Los asesinatos de republicanos, artistas del Carnaval de Cádiz, por los franquistas durante la guerra de España
Los ASESINATOS de REPUBLICANOS, artistas del CARNAVAL de Cádiz, por los franquistas durante la guerra de España.

El carnaval no ha gustado nunca a los reaccionarios, siempre han puesto obstáculos o lo han prohibido, como hicieron Felipe V o Franco cuando pasó a llamarse Fiestas Típicas, complacientes con la reina infantil, la hija de algún poderoso, como la nietísima Carmen Martínez Bordiú a la que se coronó en 1963. En los años de prohibición, autores y componentes de las agrupaciones se reunían a escondidas en las tascas o baches, para cantar sus letrillas.

En 2015 la comparsa “El reino de don Carnal” cantó un pasodoble dedicado a los comparsistas asesinados y represaliados por los franquistas: Eran jóvenes, de familias y barrios obreros comprometidos con un ideal político, mostraban intereses culturales a pesar de sus orígenes humildes. Durante el carnaval, jornaleros y obreros del barrio de San José desgranaban sus coplas en intramuros. Eran agrupaciones con alto contenido reivindicativo social en sus letras. Acallaron sus voces de golpe, literalmente, y fueron perseguidos durante años. El franquismo asesinó a muchos de ellos, Guillermo Crespillo Lavíe, Manuel Lopez Cañamaque, José Díaz Mariscal, José Quintana Barreiro, Juan Ragel Jiménez y José Mejías Mejías.

El tema religioso descargó las iras reaccionarias, alentadas por Carranza o Pemán y el resto de personajes de la derecha gaditana alentando una campaña denunciando que se metían con el clero. Se impartió castigo contra los autores de las murgas “San José” o “Los enchufistas de un país desconocido”, que hablaban de que el gobierno conservador de la II República había colocado en los ayuntamientos a los suyos, sustituyendo a las izquierdas que habían sido elegidas democráticamente en las elecciones del 31. La prensa derechista insistió en el mal gusto de aquella agrupación avivando el fuego en quienes ya estaban a punto de arder de ira.

La carga simbólica en la represión es muy importante: al matar a un autor, no sólo matas a la persona, al matar al poeta, no sólo matas a Federico: matas a Lorca. El porcentaje de represaliados, fusilados del carnaval fue bastante alto. Los fascistas eran un mero brazo ejecutor de los militares, que eran quienes organizaban y ordenaban las muertes. Fueron muchos, aquí se relatan solo algunos.

Entre los represaliados de la murga de San José estuvieron Guillermo Crespillo Lavié y Manuel Peña Warletta, ambos, coautores de la murga de “los frailes”, sin filiación sindical o política, que aparecieron asesinados a bocajarro la noche del 2 de agosto de 1936, en la plaza Fernando García Arboleya, o plaza de las Viudas. Los orificios de entrada y salida de bala en la cabeza indican que las víctimas estaban de rodillas, sujetas e inmovilizadas, probablemente fueron ejecutados por la espalda y por la misma persona. Sucedió en el contexto del “terror caliente”, desde el alzamiento hasta febrero del 37, cuando se impuso la justicia militar.

Guillermo Crespillo Lavie, jornalero de 35 años, había sido director o componente de chirigotas. Tuvo la osadía de dirigir Macanudo y su cuadrilla (1933), los enchufistas (1936) y El Frailazo y sus Tragabuches (1932), que por su burla a la iglesia escardó a los más reaccionarios de la sociedad gaditana. Manuel Peña Warletta era vecino del barrio de San José, 2 de sus hijos Manuel y Emilio habían formado parte de algunas murgas de dicho barrio.

Los franquistas mataron a José Mejías Mejías, en el Carnaval de 1936 había participado en la chirigota los enchufistas. José fue detenido el 26 de agosto de 1936, fue ingresado en la Prisión Provincial de Cádiz. Pasó por el barco prisión Miraflores, lo llevaron al Penal de El Puerto de Santa María el 13 de noviembre. Su cadáver apareció en los alrededores de la plaza de Toros.

Juan Ragel Jiménez, nació en Cádiz en 1909. Casado con María Pacheco Robles. Autor de letras socialmente avanzadas y comprometidas, de peso político importante, cercanas al anarquismo, sin vinculación política”. Escribió los coros Los fakires (1933) y Los caballeros del siglo XVI (1934), y las chirigotas Los nuevos luceros (1934), Los viejos matatías (1935) y Los excéntricos (1936). Detenido el 25 de agosto, ingresó en la Prisión de Cádiz el 31 de octubre de 1936, se encontraba de donde lo sacaron el 31 de diciembre con dirección Penal de El Puerto. Nunca llegó, fue asesinado en lugar desconocido.

Los Naranjo eran vecinos de la calle Pelufo, Joaquín Naranjo y su esposa Rosa Jordán perdieron a su hijo Joaquín, que entró en prisión el 11 de enero de 1937, y desapareció el mismo mes cuando fue enviado al penal de El Puerto de Santa María. Amaneció al día siguiente muerto en los fosos de la Puerta de Tierra. Asesinados fueron también José Quintana, el cenetista José María García o Manuel Macías Rete, hermano del famoso carnavalero José.




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