EL genocidio franquista. Los canallas duermen tranquilos y las víctimas aún claman justicia desde las entrañas de la tierra:

EL genocidio franquista. Los canallas duermen tranquilos y las víctimas aún claman justicia desde las entrañas de la tierra: Parte del objetivo de la transición fue que no se transformara el orden que levantó el Genocidio sociológico y jurídico franquista. El objetivo del franquismo en lo sociológico fue la destrucción de la identidad del pueblo español, y en lo jurídico fue destruir parcialmente el grupo nacional español. Querían transformar España a través del terror. Las élites militares y políticas que prepararon el golpe de Estado del 18 de julio de 1936 tenían un “plan sistemático de destrucción” del adversario. La Justicia debe revisar documentos militares del franquismo para ver el papel que tuvo el terror en la transformación social que acometieron.

 El Gobierno español impide la discusión y la apertura de las causas para que un Tribunal analice las evidencias, escuche a los testigos, y tome pruebas históricas del caso.Gabriel Jackson desglosa el número de muertes: “100.000 en los campos de batalla; 10.000 por las incursiones aéreas; 50.000 por enfermedades y desnutrición (durante la guerra civil); 20.000 por represalias políticas en la zona republicana, hasta 50.000 según Paul Preston; 200.000 por represalias franquistas durante la guerra; 200.000 prisioneros republicanos muertos por ejecución o enfermedades de 1939 a 1943”. Paul Preston calcula 180.000 desaparecidos en fosas clandestinas a los que hay que sumar las ejecuciones con sentencia y las muertes en la cárcel por torturas, enfermedad o malos tratos. Charles Foltz, corresponsal de Associated Press en Madrid durante la Segunda Guerra Mundial, publicó en 1948 la obra “The masquerade in Spain” sosteniendo que el número de ejecutados o muertos en prisión entre 1939 y 1944, según el Ministerio de Justicia, asciende a 192.684. Antony Beevor especula que “la represión franquista durante la guerra y la posguerra causaría 200.000 víctimas

España es el único país europeo con más de 120.000 desaparecidos y unas leyes que garantizan la impunidad de sus asesinos. Naciones Unidas reclama a las autoridades españolas que elaboren un “plan nacional de búsqueda de desaparecidos”, anule la ley de Amnistía de 1977 y enjuicie a los autores e implicados en el exterminio sistemático de fuerzas políticas de izquierdas perpetrado entre julio de 1936 y noviembre de 1975. El principio de jurisdicción universal reconoce la competencia de cualquier tribunal para encausar a los responsables de delitos contra la humanidad. Son crímenes que nunca prescriben por su especial gravedad. La España de la Transición no hizo justicia, y los asesinos y torturadores continuaron en sus puestos, a veces condecorados y homenajeados.

Otra cuestión que no se está abordando ha sido la apropiación sistemática de menores que se calcula en no menos de 30.000 casos. Esto es importante porque atraviesa con el terror a toda la segunda generación, generando dudas sobre sus orígenes. Esta actitud es conforme a los 20 años de pacto de silencio de la Transición. Debe revisarse a pesar de que aún hoy exista mucha insistencia en que no hay que mirar para atrás.


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