Diario16 ha tenido acceso a un informe desclasificado de la Agencia
Central de Inteligencia de los Estados Unidos (CIA) en el que se indica
claramente cómo la figura de Felipe González, cuando aún llevaba
chaqueta de pana, no generaba ningún tipo de temor para los servicios
secretos norteamericanos por, precisamente, tener un carácter moderado y
conservador que haría que en España no se implantaría un gobierno
puramente de izquierdas y socialista, algo que generaba mucha
preocupación en los primeros años de la Administración de Ronald Reagan.
En dicho informe se indican los perjuicios que podría tener
si el PSOE iniciara un giro a la izquierda, sobre todo si se seguían los
postulados de Alfonso Guerra. «Aunque el liderazgo del partido está
comprometido con un curso moderado, las presiones dentro y fuera del partido
podrían aumentar mucho más las políticas de izquierda después de que tomara el
poder». Hay que incidir en el hecho de que en esos años la presidencia
ultraconservadora de Reagan había vuelto a incrementar la tensión con la URSS y
sus aliados y se pensaba que si los socialistas accedían al poder en España,
los soviéticos tendrían un nuevo aliado en un país donde los Estados Unidos
tenían presencia militar en las bases de Torrejón, Zaragoza o Rota.
El documento de la CIA tranquiliza a la Administración
Reagan porque califican a Felipe González como un moderado alejado del
comunismo y cercano a una situación más conservadora, incluso, que la de los
partidos socialdemócratas del centro y el norte de Europa, es decir, más
próximo a la derecha que a la izquierda que tanto temían los estadounidenses: «los
socialistas comenzarán aplicando políticas más moderadas que las desarrolladas
por la mayoría de los partidos de centro izquierda en Europa occidental», indica
el informe que, más adelante vuelve a incidir en los propósitos conservadores
de Felipe González: «Si los intentos de los socialistas de acomodarse a los
intereses conservadores se vuelven inútiles, podrían desarrollarse demandas
sobre el liderazgo del partido para moverse hacia la izquierda».
La CIA hace mención a las diferencias internas que existían
ya tras el congreso de 1981 y cómo Felipe González logró equilibrar «la
necesidad de satisfacer a un electorado moderado con la necesidad de apaciguar
a una militancia predominantemente de izquierdas». Es decir, que el líder que ganó
unos días después las elecciones generales ya tenía pergeñado un programa
oculto de reformas basado en la moderación, el conservadurismo y en la
protección de las élites que ejecutó varios años después y, a la vez, con un
programa electoral puramente de izquierdas mantuvo contentos a los críticos que
se mantenían fieles a los preceptos ideológicos más progresistas.
A ese programa moderado se hace referencia más adelante y
muestra las connivencias entre González y la clase empresarial: «Tal programa
no podría tener éxito sin la confianza empresarial, y González recientemente ha
tratado de convencer a los escépticos de la moderación del PSOE. Prometió que
un gobierno socialista no alteraría sustancialmente las relaciones entre el
gobierno y las empresas».
Por otro lado, en referencia a las relaciones entre España y
Estados Unidos, la CIA tranquiliza a los halcones de Reagan porque, en el corto
plazo, los espías norteamericanos afirmaron que «el compromiso de Felipe
González con la moderación y las relaciones amistosas con Washington significa
que las políticas de su partido en el gobierno serán menos radicales que sus
posiciones declaradas en la oposición».
Por tanto, la evolución de Felipe González, que le ha
llevado a convertirse en la persona perfecta para dirigir el gobierno de
concentración de Vox, según declaró Macarena Olona, no fue tal porque ya en
1982, cuando aún no había llegado a la Moncloa, la CIA ya le colocó en un escenario
ideológico más cercano a la democracia cristiana que a la socialdemocracia y,
por supuesto, muy alejado del socialismo que tanto miedo generaba en
Washington.
Fuente → diario16.com
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