

El Grupo de Inmatriculaciones de Asturies denuncia que el arzopispado de Oviedo/Uviéu registró como propia en 2010 la iglesia de Santa Cristina de Lena, del siglo XI, Patrimonio de la Humanidad, y que no tiene culto ni recibe fondos eclesiásticos.
La Iglesia privatiza el prerrománico asturiano por 30 euros: El arte asturiano, desarrollado entre finales del siglo VIII y
principios del X, supone uno de los más singulares ejemplos del
prerrománico europeo. Durante el reino de Asturies, y antes de la
llegada a la península del estilo románico, se desarrolló en el hoy
Principado una actividad artística y arquitectónica que ha dejado un
rico patrimonio altomedieval, sin parangón en Europa, donde el arte
prerrománico resulta más escaso, y además ha sido desfigurado en la
mayoría de los casos por el paso de los siglos y la yuxtaposición de
nuevos estilos a las edificaciones prerrománicas.
Esta
singularidad del prerrománico asturiano le valió en 1985 su declaración
por parte de la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. Los monumentos
del prerrománico asturiano incluyen tanto edificaciones civiles como
religiosas, la mayoría. Una de esas construcciones religiosas es la
iglesia de Santa Cristina de Lena, del siglo IX. A pesar de tratarse de
un monumento Patrimonio de la Humanidad, sin culto religioso, y que no
recibe fondos de la Iglesia para su mantenimiento, Santa Cristina fue
registrada en 2010 por 30 euros por el arzobispado de Oviedo. Así lo ha
denunciado el grupo de inmatriculaciones de Asturies, dedicado a la
investigación y denuncia de esta práctica, que ha permitido a la Iglesia
engordar de un modo rápido y barato su patrimonio.
Inmatriculaciones: un chollo para la Iglesia católica legalizado por Aznar
En
1944 el Estado franquista reformó la ley hipotecaria para permitir que
la Iglesia católica registrara bienes inmuebles sin escritura, alegando
únicamente un escrito del arzobispo. Es decir, la Iglesia se
auto-autoriza para decir que tal o cual propiedad es suya.
La
reforma hipotecaria del Gobierno de Aznar, en 1998, revalidó esta vieja
práctica permitida por la legislación franquista para compensar a la
Iglesia por las leyes laicistas del periodo republicano. Sin necesidad
de escrituras, las inmatriculaciones se convirtieron en un auténtico
coladero para que la Iglesia se pusiera las botas a base de registrar
iglesias, cementerios, casas parroquiales, fincas rústicas, pisos,
plazas de garaje y todo aquello que se puso a tiro, mientras nadie lo
reclamara y decidiera pleitear con los abogados eclesiásticos.
Algunas de estas propiedades incorporadas sin filtro alguno al
patrimonio de la Iglesia española fueron luego revendidas en un contexto
alcista que favorecía el dinero rápido. Eran los años del boom
inmobiliario español, y la Iglesia quería su parte del pastel. Para el
PP, además, era una forma de pactar con la conferencia episcopal: Aznar
no derogaba la ley del aborto del PSOE, histórica reivindicación del
catolicismo español desde los años 80, pero a cambio privilegiaba
económicamente a la Iglesia.
Desde 1998 la Iglesia católica ha
inmatriculado por una cantidad mínima, 30 euros, miles de bienes
inmuebles, probablemente más de 35.000, entre ellos al menos 30
catedrales que pertenecían al Estado desde los tiempos de la Segunda
República. Según el Grupo de Inmatriculaciones de Asturies, uno de estos
bienes inmuebles sería la Iglesia de Santa Cristina de Lena. El grupo
ha aportado como prueba una nota registral, y denuncia que las
autoridades eclesiásticas podrían haberse hecho así con la propiedad de
unos monumentos prerrománicos asturianos, a cuya conservación nunca han
contribuido. El arzobispado no niega la información que aporta el grupo
denunciante, pero alega que registrarla fue una mera formalidad, ya que
la Iglesia ha sido desde el siglo IX la propietaria de ese inmueble.
Fuente → elsaltodiario.com
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