Un informe de la CIA señaló el perfil conservador de Felipe González antes de ser presidente

Unos días antes de que se produjera la abrumadora victoria socialista en octubre de 1982, la CIA remitió un informe ultrasecreto a Washington en el que mostraba cómo Felipe González gobernaría de un modo muy diferente a lo que prometía mientras estaba en la oposición

Un informe de la CIA señaló el perfil conservador de Felipe González antes de ser presidente

Diario16 ha tenido acceso a un informe desclasificado de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos (CIA) en el que se indica claramente cómo la figura de Felipe González, cuando aún llevaba chaqueta de pana, no generaba ningún tipo de temor para los servicios secretos norteamericanos por, precisamente, tener un carácter moderado y conservador que haría que en España no se implantaría un gobierno puramente de izquierdas y socialista, algo que generaba mucha preocupación en los primeros años de la Administración de Ronald Reagan.

En dicho informe se indican los perjuicios que podría tener si el PSOE iniciara un giro a la izquierda, sobre todo si se seguían los postulados de Alfonso Guerra. «Aunque el liderazgo del partido está comprometido con un curso moderado, las presiones dentro y fuera del partido podrían aumentar mucho más las políticas de izquierda después de que tomara el poder». Hay que incidir en el hecho de que en esos años la presidencia ultraconservadora de Reagan había vuelto a incrementar la tensión con la URSS y sus aliados y se pensaba que si los socialistas accedían al poder en España, los soviéticos tendrían un nuevo aliado en un país donde los Estados Unidos tenían presencia militar en las bases de Torrejón, Zaragoza o Rota.
Portada del informe
El documento de la CIA tranquiliza a la Administración Reagan porque califican a Felipe González como un moderado alejado del comunismo y cercano a una situación más conservadora, incluso, que la de los partidos socialdemócratas del centro y el norte de Europa, es decir, más próximo a la derecha que a la izquierda que tanto temían los estadounidenses: «los socialistas comenzarán aplicando políticas más moderadas que las desarrolladas por la mayoría de los partidos de centro izquierda en Europa occidental», indica el informe que, más adelante vuelve a incidir en los propósitos conservadores de Felipe González: «Si los intentos de los socialistas de acomodarse a los intereses conservadores se vuelven inútiles, podrían desarrollarse demandas sobre el liderazgo del partido para moverse hacia la izquierda». 

La CIA hace mención a las diferencias internas que existían ya tras el congreso de 1981 y cómo Felipe González logró equilibrar «la necesidad de satisfacer a un electorado moderado con la necesidad de apaciguar a una militancia predominantemente de izquierdas». Es decir, que el líder que ganó unos días después las elecciones generales ya tenía pergeñado un programa oculto de reformas basado en la moderación, el conservadurismo y en la protección de las élites que ejecutó varios años después y, a la vez, con un programa electoral puramente de izquierdas mantuvo contentos a los críticos que se mantenían fieles a los preceptos ideológicos más progresistas.

A ese programa moderado se hace referencia más adelante y muestra las connivencias entre González y la clase empresarial: «Tal programa no podría tener éxito sin la confianza empresarial, y González recientemente ha tratado de convencer a los escépticos de la moderación del PSOE. Prometió que un gobierno socialista no alteraría sustancialmente las relaciones entre el gobierno y las empresas».

Por otro lado, en referencia a las relaciones entre España y Estados Unidos, la CIA tranquiliza a los halcones de Reagan porque, en el corto plazo, los espías norteamericanos afirmaron que «el compromiso de Felipe González con la moderación y las relaciones amistosas con Washington significa que las políticas de su partido en el gobierno serán menos radicales que sus posiciones declaradas en la oposición». 

Por tanto, la evolución de Felipe González, que le ha llevado a convertirse en la persona perfecta para dirigir el gobierno de concentración de Vox, según declaró Macarena Olona, no fue tal porque ya en 1982, cuando aún no había llegado a la Moncloa, la CIA ya le colocó en un escenario ideológico más cercano a la democracia cristiana que a la socialdemocracia y, por supuesto, muy alejado del socialismo que tanto miedo generaba en Washington. 


Fuente → diario16.com

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