
Acosado
por sus propios escándalos, Juan Carlos I se encuentra cada día más
cerca del ‘destierro’, según han revelado diversos medios. El rey y jefe
del Estado desde 1975 hasta su abdicación en 2014, y rey emérito desde
entonces hasta la actualidad, habría comunicado ya al actual jefe del
Estado, su hijo Felipe VI, su disposición a abandonar por su propio pie
el Palacio de la Zarzuela –su residencia desde 1962, cuando era sólo un
veinteañero al que el general Franco preparaba para sucederlo en la
Jefatura del Estado– para vivir de alquiler, pagado por los empresarios que lo rodearon en su mejores tiempos, en otro punto de España o incluso, al menos hasta que dejen de arreciar los escándalos, fuera del territorio español.
El
propio Gobierno de coalición está aumentando en los últimos tiempos la
presión sobre la Casa Real para que Juan Carlos I acabe saliendo de
Zarzuela. En una entrevista con Informativos Telecinco realizada este
lunes –el día en que se publicó que Corinna Larsen declarará como
imputada el próximo 8 de septiembre en la Audiencia Nacional por el
contenido de una conversación, con el excomisario de Policía José Manuel
Villarejo, sobre el enriquecimiento irregular del anterior jefe del
Estado–, el presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, insistía en que
considera “inquietantes y perturbadoras” las informaciones sobre el
patrimonio oculto de Juan Carlos I y aseguraba que el Gobierno de
coalición “siempre” defenderá la “estabilidad institucional” también en
lo relativo a la institución monárquica –“defendemos el pacto
constitucional, defendemos la monarquía parlamentaria”, aseguró–, pero
advertía de que para tener “instituciones robustas” se necesita “transparencia y ejemplaridad”.
La
propia Casa Real tiene asumido que Juan Carlos I acabará saliendo de
Zarzuela y que seguramente tendrá que hacerlo antes del 8 de septiembre
–cuando Corinna Larsen declarará como imputada en la Audiencia
Nacional–, pero lo que la Casa Real no tiene del todo claro es cuál es
la mejor opción para el futuro de la Corona: que el anterior jefe del
Estado pase a vivir en otro punto de España o que lo haga, al menos
hasta que dejen de arreciar los escándalos, fuera del territorio
español. Es decir que no tiene del todo claro qué dañaría más la imagen
de la institución monárquica: si Juan Carlos I viviendo de alquiler
–pagado por sus empresarios más afines– en alguna zona residencial
española mientras en Suiza y, en menor medida, en España avanzan las
investigaciones judiciales sobre su patrimonio oculto… o Juan Carlos I
en el ‘exilio’ a la espera de juicio para volver a territorio español. Eso, si vuelve.
Fuente → laultimahora.es
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