El exilio republicano en el norte de África

El exilio republicano en el norte de África.

Introducción

Esta página, que abre el Archivo de la Democracia de la UA, tiene como objetivos recuperar la memoria, profundizar y difundir el conocimiento de uno de los exilios más olvidados, el de los republicanos españoles en las tierras del norte de África, desde el final de la guerra civil, en marzo de 1939 a 1962, fecha de la independencia de Argelia, el país que entonces bajo administración colonial francesa recibió el mayor contingente de refugiados. Hablamos de la vida y destino de unos 15.000 españoles, la mayoría hombres, pero también mujeres y niños, a veces familias enteras, que lo dejaron todo para salvar y recomponer sus vidas.


La página aspira a convertirse en punto de encuentro de los que hoy son los descendientes familiares de aquellos expatriados y de los investigadores de una y otra orilla del Mediterráneo. Sus aportaciones serán decisivas para a medio plazo crear un centro de recursos y documentación dedicado al estudio de este capítulo de nuestra historia. La ciudad de Alicante, designada por la Generalitat Valenciana “Capital de la Memoria”, sería la sede de este Centro, pues no en vano fue el dramático escenario final de la guerra civil y de la evacuación de miles de defensores de la República que embarcaron desde su puerto al exilio norteafricano (como lo hicieron desde otros puertos  levantinos) para escapar de la represión de los vencedores.

En cada uno de los apartados de esta web, se pretende mostrar una secuencia, un capítulo, del drama que vivieron estos exiliados: la peripecia del embarque a la desesperada, la corta pero peligrosa travesía, la recepción y cuarentena en el puerto de Orán y la improvisación de los primeros centros de internamientos hasta julio de 1939. Después, el destino de la mayoría fueron los campos de internamiento, clasificación y concentración en zonas más alejadas del Oranesado y cercanas al desierto, en condiciones más duras, especialmente a partir del comienzo de la IIª Guerra Mundial  y de la formación del Régimen colaboracionista de Vichy en la Francia ocupada por el nazismo. Desde julio de 1940, la mayoría de los refugiados  españoles fueron integrados forzosamente en las Compañías de Trabajadores Extranjeros y enviados al sur, a trabajar en las profundidades del desierto del Sahara, bajo extremas condiciones, en las minas de carbón de Kenadsa y en la construcción del Ferrocarril Transahariano, donde se crearon los campos de trabajo y disciplinarios, en los que se llegó a cotas de crueldad y sufrimiento extremos.


Otros capítulos destacados de este exilio lo protagonizaron los marinos y los aviadores, especialmente los primeros, debido a que la totalidad de la Flota republicana (un contingente de 4.000 marinos)  se refugió en el puerto tunecino de Bizerta, bajo administración colonial francesa.

 
Sólo una minoría pudo escapar al régimen de internamiento de los campos, debido a que familiares, amigos u organizaciones políticas o filantrópicas asumían su mantenimiento y custodia ante las autoridades francesas, siempre tras una y mil peripecias.

 
Tras el desembarco aliado en Argelia y Marruecos, en noviembre de 1942, centenares de españoles se enrolaron en las fuerzas de la Francia Libre, combatiendo en Túnez y después en la liberación de Francia tras el Desembarco en Normandía, integrados en su mayoría en la 2ª División Blindada del general Leclerc. La 9ª Compañía, formada exclusivamente por republicanos españoles, tuvo el honor de ser la primera avanzadilla que entró en París.

 
En su conjunto, la vida de estos refugiados fue un duro ejercicio de supervivencia y de superación de un sinfín de adversidades, como se refleja de manera emocionante en muchos de los testimonios que constituyen en el fondo la razón de ser de esta página: una lección de supervivencia, de sufrimientos, pero también de lucha, de vida y de esperanza.   

 


Intervienen: Jorge Olcina, director de la Sede Ciudad de Alicante; Mercedes Guijarro,  directora del Archivo Universitario; Juan Martínez Leal, historiador y miembro del  Consejo Asesor del AD y Carles Cortés, vicerrector de Cultura, Deporte y Lenguas.

 

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