El criminal bombardeo aéreo fascista del mercado de Alicante en 1938:

El criminal bombardeo aéreo fascista del mercado de Alicante en 1938: El Bombardeo de Alicante del 25 de mayo de 1938, fue uno de los ataques aéreos más sangrientos e indiscriminados ocurridos durante la Guerra de España. Formaba parte de la campaña de terror ordenada por los rebeldes nazionales tras alcanzar el Mediterráneo. Por esas mismas fechas, hubo bombardeos sobre otras poblaciones civiles en toda la costa mediterránea. Alicante sufrió 71 bombardeos durante la guerra, 705 edificios en ruinas. Solo en 1938 hubo casi 500 muertos.

En el registro del Cementerio Municipal de Alicante figura un balance de víctimas mortales de 100 hombres, 56 mujeres, más de 10 niños y más de 100 personas no identificadas. Hay un número indeterminado de enterrados en localidades próximas de la Provincia de Alicante. Se contabilizaron más de 1000 heridos. Los mismos franquistas contabilizaron 393 muertos. En la placa colocada por el Ayuntamiento en la Plaza del 25 de mayo se habla de 311 muertos.

En Alicante, a las 11:18 horas del miércoles 25 de mayo de 1938, entre 7 y 9 aviones Savoia S-79 “Sparviero” italianos del bando sublevado, que habían despegado de Mallorca a las 8:10 de la mañana, lanzaron sobre el centro de la ciudad alrededor de 90 bombas (56 de 100 kg, 8 de 20 kg y 20 de 15 kg). La ciudad misma fue “objetivo de guerra”. Todas las bombas cayeron dentro del cuadrilátero formado por las calles de Alfonso El Sabio, López Torregrosa-Rambla, Explanada y Paseos de Gadea y Soto. Algunas impactaron en el Mercado Central, repleto de gente a esa hora de la mañana, por lo que la mortandad fue espantosa.​ La tripulación de los bombarderos era italiana en su totalidad, y los jefes de las 2 escuadrillas fueron los capitanes De Prato y Zigiotti.

Los aviones entraron desde el interior, escapando de las escuchas antiaéreas orientadas hacia el Mediterráneo. La ciudad, que sufrió más de 70 bombardeos durante la contienda, contaba con refugios antiaéreos con capacidad para más de 30.000 personas, pero esa mañana nadie pudo alcanzarlos por la maniobra de la escuadra aérea fascista. Las escenas ocasionadas por tanta destrucción fueron dantescas, con muchas bajas por decapitación. También hubo muertos en otros lugares de la ciudad, como la Plaza de Gabriel Miró, las calles Vicente Inglada y Gerona, las cercanías del Club de Regatas, la sede central de la actual Caja de Ahorros del Mediterráneo en la Calle de García Hernández, y la sede del diario Republicano El Luchador en la calle de Ángel Pestaña. Hubo relatos terroríficos sobre el alcance del bombardeo:​

Vi cadáveres destrozados y miembros esparcidos por todas partes. Estaba en Correos cuando comenzó la pesadilla. Me desplacé al mercado, y me quedé paralizado de horror. Entre varios, trasladamos algunos heridos a la Casa de Socorro, pero ya no había sitio para más. Hasta las aceras próximas se hacinaban los moribundos, entre gritos de dolor y de espanto… De aquella terrorífica visión, nunca podré borrar de mi memoria la expresión de un niño que recogimos, con su carita ensangrentada, que no quería morir. Lo llevamos a la Casa de Socorro y un médico se hizo cargo de él. Ya nunca más supe de aquel niño. Las últimas horas de tan aciago día las pasé mordiéndome los puños de impotencia y sollozando ante tanta desolación y muerte..

El cuerpo diplomático acreditado en Alicante hizo público un comunicado en el que mostraba su pésame por las “numerosas víctimas producidas pertenecientes al elemento civil” y denunciaba que “el ataque haya sido recibido en el casco céntrico de la población, alejado de objetivos militares”. El bombardeo tuvo gran repercusión internacional. El día 27 el gobierno español presentó una nota de protesta a los gobiernos de Francia y el Reino Unido. Una comisión británica llegó a Alicante el 22 de agosto y dictaminó que había sido un “ataque deliberado a una zona civil”. Las víctimas, en su mayoría, fueron enterradas en fosas comunes del cuadro n.º 12 del Cementerio Municipal de Alicante y permanecieron sin lápida ni recordatorio alguno hasta el año 1995.

Tras varios años, la Comisión Cívica para la Recuperación de la Memoria Histórica convocó un concurso para la colocación de un monumento conmemorativo en la Plaza del 25 de mayo, antes Plaza del Mercado. En el pavimento del Mercado Central hay 9 placas de aluminio que representan los 9 aviones que bombardearon la ciudad, con 90 puntos negros por cada una de las bombas que cayeron sobre la ciudad. Las placas cuentan con unos 300 agujeros rellenados con terminales de fibra óptica, que cada mediodía se iluminan de color rojo durante 10 minutos para conmemorar a los fallecidos en la masacre.

Documentos originales: Wikipedia (Incluye imagen: Joanbanjo). Eldiario.es (Adrán Fauro). Eliseo Gómez Serrano (Valencia 1889-Alicante 1939), (por Francisco Moreno Sáez)

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