Fallece a los 99 años por coronavirus el último superviviente de La Nueve, la compañía de combate del Ejército francés, formada casi en su totalidad por republicanos españoles, que participó de manera crucial en la liberación de París en agosto de 1944.
Era el 24 de agosto de 1944. Las manillas del reloj apuntaban las 21 horas y París, en manos de los nazis, estaba a punto de caer del lado de las fuerzas aliadas. Era la II Guerra Mundial y los soldados de La Nueve, 160 hombres de los que 146 eran republicanos españoles, entraban en la capital francesa. Su primer cometido: cortar las comunicaciones alemanas en la Central Telefónica. Misión cumplida. En apenas unas horas, París sería liberado. Sonaron las campanas de las iglesias de la ciudad. Los franceses se echaron a la calle a cantar La Marsellesa. Los republicanos, cantaron Ay Carmela. Un destacamento francés ha conseguido izar la bandera francesa de la Torre Eiffel y un antiguo maestro español, Julio Hernández, ha entrado en el consulado de España en París para reemplazar la bandera franquista por la tricolor republicana. París había sido liberado.
El almeriense y aprendiz de zapatero Rafael Gómez era uno de aquellos hombres. Conducía el vehículo semioruga de nombre Guernica y formaba parte de aquel grupo de combatientes españoles que entró en París y derrotó al fascismo en suelo francés tras haber tenido que huir de España tras la victoria franquista en la Guerra Civil. Él ha sido el último superviviente desde 2016, cuando fallecía Luis Royo. Sin embargo, durante la madrugada del domingo al lunes su cuerpo no pudo más. Tenía 99 años, vivía en las afueras de Estrasburgo (Francia) y no logró superar el coronavirus. La Nueve, ya no tiene supervivientes. Con Gómez también se va una parte importante de la historia de la resistencia republicana contra el fascismo.
Rafael Gómez (en la primera fila a la derecha) con los compañeros del half track 'Don Quichotte'
De hecho, la batalla de los republicanos españoles en la II Guerra Mundial aún no había terminado. París era solo una etapa más. Había que llegar hasta Alemania y, después, regresar a España para acabar con el último reducto del fascismo europeo. "En cada cementerio, en el camino que va desde París hasta Baviera, hay una lápida con el nombre de un español. Cuando acabó la guerra, de los 146 hombres sólo quedaban 16", contó el hijo de Gómez, Jean Paul, a Público durante una entrevista.
Rafael Gómez sobrevivió a todo aquello. Consiguió entrar, de hecho, en el 'nido del águila', el búnker de Hitler en Baviera. De allí se llevó un juego de té y una cámara fotográfica que en 2015 todavía conservaba. Quedaba la última batalla. La batalla por la que había decidido unirse al Ejército francés y que tenía como fin expulsar al último reducto del fascismo europeo: Franco. Pero las grandes democracias europeas ya habían cambiado de opinión. No invadirían la península ibérica y Franco, aunque aislado internacionalmente, conseguiría consolidar su dictadura hasta su muerte en 1975. "Queríamos volver", dijo años después Gómez en una entrevista con El País, "pero no hubo manera".
Rafael Gómez y su mujer Florence en 1949
Una vez terminada la II Guerra Mundial Rafael Gómez se fue a vivir a Argelia. Permanecería toda su vida en el anonimato fabricando zapatos, su oficio. Tiempo después, marcharía a las afueras de Estrasburgo, en Francia, donde permaneció hasta muerte. No fue hasta 2004 cuando, tras la publicación del libro La Nueve de la periodista de origen español Evelyn Mesquida, llegaron los reconocimientos. Recibió un homenaje en París y la Legión de Honor, la más conocida e importante de las distinciones francesas.
En España, en cambio, recibió menos honores. En 2015 los reyes de España acudieron a París para participar en el homenaje a La Nueve, pero Gómez no pudo acudir. Prefirió quedarse en casa, cuidando a su mujer. En 2017, en cambio, sí acudió a la llamada del Ayuntamiento de Madrid, gobernado entonces por Manuela Carmena, para participar en la inauguración del Jardín de los Combatientes de la Nueve en Madrid junto a la alcaldesa de París, Anne Hidalgo.
Hoy, todo este pasado, ya es historia. Rafael Gómez ha muerto y con él un trozo de la historia de España. La mejor manera de recordar a aquellos combatientes republicanos seguramente fueron pronunciadas por su capitán en el Ejército frances, Raymond Dronne: "Eran individualistas, idealistas, valientes, y daban prueba de un valor algo insensato. No tenían el espíritu militar, eran incluso antimilitaristas, pero todos eran magníficos soldados. Si abrazaron nuestra causa, era porque era la causa de la libertad".
Rafael Gómez junto a Manuela Carmena y Anne Hidalgo en 2017.- MADRID
Fuente → publico.es
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