Francisca Nieto, cuyo marido fue uno de los líderes sindicales del Bierzo antes de la Guerra Civil, fue detenida y encarcelada dos veces y posteriormente emigró a Argentina
'Paquina', de miss Ponferrada a enlace de la guerrilla republicana
Violeta R. Oria
Francisca Nieto Blanco, Paquina, como la llamaban cariñosamente los guerrilleros, nació en 1913 y fue la pequeña de siete hermanos. En 1931, tras la muerte de su madre, se sumió en una gran tristeza, que solo pudo superar con el apoyo de sus hermanas. Así, en 1933 fue invitada a una fiesta que se celebraba en el Casino de Ponferrada por primera vez, y sin saber que estaba nominada fue elegida miss.
Paquina, proveniente de una familia conservadora, conocería dos años después a quien se convertiría en su marido: Vicente Campillo Ovalle, uno de los líderes sindicales del Bierzo ese tiempo. El investigador Santiago Macías recoge en su libro El monte o la muerte las palabras de Paquina sobre aquel momento: “Fue un flechazo, queríamos casarnos pero el mayor problema es que él tenía una ideología totalmente opuesta a lo que yo había visto hasta entonces”.
Paquina y Vicente. / Foto cedida por Santiago Macías
No obstante, la casualidad hizo que el padre de Francisca hubiera conocido al de Vicente, en la época en la que este había ido a combatir de voluntario a la Guerra de Filipinas regresando como un héroe. Así pues, no hubo problemas para el noviazgo y el posterior matrimonio en el Juzgado, el 8 de septiembre de 1935, y en la iglesia, al día siguiente, respetando así la religiosidad de Paquina y su familia. En mayo de 1936 nació su único hijo, al que Vicente llamó Alberto del Progreso.
Iniciada la guerra, Vicente se incorporó al ejército de la República, muriendo en 1937 cerca de Oviedo. “Mi marido era un hombre cuya historia merece la pena recalcar, porque fue un héroe y dio la vida justamente por la libertad y los trabajadores”, explicó Francisca a Santiago Macías unos años antes de fallecer, en 2012.
Francisca, por su parte, fue encarcelada cuando Vicente huyó a Asturias, permaneciendo en la prisión de Ponferrada -actual Museo del Bierzo-, en condiciones penosas. Una vez muerto su marido fue liberada, y ahí comenzó su colaboración con la llamada guerrilla del llano, que apoyaba a los guerrilleros huidos al monte. “Me impliqué en la lucha antifranquista no por algo político sino por algo espiritual, un gesto de lealtad a mi marido, muy jovencito cuando murió. Tenía 26 años y era un idealista”, cuenta en el libro de Macías.
En 1945 fue detenida de nuevo, tras encontrarse una carta suya en un golpe de la Guardia Civil a la guerrilla del llano en Columbrianos, sometida a un consejo de guerra y condenada a tres años de prisión, que cumplió íntegramente, y en los que solo pudo ver a su hijo de vez en cuando. En 1948 salió de la cárcel y emigró a Buenos Aires. “Recuerdo que cuando estábamos en el barco, llegando, el capital nos dijo: ‘Los españoles son bienvenidos a la República Argentina. Que las lágrimas que han llorado en España sirvan para regar nuestros campos’. Mi hijo -con trece años ya- se pasó el viaje llorando mientras cantaba la canción del emigrante de Juanito Valderrama”. No visitó España hasta diez años después si bien regresó a Argentina, donde su hijo murió con tan solo 46 años, permaneciendo allí hasta su jubilación. Murió en Ponferrada, en la residencia de Flores del Sil, donde pasó la última etapa de su vida, y donde Santiago Macías recogió esta historia (www.elmonteolamuerte.home.blog), de la que aquí solo hemos realizado un bosquejo para dar a conocer a esta berciana de rompe y rasga.
Francisca Nieto, en sus últimos años de vida en la residencia de Flores del Sil. / Santiago Macías
Fuente → elbierzodigital.com
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