
Un vídeo de poco más de medio minuto refleja a la perfección
tanto la situación actual de crispación que se vive en España, como el
problema estructural que existe en los cuerpos policiales y militares:
están dominados y formados, mayoritariamente, por ultraderechistas.
El
vídeo, de escasa calidad, comienza mostrando las fotografías de varios
miembros del Gobierno español en sendas dianas: Pablo Echenique, Pedro
Sánchez, Irene Montero, Pablo Iglesias y Fernando Grande-Marlaska.
Instantes después, se escucha una voz que asevera "sentencia", y aparece
un tirador que abate uno a uno los objetivos. Poco después, se
confirmaba que se trataba de un exmilitar cuyo hermano pertenece a la Guardia Civil.
Es
un episodio ultrarrelacionado con militares y agentes policiales, no
tan inusual como se pudiera desprender de la ausencia de relación en los
grandes medios de comunicación del episodio con el predominio de la
ultraderecha en las fuerzas armadas y policiales españolas. Tal es la
desidia y la negligencia mediática, que, solo unos días después de su
emisión, pareciera que el video jamás existió.
Estrecha relación entre la ultraderecha y los militares en un clima golpista
Para
contextualizar la magnitud del vídeo hay que tener en cuenta dos
elementos fundamentales: en primer lugar, la relación bidireccional
entre los militares y agentes policiales españoles y la ultraderecha; y,
en segundo lugar, el clima bélico-golpista que impone la ultraderecha
en España, con varios llamamientos, incluso explícitos, a un golpe de
Estado.
Uno de los principales
líderes ultraderechistas, Ortega Smith, apareció hace escasos meses, en
febrero de 2020, disparando en unas instalaciones militares y afirmando,
tras comprobar la diana: "Este es un hijo de puta del Daesh". Aquel
vídeo no solo causó un gran escándalo, que igualmente se olvidó una vez
obtenido el rédito político, sino que, posiblemente, fuera delictivo
–las armas militares no pueden ser usadas por personal civil–.
No era una casualidad, ni mucho menos, pues los guiños ultraderechistas a las Fuerzas Armadas son innumerables
–desde himnos hasta fotografías y actos promocionales– y ese amor es
correspondido por la milicia: ha quedado demostrado que en aquellas
secciones electorales en las que hay acuartelamientos, los resultados en
favor de la ultraderecha se disparan. Imposible que sea casual.
Los
antecedentes de los últimos meses dejan poco margen a la duda:
diputados y eurodiputados de Vox llamando a un golpe de Estado, Javier
Ortega Smith disparando en recintos militares y un coronel de la Guardia
Civil con pasado franquista, Diego Pérez de los Cobos, cesado –junto a
la dimisión de otros dos altos mandos castrenses– por la elaboración de
un informe falaz y alineado con las tesis ultraderechistas sobre la
incidencia de la manifestación del 8-M en la expansión de la covid-19 en
España. Episodios que, además, solo constituyen una pequeña parte de lo
acontecido en los últimos años.
De la amenaza golpista del teniente general Mena al 'Manifiesto de los Mil'
Quizás los dos episodios de mayor repercusión en las últimas dos décadas –porque los años ochenta cuentan, incluso, con varios intentos de golpe de Estado– han sido el discurso del teniente general Mena en 2006 y el que podríamos denominar 'Manifiesto de los Mil', aunque no resulte sencillo hacer tal distinción, habida cuenta de los numerosos escándalos ultraderechistas en el ámbito militar.
En enero de 2006, con motivo de la celebración de la Pascua Militar, el teniente general Mena, con más de 40.000 militares a su cargo, pronunció un discurso en el que recordó que las Fuerzas Armadas eran las encargadas de garantizar la integridad territorial, el orden constitucional y la soberanía de España. Una amenaza velada al Gobierno del entonces presidente José Luis Rodríguez Zapatero, en mitad de la negociación del Estatut de Catalunya. Casi no fue sancionado por una amenaza pública de tal magnitud y, sin embargo, su sanción fue reprendida con cincuenta cartas de protesta escritas por militares a medios de comunicación. El único mando militar que envió una carta en señal de protesta por las palabras del teniente general Mena fue arrestado.
En enero de 2006, con motivo de la celebración de la Pascua Militar, el teniente general Mena, con más de 40.000 militares a su cargo, pronunció un discurso en el que recordó que las Fuerzas Armadas eran las encargadas de garantizar la integridad territorial, el orden constitucional y la soberanía de España. Una amenaza velada al Gobierno del entonces presidente José Luis Rodríguez Zapatero, en mitad de la negociación del Estatut de Catalunya. Casi no fue sancionado por una amenaza pública de tal magnitud y, sin embargo, su sanción fue reprendida con cincuenta cartas de protesta escritas por militares a medios de comunicación. El único mando militar que envió una carta en señal de protesta por las palabras del teniente general Mena fue arrestado.
Hace solo dos veranos, entre
julio y agosto de 2018, con motivo del intento de exhumación del cadáver
de Franco del mausoleo en el que se encontraba enterrado, más de mil
altos mandos militares firmaron un manifiesto a favor de la figura militar de Franco y en contra del menoscabo de su imagen.
La
mayoría de los altos mandos había ocupado puestos de gran relevancia en
los últimos años y varios de los cabecillas fueron incorporados a las
filas de la ultraderecha. Nuevamente, el PSOE expulsó al único militar
en activo de unos treinta militares y exmilitares que se opusieron al
manifiesto franquista.
Y decenas de episodios…
Existen
decenas de escándalos ultraderechistas que han llegado a los medios de
comunicación, como por ejemplo el del coronel 'Rudolf', coronel de la
Guardia Civil Rodolfo Sanz Sánchez, que traficaba con armas con la
complicidad de varios militares. En 2015 vendió una pistola al jefe de
Falange, Manuel Andrino, y encontraron en su casa 24 kilos de explosivos
y 12.500 cartuchos.
De hecho, la facilidad para armarse de la ultraderecha es poco menos que sorprendente: en 2018 detuvieron a un simpatizante de Vox con el mayor arsenal no terrorista
de la historia en Burgos –la Guardia Civil informó de forma falsa que
no tenía filiación– y, en 2019, el detenido fue un experto francotirador
que pretendía atentar contra la vida del presidente, Pedro Sánchez. No
son casos aislados, en 2010 fue detenido un nazi conocido como 'El Rambo
del Bierzo' y en 2005 se llevó acabo la conocida como 'Operación
Panzer', que desarticuló una organización nazi cuyo líder era, curiosamente,
un militar. En la detención, además de multitud de armas, se incautó un
lanzagranadas del mismo modelo que se usa en las Fuerzas Armadas.
Y la lista sería
interminable: el conocido como Coronel Tácito, de la Guardia Civil; el
Brigada Jarque, también conocido como 'Brigada Nazi', en la Benemérita;
el 'Cabo Franquista', en las Fuerzas Armadas; el general Juan Chicharro,
hoy presidente de la Fundación Nacional Francisco Franco y durante
mucho tiempo ayudante de campo del Rey Emérito Juan Carlos; el exJEMA,
Eduardo González. Pero es que, incluso, el 18 de julio de 2017 se leía en cuarteles militares una efeméride franquista
que ensalzaba el golpe de 1936. Una efeméride que, según la entonces
ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, lleva leyéndose desde
2005.
Que podrían ser cientos o miles
Uno
de los motivos por los no existen documentados muchos más casos, aun
cuando el lista ya es de por sí reveladora del problema, se debe al
enfoque que realizan los medios de comunicación.
Un ejemplo lo podemos encontrar en el artículo
de El País titulado 'La querencia militar de la ultraderecha',
publicado el pasado 7 de junio, en plena tormenta ultraderechista en la
Guardia Civil. En el mismo, se relata cómo la ultraderechista Vox
utiliza simbología o himnos militares, pero no se hace en ningún caso
mención alguna a un problema estructural en cuanto al predominio de la
ultraderecha en las Fuerzas Armadas. Incluso, el artículo llega todavía
más lejos, pues se afirma que mandos militares se encuentran molestos
con la parafernalia militar de la extrema derecha, sin precisar cuántos
ni cuál es la fuente en la que se basa el periodista –Miguel González,
receptor de múltiples exclusivas– para realizar tal aseveración. No es
casualidad, pues es el mismo enfoque que El País ofrece en el caso ya
relatado del 'Coronel Rudolf', que traficaba con armas para la
ultraderecha, pues en dos artículos publicados en 2017 y 2020
no se hace mención alguna al predominio de la ultraderecha en los
ámbitos militares y policiales. Oficialmente, no existe tal problema,
por lo que cuando se publican los casos, se ignora hacer cualquier
referencia que pudiera conectar el caso recién noticiado con otros ya
publicados.
La manifiesta desinformación, en forma de ocultación,
resulta clave para que muchos ultraderechistas sigan formando parte de
las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil –y comandándolas–, ya que la
ciudadanía es desconocedora de la verdadera magnitud del problema.
Esta manifiesta desinformación en forma de ocultación
de un problema resulta clave para que muchos ultraderechistas sigan
formando parte de las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil –y
comandándolas–, ya que la ciudadanía es desconocedora de la verdadera
magnitud del problema. Y, sobre todo, del peligro existente.
Porque
lo cierto es que no resulta muy difícil adivinar que, antes o después,
una desgracia podría acontecer, pues el cóctel de unos cuerpos militares
y policiales ultraderechistas con una creciente ultraderecha política y
mediática resulta explosivo. Será un milagro que no estalle.
Fuente → actualidad.rt.com
1 comentario
Bueno mañana me sacare la licencia para comprar una escopeta para matar Jabalies
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