
En España no respetamos las instituciones que más
queremos. Resulta que nos tiramos meses debatiendo sobre lo que significa
“inviolable” y, en cambio, no somos capaces de acudir a la RAE con la inteligencia
puesta. De haberlo hecho, habríamos descubierto que se trata de una palabra
vacía, que no puede significar nada ni proteger nada, pues en su Diccionario
(el DLAE) no existe la imprescindible para darle sentido: “violable”.
Si tal criterio fuera el habitual de nuestros académicos
yo no tendría nada que decir, pero resulta que he revisado decenas de parejas
de palabras y a ninguna de las que, como “inviolable”, la sílaba “in” convierte
su significado en lo contrario, le falta su compañera. Ejemplo, junto a
“inútil” figura “útil”. Y así muchas más. Es decir, solo a “inviolable”, que
significa “que no se debe o no se puede violar” y también “que goza de
inviolabilidad”, le falta la imprescindible “violable”.
Como este error podría convertirse en la prueba que
termine llevando a la cárcel a Felipe VI y a su padre, y eso no debería
consentirlo ningún español, aunque le cueste la vida, es necesario dirigirse
hoy mismo al señor Muñoz Machado, presidente de la RAE, para pedirle que incluya
“violable” en el DLAE. Una palabra que, para conseguir que la Constitución
asegure aún más la felicidad de nuestro rey, debería significar lo siguiente:
“Violable es cualquier español o española que no sea rey o reina de España”. No
debemos dormir tranquilos sabiendo que el jefe del Estado no puede robar por el
miedo a las consecuencias de los errores que cometen nuestros mejores
funcionarios.
Fuente → diario16.com
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