una ingeniería financiera sofisticada y como empiecen a desenredar
ese ovillo, yo me temo que el nombre de Felipe VI no va a salir sólo en
esa. Y además podría salir en otros fondos, en otras cuentas suizas y en
fundaciones en las que ni siquiera figura Juan Carlos I, eh. Porque
Felipe también está ligado a fundaciones que no tienen nada que ver con
Juan Carlos I, que algún día se investigarán. Cualquier día sale
Corinna, que sabe muchas cosas. Por ejemplo, esto último que salió de su
luna de miel de 500.000 euros –pagada por Juan Carlos I y su testaferro
Cusí– yo calculo que fue una filtración al ‘Telegraph’ de Corinna, y
Corinna lo sabe porque ella fue la que organizó los pormenores de ese
viaje de lujo tan explosivo y del que la prensa no sabía nada. En España
en el momento de la boda estábamos en crisis y nos dijeron que por un
tema de austeridad habían ido a Cuenca y nada más, y luego organizaron
ese viaje de novios que organizó Corinna. Yo creo que esto lo ha
filtrado Corinna como un aviso, porque parece que quien ahora mismo está
presionando y amenazando a Corinna para que se calle –y, por lo que
dicen, también para que devuelva ese dinero que no fue una donación sino
que ella estaba siendo la testaferro y lo que tenía que hacer era
esconderlo, pero lo puso a su nombre y ahora no quiere devolverlo– es la
Casa Real Española, y esto lo ha denunciado ella en Inglaterra y en
Suiza. Entonces yo creo que es un aviso que le ha enviado a Felipe VI de
que podría sacar más cosas. Ha filtrado algo, su luna de miel de
500.000 euros, pequeño en relación con lo que podría sacar, porque
Torres, el socio de Urdangarin, ya ha hablado de que Urdangarin en sus
negocios tenía el apoyo de Juan Carlos I y de Felipe VI, que además él y
los compinches de Urdangarin eran íntimos amigos. Felipe VI estaba en
todo, así que creo que sí acabarán saliendo cosas de Felipe VI. Supongo
que en el extranjero –porque aquí nadie se quiere meter muy a fondo en
ese tema–, pero acabará saliendo. Espero.
Vamos con tu segundo libro: ‘Juan Carlos I. La biografía sin
silencios’. Lo publicas en 2016, ya sin seudónimo. Ya habían cambiado
muchas cosas…
Sí, han cambiado cosas. Después de ‘Un rey golpe a golpe’, salieron
cosas de otros autores abiertamente críticas con Juan Carlos I, pareció
que se había abierto ya la veda y entonces me pareció que podía sacarlo
ya con mi nombre porque además sacarlo con seudónimo es muy incómodo y
muy engorroso como autor en el mundo editorial, porque no puedes
promocionar el libro, no puedes hacer presentaciones… Recuerdo que en el
año 2000 había editoriales extranjeras –europeas e incluso
norteamericanas– que estaban interesadas en publicar el libro pero que
exigían que el autor estuviera presente para la promoción del libro,
etcétera, y entonces yo entendí que este segundo libro sí había que
sacarlo con mi nombre. No sirvió de nada, porque lo saqué con mi nombre y
aun así no se pudo hacer una promoción adecuada del libro por culpa de
la editorial Akal. Y esta vez no me llegó ninguna oferta de ninguna
editorial extranjera para publicarlo en el extranjero –porque lo
controla todo Akal–, cosa extrañísima porque cuando se publica un libro
así de un rey vivo, de una figura tan importante y viva, siempre hay
editoriales extranjeras que están interesadas. Ya te digo que la primera
vez hubo muchas editoriales extranjeras interesadas y no se llegó a
negociar porque además fue el accidente de Pepe Rei y se quedó todo
parado, pero en esta ocasión la encargada de pararlo todo fue Akal, que
se había comprometido a promocionarlo y distribuirlo en México y en
Argentina y no lo hizo. Aquí tampoco lo distribuyó ni hizo
presentaciones, todas las presentaciones que se hicieron las hice yo por
mi cuenta, y a mí Akal me cobra esos libros que llevo a las
presentaciones, no sólo no me paga derechos de autor sino que me cobra,
le debo yo dinero por los ejemplares que me ha facilitado para las
presentaciones de los libros y tiene la edición del libro completa
encerrada en un almacén. Así que lo de sacarlo con mi nombre y con una
editorial como Akal –que es más convencional y tiene una distribución
establecida; Ardi Beltza no tenía una distribución fácil en librerías
sobre todo en Madrid, donde había librerías que se negaban a distribuir
los libros de Ardi Beltza– fue porque creí que con Akal iba a ser todo
más fácil, pero al final resultó mucho más difícil. Lo único que
conseguí, que no sé si es conseguir mucho, es darme a conocer como
autora y que periodistas como tú me llaméis de vez en cuando y me hagáis
una entrevista, pero ‘Juan Carlos I. La biografía sin silencios’ está
mucho más parado que ‘Un rey golpe a golpe’ después de que Garzón
cerrara la editorial Ardi Beltza por orden judicial.
“El año próximo se acaba mi contrato con Akal y lo moveré yo por mi cuenta, pero ahora mismo estoy con las manos atadas”
Es alucinante…
Yo confié en Akal porque creí que Akal era una buena editorial y una
editorial progresista que tenía ganas de sacar, firmé un contrato con
Akal y resulta que según Akal –que es a quien le he vendido los
derechos–, este libro no interesa nada de nada. El año próximo se acaba
mi contrato con Akal y lo moveré yo por mi cuenta, pero ahora mismo
estoy con las manos atadas, tiene los derechos Akal y lo que ha hecho
Akal con el libro es meterlo en un almacén.
¿Crees que ha podido sufrir algún tipo de presión para hacer eso?
Me imagino que sí, porque Ramón Akal no es idiota, así que si ha
hecho eso, supongo que le estará rentando por otro lado, porque no
entiendo por qué, en este momento en el que están saliendo tantas cosas
sobre el rey –que la mayoría de ellas ya se cuentan en el libro–, tiene
el libro metido en un almacén de la editorial para que se lo coman las
ratas ni cómo no intenta venderlo, porque no es ni de buen negociante
tenerlo ahí. No está secuestrado, porque si tú, como particular o como
librería, le pides a la editorial Akal un ejemplar, te lo sirve, te lo
envía, pero hay que pedirlos así: uno a uno. No los distribuye; es más,
cuando salió el libro, los distribuyó por todas las librerías de España,
que compraron ejemplares en depósito, los pagaron y a los dos meses
Akal –esto me lo dijo a mí Ramón Akal– los retiró de todas las librerías
de España. Les abonó el dinero que habían pagado, pero los retiró y se
los llevó al almacén, sin más explicación que una explicación absurda de
que el libro no se vendía en las librerías y entonces iba a retirarlo
de allí. Tendría que explicarlo él. Para mí es un enemigo muy grande, yo
no puedo hacer nada contra Akal y tiene secuestrados mis libros en un
almacén.
¿Qué añadió ese segundo libro, ‘Juan Carlos I. La biografía sin silencios’, a ‘Un rey golpe a golpe’?
Todo el libro ‘Un rey golpe a golpe’ está incluido en ‘Juan Carlos I.
La biografía sin silencios’, que en principio estaba planteado como una
corrección corregida y aumentada de ‘Un rey golpe a golpe’, lo que pasa
es que lo aumentado era muchísimo. Yo no estaba muy de acuerdo con que
se le cambiara el título –el cambio de título también fue una imposición
de la editorial–, pero, sí, hay diez o 12 capítulos completamente
nuevos con respecto a ‘Un rey golpe a golpe’ y muchas ampliaciones en
los capítulos antiguos, mucha más información… Quedó un libro bastante
voluminoso pero muy completo, y de hecho la mayoría de las cosas que
están saliendo ahora sobre Corinna, el AVE del Desierto… ya están,
cuando menos, apuntadas y señaladas en el libro, no con el detalle de
las informaciones que están saliendo ahora gracias a lo que nos viene de
Suiza y de Londres, pero sí están apuntadas y bastante desarrolladas en
el libro: todo el tema de las comisiones del AVE del Desierto, de
Corinna… ya está muy desarrollado en el libro. Es de 2016, pero la
verdad es que ya recoge casi todo lo que está saliendo ahora.
“Todo esto es una conjunción de factores que yo creo que irremediablemente debería acabar en el fin de la monarquía española”
¿Cómo ves la situación actual y cómo crees que puede acabar todo esto de los escándalos de Juan Carlos I y de la monarquía?
Veo que estamos en un momento muy interesante, pueden pasar muchas
cosas, esto es casi una partida de ajedrez en la que no hay sólo las
blancas y las negras –porque aquí participan más jugadores, no son sólo
dos equipos–, y habrá que ir siguiendo paso a paso la partida y
jugándola, porque esta partida tiene que ver con nuestro futuro y
tenemos que jugarla todos. No puede ser, por ejemplo, que Felipe VI en
este contexto se vaya de rositas de viaje, se permita el lujo de
recorrerse España y sea recibido con banderitas españolas y aplausos y
no se le reproche y se le exijan más explicaciones. Eso por nuestra
parte como ciudadanos, y luego están los políticos y en especial el
Gobierno y los partidos que forman parte del Gobierno, que tienen una
responsabilidad importantísima en lo que vayan a hacer, en las actitudes
que tengan a partir de ahora, porque van a seguir saliendo cosas –todos
lo sabemos–, van a seguir produciéndose acontecimientos, incluso
judiciales, en Suiza… Si todo sigue su proceso, sentarán a Juan Carlos I
en el banquillo en Suiza –no aquí–, y todo esto es una conjunción de
factores que yo creo que irremediablemente debería acabar en el fin de
la monarquía española.
¿Tú crees?
Sí, pero a ver cómo se desarrollan las cosas, habrá que estar atento,
y no sólo atento como espectador sino participar, cada uno en la medida
de sus posibilidades, en este proceso de la democracia, que es una
práctica cotidiana. Como ciudadanos demócratas, tenemos que tomar
postura e intervenir cada uno en la medida de nuestras posibilidades; no
podemos dejar que se vayan de rositas los Borbones ladrones –que vemos
que cada vez son más– y no podemos dejar que el sistema continúe como
hasta ahora para que sigan produciéndose los mismos desmanes y los
descubramos dentro de diez años. Políticamente, judicialmente y como
ciudadanos, lo que vaya a pasar depende de todos nosotros, y tenemos que
estar atentos y activos. Y yo soy optimista y creo que al final caerá
la monarquía. Lo espero y lo deseo. Espero que sí, porque al final
–incluso con estos partidos políticos que hacen tan poco por controlar
la monarquía e incluso con esta prensa oficial tan vasalla–, los
desmanes de la monarquía son tan enormes que, incluso con todo eso,
acabará cayendo por su propio peso y enfangada en su propia mierda. Y ni
siquiera la prensa vasalla ni los partidos políticos más directamente
relacionados e involucrados con el sistema monárquico y con la Casa Real
borbónica van a poder hacer nada por evitarlo.
Fuente → lahaine.org
No hay comentarios
Publicar un comentario