350 Republicanos fusilados por los franquistas

Fuente del Maestre (Badajoz), cerca de 350 REPUBLICANOS FUSILADOS por los franquistas

Fuente del Maestre, en la zona central de la provincia de Badajoz, con unos 8.300 habitantes, fue uno de los pueblos extremeños más castigados por la represión franquista. El 20 de agosto de 1936, el teniente coronel Delgado Barreto al mando de una tropa de legionarios y regulares africanos entró en Fuente del Maestre. Sin apenas resistencia, la ocupación fue un paseo. En el pueblo quedaban pocos Republicanos, los milicianos del cacereño Antonio Villarroel, la columna del diputado comunista José María Cartón, y numerosos integrantes del comité local de defensa habían huido y estaban combatiendo a los fascistas en Villafranca. El día 22, conservadores, falangistas, reaccionarios, tapiaron calles, requisaron material, incautaron la Casa del Pueblo. La represión empezó a los 4 días, para que quienes habían huido se confiaran y regresaran.


La matanza se ejecutó con total impunidad, no hubo piedad. Los reaccionarios, la Iglesia, arremetieron con una sádica planificación para que nunca más se volviera a soñar con una vida más justa. No perdonaron que los trabajadores tuvieran conciencia de clase, que se organizaran, que cuestionaran la desigualdad, los privilegios, el despotismo, el clericalismo, el orden natural y divino de siempre, que se movilizaran y lucharan por un jornal justo, por un trato digno, por ejercer el voto libremente, por sus derechos, que ansiaran trabajar las tierras que los señores no ponían a producir.

Los terratenientes que habían boicoteado las tímidas medidas de reforma agraria, no consistieron que los jornaleros les denunciaran por amenazar con despedir a todos los que no les dieran su voto, que las clases populares entraran a formar gobierno mermando su poder absoluto, que un millar de obreros hiceran paro continuado hasta conseguir en enero de 1933 condiciones laborales más justas, que tuvieran que cederles unas tres mil fanegas en arrendamiento, que tuvieran el atrevimiento de ocupar siquiera una de sus fincas tras la victoria del Frente Popular.

Desde que se proclamó la República militares, reaccionarios y fascistas frenaron el avance de la lucha obrera. en Fuente del Maestre. El 1 de mayo de 1934, centenares de hombres y mujeres se manifestaron en el pueblo, desplegando banderas, coreando consignas, cantando la Internacional. La guardia civil y municipal quisieron impedirlo, el enfrentamiento se saldó con 4 obreros muertos, numerosos manifestantes heridos y decenas de detenciones. La Comisión Ejecutiva de la UGT denunció la complacencia del gobierno central, y el diputado comunista Cayetano Bolívar condenó enérgicamente el abuso de la fuerza pública en el Congreso.

Pero en el 36, tras la ocupación de la población, hubo un verdadero genocidio, fueron víctimas familias completas. Muchas mujeres fueron violadas, humilladas, rapadas y purgadas, paseadas públicamente, llevadas a misa para el escarnio de todos. Los meses siguientes fueron de transporte diario a las tapias del cementerio. Al menos entre 300 y 350 personas fusiladas y otras 6 condenadas a pena capital, a pesar de la ocultación de datos, eufemismos, omisiones en las inscripciones de defunciones de los registros civiles.

Asesinatos en masa sin juicio alguno con edades entre los 17 y 64 años, una media de 35, más de la mitad eran jornaleros. Un 13% eran miembros de la Corporación Municipal o dirigentes de la Casa del Pueblo. Hubo 12 o 15 mujeres. Todos fueron víctimas de los “paseos” desde el 24 de agosto hasta el 14 de noviembre de 1936, con días fatídicos, como el 17 de septiembre de 1936 en el que hubo hasta 25 fusilados, y puntualmente el 6 de septiembre de 1937. La desproporcionada magnitud se explica por la alta movilización social en respuesta al dominio absolutista de unas cuantas familias perpetuadas en el poder desde tiempos inmemoriales. Por eso el carácter planificado, ejemplarizante y depurador del exterminio franquista, cuya naturaleza no guarda relación con la violencia desatada entre el golpe de estado y la ocupación del pueblo.

A la represión de corte fascista hay que sumar la condena de la memoria, el olvido programado mediante el terror durante la dictadura franquista, luego aceptado de forma tácita e interesada durante la transición. Esta desmemoria programada y el bloqueo de la reparación de la dignidad de los represaliados le conviene al sistema. Interesa perpetuar la imagen de que en Extremadura no pasó nada, nunca hubo lucha obrera de señores y criados, del conformismo, la resignación, no te signifiques ni te metas en política. La imagen que hemos creído e interiorizado que todavía sigue proyectándose, al tiempo que desmoviliza a buena parte de la población.

En Fuente del Maestre hubo movimiento obrero, lucha organizada para la conquista de derechos y la dignificación de la vida. Los hechos y las cifras de los fusilados en la tapia Oeste del cementerio lo corroboran. Quienes detentan el poder saben que, si se reparase su dignidad, se hiciera justicia, se dieran a conocer los episodios traumáticos de la represión franquista, se construyeran nuevos relatos con base en la verdad histórica y éstos se contaran en las escuelas, la memoria de los vencidos podría ser el acicate de una ciudadanía más consciente y más movilizada. Acciones con las que, irresponsablemente, jamás podrán estar de acuerdo.