

La Niña Bonita
Paco Arenas
Fue un 12
de abril cuando la Niña Bonita* decidió salir a la calle a recibir la
primavera. Era bella y decidida, con las ideas claras, a pesar de su
juventud sabía muy bien lo que quería. Sabía que debía caminar por
sendas nuevas e inexploradas, que en su caminar debía enfrentarse los
sanguinarios lobos, a criminales tiranos, a soberbios, vicioso y
corruptos reyes.
Extendió
su mano con esa ternura que solo son capaces las madres protectoras.
Pensó que, debía dar forma a esa tierra maltratada, ausente de sí misma y
del mundo, plagada de analfabetos, más del ochenta por ciento de la
población española de la época.
Desde el
primer día, miró al futuro convencida de que ese era el principal
problema, la incultura. Entonces pensó que su principal misión debía ser
sembrar letras donde antes se sembraban ambiciones. Fue la gran maestra
de los necesitados y sedientos de conocimientos. Ella, la Niña Bonita,
se vio con fuerzas y capacidad para enfrentarse a todas las
adversidades, para transformar España en un pueblo culto y solidario.
Para ello contaba con los grandes talentos literarios de la época:
Miguel de Unamuno, Miguel Hernández, Rafael Alberti, Antonio Machado, el
gran Federico García Lorca, Luis Cerrada, Clara Campoamor, María
Moliner, Gabriel Celaya, María Zambrano, Maruja Mallo, Margarita Xirgu,
Ramón José. Sender, María Teresa León, Concha Méndez, Mercé Rodoreda,
María Moliner, Remedios Varo, Maruja Mallo, Margarita Nelken, Dolores
Ibárruri, Clara Campoamor, Victoria Kent...
Y un largo etcétera, con un lema y convencimiento: "LA CULTURA Y LA VERDAD NOS HARÁ LIBRES".
Sin demora
se puso manos a la obra, en unión de otras niñas bonitas sembraron el
erial español de escuelas, y se convirtieron en maestras de las Misiones
Pedagógicas de la República. Aquellas misioneras de la CULTURA llegaron
a cada rincón de la piel de toro, cualquier descampado, era, solar o
palacio en ruina, servía para levantar el edificio de una escuela. No
quedó pueblo o aldea en la que no hubiera una Niña Bonita de ciudad,
dejándose los ojos ante los libros para enseñar a aquellas gentes que
cambiaban los dientes atados a un arado, una hoz o un pico. No hubo
lugar, pueblo, aldea, barrio marginal, donde no llegarán aquellas
maestras republicanas y levantase la Niña Bonita una escuela, una Casa
del Pueblo, donde enseñar a leer a escribir y, sobre todo, a pensar.
La Niña
Bonita lo sabía, los herederos de aquel rey vicioso, ladrón y borracho,
no lo iban a permitir. No era ajena a que pronto comenzarían a conspirar
contra ella, contra ese aroma a PRIMAVERA y LIBERTAD que desprendía por
cada uno de sus poros.
La Niña
Bonita sabía que tenía el apoyo del pueblo, también que sus enemigos
tenían el poder y el dinero y acecharían para darle puñaladas
traicioneras. Y así fue, aquellos traidores a la patria, con la ayuda de
nazis alemanes y fascistas italianos y mercenarios marroquíes,
sembraron de muerte y odio regando con sangre cada fanega de la piel de
toro, convirtiendo España en un inmenso campo de concentración durante
muchos años. Los fusilamientos al alba fueron el despertar de muchos
lugares. Fueron tantos los crímenes de aquellos miserables traidores a
la patria, que todavía hoy, 140.000 de sus víctimas esperan una
sepultura digna.
La Niña
Bonita, no está muerta, está en el corazón de cada una de las personas
honradas de este país, por mucho que los herederos de aquellos golpistas
sigan gobernando España. Fue un
doce de abril que el pueblo español recobró de mano de la Niña Bonita su
Soberanía Nacional, fue un primero de abril el día en que le fue
arrebatada esa soberanía. Todavía más de ochenta años después
secuestrada por los herederos políticos e ideológicos de aquellos
golpistas traidores. A pesar de que, al igual que entonces, el saqueo
sistemático de las arcar públicas, la corrupción y la tiranía, es igual,
cuando no superior que entonces...
Salud para todos y República para España.
Fuente → unidadcivicaporlarepublica.es
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