En la semana en la que
se cumplieron diez años de la presentación de Querella Argentina contra
los crímenes del franquismo, también se conmemoran los aniversarios de
los recientes fallecimientos de dos de sus grandes impulsores: Darío
Rivas, primer denunciante, que murió en Buenos Aires el 15 de abril del
año pasado; y Carlos Slepoy, abogado argentino promotor de la causa,
fallecido hace hoy tres años.
El contexto de pandemia mundial y freno total de las actividades
judiciales no impide que víctimas y familiares valoren los avances
obtenidos luego de 40 años de impunidad absoluta, y señalen las
dificultades con las que se enfrentan. El impacto mundial que ha
generado la presentación en Argentina, luego del fracaso de los
intentos por juzgar a los criminales en su país de origen –que terminó con el cierre de la investigación y el juez Baltasar Garzón procesado–, contrasta con las dilaciones que consiguieron sostener la impunidad a pesar notables avances.
El 14 de abril de 2010, a 79 años de la proclamación de la II
República Española y amparados por el Principio de Justicia Universal,
dos familiares de víctimas del franquismo, Darío Rivas e Inés García
Holgado, representados por los abogados David Baigún, Beinusz Szmukler,
Ricardo Huñis, Carlos Zamorano, Héctor Trajtemberg, Carlos Alberto
Slepoy, Máximo Castex y Ana Messuti presentaron en el Juzgado Nacional
en lo Criminal y Correccional Federal Nº 1 a cargo de la jueza María
Romilda Servini de Cubría, la querella Nº 4591/10, por los crímenes
contra la humanidad y/o genocidio cometidos por el régimen franquista
entre el 17 de julio de 1936, fecha en la que comenzó el golpe
cívico-militar, y el 15 de junio de 1977, cuando se celebraron las
primeras elecciones democráticas en España.
En Argentina firmaron la denuncia y acompañaron la causa organismos y
sindicatos como Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Abuelas,
SERPAJ, CELS, Liga Argentina por los Derechos Humanos, Asamblea
Permanente por los Derechos Humanos, Asociación Ex Detenidos
Desaparecidos, ATE, CTA Autónoma, entre otros.
Rivas, un hombre de 90 años que vivía en Buenos Aires desde niño, ya
había logrado exhumar los restos de su padre en 2005, un alcalde
socialista de la localidad de Castro do Rei en la provincia de Lugo,
fusilado por los franquistas al borde de la tapia del cementerio en
1936. Inés García Holgado se sumó por el fusilamiento de dos de sus tíos
abuelos –uno de ellos Elías García Holgado, asesinado en 1937 tras ser
encarcelado cuando era alcalde de Salamanca- y por la desaparición de un
tercero. Poco tiempo después se incorporó Adriana Fernández por la
causa de su abuelo, uno de los miles fusilados al borde de los caminos,
en las famosas cunetas.
“El sueño de “Carli” Slepoy era que suceda en España lo que
sucedió en Argentina: que primero fueron las víctimas a declarar allá y
cuando se levantaron las leyes de impunidad los juicios pudieron hacerse
acá” explica a Canal Abierto Adriana Fernández, representante junto a Holgado de Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica.
¿Con que sensaciones reciben este aniversario de la presentación de la querella?
– Recordando a toda la gente que ya no está. El 15 hizo un año que perdimos a Darío
Rivas, sin su lucha nada hubiera sido posible. Y hoy se cumplen tres
años del fallecimiento de Carlos Slepoy, otra pieza fundamental. También
recordamos a otras personas muy importantes como el fiscal Hugo Cañón, o
Ascensión Mendieta, o al Chato Galante que se nos fue hace pocos días por coronavirus.
Un recuerdo grande por los que no están y un agradecimiento para
nuestros abogados, Ana Messuti y Máximo Castex, que están presentando
una lucha desde 2010 contra la justicia de España que sigue dando signos
de impunidad.
¿Qué avances se consiguieron en la causa judicial?
– En mayo tenía que declarar Martin Villa (NdA: Ministro de la
Transición), pero con la pandemia no sabemos qué va a pasar. Un gran
avance fue cuando se pidió la extradición de varios torturadores
imputados. Uno de ellos era Billy el Niño (NdA: Antonio González
Pacheco, policía), torturador de chato galante, que no pudo cumplir su
sueño de ver a su torturador entre rejas. Son entre 19 y 21 imputados
que la jueza pidió la extradición y España nunca la otorgó. Un avance
tremendo fue la exhumación de Timoteo Mendieta, la única realizada
mediante un exhorto judicial, eso fue un paso muy importante porque las
exhumaciones siempre las llevamos adelante los familiares y las
asociaciones de memoria histórica, pero esta vez se pudo lograr por vía
judicial con el papa de Ascensión.
También hay que destacar la cantidad de querellas que se fueron
sumando, Dario, Inés y yo fuimos los primeros querellantes pero después
vino el aluvión desde España, que eso llevo a que viajen para prestar
testimonio ante la jueza. Antes de que pase todo lo de la cuarentena, en
Argentina iba a presentarse otro querellante más, un hijo de un jefe de
Guardia de Asalto asesinado, que se sumará cuando pase todo esto.
Han recibido infinidad de apoyos en estos años…
– La causa de los republicanos ha recibido un apoyo constante. Lo
podemos ver en las marchas del 24 de Marzo cuando nos movilizamos con la
bandera de la República, se acerca gente y la besa llorando. Por eso rechazamos
cuando nos acusan de abrir heridas, porque las heridas nunca se
cerraron. Hay 114.000 historias enterradas en las cunetas, España es el
segundo país después de Camboya en cantidad de fosas comunes.
Con la Asociación buscamos rescatar historias, porque puede haber
nietos y nietas de republicanos que capaz ni saben que lo son, como en
mi caso, que lo pueden descubrir. Es un trabajo de concientización, de
recuperar lo que pasó con aquellos que, por defender la democracia
fueron asesinados.
¿Cuáles son los próximos pasos?
– El próximo paso era que la jueza viaje a España a tomarle
declaración a Martin Villa, por “La Matanza de Victoria”. Él quiere dar
su testimonio declarando su inocencia pero ya van cuatro veces que
fracasó la audiencia.
El sueño de “Carli” Slepoy era que suceda en España lo que sucedió en
Argentina: que primero fueron las víctimas a declarar allá y cuando se
levantaron las leyes de impunidad los juicios pudieron hacerse acá. Su
sueño era que empiece la querella acá y que finalmente se pueda lograr
justicia en España enjuiciando al franquismo en su país. Ojala se pueda
hacer realidad y si no vamos a seguir luchando, porque las víctimas se
están muriendo sin justicia y los victimarios sin castigo.
Foto: Homenaje a las víctimas del franquismo en el cementerio de Torrero, Zaragoza. Pablo ibáñez (AraInfo).
Fuente → Canal Abierto
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