
El propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez , destacó como
un hecho sorprendente y loable que se cuestione la supuesta actividad
fraudulenta del rey emérito Juan Carlos I : “Es
evidente que estamos siendo testigos, el conjunto de la sociedad
española, de informaciones inquietantes que nos perturban a todos, a mí
también. Y quiero destacar que, primero, hay unos medios de comunicación
que no miran para otro lado. Por el contrario, se hacen eco de estas
informaciones “. El futuro a corto plazo y el papel que debe tener esta
figura está llevando a una negociación y es digno de estudio por la
Zarzuela y la Moncloa.
Ambas instituciones trabajan
conjuntamente para encontrar una salida a un Juan Carlos I que se ha
convertido en una molestia. Tal como explica el diario digital El Confidencial
, hay dos opciones sobre la mesa: “Irse de la Zarzuela o el exilio del
país”. Se debe valorar la edad y las circunstancias del rey emérito, que
cumplirá en enero del año que viene 83 años. Los expertos en la materia
señalan algunas posibles destinos. De ámbito nacional, Juan Carlos guarda buenas amistades en Galicia y sería un lugar tranquilo. Pero no dejaría de vivir en el estado español. La opción de la que más se ha hablado es la República Dominicana en la zona de La Romana, donde están las mansiones y las casas más exclusivas de las grandes fortunas americanas.
En el país caribeño está el gran amigo de Juan Carlos, Pepe Fanjul
: un empresario cubano millonario dedicado al sector del azúcar que
pasa largas temporadas en Estados Unidos y también visita de forma
regular España. La residencia de La Romana está formada por casas que
pueden ir de los 5 a los 40 millones de dólares. También es una zona
donde hay familias que se han hecho de oro con el narcotráfico y
empresarios emergentes. Cuenta con un aeropuerto propio, un puerto y un resort exclusivo.
El Congreso
es el reflejo de la imagen cuestionada de la monarquía en España. Más
del 50% de la ciudadania y el 20% de la cámara no aprueba esta
institución y es unánime, por parte de todas las fuerzas políticas, que
ninguna ha salido para defender el emérito. El Gobierno trabaja con la
casa real para tratar de cortar este incendio y marcar las diferencias
con su hijo, Felipe VI, del que no paran de remarcar “su carácter
ejemplar”. Pero es evidente que la estrategia que planifiquen para
conservar la imagen va en paralelo al desenlace que acabe teniendo a la
justicia: tanto a la suiza como la española en el Tribunal Supremo. Y lo
que se derive marcará qué hacer con Juan Carlos.
Con la intención
de hacer toda una demostración de cambios, se han elaborado nuevas
obligaciones y normas de autorregulación de los miembros de la familia
del Rey, un acuerdo con la Abogacía del Estado y un convenio con la
Secretaría de Estado de Comercio para determinar qué empresarios
acompañan Felipe VI en sus viajes y evitar situaciones
anteriores. De momento, la Zarzuela y la Moncloa “trabajan para tratar
de conseguir un cortafuegos que diferencie el reinado anterior de la
actual, en paralelo a reconocer que los hechos que se van sabiendo
afectan gravemente la institución”, matiza El Confidencial .
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