Los “moros” de la República
 

Los “moros” de la República

 El 17 de julio de 1936 empieza en Melilla el golpe de Estado que, en los días posteriores, se extenderá a la Península, Canarias y Baleares. En las elecciones del 16 de febrero de ese año, en la llamada plaza de soberanía había resultado claramente vencedor el Frente Popular que obtuvo 12 770 votos frente a los 4 831 de los radicales. También en Ceuta se impusieron las izquierdas que consiguieron 8 009 votos por 3 243 del Partido Radical[1]. En ambas ciudades, sin embargo, y en el territorio del Protectorado de Marruecos se impusieron, como es bien sabido, desde el primer momento, los sublevados. El 18 de julio, la aviación gubernamental bombardeó el barrio musulmán de Tetuán, alcanzando el edificio del Alto Protectorado así como también dos mezquitas ocasionando 15 muertos y más de 40 heridos amén de la destruccion de bastantes viviendas.[2]  Como consecuencia de ello, una multitud enfurecida salió a la calle ocupando la plaza de España y dirigiéndose a la Alta Comisaría. Los sublevados recurrieron entonces a las autoridades marroquíes. El Gran Visir del Sultán Muhammad V,  Ahmed Ganmia (Tetuán 1863-1945), acudió en su ayuda para calmar los ánimos y consiguió convencer a los manifestantes de que lo sucedido no era culpa de España sino del gobierno republicano. En recompensa de su actuación, los rebeldes le concedieron la Gran Cruz de la Orden de San Fernando. En el decreto nº 92 de 5 de septiembre de 1936 publicado en el Boletín Oficial de la Junta de Defensa Nacional de España, se pone de manifiesto la importancia capital del respaldo del visir -y por extensión del Majzén[3]– en el éxito del levantamiento en la zona.

[…] El Gran Visir  de nuestra Zona de protectorado, Sidi  Hamed (sic) Ganmia, viene colaborando en la obra de España en Marruecos con una lealtad que ha culminado en los actos heroicos realizados por él en Tetuán el día 18 de julio pasado […] En estas circunstancias, se recurrió a las autoridades marroquíes, encontrando el apoyo más decidido y activo  en el Gran Visir Sidi  Hamed Ganmia, el cual, a pesar de sus 76 años  y deficiente salud, acudió  a Tetuán desde su casa de campo, se lanzó a caballo por las calles  y con gran riesgo de su vida, de su prestigio y de su cargo, contuvo por completo la explosión popular […]Tal actuación representa un acto extraordinario de valor, de capital importancia para el éxito del movimiento nacional, al salvarle de las dificultades interiores  que en la Zona se crearían de haber tenido que emplear las armas para restablecer la tranquilidad en la ocasión referida.[4]

El ataque aéreo sobre Tetuán fue uno más de los numerosos errores que cometió el gobierno de Madrid  en la zona y, si después del 14 de abril de 1931, los nacionalistas de la zona y también las autoridades habían puesto sus esperanzas en el nuevo régimen, pronto se sintieron decepcionados por el  mismo. La izquierda cuando gobernó, no se sustrajo a la tentación colonialista. En este sentido son bien ilustrativas las palabras de Azaña en un discurso pronunciado en el Congreso el 29 de marzo de 1932

En Marruecos, la paz; en Marruecos, nada de militarismo, nada de sones bélicos; la guerra se acabó, por fortuna,; nadie tendrá interés en resucitarla, y lo que nosotros podemos hacer en Marruecos, manteniendo unos compromisos internacionales, de los que no nos conviene desligarnos, es civilizar el país; ofrecer al concierto europeo un leal y eficaz cumplimiento de nuestras obligaciones de Nación mandataria; a los españoles, un pequeño campo de expansión comercial, industrial y territorial, y al moro, al indígena, un ejemplo de que España todavía sirve para civilizar a alguien bajo su guía y bajo su protección.[5]

El presente escrito, no va a tratar, sin embargo, de la política republicana anterior a 1936 en relación al Protectorado ni del porqué del posicionamiento de las autoridades marroquíes y de los nacionalistas a favor de los sublevados. En este mismo portal ya dedicamos un artículo a ello hace unos años titulado Los moros de Franco

Los partidos y sindicatos de izquierda entendían a sus secciones o agrupaciones en Marruecos como una prolongación de la política estatal y no como verdaderos movimientos de liberación nacional[6]

Por otra parte, el abandono de las posiciones internacionalistas por parte de los socialistas españoles y europeos en general ya se había producido antes de julio de 1936 y permitía a la CNT captar a aquellos socialistas y sindicalistas descontentos  para fraguar una alianza revolucionaria. Así, ante los rumores de alzamiento militar, en el congreso de la CNT celebrado en Zaragoza el 1º de mayo, se encargó a  grupos de la FAI y a secciones de la CNT en el Protectorado de Marruecos y norte de África (delegaciones de Tetuán, Ceuta y Melilla) que buscaran el apoyo de los nacionalistas marroquíes y de los socialistas de base de ambos bandos del estrecho para una alianza revolucionaria: la CNT pretendía rentabilizar el malestar de aquellos socialistas y ugetistas desencantados con sus ejecutivas por su abandono de las tesis revolucionarias e internacionalistas amén de por su cambio de actitud  ante la cuestión marroquí. Asimismo, los cenetistas debían intensificar sus contactos con la AIT y la CGT francesa para que crearan un estado de opinión favorable a la revolución como palanca de presión al gobierno francés  a fin de evitar la ayuda a los sublevados.[7]

Como ya se ha comentado, los rebeldes se adelantaron a todos estos esfuerzos y ya habían entrado en contacto con los nacionalistas marroquíes para asegurarse su apoyo. Su control inmediato del territorio no supuso, sin embargo, que se diera definitivamente por perdido.

Según comunicaba  L’Humanité, órgano del Partido Comunista Francés (PCF), en su edición del 8 de septiembre de 1936, la aviación gubernamental había lanzado octavillas en árabe sobre el territorio del Protectorado firmadas por  un llamado  Comité Supremo Árabe del Marruecos español y cuyo texto era el siguiente:

Alabanzas al Dios único!

No hay nadie más poderoso  que Dios.

En nombre de la verdad, de la razón y de la justicia, Dios os ordena que hagáis el bien a vuestro prójimo y de huir del mal. Hay que hacer el bien  igual que ordena aparatarse del mal..

!Musulmanes, amigos de España, que Dios os proteja¡

España no quiere que hagáis el mal como lo hacen el general Franco y su ejército en la zona de nuestro protectorado.

España desea la paz y protesta contra los soldados de Franco que asesinan a inocentes.

!Cuidado! !Cuidado!

´¡!No vayáis con ellos¡

!No os enroléis bajo sus banderas!

El que se aparta de los mandamientos de Dios  es un perjuro, porque Dios le castigará.

Dios ama al creyente.

No hagáis caso a los malos.

Pronto nuestro gobierno triunfará y controlará todo el territorio español y el Protectorado.

El que no obedezca a los mandamientos de Dios y haga el mal que ordena Franco será castigado.

!Que la paz sea con vosotros¡[8]

Según el historiador argelino Mohamed Lamra, los pasquines llegarían a pocas manos de la población y escasa gente podría entenderlos al estar redactados en dariya, el dialecto hablado en el Marruecos francés, pero no en el Rif. Además, el porcentaje de analfabetismo era muy elevado. Había, sin embargo, otra propaganda emitida  a través de ECN1 Radio CNT FAI Barcelona por parte de Ahmed ben Thain. Se trataba de un llamamamiento dirigido a los trabajadores y obreros de la zona francesa.[9]


Fuente: Cahier de Civilisation Espagnole
Contemporaine.

El mismo ben Tahin, que se integró en el batallón “Ascaso” se dirigía a los nativos del Protectorado en estos términos en árabe y castellano en septiembre de 1936:

Soy un tirador marroquí, estuve cuatro años en la Primera Guerra Mundial y ahora lucho en el frente de Aragón, en la columna “Ascaso.” Dejé el trabajo en Francia para combatir por la libertad del pueblo español. Hablo a los camaradas del Marruecos español. Los españoles que dominan Marruecos son fascistas. Si Abdelkrim viene a vosotros, rebelaros todos contra Franco, el fascista. Los camaradas marroquíes deben luchar no solo por la libertad de los trabajadores españoles, sus hermanos en miseria, para que tal libertad se extienda a todas las colonias españolas, como Marruecos… Vine desde Francia a España con varios marroquíes […] hacer triunfar la causa común. Queremos salvar a Marruecos de la explotación colonial. Hay que ayudarnos a conquistar la independencia de los camaradas españoles, revolucionar otros países… lucharemos por liberar otros pueblos y particularmente por liberar el Marruecos español. Recordad, hermanos de Marruecos y del islam, la ayuda que los hermanos revolucionarios y libertarios de España nos aportaron  en el levantamiento de Abdelkrim. Es por lo que lucho ahora en España, contra el enemigo común.!Por la independencia de Marruecos, luchemos contra el fascista Franco! !Viva la Revolución socialista liquidadora del capitalismo y del imperialismo![10]

En general, los voluntarios musulmanes que luchaban por la República  se dividían en tres clases: tropa, cuadros militares y propagandistas.

Uno de los casos más interesantes de propagandistas, afirma Francisco Sánchez Ruano  (Islam y Guerra Civil Española. Moros con Franco y con la República, Madrid: la esfera de los libros, 2004) es el escritor y activista palestino Muhammad Najati Sidqi, (Jerusalén, 1905, Imperio Otomano- Atenas, 1979) militante del PC que, al inicio  de la contienda estaba en Moscú. Manuilski, jefe de la sección oriental del Komitern, le ordenó que fuera a España a colaborar con el PC español y  a animar a los moros a desertar del ejército de Franco y pasar al republicano.

En agosto de 1936, estando en Barcelona, habló con unos milicianos  y al decirles que era árabe  se sorprendieron mucho, pues creían que  “los moros estaban con los asesinos fascistas.” Les explicó que esos moros ofendían a los árabes y al islam y que muchos marroquíes dejarían a Franco, que los engañó, pues, según él, había millones de árabes  a favor de la República española y muchos voluntarios en camino.

Sidqi, el 25 de septiembre de 1936, en el frente sur, habló desde su trinchera, (con un altavoz), en árabe dialectal a los marroquíes que se encontraban en el otro lado del campo de batalla, en la provincia de Córdoba:

!Escuchadme, hermanos¡  Soy árabe como vosotros…os aconsejo que desertéis de esos generales que os tratan tan injustamente. Venid con nosotros, os acogeremos como se debe, pagaremos a cada uno el sueldo diario y al que no quiera combatir le conduciremos de vuelta a su país…!Viva. el Frente Popular¡ !Viva Azaña¡ ! Viva Marruecos¡[11]

No obtuvo éxito ya que le replicaron a tiros de todas partes y con todo tipo de armas.

En España, Sidqi adquirió el pseudónimo de Mustafá Ibnu-Jala y así firmaba los artículos que aparecían en Mundo Obrero,-donde publicó siete-, Claridad, de la UGT; en Política, de Izquierda Republicana; Informaciones, Heraldo de Madrid; y algunos eran traducciones al castellano de sus charlas en árabe de  Unión Radio. También se lanzaron octavillas en este idioma por aviones republicanos en las líneas de Regulares y Sidqi creó en Madrid una asociación hispano-marroquí que la prensa llamó Agrupación Antifascista Hispano-marroquí. Esta duró solo hasta que él salió de España ya que los comunistas desconfiaban de este tipo de iniciativas. Así lo expresaba el activista palestino:

Notaba en ellos [en los comunistas] y, especialmente en Vicente Uribe (Bilbao, 1902- Praga, 1961), una absoluta falta de confianza hacia cualquier marroquí. Más de una vez nos sorprendimos con noticias de asesinatos de prisioneros marroquíes. Yo sentía, en el fondo del corazón, que mi misión estaba fracasando.[12]

Sidqi  se fue del país desencantado al ver que el PC y toda la izquierda- con la excepción de los nacionalistas catalanes, los ácratas y el POUM- no veían necesaria la descolonización marroquí. Tal sensación de fracaso le llevó a buscar otro camino, como establecer una emisora secreta en Argelia que emitiera en árabe y clásico así como en dariya y en amazigh para influir en los soldados moros y en todo el Rif[13]

Mujammab Najati Sidqi. Fuente: Paljourneys

Los prejuicios hacia los árabes, no obstante,  no eran, ni mucho menos, exclusivos de los comunistas. A pesar, o tal vez por el fracaso de la estrategia de la CNT de lograr un acuerdo con los nacionalistas marroquíes ,-sostiene Josefa Alcolea-, la organización no se resistió en septiembre de 1936 a utilizar desde Fragua Social la capacidad de movilización del arsenal iconográfico del discurso colonial xenófobo sobre los combatientes del Protectorado para la causa de Franco. La CNT se unió, en efecto, al discurso del “moro invasor” del patriotismo republicano.

Otro ejemplo de la tranversalidad del racismo es el artículo publicado en el ABC madrileño el 20 de agosto bajo el título “Hasta los desafectos al régimen condenan el vandalismo de los moros.”

La noticia de los estragos y actos de vandalismo cometidos por los moros en algunas poblaciones andaluzas que cayeron en su poder ha producido en la opinión pública española una tremenda impresión. Hasta las gentes menos afectas al régimen condenan el hecho monstruoso de que unos generales españoles sublevados contra el gobierno legítimo de la República, para imponer un ideario nacionalista, hayan buscado para poderlo conseguir la cooperación de unas hordas africanas, poniendo ante sus ojos, para excitarles al combate, el presunto botín de las hermosas ciudades españolas, sus castillos, sus monasterios históricos, sus campos, sus mujeres. En poder de unos moros hechos prisioneros y entre las ropas de otros muertos que fueron cogidos por nuestras fuerzas, después de un victorioso combate, se han encontrado joyas, objetos del culto católico, rosarios y estampas que demuestran la verdad de esas afirmaciones  que por diversos caminos nos llegan.[14]

Hay que tener en cuenta que  el temor y el desprecio ancestral al moro habían sido interiorizados por las clases populares y se habían difundido  a través de la literatura y por una determinada visión histórica del nacionalismo español. Otro factor a considerar es el trauma que supuso para amplios sectores de la clase obrera la brutal represión, -tan cercana en el tiempo-,de la revolución asturiana de 1934 en la que participaron tropas mercenarias marroquíes.

A pesar de todo lo expuesto hasta ahora, también hubo en el bando republicano espacio para la autocrítica por los errores cometidos en el pasado, sobre todo entre los militantes anarquistas. Así, por ejemplo, Francisco Augusto Direitiño, secretario de la Federación Anarquista Portuguesa en el exilio en 1936, explicaba que la autonomía prometida por Franco no sería posible porque el colonialismo que tenía a estos pueblos maniatados bajo la égida de los protectorados lo impediría. De paso, recriminaba al gobierno republicano que hubiera cedido también ante ese mismo colonialismo por no haber satisfecho las aspiraciones autonomistas marroquíes antes del conflicto, lo que hubiera impedido,-según él-, el ataque que se producía ahora desde África. Direitiño consideraba que la independencia era imposible, pero que si alguien podía conseguir en realidad la autonomía para Marruecos, esa era la CNT, que siempre la había defendido.[15]

Comenzó así a recuperarse  el discurso anticolonialista tradicional de la central cenetista. Ya más adelante, en 1937, aparecen escritos en los que el marroquí se convertía en el “hermano menor” al que España debía proteger frente a Alemania e Italia, las cuales codiciaban la zona norteafricana. Así, el articulista de origen judío sefardí León Azerrat Cohen, que firmaba como Ben-Krimo, elogiaba al “laborioso y revolucionario” pueblo de Marruecos, que tenía que ser liberado de la “garra imperialista”.[16]

Y fue, precisamente, desde el campo anarquista, y más concretamente desde el anarquismo catalán, desde donde partió una iniciativa que pretendía provocar una sublevación popular contra los rebeldes. Sería Juan García Oliver (Reus, Tarragona, 1901- Guadalajara, México, 1980), como representante de la CNT-FAI en el Comité de Milicias Antifascistas de Cataluña quien se atribuiría la idea de impulsar un levantamiento en el Marruecos español. El mismo contaría con el apoyo de los nacionalistas de la zona que habían sido ignorados o minusvolarados por la República incluido el gobierno del Frente Popular. Oliver, que no tenía para ello autorización del presidente del Consejo, José Giral, tanteó el terreno con reuniones en París y Fez con los independentistas del Protectorado. Los representantes del Comité de Acción Marroquí  deciden enviar después de un mes de negociaciones (todo agosto de 1936), una delegación a Barcelona compuesta por Ouezzani y Amar Algelballed para proseguir estos contactos con el Comité Central de Milicias Antifascistas de Cataluña. Se llegó a un acuerdo que consistía en que los nacionalistas lucharían contra los sublevados desde la retaguardia de estos a cambio de una autonomía semejante a la que el Reino Unido había acordado a Iraq después de la Primera Guerra Mundial. El pacto debía contar con el visto bueno del gobierno francés y, por supuesto, del republicano español.

Rafael Vidiella, Aurelio Fernández, Julián Gorkin y Jaume Miratvilles componen la delegación de Madrid y consiguen el permiso para que los delegados marroquíes acudan a la capital a negociar con Francisco Largo Caballero: una vez allí, y previa consulta con el gobierno galo, el ejecutivo hispano rechaza el acuerdo y ofrece la suma de cuarenta millones de pesetas para propaganda democrática española en la zona del Protectorado, cantidad que es rehusada por los nacionalistas. La negativa de Madrid coincide con los primeros contactos del Comité de Acción Marroquí con los sublevados.[17]

En octubre de 1936 habría unos cinco mil obreros marroquíes que trabajaban en España.  Su asociación fue el embrión de un batallón de milicias compuesto por estos y otros musulmanes. Dicho batallón fue organizado por la Junta de Defensa de Madrid en noviembre de 1936-, sin la dirección de Sidqi-,  con 300 prisioneros y desertores marroquíes más la colaboración de otros obreros del territorio magrebí que trabajaban en fábricas madrileñas, y otros árabes y musulmanes  que, detenidos en una redada en las calles de la capital, fueron enviados al frente. La mayoría murieron, y diez serían fusilados por el abandono del puesto.

Algunos autores, sin embargo, cuestionan la veracidad de este relato como hace Salvador  Bofarull. Para el investigador catalán, el hecho no ha podido ser comprobado documentalmente. Según él, el único magrebí que residía en la capital al producirse el golpe militar, y que apoyó voluntariamente a la República era el nacionalista marroquí  Muhammad Hassan  al-Wazzani que venía visitando España con cierta frecuencia desde 1930. Mantuvo relaciones con los partidos de la izquierda española y con el gobierno de la República, exponiendo sus aspiraciones por un Marruecos independiente. Al-Wazzan propuso al ejecutivo un plan  para evitar o contrarrestar el alistamiento de hombres del Protectorado  en el ejército sublevado.[18]

Ahora bien, en el caso expuesto, (si realmente se produjo), no se puede hablar, obviamente, de voluntarios. La mayoría de musulmanes que participaron como tales en la guerra civil provenían de los países del Magreb (con la excepción de Libia que era entonces una colonia de la Italia fascista). Un gran número de ellos eran  originarios de Argelia aunque  los hubo también del Próximo Oriente, como se puede apreciar en la siguiente tabla.

País de origen   Voluntarios Desaparecidos   o prisioneros Muertos Supervivientes
 Arabia Saudí         4                        –             4
 Argelia        493          45          54          332
 Marruecos        201          20          32          113
 Siria          8            –            –             8
 Tánger         10            1           1             8
 Totales         716           66          87             465

Fuente:  Andreu Castells  Las Brigadas Internacionales  en la Guerra Civil Española. Barcelona: Ariel, 1973.

¿Por qué Argelia fue el territorio que más voluntarios envió para ayudar a la República?  Según Sánchez Ruano, el hecho podría explicarse por la implantación del Partido Comunista Francés  en la entonces colonia de París. Cabe decir al respecto que el PCF se presentó  por primera vez en las tres circunscripciones en las elecciones legislativas del 26 de abril y del 3 de mayo de 1936. Si en la metrópoli la victoria del Frente Popular fue incontestable (obtuvo 369 escaños de 610 y el 57’16% de los sufragios), en Argelia solo consiguió 4 de los 10 diputados que se elegían Aun así, es cierto que el crecimiento de los comunistas en la zona había sido imparable en los últimos años. En el caso del PCF, obtuvo en los comicios siete veces más votos que en 1932. Asimismo aumenta el número de militantes que pasa de apenas 200 en 1934 a más de 5 000 en 1937. Entre ellos había franceses, argelinos y kabiles. Uno de los principales exponentes del partido enviado desde París a la zona, André Ferrat,  (Montchanin, Bourgogne, Franche- Conté, 1902- París, 1988) denunciaba sin tapujos el colonialismo francés. Más adelante se crearía el Partido Comunista Argelino en el que confluirían trabajadores europeos con nativos.[19]

En Argelia la prensa había publicado información sobre los 500 hombres que viajaron a España  a defender la República frente a los sublevados. Unos vivían en la colonia  y otros en la metrópoli, en ciudades como París, Lyon, Toulouse, Marsella, Burdeos, etc. Algunos murieron  como Rabah Oussiidhoum o Mohamed Belaïdi. La gran mayoría  de los argelinos enrolados en las Brigadas Internacionales eran militantes sindicales, socialistas, comunistas y anarquistas. Mohamed Belaïdi, al que se hacía referencia antes, era un mecánico  que tenía  la misión de ametrallador en bombarderos de una escuadrilla de aviones que dirigía André Malraux (París, 1901- Créteil),  Belaïdi perdió la vida en el invierno de 1937 en el cielo de Teruel cuando su avión fue abatido por siete cazas alemanes. En la película realizada por Malraux sobre la guerra española, proyectada en París por primera vez en 1937, se puede ver el féretro del miliciano argelino cubierto con una bandera del Creciente musulmán. Una ametralladora aparece también sobre el ataúd. Según Sánchez Ruano fue el único film producido por el bando republicano, en el que se visualizaba a un voluntario árabe o bereber musulmán, miembro de las Brigadas Internacionales. Cuando se le preguntó a Belaïdi sobre su presencia en ellas respondió: “ Cuando supe que árabes combatían junto a Franco, dije a mi sección socialista que se debería hacer cualquier cosa, si no, ¿qué dirían los camaradas obreros  de los árabes?[20]

Otro caso comentado por Castells es el de Rabah Oussidhoum, originario del Alto Atlas. Fue a la escuela de suboficiales y quiso unirse a Abdelkrim al final de su lucha, pero no pudo al estar herido. Luego se marchó a París donde su primo le llevó a reuniones  con comunistas norteafricanos, convirtiéndose en militante y anticolonialista. Llegó a integrar el PC argelino, junto con  Ahemed Ismaili y Khemis-Miliana, que implantó en el territorio unos sindicatos obreros agrícolas. Oussidhoum y sus camaradas fracasaron  al no poder llevar a España a afiliados de la Étoile nord-africaine (ENA).Fue distinguido por su valentía en numerosas batallas. y notablemente en la de Lopera (Jaén) que se desarrolló entre el 27 y el 29 de diciembre de 1936.En el transcurso del enfrentamiento murieron varios centenares de brigadistas internacionales entre los cuales los poetas ingleses Ralph Fox y John Cornford. Rabah Oussidhoum demostró todavía más si cabe su arrojo  dirigiendo el batallón 12 (llamado  precisamente Ralph Fox en homenaje al poeta británico) a fines de mayo de 1937 en las inmediaciones del Alto del León, en el límite de las provincias de Segovia y Madrid.[21]

Oussidhoum murió combatiedo a los rebeldes casi un año después, en marzo de 1938, en Miraflores, cerca de Zaragoza.

Sánchez Ruano, por su parte, cita el caso de otros argelinos como Mechenet Esaïd Ben Amar o el de Améziane Ben Améziane, dos militantes anarquistas. Este último, mecánico de profesión, combatía bajo las  órdenes de Durruti. En un “llamamiento a los trabajadores argelinos” Améziane escribió: “Nosotros somos doce personas de la CGT en el grupo internacional frente a la vileza fascista.!! Milicianos, sí; soldados, jamás¡¡ Buenaventura Durruti no es ni general ni jefe, sino un militante digno de nuestra amistad”.[22]

Los ejemplos antes citados evidencian que la mayoría de los voluntarios argelinos provenían de organizaciones sindicales, de partidos socialistas o comunistas o de movimientos anarquistas. Aun así, hubo también militantes del PPA, Parti du Peuple Algérien,  enrolados junto a republicanos como Aïci Mohand  o S. Zenad. El PPA era el sucesor de l’Étoile nord-africaine, ENA, organización independentista que había sido prohibida bajo el gobierno de Léon Blum al ser considerada como una amenaza para la autoridad del Estado francés.

En efecto, los dirigentes nacionalistas mostraban su apoyo al Frente Popular español sobre todo en lo referente a la propaganda política no siendo decididos partidarios, sin embargo, del envío de voluntarios a combatir. A pesar de ello, Manuel Azaña envió una carta de agradecimiento a Messalid Hadj (Tlemcen, Argelia, 1926- París, 1974) fundador del PPA (y considerado el padre del nacionalismo argelino e incluso del norteafricano por parte de numerosas personalidades europeas y magrebíes), por una contribución de material recibida del PPA. Los argelinos alistados en las unidades de las Brigadas Internacionales  tenían la convicción política de que la victoria de los republicanos supondría un empuje a la emancipación de los pueblos magrebíes  y del pueblo argelino en particular.

Así lo expresaba claramente L. Balek, comandante de una compañía republicana.que arengaba en un mitin

El pueblo de mi país [Argelia] está tan oprimido como lo está hoy el pueblo español por el gran Colonizador que la arruina. Daría hasta la última gota de mi sangre para que los argelinos, los tunecinos y los marroquíes pudieran conseguir un día sacudirse el yugo y recobrar la libertad

Francisco Sánchez Ruano pone de relieve la importancia de la figura de Jean Chaintron (Lyon, 1906-París, 1989) enviado por el PCF a Argelia para dinamizar a los comunistas de la zona. Al iniciarse la guerra española, reclutó  con el pseudónimo de Barthel a los cabileños y, en menor medida, a los árabes de la colonia e incluso a franceses con residencia en Argelia. Consiguió transportar a varios centenares de voluntarios a España y dijo que, de entre ellos, más de tres cuartas partes eran argelinos y el resto, franceses. Posteriormente, participó directamente en el frente como comisario político de la  XV Brigada Internacional.

Los centros más importantes de reclutamiento en el Magreb fueron Orán y Tanger; y en Francia se localizaron en París, Lyon, Marsella, Toulouse, Perpiñán, Burdeos, Avignon, Montpellier, etc,  Unos llegaron con pasaportes españoles; otros, con contratos de trabajo de obreros especializados y algunos pasaron clandestinamente por Andorra o en barcas de pesca desde  Bayuns sur mer.

Antes hemos hecho referencia a Messali Hadj y es interesante subrayar que, en sus Memorias protestó porque la República francesa  abandonó a la española  en trágicas circunstancias  y “porque sabíamos que los republicanos habían comenzado a preparar reformas políticas  a favor de nuestros hermanos marroquíes de la zona española.” Hadj fue acusado de trotskista amén de agente de Mussolini y de Franco mientras que los comunistas franceses y argelinos organizaban la recluta de voluntarios islámicos para la España republicana.

Como ya se ha apuntado anteriormente, los nacionalistas no eran favorables a la intervención directa. De hecho, el comité directivo de la ENA estaba dividido sobre la cuestión del envío de hombres  para apoyar al Frente Popular hispano. El sector más radical del movimiento no se interesaba por lo que ocurriera fuera del territorio argelino y acusaba al PC de la entonces colonia de enrolar a “pobres diablos” y “mecenarios” a quienes se les prometía al igual que a la ENA “ el Cáucaso, y el Perú, casi la misma Luna.” Así lo escribió Amar Imache (Ait Meshba, Kabilia argelina, 1895-At Doual, Tizi-Ouzou, Argelia,1960) en El Ouma, órgano de prensa de la  ENA.[23]

Después del argelino, el contingente más numeroso de musulmanes que lucharon contra el fascismo fue el marroquí y también los prisioneros que se pasaron al ejército republicano, así como los desertores, los componentes del batallón organizado por Sidqi, más los obligados en la  supuesta redada madrileña a que hacíamos referencia al inicio de este artículo. Hay que señalar, al respecto, la creación de un comité antifascista hispano-marroquí, constituido en enero de 1937 en Valencia, a la sazón capital de la República por Amor Soleiman  y del que no se sabe si reclutó a voluntarios moros para luchar en el frente. Hubo, asimismo, según Sánchez Ruano,31 abisinios, dos tunecinos  y el PC de Palestina enroló a 400 hombres, principalmente en la 12ª y 13ª Brigadas Internacionales. A todos ellos hay que añadir a 18 turcos (aunque no se sepa si eran comunistas, islámicos, o de ambos grupos), más 50 albaneses (la mayoría comunistas y algunos islámicos) y veinte y pico musulmanes yugoslavos.

En la lista de Sánchez Ruano no aparecen soldados islámicos procedentes de Bélgica. Sin embargo, el Bataillon Six Février, esencialmente franco-belga sí que con contaba con argelinos, según refiere Castells.[24]  El Archivo General Militar de Ávila contiene datos de varios voluntarios argelinos, entre ellos, Mailudi Ben Selan, que sirvió en la 42ª Brigada Mixta y estuvo posteriormente hospitalizado en el Hospital Militar de Moyá, junto a los también argelinos Ahmed Swaili, Alfredo Guedy y Pierre Samarati[25]

Con anterioridad se habían producido actos de solidaridad con la República como el que tuvo lugar en Túnez en septiembre de 1936 y del que se hacía eco Política (diario editado por Prensa Republicana) en su edición del día 9 con este titular: “Gran mitin en Túnez, a favor de la libertad del pueblo español, al que concurren 20 000 trabajadores.” Resulta sorprendente que, si la reunión había sido tan multitudinaria, en la capital tunecina, no se hubiesen producido más alistamientos con lo cual no es aventurado pensar que Política exageraba en su titular el número de asistentes al acto.[26]

Habría que contar también los voluntarios árabes que lucharon en el campo republicano en unidades distintas de las Brigadas Internacionales, por ejemplo en la aviación, en las columnas anarquistas o unidades trotskistas. Algunos de ellos trabajaban en Francia y estaban en contacto con organizaciones anarquistas o militaban en ellas. Tenemos el caso de Sail Mohamed, obrero magrebí, que en 1936 trabajaba en Aulnay-sous-Bois, cerca de Roissy, en las afueras de París y que se incorporó a la columna anarquista  Durruti.

Otros voluntarios árabes, especialmente magrebíes, procedían del campo trotskista. El órgano del POUM, (Partido Obrero de Unificación Marxista), La Batalla,  en su número del 16 de septiembre de 1936, menciona que en las proximidades de Huesca estaba luchando la columna internacional Lenin “en la que estaban encuadrados cincuenta camaradas de diez nacionalidades.” Entre ellos cita a siete argelinos. También el dirigente trotskista Julián Gorkin se refiere en su correspondencia a la existencia de voluntarios árabes entre sus filas.[27]

Ni Castells ni Sánchez Ruano mencionan en sus listas a ningún iraquí. No obstante, sí que lo hace Salvador Bofarull. Este alude a los expedientes  de dos voluntarios de tierras mesopotámicas: Nuri Anwar Rufail,[28]de familia árabe y Senti Abraham  Horresh, de familia judía y procedente de Uruguay.

Nuri Anwar Rufail, de nacionalidad iraquí, nació en Bagdad  el 27 de marzo de 1905. Cursó estudios de ingeniería en la Universidad Americana de Beirut. También poseía el título de maestro, actividad que ejerció en 1930 y 1931, dando clases de matemáticas en una escuela de secundaria. No tomó parte en actividades sindicales y en 1933 ingresó en el Partido Comunista de Siria, del que fue secretatio general en 1934. Visitó varias veces Palestina y tomó parte en actividades en favor de su independencia. Viajó a EE.UU, donde cursó estudios de ingeniería durante dos años en Massachussets  Institute of Technology de Boston. Trabajó como ingeniero ayudante en topografía  en el Survey Department  de Iraq en 1935, y, nueva mente en 1937 el Iraq Railways Survey. Publicó artículos en el periodico iraquí Abali e hizo traducciones del inglés al árabe.

El 29 de noviembre de 1936 fue detenido en Iraq por sus actividades políticas siendo liberado el 15 de abril de 1937 en Bagdad por falta de pruebas. El 20 de mayo huyó de su país al enterarse de que la policía le iba a detener nuevamente. Se estableció entonces en París, donde permaneció hasta el 7 de febrero de 1938. Posteriormente, se incorporó  a las Brigadas Interanacionales, al Lincoln Battalion en Tarazona (Zaragoza). Sirvió primeramente como soldado, siendo ulteriormente ascendido a cabo y a sargento. Se afilió al PCE en noviembre de 1938. Luchó en la Batalla del Ebro, en los sectores de Gandesa y Mora de Ebro. Finalmente, fue repatriado a los Estados Unidos, a Detroit.

Por su parte, Setti Abraham Horresh, nació en Bagdad el 15 de junio de 1905, de familia judía. Trabajó en la confección de sellos de goma y como litógrafo y linotipista. En 1929 emigró a Uruguay donde se afilió a l Partido Comunista Uruguayo. En 1937 se desplazó a España donde se incorporó como soldado  en la Segunda Compañía  del 24  Batallón de  15 Brigada Internacional, asignado al Parque Automovilista. En 1938 se afilió al PCE. En su hoja de servicios no constan otros datos más allá de su dominio escrito y hablado del árabe, castellano y francés.[29]

En la lista de Castells no figura tampoco ningún egipcio, pero en el Russian State Archive of Social-Political History (RGASPI) se conservan los expedientes de tres. Por una cuestión de espacio nos referiremos solamente a dos de ellos.

Abdel Hafiz nació el 27 de junio de 1908. Era peluquero de profesión (patrón), no perteneció a ningún partido político  pero estuvo afiliado a la CGT francesa, llegando a ser delegado sindical. Se incorporó a la Légion Étrangère en la que sirvió seis años y alzanzó el grado de sargento. El 1 de febrero de 1938 se presentó voluntario para luchar en España , incorporándose al Segundo Batallón en calidad de soldado. El  8 de abril del mismo año fue herido en la rodilla izquierda y la oreja derecha. Se le dio por desaparecido  en la batalla del Ebro  el 26 de julio de aquel mismo año.

Víctor Tabbush, nació en El Cairo el 10 de abril de 1913, trasladándose, posteriormente, al Reino Unido donde de 1932 a 1935, cursó estudios de matemáticas y economía en la Universidad de Cambridge obteniendo el grado de BA (Bachelor of Arts) después de lo cual regresó a Egipto. Durante sus estudios universitarios participó en movimientos estudiantiles, destacando por sus dotes organizativas.

Se afilió al Communist Party of Britain  en 1932 y visitó varios países. Hablaba y escribía inglés, árabe, francés y alemán. Llegó a España el 25 de enero de 1938 donde se incorporó a las Brigadas Internacionales. Al considerársele inglés, se le destinó al British Battalion de la 15 Brigada, 35 División. Combatió en el frente de Aragón  y participó en la batalla del Ebro, sectror Gandesa, tras lo cual se le perdió la pista, hasta que apareció escondido a bordo del vapor británico Numeric junto a varios desertores el 15 de mayo de 1938.[30]

Por lo que hace referencia a los libaneses, se conserva el expediente de uno de ellos en los ya mencionados archivos del RGASPI. Se trata de  Joseph- Jean AKL Nacido  en el país de los cedros, se encontraba en 1937 en Villeurbanne (Francia), donde conoció a militantes del PCE. Pasó a España  y se incorporó a las Brigadas Internacionales  siendo destinado al batallón André Marty. Al poco tiempo, fue nombrado secretario del comandante y promovido a Teniente de Estado Mayor de la 150 Brigada (Dombrowsky). En el frente de Huesca fue herido en un brazo. Tras la disolución de la Brigada, sin esperar nuevo destino, salió por su cuenta y riesgo para ofrecer sus servicios  al general Miaja. En el Estado Mayor de este se le pidió la documentación y, al ver que viajaba sin permiso, fue detenido por desertor. Entonces, se pierde su pista.Al proceder a retirar a los voluntarios, apareció de improviso pidiendo quedarse en España. No consta en su expediente si se le concedió o no.

Finalmente, en cuanto a los palestinos Abdelatif Ben Salem, historiador tunecino residente en París, menciona la participación de “palestinos” en plural, sin dar más detalles, pero en los archivos del RGASPI, en Moscú, afirma Salvador Bofarull, existen dos carpetas (números 625 y 626) con los expedientesa  personales de los 125 voluntarios palestinos, la práctica totalidad corresponde a voluntarios judíos llegados a Palestina antes  de 1936.

La mayoría de ellos estuvieron enrolados  en la compañía  Naftali Botwin. El número de palestinos árabes asciende a un total de tres. Dos murieron en combate y el tercero fue repatriado.[31]

¿A qué conclusiones podríamos llegados a este punto?

1ª El número de voluntarios árabes y/o musulmanes siendo modesto (en comparación con las decenas de  miles de alistados en las tropas sublevadas) fue significativo.

2ª Se trataba, efectivamente de voluntarios (salvo, quizás , en el poco claro episodio de Madrid en otoño de 1936).Entre los fascistas, no pocas veces se recurrió a la coacción para los enrolamientos por parte de las autoridades marroquíes o de los propios militares.

3ª Los musumanes y árabes que combatieron por la República, lo hicieron por sus convicciones antifascistas e internacionalistas. Muchos de ellos pensaban, además, que la derrota de Franco abría las puertas a la emancipación de Marruecos y de otros territorios colonizados.

4ª En el caso de los moros de Franco, no eran  motivos idelógicos o religiosos los que les impulsaron (aunque los rebeldes se encargaron de presentar a los republicanos como unos ateos que no creían en ninguna religión) sino la necesidad de ganar un salario que les permitiera mantener a sus familias.  El Protectorado había registrado malas cosechas en los años anteriores y una pertinaz sequía en 1936, con lo cual la urgencia para obtener un trabajo era perentoria.

5ª Desgraciadamente, los tópicos racistas contra los árabes y musulmanes estaban a la orden del día en ambos bandos.

6ª Los partidos y centrales prorrepublicanos (con la relativa excepción de los cenetistas y republicanos catalanes) actuaron con torpeza y falta de visión y esto desde el primer día. Si se hubiese producido una rebelión en la zona que hubiese impedido el paso del Ejército de África a la Península, quizás, las cosas hubiesen  discurrido de otra manera. Incluso, posteriormente al cruce del estrecho, un levantamiento  por  el sur habría supuesto un doble frente para los rebeldes que les habría complicado, sin duda, sus planes.

BIBLIOGRAFÍA

Alcolea Escribano, Josefa Cahiers de civilisation espagnole contemporaine. De 1808 au temps présent. Dossier “Anarchisme espagnol”nº 1, 2012. Disponible en: https://journals.openedition.org

Bofarull, Salvador “Brigadistas árabes en la guerra de España. Combatientes  por la República.” En:

Nación Árabe, nº 52, verano de 2004. En: https://www.iraqsolidaridad.org

Lamraoui, Mohammed La participación árabe en la Guerra Civil Española. Árabes franquistas y Árabes republicanos” Trabajo de Fin de Máster  Dirigido por: Nacira Bendimerad. Curso Académico 2016-2017, pág. 34. Universidad Abou  Beck Belakaid-Tlemcen (Argelia). Facultad de Letras y Lenguas. Departamento de Francés. Sección de Español. En: http://dspace.univ-tlemcen.dz

López Agudín, Fernando “La Segunda República y la cuestión marroquí”. En:Tiempo de Historia,nº 90, 30 de mayo de 1982. En: https://gredos.usal.es

Lozano, Carlos“Resultados y diputados por circunscripciones 1936.” En: Història electoral. Disponible en: http://www.historiaelectoral.com

Mérangé, Céline André Ferrat et la création du parti communiste algérien (1931-1936).En: Histoire@ Politique, nº 29, 2016/2. En: https://www.cairn.info:

Sánchez Ruano, Francisco Islam y Guerra Civil Española. Moros con Franco y con la República. Abdelmajid  Benjelloun (prólogo). Madrid: la esfera de los libros, 2004.
                                                                  

 DOCUMENTOS CONSULTADOS

Decreto nº 92 de 5 de septiembre de 1936. Boletín Oficial de la Junta de Defensa Nacional de España, nº 16 Disponible en: http://bibliotecavirtualdefensa.es

Intervención del presidente del Consejo, Manuel Azaña, en las Cortes republicanas. Diario de Sesiones de las

Cortes Constituyentes de la República Española,nº 145, p.4 837. Disponible en:

PRENSA CONSULTADA

“Les Arabes contre Franco.” En: L’Humanité, 8 septiembre de 1936, nº 13 780, p. 3. Disponible en: https://gallica.bnf.fr

ABC, 20 de agosto de 1936, p,10. En: https://www.abc.es

WEBGRAFÍA

Lozano, Carlos, “Resultados y diputados por circunscripciones 1936.” En: Història electoral. Disponible en: http://wwwhistoriaelectoral.com



Fuente → serhistorico.net

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