De la fosa a una caja de cartón: 3 años esperando ayudas para hacer pruebas de ADN a las víctimas del franquismo

80 años enterrados cruelmente en una fosa común. Y cuando exhuman los restos que parecen ser de sus padres, madres, abuelos o abuelas los huesos van a un archivador en la Casa de la Memoria de Torrero. Allí llevan tres años los de las 15 personas asesinadas en 1936 en Pomer. A finales de noviembre se exhumaron otras 10 víctimas del franquismo en Alcanyiz.

De la fosa a una caja de cartón: 3 años esperando ayudas para hacer pruebas de ADN a las víctimas del franquismo: Qué difícil es hacer un poquito de justicia. Cuán larga es la travesía para unos familiares que sólo quieren saber dónde están los que faltan y darles digna sepultura. Esa que recibió su verdugo y que ellos ansían desde hace años. Primero fueron víctimas de la barbarie y la sinrazón. Del fascismo. Luego, como trofeos, se les enterró apelotonados en miles de cunetas, montes o descampados. Muchos años después, ingeniándoselas para sacar unos euros, unos cuantos no desesperan y tratan de revertir (aunque sólo sea levemente) la tragedia. Pero es un tránsito trufado de obstáculos.

No ven aún el final del camino los familiares de 15 personas asesinadas por la represión fascista en 1936 y enterradas en Pomer (Zaragoza). Hace ya tres años, sus restos fueron exhumados. Desde entonces aguardan a que haya ayudas para poder realizar las pruebas de ADN. Mientras tanto, sus huesos descansan en unas cajas de cartón en la Casa de la Memoria de Torrero. Miguel Ángel Capapé, presidente de la Asociación por la Recuperación e Investigación Contra el Olvido (Arico), asegura que únicamente se han hecho algunas pruebas de ADN y que esperan enterrarlos el año que viene.

10 cadáveres exhumados en Alcanyiz

Mucho menos tiempo llevan archivados los restos de 10 personas asesinadas entre 1938 y 1940 y localizados en el cementerio de Alcanyiz (Teruel). Las primeras prospecciones corrieron a cargo de la Asociación Pozos de Caudé, durante el pasado mes de septiembre. Como siempre, la falta de dinero obligó a parar.

Posteriormente, el Gobierno estatal concedió una ayuda de poco más de 18.000 euros y Pozos de Caudé junto a la Asociación Charata, la Asociación Memoria Histórica Batallón Cinco Villas y Arico –con la dirección de Javier Ruiz y Nacho Piedrafita– se pusieron manos a la obra. En el Archivo Municipal e Histórico de Alcañiz encontraron anotaciones y vales de enterramiento donde se precisaban de manera exacta nombres y apellidos de fusilados, el lugar donde fueron asesinados y en qué fila y sepultura estaban enterrados.

El pasado 14 de noviembre comenzaron los trabajos y, una semana después, se encontraron siete cadáveres con evidentes signos de fusilamiento, la mayoría de ellos depositados sin ataúd y amontonados: “Hemos encontrado cráneos con orificios de bala e incluso restos de un proyectil en uno de los cadáveres”, aseguró Ruiz. En los dos días siguientes aparecieron los restos de tres personas más. El sábado, 23 de noviembre, tres decenas de familiares se reunieron en el camposanto alcañizano, primero, y, después, en el Espacio Municipal “El Liceo” para escuchar las explicaciones de los directores del proyecto.

Están casi seguros de que son sus familiares, pero falta la corroboración definitiva para poder enterrarlos dignamente. Esa prueba de ADN que supondrá la constatación final aún tendrá que esperar. Ahora, como en el caso de los exhumados hace tres años en Pomer, los restos se guardan en la Casa de la Memoria de Torrero. Primero han sido lavados en el laboratorio, el siguiente pasado ha sido archivarlos con la esperanza de poder realizar dentro de poco el informe antropológico y las referidas pruebas.

Algunos familiares visitan el cementerio con los restos exhumados. Foto: José Puché / Ayuntamiento de Alcanyiz.

Capapé reconoce que en Alcanyiz se han gastado bastante más dinero de esos 18.000 que recibieron como subvención. “Nos hemos pasado de días, de horas de uso de las máquinas, de restos óseos, pero al final siempre cuadra reduciendo el sueldo de los arqueólogos”, asegura con lástima.

Estas asociaciones no se llevan nada, es más, pierden dinero: “Pedimos préstamos personales para pagar las exhumaciones y, cuando cobramos una subvención, tratamos de devolverlos”.

Se necesitan alrededor de 24.000 euros para realizar las pruebas de ADN

El presidente de Arico valora en alrededor de 24.000 euros el dinero que necesitarán para realizar las pruebas de ADN a los restos exhumados en Alcanyiz. En el encuentro con familiares ya recogieron muestras de 35 de ellos: cada prueba en vivos, explica Capapé, son 200 euros, lo que hace un total de 7.000 euros. Las de los muertos cuestan 1.000 euros, y siempre hay que repetir alguna, así que lo cifra en unos 12.000. Además, cada informe antropológico cuesta 400 euros más IVA, es decir, unos 5.000. En total, 24.000 euros.

Las asociaciones memorialistas confían en que haya ayudas del Gobierno de Aragón, “aunque el máximo son 10.000”, señala Capapé. También aprietan para que la Diputación Provincial de Teruel y el Gobierno del Estado coadyuven en forma de subvenciones.

“Martín tiene 97 años, sería un palo que después de encontrar a su hermano no pueda enterrarlo”

Los familiares viven con comprensión este tiempo de espera. Se saben inermes y asumen que la situación dista mucho de la que la lógica invita a soñar. Si han esperado 80 años, podrán esperar tres más. No todos, señala el presidente de Arico, que se acuerda de Martín, un vecino de Angües de 97 años: “Sería un palo que, después de haber encontrado los restos de su hermano, no pudiera enterrarlo”.

Nadie se rinde, empero, como quedó demostrado por las palabras que pronunció el presidente de Pozos de Caudé, Francisco Sánchez, ante los familiares, a los que pidió que, “mediante el boca a boca, nos hagan llegar los testimonios de quienes crean que pueden tener a sus familiares en fosas comunes, cualquier pista, por pequeña que sea, nos puede resultar de gran ayuda”.


Fuente → arainfo.org

banner distribuidora