

Noelia Mellado, coordinadora de Políticas Bisexuales de la FELGTB, lamenta la invisibilidad histórica de la bisexualidad en España, donde nunca se ha investigado el tema específicamente. Compara la situación con otros países donde, ya en los años 70, se encuentran testimonios y registros de personas bi. “Queremos saber cuál es nuestra historia”, reclama Mellado.
Mellado se queja de que aún no se sepa “cómo eran las vidas de las personas bisexuales durante el franquismo, ya que no existe documentación al respecto, ni estudios específicos”. Con motivo del año Mayores Sin Armarios: ¡Historia, lucha y memoria!, que este año conmemora la FELGTB, reivindica la necesidad de analizar cómo era el colectivo LGTBI durante la dictadura. También cree que habría que preguntarse “por qué las personas mayores bisexuales siguen sin sentirse lo suficientemente libres como para visibilizarse”.
No detener la mirada en el colectivo ha hecho mella en su historia. “Nos han despojado de referentes y hace que la sociedad siga desconociendo y/o deslegitimando nuestra orientación sexual”, explica la coordinadora. El monosexismo es el causante de la bifobia y tiene varias consecuencias. Esta imposición social presupone que a una persona solo le atrae un género, así que en la práctica se traduce en estereotipos que invisibilizan e invalidan a las personas bisexuales. Otro lastre que deja es el “borrado bisexual”, tendencia a ignorar, falsificar y reexplicar el poco rastro de referentes históricos de personas bi.
Uno de los prejuicios más extendidos considera que la bisexualidad es una fase de negación de la homosexualidad, explica la FELGTB. O que se trata de vicio, o que eso no existe. La sociedad cuestiona continuamente al colectivo bi obligándolo a autoreafirmarse en su orientación sexual. Según Mario, bisexual, la opresión no se reduce a la agresión, aunque también se incluya. “No estamos confundidos, ni somos una mezcla de heterosexuales y homosexuales. A veces, que nieguen tu identidad puede doler más que un golpe”, explica.
Y la discriminación acaba por contaminar otros ámbitos, desencadenando más diferencias, más prejuicios. Su salud sexual solo se atiende en función de la identidad de género de su pareja actual y hay profesionales de la salud mental que niegan la bisexualidad como orientación sexual. Tampoco lo tiene fácil quien solicita asilo: el problema llega cuando hay que reconocer su condición de persona refugiada LGTBI y se presupone que “pueden elegir” estar con alguien de un género distinto y así “parecer” heterosexuales.
Por último, Mellado recalca los altos niveles de violencia sexual que sufren las mujeres bisexuales. La cosificación las presenta como un mero objeto para satisfacer los deseos sexuales de los hombres heterosexuales. Por eso, cree que la figura el hombre bi como agente social es importante. Está más visibilizado y puede contribuir a nuevas formas de vivir y entender la masculinidad. Quizá sea una pieza clave en el tránsito a una sociedad más igualitaria.
La formación en diversidad afectivo-sexual, familiar y de género es un tema importante. La FELGTB insiste también en aprobar la Ley Estatal de Igualdad LGTBI, que la hará obligatoria en todo el territorio español. “Trabajaremos para defender a todas las orientaciones plurisexuales, ya que todas sufrimos las consecuencias del pensamiento dicotómico y del monosexismo”, asegura la representante de FELGTB.
Foto: Archivo AmecoPress, cedida por FELGTB
Fuente → amecopress.net
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