
La historia
oculta del campo de Los Remedios, que confinó en condiciones de miseria a
mendigos, rateros y presos políticos y comunes durante y después de la
Guerra Civil en Sevilla, es la de un campo de hambre y tortura, concebido a imagen y semejanza de los que entonces ya existían en la Alemania nazi.
Aquel centro de detención ubicado en el popular barrio de Los
Remedios fue un caldo de cultivo idóneo para construir posteriormente un
campo de exterminio en el pueblo de la Algaba (Sevilla), el terrible
campo de las Arenas. Así comenzó la eliminación sistemática y el
desplazamiento de muchos sevillanos. La Sevilla golpista de Queipo de
Llano fue la primera administración que se centró en erradicar la
mendicidad y pobreza en la retaguardia durante la guerra y más tarde
durante la primera posguerra. Su tortura no tenía límites.
Sin embargo, la existencia del campo de Los Remedios permaneció
oculta durante muchos años. Los testimonios de los vecinos más longevos
evidencia una realidad que ha tardado demasiados años en salir a la luz,
lade un viejo centro de internamiento y tortura a las afueras de aquella Sevilla gobernada por el terror.
Funcionó en la linde entre el barrio popular de Triana y la estampa de
Los Remedios, en pleno ensanche de una ciudad que comenzaba a coger
forma en plena posguerra.
"A aquella zona se le conocía como el Corral de las Moscas". El campo
de Los Remedios, inédito hasta el momento, se ubicaba en el incipiente
barrio de clase alta sevillana y que hoy acoge el famoso Real de la
Feria de Abril.
José María García Márquez, historiador de referencia de la represión en la ciudad, aclara a Público que la ubicación exacta sigue resultando una tarea incierta por la ocultación de archivos pero gracias a la cartografía podemos situarlo en lo que hoy sería la calle Virgen de Fátima, que va desde Prosperidad a República Argentina", una de las avenidas comerciales que atraviesa el barrio boyante de los Remedios en pleno siglo XXI.
Pero la ubicación sigue siendo imprecisa. La doctora en historia, Victoria Fernández Luceño
añade más datos, situando este centro en lo que serían "los terrenos
baldíos de la ciudad de Sevilla que se extendían entonces desde el
fondo de Triana al Charco de la Pava" (que hoy sigue siendo una zona
desierta de la ciudad). "Parece que asentaron los golpistas del 36 un
campo de concentración para acumular allí́ a todos sus opositores que
rebosaban las posibilidades de encerramientos habilitados en la ciudad".
Una lista con más de 500 nombres, pero podría haber más
La escasa información que a día de hoy existe de este campo lo
califica como un centro de "internamiento y regeneración". Desde la
famosa cárcel de la Ranilla eran trasladados "presos por pobreza,
mendicidad, indigencia y pequeña delincuencia. No podemos descartar
tampoco a homosexuales", aclara el historiador memorialista José Luis Gutiérrez, a Público.
En las fichas de los presos, halladas de los archivos históricos
provinciales con referencia al nombre del barrio Los Remedios, también
se encuentran datos de personas de muy diversa procedencia, desde
ilustres personajes como el político liberal y catedrático Antonio
Rodríguez de la Borbolla Serrano, hasta el caso del Bizco Amate, cantaor flamenco de gran influencia en el momento y que vivió siempre como mendigo.
"Las autoridades que decretaban los ingresos eran la Delegación de Orden Público, controlado ya por Queipo de Llano, el
gobernador civil y el alcalde" señala Gutiérrez . "Además de los
propios consejos de guerra podían, en caso de absolución, imponer penas
de internamiento en estos campos por meses o años".
¿Qué duración tuvo el campo de Los Remedios?
"Al menos estuvo en funcionamiento hasta el primer trimestre de 1939.
Se deduce que pudo abrirse a lo largo de 1937", apunta Gutiérrez.
Gracias a la red de investigadores memorialistas hay un dato más: el
nombre del primer preso del que se tenga constancia. El investigador Julio Guijarro
destaca que se trata de Alfonso Gil Pérez, en cuyo sumario consta que
fue "pintor de profesión, natural de Madrid y vecino de Sevilla".
Guijarrro apunta a Público que "en el oficio de la Guardia
Civil de Triana se conoce que pasa al campo de concentración de Los
Remedios entre el 26 de noviembre de1937 y el 23 de marzo de 1938". Se le acusa de "ratero de profesión" y su paso por el campo lo corrobora el comisario Jefe de Policía de Sevilla.

La variedad de datos y nombres pone en alerta la enorme ocultación de archivos que aún continúa ocho décadas después sobre un campo que fue real y del que no queda ningún vestigio. Hoy se encuentra sepultado bajo los cimientos del barrio de Los Remedios que tomó forma a partir de los años 60.
Gutiérrez destaca que se han encontrado hasta presos extranjeros. "Se trata de un joven de origen puertorriqueño, Juan Gilp Thompson que
estaba a la espera de su expulsión" del país. De este joven se conoce
que tenía 28 años y era mecánico. Ingresó en la prisión desde Los
Remedios por "ser inútil para el trabajo". Gutiérrez declara que el
número de presos es difícil de cuantificar. "Pudo haber más de
quinientos, con datos y cargos de cada uno de ellos" que se hayan
encontrado hasta ahora.
Como centro de internamiento, en el campo de Los Remedios también se hacían traslados de presos al
pueblo la Algaba, donde se había construido un campo de exterminio que
fue abierto por orden del ayuntamiento. "El 15 de noviembre de 1938 se
envía un contingente de 63 presos al campo de La Algaba", afirma
Gutiérrez. Fue la investigadora Victoria Fernández la que logró
encontrar en los archivos la relación de los 144 mendigos que por orden
de Queipo se hacinaron en el municipio hasta su muerte en el año 1943,
"muriendo prácticamente de hambre y frío".
Una corona de espinas y acero
El sistema de campos de concentración comenzó durante la guerra en
las zonas ya gobernadas por el bando golpista, como fue la Sevilla de
Queipo. Cecilio Gordillo, coordinador del grupo Recuperando la historia social de Andalucía de CGT declara a Público que "el Ayuntamiento hispalense fue pionero en el chollo
de tener presos esclavos, a precio de saldo, para realizar obras
municipales como fue el colector general del sur de la ciudad". Primero
se empezaría con el campo de regeneración de Los Remedios. Ya a medios
de 1938 se abre el conocido campo de trabajo del Colector en Heliópolis.
Todo una artillería muy bien maquinada.
Sus nombres, casi quinientos, dan evidencia de la barbarie
No
tenemos constancia de las condiciones en la que vivieron estos presos.
Lo que sí sabemos es que "se trata de un campo de prisioneros bastante
alejado del centro de la ciudad, a donde fueron llevados y traídos
presos de la Prisión Provincial de Sevilla, presos que no eran
un grupo social ínfimo, no eran mendigos ni pedigüeños sino gente que
tenía su profesión y que fueron arrancados de sus hogares y de su
modo de vida" bajo la firma de Queipo, aclara Victoria Fernández.

En todo caso el Ayuntamiento sevillano actuó con rapidez en la represión de la mendicidad
para limpiar rápido la ciudad. Sus nombres, casi quinientos, dan
evidencia de la barbarie y de sus historias se conocen de forma muy
escasa, la del político liberal y del Partido Radical con posterioridad,
Antonio Rodríguez de la Borbolla Serrano y la del El Bizco Amate, cantaor flamenco del barrio de Triana.
Antonio Rodríguez de la Borbolla Serrano era catedrático de la
Escuela de Comercio Sevilla y jefe del partido radical antes del inicio
de la guerra. "El DOP lo mandó del campo de concentración de Los
Remedios a la Ranilla donde estuvo del 17 de marzo al 22 de marzo de
1938, tal y como consta en su expediente", señala Victoria Fernández y
salió en libertad provisional. No se conoce los detalles de su
internamiento para podría haber resultado un "duro castigo" para un político republicano en aquellos momento de durísima represión.
El artista es José Loreto Reyes, bailaor de flamenco de Jerez de la Frontera conocido como El Feongo.
Estuvo preso en 1938 en Los Remedios una larga temporada. "La autoridad
militar lo mandó a prisión del 15 de noviembre de 1938 hasta el 22 de
abril de 1939", un dato que señala que el campo continúo abierto después
de la guerra.

El conocido Bizco Amate, es otro cantaor flamenco que pasó la crudeza de vivir en la indigencia.
Enrique Guillén vivía en la más absoluta mendicidad en aquellos tiempos
tan difíciles. Pasó por la Ranilla en más de una ocasión y fue
trasladado desde prisión al campo de Los Remedios, sin tener fecha
exacta de su ingreso.
Cecilio Gordillo concluye a Público que la mayor dificultad de
este campo está siendo su ubicación. "Quizás la dificultad en ubicarlo
en el mapa de la ciudad, a pesar de que el lugar fue donde más se
construyó en los años posteriores es una de las "enseñanzas" mas serias
de aquel régimen". La fuente de testimonios y archivos han permitido hoy
ubicarlo en un círculo de menos de doscientos metros.
Pero faltan muchos datos más, muchos nombres. "¿Qué se sabe de la casa de vecinos conocida como la de los presos muy cerca del campo, en la calle Salado?,
concluye Gordillo: "Apenas el nombre". La incógnita de aquellos años
perdura en el silencio de los que ya no están. Solo los archivos
terminarán de arrojar nuevos datos de un campo que existió, un campo al
otro lado de la orilla de Sevilla y del que la ciudadanía no conoce ni
su existencia.
Fuente → publico.es
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