
Crónica de una renuncia real Iñaki AlRui
“Una obra de teatro se hace detectando cómo las fuerzas de la vida simulan la ignorancia te liberará de la ironía oculta, la broma mortal.” Arthur Miller
Cae
la tarde y la explanada principal del Palacio Real de Madrid hoy tiene
una ciudadanía más variada de lo habitual, y expectante. Se ultiman los
preparativos para un acto, que en forma de tragicomedia, va a conmemorar
la imposición de la monarquía y del heredero del heredero del dictador a
todo un pueblo, sin consulta previa. Seguramente desde la II República
no se ha visto nada parecido en este espacio. Después de muchos años un
espacio icono de la pestilente dictadura y de pantomimas reales esta a
punto de convertirse en plaza del pueblo.
Hoy 19 de junio es el sexto aniversario de la coronación de Felipe VI, y una iniciativa ciudadana, “Afetadxs por le Herencia Real”
ha organizado un indiscreto acto público (1): por un lado han invitado,
vía oficial Palacio de la Zarzuela, a su majestad Felipe VI. Por otro
lado tienen preparada…
Comienza una función-protesta, desde un
fachendoso escenario, atril incluido, con toda la fachada del Palacio
Real (Palacio Nacional lo llamaban en la II República), dos maestr@s de
ceremonias nos meten en ambiente: lectura de la carta de invitación
cursada a su majestad, el recuerdo al discurso del monarca el día de la
cacerolada (2), 18 de marzo…

¿Cuál es exactamente la
herencia de su padre? Millones, propiedades a tutiplén, joyas… ¡sí! Pero
el grueso de la herencia, el premio gordo, no es material. ¡¡ES LA
CORONA!! ¡Y Felipe ha declarado públicamente que renuncia a su
herencia!…”
Frente al escenario, en la imaginaria platea, la
voz del pueblo toma la palabra en boca de ciudadan@s de distintos
sectores y gremios, una sanitaria, la vindicación feminista, el profesor
de escuela pública, las republicanas, la trabajadora social, los otros
pueblos del estado español, jóvenes, jubilados… todas manifiestan por
qué están felices de que acabe la realeza… y se da paso a un satírico
poema…
En un país de pandero
la Dictadura implantó
como rey dicharachero
de nuevo cuño a un Borbón…
… Esta es la historia, señores
de un reinado picarón
donde los nobles y reyes
ejercen con devoción,
olvidándose de leyes,
las más torpes tropelías
y mientras el pueblo se jode
buscando cambiar de vida.

¡Y el rey está aquí!, ha venido con corona (de las de cuento) incluida, y como es rey se va derechito al atril a platicar:
“¡Queridos
súbditos, aquí me tenéis! Respondo a vuestra invitación porque ya
sabéis que yo sieeeempre estoy dispuesto a dialogar con mi pueblo”.

Vuelve la voz del pueblo, el público, la calle, y se dan preguntas por renuncias a dineros varios, cuentas en paraísos fiscales, propiedades sin fin… y bueno, que sí, nos va diciendo su majestad, pero que a la corona NO, a esa herencia en propiedad absoluta no renuncia. Que la corona es herencia, la gran herencia recibida después de una carrera de espermatozoides, gran razón de peso para justificar la monarquía.
No,
espera, me estás enredando… ¡Mira esto! (se señala la corona). ¡Yo soy
EL REY! ¡No necesito ir a la elecciones! El cargo ya era mío desde que
nací, ¿o es que no os acordáis? ¡Yo era el príncipe de Asturias! Solo
tenía que esperar a que muriese papi, y al final no ha hecho falta ni
eso…
Tira y afloja entre su majestad el rey y el soberano
pueblo, dialécticas antagónicas y enfrentadas entre la sátira y la
verdad, entre el sarcasmo y la zafia realidad, ingenioso humor cargado
de legitimidad popular.
¡Tú eres beneficiario de Lucum! No nos
cuentes que no lo sabías. Y de otras muchas corruptelas, tú, tus
hermanas, tus cuñados (¡los dos!), tus primos y primas, tus tías y tíos,
tus tíos segundos, tus primas terceras, TODOS chupáis del bote del
Estado y de las mordidas, ¡hasta el perro!
Y el monarca al
final reconoce su fin, se ha acabado, nos lanza su adiós y haciendo
mutis por el foro se encamina a Palacio a hacer la maleta. Bye, bye majestad…
En este acto formal yo, Felipe VI de España, renuncio a la corona para mí y para mi sucesión.

La
tarde sigue, la luz es larga, víspera del solsticio de verano, la
explanada se queda con sus paseantes, en la función diaria de vivir,
pero la explanada ahora reluce más, el aire es más fresco. Teatro, puro
teatro de nuestra historia, del presente cargado de expectativas… ¿un
avance de lo que veremos en breve?.
1.- 19 de junio: Felipe VI, ¡estás invitado!
2.- Cacerolada popular: Jaque ¿mate? a la monarquía
3.- Si no se puede bailar, no es mi revolución. Emma Goldman
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