El bombardeo olvidado: el terror cayó del cielo sobre Alcañiz en marzo de 1938


14 aviones bombarderos del Ejército italiano mataron a alrededor de medio millar de personas en un ataque ordenado por el bando sublevado

El bombardeo olvidado: el terror cayó del cielo sobre Alcañiz en marzo de 1938: Fue uno de los mayores bombardeos que se registraron durante la Guerra Civil Española. Sus víctimas ni siquiera pudieron ser contabilizadas correctamente, aunque probablemente ascendieron al medio millar. Y, sin embargo, quedó olvidado, oculto al resto del país y a los propios habitantes del Alcañiz, donde ocurrió la tragedia. Fue un ataque perpetrado por catorce aviones bombarderos del Cuerpo de Tropas Voluntarias (CTV) del Ejército italiano, que pocos días después entraron en el municipio. Estos respaldaban a Franco, motivo por el que el ataque quedó silenciado.

Así lo explica el historiador José María Maldonado, autor del libro ‘Alcañiz, 1938. El bombardeo olvidado’, quien relata que este acontecimiento fue determinante para el avance del bando nacional en la Batalla de Aragón, que considera como "la más importante" de la Guerra Civil Española, con el objetivo de llegar a Cataluña. "No solamente fue una batalla importante por el número de víctimas, sino por el número de hombres que intervinieron y por la maquinaria que utilizaron", indica.

Así, la orden general para el ataque a Alcañiz era clara y tenía como objetivo el bombardeo del pueblo para amedrentar a la población civil, tal y como informaba el parte firmado por el general Juan Kindelán. El mandato fue cumplido al pie de la letra por el Ejercito Italiano, que empleó catorces aviones bombarderos, con 96 tripulantes y repartidos en tres escuadrillas en forma de uve, que lanzaron 160 bombas sobre la localidad en apenas unos minutos. Un breve periodo de tiempo que paró el transcurso de la vida en Alcañiz.

Fotografía Alcañiz por la aviación italiana

Maldonado señala que al ataque se sumó la "mala suerte" de que las bombas cayeron en zonas donde en ese momento había una "gran concentración de gente", con "personas por la calle y niños jugando". La tragedia fue inmediata cuando levantó el humo y se vieron los daños causados, con al menos medio millar de víctimas, más de 170 viviendas destruidas y otros muchos otros edificios y espacios anegados.

El número concreto de personas asesinadas nunca se pudo saber. Hubo datos que desaparecieron, según afirma el historiador, y el acta que levantó el juzgado era incompleta porque "cuando pasaron de 500 dejaron de contar". Quienes se encargaban de hacer el recuento "no paraban de vomitar" por lo cruda de la situación, y muchos de los cuerpos no pudieron ser identificados, dice Maldonado.

Todo un escenario del horror que pronto fue silenciado por el bando nacional. El Cuerpo de Tropas Voluntarias (CTV) del Ejército Italiano pronto entró en la localidad. Franco culpó a "los rojos" del ataque en Alcañiz y la información que se difundió en el exterior fue mínima. Una vez finalizada la Guerra Civil, la dictadura se encargó de recuperar los daños ocasionados incluyendo a la ciudad en el Servicio Nacional de Regiones Devastadas y Reparaciones. Y el suceso quedó en el olvido.



Fotografía Alcañiz por la aviación italiana

Durante años los supervivientes del bombardeo y vecinos de Alcañiz callaron frente al miedo. Era como una mancha oscura en su historia que querían y no podían olvidar. Pero el historiador José María Maldonado quiso recuperar esa información. Se puso en contacto con varios vecinos e intentó conversar con ellos. Al principio reconoce que pocos quisieron hablar, pero cuando comenzaron a contarle lo que cada uno vivió se fueron sumando voces a los testimonios.

"Me contaron el pánico y el miedo que vivieron, el no querer recordar", dice. Muchos de ellos era la primera vez que hablaban e incluso sus hijos asistían atónitos a la conversación porque tampoco a ellos les habían contado cómo vivieron el 3 de marzo del 38. Las versiones eran muy diferentes, había quienes sabían que el bombardeo no había sido cometido por los republicanos, pero no podían hablar, gente que vivió el bombardeo en sus propias carnes con heridas y otros que se emocionaban al recordarlo.
Memoria Democrática de Aragón

Los años han pasado y el recuerdo de lo que sucedió ya no es un tabú en Alcañiz. El Gobierno de Aragón decidió en noviembre de 2018 establecer el 3 de marzo como el día de la Memoria Democrática en Aragón. Y en 2019 fue el primer año que se llevó a cabo la conmemoración. El objetivo de esta acción era "mantener el recuerdo de las víctimas desde un planteamiento de salvaguarda de los valores democráticos, respeto, integración, convivencia y cultura de paz".

De esta manera, el pasado 3 de marzo Alcañiz volvió a salir a la calle para conmemorar el suceso del 38. Su alcalde, Ignacio Urquizu, destacaba que era importante no borrar del recuerdo los acontecimientos que a lo largo de la historia se han vivido en la localidad porque han sido los que han "construido la identidad de los alcañizanos". Lo que sucedió el 3 de marzo de 1938, dijo el alcalde, "fue un bombardeo indiscriminado que asesinó a cientos de personas, fueran del bando que fueran y pensaran como pensaran". 

Fotografía Alcañiz por la aviación italiana

"Eso es seguramente lo que simbolizaba al régimen", añadía Urquizu, recordando que esas acciones eran "una forma de meter miedo a la gente para decirles que el sistema autoritario era poner las normas en el país". Y eso fue a juicio del alcalde lo que sucedió en Alcañiz: "cuando la Batalla de Teruel había terminado, cuando estaban las líneas enemigas en tranquilidad, este bombardeo fue utilizado para meter miedo a la gente y para que psicológicamente todos los ciudadanos de España supieran que había alguien que estaba dispuesto a imponer el terror".

En este marco, además, Urquizu recordó que el Ayuntamiento había quitado la Medalla de Oro a Franco, así como su cargo simbólico de concejal honorario, con los votos a favor de PSOE, Ciudadanos, IU y PAR, y la abstención del PP. El objetivo de esta medida, precisó el alcalde, no era otro que "recuperar la dignidad de la ciudad y la de los ciudadanos, pero, sobre todo, por todas esas personas que fallecieron el 3 de marzo del 38 y por sus familiares que no pudieron despedirse y que siguen llorando desde hace mucho tiempo". 
 

Fuente → eldiario.es

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