Desmontando el mito más difundido de los franquistas: Franco no creó los pantanos

Una falacia, otra más de los defensores del dictador, que queda al descubierto con un solo vistazo a los libros de Historia

Desmontando el mito más difundido de los franquistas: Franco no creó los pantanos / Suren Gasparyan:

No hay ningún franquista en España que no haya usado alguna vez la frase "Franco creó los pantanos". Entre todos los logros que se le atribuyen al dictador, este es uno de los más difundidos, por no decir el que más. Una conquista que los defensores del generalísimo han vuelto a poner de actualidad después de su exhumación del Valle de los Caídos y la posterior inhumación en el Cementerio de Mingorrubio.

Sin embargo, este logro, al igual que otros como el de que creó la Seguridad Social o las vacaciones pagadas, es una mentira. Unas falacias que quedan al descubierto con un solo vistazo a cualquier libro de Historia. Cuando los defensores del dictador apuntan que él creo los pantanos, lo hacen basándose en el Plan de Transformación y Colonización aprobado por el régimen franquista en 1952. Una medida a través de la cual se trató de dotar a la agricultura de un sistema mejorado de electrificación, riego, proceso de fabricación y transformación y comercialización de productos agrarios. 

Y efectivamente tal fecha es correcta, pero los franquistas obvian (muchos inconsciente, puesto que simplemente repiten lo que llevan años y años escuchando) que el primer intento de planificación hídrica data de muchos años antes de que Franco diera un golpe de Estado, provocara una Guerra Civil y sumergiera a España en una dictadura durante más de tres décadas, con todos los retrasos que ello conlleva. En concreto, los primeros cimientos del desarrollo de los pantanos se puso en marcha en 1902, con el Plan General de Canales de Riesgo y Pantanos de Rafael Gasset. Un hecho que los historiadores coinciden en señalar como el germen de la primera planificación hídrica en nuestro país. 

Asimismo, durante la Segunda República, se continuó trabajando en la tarea, y se impulsó en 1933 el Plan Nacional de Obras Hidráulicas, dirigido por el entonces ministro de Obras Públicas Indalecio Prieto. De hecho, este político dijo en su momento, quizá sabiendo lo que iba a venir años después, que la política hidráulica "no debía ser ni de un partido, ni de un Gobierno, ni de un régimen; la política del agua debe ser del Estado, al margen de los vaivenes electorales".


Fuente → elplural.com

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