

El cementerio de La Almudena se ha convertido el epicentro de la memoria histórica durante el recital dedicado al poeta que murió dentro de una cárcel franquista.
Unas 500 personas homenajean a Miguel Hernández para pedir que se mantenga el memorial a las víctimas del franquismo: La palabra es un arma cargada de futuro que hoy ha disparado contra la desmemoria. Alrededor de 500 personas han asistido al recital en homenaje a Miguel Hernández en el madrileño cementerio de La Almudena para exigir a José Luis Martínez Almeida, alcalde de la ciudad, que continúe la construcción del memorial en el que aparecían todos los nombres de los asesinados por el franquismo en la capital. Esas identidades, ahora arrancadas a cal y canto de una plausible reparación, tampoco estarán acompañadas de los versos del poeta de Orihuela.
La iniciativa, que parte de la librería La Libre de Barrio de
Leganés, ha contado con la asistencia de diferentes caras de la cultura,
como Marta Sanz, Inma Luna, Almudena Grandes, Gsús Bonilla, Juan Carlos
Mestre e Inma Chacón. Un cielo grisáceo levantado sobre el campo santo
no hacía justicia a la sensación palpable de unión en el recuerdo que se
ha vivido en los últimos momentos del acto, donde un coro y los
asistentes han cantado el poema Nanas de la Cebolla.
José Luis Ferri, biógrafo del poeta, ha tomado la palabra antes del
inicio del recital para acertar así con lo que instantes después
sucedería: "El pastor de Orihuela era ya un poeta necesario y volver a
sus versos y a su vida suponía, en cierto modo, regresar a nosotros
mismos, al lugar exacto de nuestra conciencia y de nuestra memoria".
El muro en el que fusilaron a Las 13 Rosas
ha escuchado la entonación de 19 personajes relacionados con las
letras, todos ellos con diferentes voces pero con el único mensaje de la
libertad y el recuerdo por delante que han acercado al público de la mano de los renglones de Miguel Hernández.
Martha Asunción Alonso y Ángel Guinda han abierto el micrófono; ella
con el soneto de amor ‘Yo sé que ver y oír a un triste enfada’ y él con Canción del esposo soldado. Tras ellos, Ariadna G. García y Andrés García Cedrán han recitado Te me mueres de casta y de sencilla y la parte más torera del libro Perito en lunas.
Unidad frente a los enemigos
Una ovación ha arropado a Rosana Acquaroni cuando ha leído los último versos del profundo soneto Umbrío por la pena, casi bruno:
"No podrá con la pena mi persona / rodeada de penas y cardos: / ¡cuánto
penar para morirse uno!". Luis García Montero ha lanzado un pequeño
discurso en el que, haciendo alusión a las decisiones tomadas desde el Gobierno del PP de la capital,
se ha preguntado "¿qué ciudad quieren darnos?, ¿qué ciudad esperan
ofrecernos?, ¿en qué Madrid están pensando?". Después de algunos
cánticos que han coreado el mítico "¡No pasarán!", la garganta colmada
de sentimiento del rimador granadino ha recordado la "verdadera unidad
frente a los verdaderos enemigos" declamando los versos del célebre Llamo a los poetas.
En
ese momento, el viento ha tomado fuerza y ha empezado a dejar ver la
inscripción UHP (Uníos Hermanos Proletarios) escrita en una bandera
tricolor. Al mismo tiempo, Laura Casielles ha tomado la palabra, y la
fuerza, para recitar la composición Solo quien ama vuela, del poemario ‘Cancionero y romancero de ausencias’. Jordi Doce ha compartido Canción última ya que, según ha dicho, es una composición que "muy niño" escuchó y ha forjado su conciencia de vida y poética.
Antonio Crespo Massieu ha intervenido para leer la breve composición
que se inicia con los versos "Menos tu vientre / todo es confuso". Tras
él, Guadalupe Grande ha leído una misiva enviada por el propio Miguel
Hernández a su querido amigo Ramón Sijé, que también estaría presente en
La Almudena unos minutos después. El punto medio del recital ha estado
marcado por la intervención musical de Bernardo Fuster, cantante del
grupo Suburbano, con la versión que realizó durante su exilio parisino y
setentero del poema Rosario, dinamitera.
Sobre las palabras, el arte y la justicia
Escandar Algeet ha querido recordar al Miguel Hernández más impulsivo recitando su composición dedicada A los hombres viejos,
con versos como "Retretes de elegancia, cagan correctamente: / hijos de
puta ansiosos de politiquerías, / publicidad y bombo, se corrigen la
frente / y preparan el gesto de las fotografías". Marta Sanz ha
continuado las intervenciones leyendo el poema titulado El herido
tras decir que "el hacer justicia a través de las palabras del arte no
es un gesto hueco sino la única manera de construir un presente feliz,
libre y democrático".
La escritora Almudena Grandes también ha participado en el acto poniendo voz a Fue una alegría de una sola vez,
"un poema de amor que también trata sobre la alegría porque es la
virtud de los resistentes, y eso es lo que toca, resistir", en sus
propios términos. Gsús Bonilla ha saludado a los asistentes con un
"buenos días, compañeros, compañeras; republicanos, republicanas;
libertarios, libertarias". Así pues, los mismos a los que se ha referido
en su saludo han sido los que han clamado con él una de las
composiciones más famosas del poeta ahora censurado por Martínez Almeida: Llegó con tres heridas.
La alegría necesaria
Inma Luna ha continuado con la ventana abierta por Grandes declamando los versos del Juramento de la alegría,
"un juramento al que estamos obligadas y obligados, a pesar de todo, a
seguir renovando", ha señalado. Matías Escalera Cordero, nieto de un
republicano fusilado por los franquistas en Cáceres, se ha decantado por
dos breves composiciones también del Cancionero y romancero de ausencias.
Los últimos en subir al escenario han sido Inma Chacón, Cristina
López Barrios y Juan Carlos Mestre. "Es una vergüenza que hoy tengamos
que estar aquí", ha enfatizado Chacón, lo que ha levantado gritos de
"¡Alcalde dimisión!" proferidos por los asistentes. La lectura conjunta
de las dos escritoras de un fragmento del poema Elegía a la novia
ha dado paso a Mestre, que no ha dudado en afirmar que "el olvido de
los crímenes políticos del franquismo es uno de los actos de mayor
vergüenza de la democracia".
Recordando el recuerdo de Miguel Hernández
Unas palabras que han servido como preludio de una Elegía a Ramón Sijé
que se ha sentido como si la leyese el propio Miguel Hernández cuando
han retumbado los últimos versos: "Tu corazón, ya terciopelo ajado, /
llama a un campo de almendras espumosas / mi avariciosa voz de
enamorado. / A las aladas almas de las rosas / del almendro de nata te
requiero, / que tenemos que hablar de muchas cosas, / compañero del
alma, compañero".
El lema de "Uníos Hermanos Proletarios" seguía ondeando en La
Almudena cuando, tras la lectura del manifiesto que llamaba a la
movilización, las consignas de "sin memoria no hay democracia" o
"verdad, justicia, reparación" se han hecho hueco. Parecía que ni el
viento ni las nubes importaban en Madrid en el momento en que un coro,
acompañados por los asistentes, ha cerrado el acto entonando los versos
íntimos, sinceros y honestos de Nanas de la cebolla. Así ha finalizado esta convocatoria que demuestra que por muy oscuro que esté el cielo, el rayo no cesa.
Fuente → publico.es
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