¡Cuán gritan estas derechas!

¡Cuán gritan estas derechas!: Escuchar las respuestas, las interrupciones, los gritos, los exabruptos, las mentiras de estas tres filofranquistas derechas resultó no sólo vergonzoso, sino escandaloso. No se han vivido nunca en el Congreso situaciones tan lamentables como las protagonizadas el pasado día 5. Ni siquiera en los tiempos en los que estaba ocupando escaños HB y ETA estaba en plena actividad terrorista.

    Estas respuestas, estos comportamientos demuestran su catadura antidemocrática, su falta de respeto hacia una Institución que representa al pueblo español. Pero también demuestran el miedo que tienen a que este nuevo Gobierno sea capaz de demostrar que otra forma de hacer política es posible. Que se puede gobernar para la mayoría de la ciudadanía, que se puede intentar mejorar el nivel de vida de las personas, que se puede acabar con la corrupción, con las leyes lesivas que ha provocado la pérdida de derechos laborales, con las que coartan la libertad de expresión. Tienen miedo a que realmente exista separación de poderes y que ellos no puedan controlar determinados estamentos de la judicatura. Tienen miedo que se acabe con los privilegios de los poderosos, que los ricos, que las grandes empresas, que los bancos aporten al erario público lo que hace décadas tenían que haber pagado. Tienen también miedo a que se levanten las sucias alfombras que durante tantos años han protegido la inmunidad de tanto político corrupto.

    Sin discurso, el trifachito se viste, apropiándose, como siempre han hecho, de la bandera que, mientas no cambie, es de todos los españoles, gritan “Viva España” como si les perteneciera, como si fuera sólo de su propiedad, despreciando a millones de españoles, se proclaman “patriotas”, políticos que han esquilmado el dinero público, se apropian de la Constitución los que sistemáticamente la incumplen (sólo les preocupa los artículos 1 y 2 y el Título II, los derechos fundamentales que recoge los maltratan, no existen para ellos), desprecian y condenan a una parte importante de ciudadanos (catalanes y vascos ) que no piensan como ellos y temen que el asunto de Cataluña tenga una solución mediante el diálogo, necesario entre las instituciones del Estado y que, por tanto, pierdan ese caladero de votos que les da su anticatalanismo excluyente.

Pero después del día 7, con el nuevo Gobierno, la vida seguirá. Los agoreros de esta ultraderecha, de estos grandes empresarios que anuncian grandes desastres económicos tendrán que tragarse sus proclamas y aceptar que este nuevo Consejo de Ministros tiene la legitimidad democrática para poner en marcha un programa de Gobierno inclusivo, ambicioso desde el punto de vista de los cambios políticos, sociales y económicos, Que va a empezar una nueva etapa en la que la prioridad ha de ser la recuperación de un trabajo digno y de calidad, viviendas y alquileres asequibles, la justicia fiscal (acabar con los privilegios de los ricos y de la Iglesia católica), la potenciación y desarrollo de los sectores públicos (educación, salud, dependencia,…), respeto a la libertad de expresión, separación de poderes, revalorización de las pensiones, desarrollo de una política ecologista que luche contra el cambio climático, que ponga en marcha fuentes alternativas de energías renovables, que posibilite el cuidado del medioambiente y el control y la distribución de la energía. 

    Un Gobierno feminista que acabe con la brecha salarial, que priorice los derechos de las personas y acabe con la tragedia de tanta violencia machista. Un Gobierno que promueva una nueva estructura social e industrial que posibilite la creación de miles de puestos de trabajo en sectores públicos necesarios (salud, educación medioambiente, …) y potencie la investigación y el desarrollo, capaz de recuperar los jóvenes talentos que han tenido que emigrar. Un Gobierno que fortalezca a las PYMES y proteja a los autónomos, que aborde la memoria histórica, recuperando y reparando a las victimas de la Guerra Civil y la Dictadura y impulse la mejora y clarificación de la distribución competencial entre el Gobierno Central y la Comunidades Autónomas.

    Un Gobierno, en fin, que se preocupe por los más desfavorecidos (familias en situación de exclusión social, parados sin recursos económicos,…), y que recupere la ilusión por una vida mejor que va a suponer para muchos millones de familias. Pero para estas importantes y urgentes mejoras se necesita de una ciudadanía consciente que asuma su responsabilidad para apoyar a un Gobierno que en esta nueva etapa que se avecina lo va a tener muy difícil por las amenazas de boicot y rechazo que ya ha anunciado, antes que se forme Gobierno, esta derecha reaccionaria.

¡Caminemos juntos, adelante, somos mayoría!

En la imagen superior, cartel CEDA en la Puerta del Sol de Madrid durante la Segunda República

Juan García Ballesteros es Presidente del Colectivo Prometeo


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